Mutantes, un paso de la evolución
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Mutantes, un paso de la evolución
Información general
Forman parte de este grupo todas las personas que no recibieron en su momento la oportunidad de escapar del planeta en las naves cuando se inició su destrucción y, por lo tanto, permanecieron en tierra teniendo que sobrevivir a todos los desastres naturales que se dieron. En la mayoría de casos son personas normales y corrientes, individuos no importantes que formaban parte de la clase media y baja de la sociedad y que no supieron del fin del mundo hasta que los políticos decidieron anunciarlo oficialmente en las televisiones los días antes a que las naves despegaran. Sin embargo también hay casos de científicos e investigadores que habían formado para del plan de descubrimiento del Apocalipsis y de la evacuación pero que, lamentablemente, tampoco consiguieron el pase VIP para poder salvarse; estos forman un grupo muy menor no obstante.
De entre toda esta ingente masa de gente, pues de seis billones de habitantes era obvio que solo podría huir un número muy reducido, tampoco ha sobrevivido la mayoría de la población. Y es que los desastres meteorológicos y geológicos fueron tales que realmente casi consiguieron la absoluta extinción de la especie. Solo algunos sobrevivieron a todo, a terremotos, maremotos, tormentas, volcanes, huracanes, jaurías de animales y demás peligros, y fue únicamente y gracias a un detalle que estos poseyeron y el resto de personas no: una mutación. No se sabe de forma absoluta el origen de esta mutación pero la teoría más extensa y aceptada es que una serie de personas nacieron con un gen distinto en su ADN, un gen mutante, y que este permaneció desactivado y latente hasta que se diera la situación propicia para su activación; la destrucción del mundo y la desesperación por sobrevivir fueron las causas perfectas para que el gen despertara y la mutación se hiciera visible. ¿Y en qué consistía? Dicho gen fue nada más y nada menos que el causante de que sus portadores desarrollaran una especie de habilidades físicas o mentales hasta ahora nunca vistas y solo consideradas en las historias de ficción. Con estos poderes, las personas, llamadas desde entonces mutantes, pudieron sobrevivir a las adversidades y a los peligros. El hecho está claro: todos los que no desarrollaron la mutación perecieron bajo la fuerza destructiva, aunque hay que remarcar no todos los mutantes sobrevivieron. Pero es por ello exactamente que se hacen llamar a sí mismos los auténticos supervivientes al cataclismo y por lo tanto los únicos con derecho a reclamar este terreno que no abandonaron ni dejaron a su suerte.
Cada humano que se expuso al fin del mundo desarrolló un poder distinto que dependió de las distintas situaciones de riesgo que sucedieron a lo largo de su vida pero, sobre todo, a aquellos momentos de desesperación. Por ejemplo, una persona que había vivido mayores situaciones de riesgo respecto a los humanos que la rodeaban, era más normal que desarrollase un poder que le permitiese protegerse de ellos. Además, la aparición de cada poder también se vio condicionada por los rasgos físicos y psicológicos del susodicho.
Por otro lado, cada persona desarrolló su poder en un momento diferente y no todos simultáneamente. Hubo algunas que en los primeros años comenzaron a notar los cambios que se habían producido en sus cuerpos y que consiguieron aprender a utilizarlos mucho antes que otras que, hasta que prácticamente no terminó la época de cambios, no descubrieron sus nuevas habilidades. Podríamos decir que, hasta que no se encontraron en un momento de amenaza extrema hacia su supervivencia, los poderes no se hicieron ver. Habría que añadir, sin embargo, que a pesar de las condiciones solo el gen se activa a partir de la entrada a la pubertad, generalmente los doce años.
Durante el tiempo de los cambios que se producían en el planeta, hubo una mayoría de mutantes que se concentraron en grupos de tres o más personas para que la lucha por la supervivencia fuese más amena y fácil puesto que, con la ayuda de otras personas, se podían enfrentar a los animales, a otros humanos enloquecidos, etcétera. Sin embargo, también hubo un pequeño grupo de personas que decidió vagar por el mundo en soledad pues o bien nunca se plantearon el tener compañía o decidieron que era demasiado arriesgado confiar en otras personas por aquellos tiempos. Hay que decir que hubo una gran cantidad de humanos que enloquecieron cuando vieron cómo las naves se marchaban y que iban robando a los demás o intentando matarlos. La meta era sobrevivir, no importaba a costa de qué.
