FB - A new day in the old town

por **Ivayne Lann** Jue Dic 22, 2011 10:27 pm

[Un año después del apocalipsis]

Un sol brillante se abrió paso entre las escasas nubes y uno de sus rayos se derramó sobre mí, despertándome de inmediato. Aquella especie de reflejo lo había adquirido durante aquél año, tras la catástrofe, pues antes habría sido algo más complicado despertarme a aquellas horas. No debían ser ni las nueve de la mañana.
En silencio y a toda prisa recogí la chaqueta que hacía las veces de almohada, la guardé en la zarrapastrosa mochila en donde guardaba mis escasas posesiones y miré en derredor con cautela. No me gustaba pasar la noche entre las ruinas, pero a veces era inevitable que el ocaso me pillase en medio de algún pueblucho o ciudad semiderruidos. El lado bueno era que podía dormir rodeada de, al menos, tres paredes, por lo que no pasaba frío, pero el riesgo no valía la pena. Mi experiencia me decía que alrededor de las ruinas solía haber indeseables que atacaban a cualquiera con tal de hacerse con algunas cosas. Si supieran lo que llevaba en la mochila no me echarían ni una mirada, pero más valía ir con precaución.
Avancé despacio, procurando mirar hacia todos lados antes de exponerme demasiado, pero no parecía haber actividad por allí. Además era muy temprano y dudaba que a aquella hora hubiese alguien merodeando, pero nunca se sabía. Me estaba costando salir de allí. Al parecer había ido a meterme en una ciudad grande, y algunos de los edificios altos aún se elevaban hacia el cielo con muchas dificultados. Lo único que me faltaba era acabar siendo víctima de un derrumbe, así que evité cuidadosamente acercarme a cualquier estructura de más de tres metros de altura.
Me mordí el labio, preocupada. Cada día me levantaba con una misma duda navegando en mi cabeza. ¿Adónde iría ahora? Mis padres habían muerto hacía no muchos meses y de pronto yo me encontraba sola y tenía que ser responsable de mí misma, pero no tenía ni idea de cómo protegerme ni adónde ir. Mis padres tampoco tenían ni idea de qué hacer, pero al menos todos teníamos el consuelo de tenernos unos a otros. No perdía la esperanza de encontrar a mi hermano, por eso me dirigía al sur, segura de que es lo que él hubiera hecho siempre y cuando no estuviera en una nave en el espacio, pero ya llevaba más de un año rumbo al sur y sólo encontraba ciudades como aquella y gente desesperada. En algún momento tendría que asentarme, aunque fuera en una cabaña en el bosque.