Las cosas se fueron estabilizando lentamente cuando un grupo bastante numeroso de mutantes decidieron investigar en una zona subterránea que parecía lo bastante amplia y resistente como para que todos los mutantes se refugiasen en ella. Tras comprobar que así era y que allí podían protegerse del frío, el viento, los terremotos,… el rumor de que había un lugar seguro en el que todos podrían vivir se fue expandiendo de una esquina a la otra del planeta. Hubo muchos mutantes que se mostraron bastante recelosos y que no aceptaron el unirse a lo que acabaría siendo una ciudad subterránea aunque otros, agradecidos, se trasladaron allí lo más rápido que pudieron. Este lugar los ponía a todos bajo cobijo de la devastación que se daba en la superficie del planeta.
La normalidad llegó por fin tras diez años de continua inestabilidad y los mutantes se pensaron que todo había acabado. La ciudad había crecido mucho en poco tiempo y todos vivían en cierta paz. El comercio, que utilizaba el trueque como en la antigüedad, se reavivó. Se construyó el primer mercado en el que los mutantes más hábiles exponían los objetos artesanos que habían realizado o todo aquello que habían conseguido rescatar del fin del mundo. Fue entonces, cuando creían que la vida volvería a surgir, que volvieron las naves.
Al principio, la mayoría de los mutantes tenían miedo a los humanos que habían vuelto del espacio. Sin embargo, tras el paso del tiempo hubo algunos que sustituyeron el miedo por un odio y rechazo profundos pues aquellas personas los habían abandonado y ahora volvían exigiendo una tierra que no era suya. Fue entonces cuando Ragnarök, impulsada por Lilith, apareció en escena. Todos aquellos que sentían odio hacia los humanos, gracias a diversos contactos, acabaron enterándose de su existencia y entraron para formar parte de aquella organización. Aún así, también hubo otros que sustituyeron el miedo por curiosidad y desearon en todo momento la paz entre las razas. Estos sabían que los humanos los habían abandonado en el planeta pero… ¿Qué podrían haber hecho sino? No se podían llevar a tantas personas al espacio exterior pues eran demasiados. Pasaron los años y, algunos de estos mutantes, acabaron formando una nueva organización llamada Eirene que defendía la paz entre las razas. Aún así, la mayoría de mutantes decidieron seguir por libre y no unirse a ninguna de las dos organizaciones para que no peligrara su seguridad.
Los mutantes pueden moverse por casi todas las zonas del mundo. Obviamente, los que no pertenezcan a las organizaciones no podrán entrar en sus sedes aunque sí pueden llegar a sus alrededores por accidente. Además, hay algunos que se muestran bastante distantes de los humanos y que prefieren no acercarse a las zonas más transitadas por ellos, como son los alrededores de las naves y de la ciudad. En estas dos últimas, a no ser que sean capaces de saltarse las grandes medidas de seguridad, tampoco pueden entrar. Para entrar en la ciudad subterránea es necesario conocerla de mano de otro mutante que ya viva en ella y jurar guardar su secreto y su lugar de encuentro, los mutantes son muy recelosos con ella y nadie, ni siquiera miembros de Eirene, puede contar de su existencia a un humano.
De entre toda esta ingente masa de gente, pues de seis billones de habitantes era obvio que solo podría huir un número muy reducido, tampoco ha sobrevivido la mayoría de la población. Y es que los desastres meteorológicos y geológicos fueron tales que realmente casi consiguieron la absoluta extinción de la especie. Solo algunos sobrevivieron a todo, a terremotos, maremotos, tormentas, volcanes, huracanes, jaurías de animales y demás peligros, y fue únicamente y gracias a un detalle que estos poseyeron y el resto de personas no: una mutación. No se sabe de forma absoluta el origen de esta mutación pero la teoría más extensa y aceptada es que una serie de personas nacieron con un gen distinto en su ADN, un gen mutante, y que este permaneció desactivado y latente hasta que se diera la situación propicia para su activación; la destrucción del mundo y la desesperación por sobrevivir fueron las causas perfectas para que el gen despertara y la mutación se hiciera visible. ¿Y en qué consistía? Dicho gen fue nada más y nada menos que el causante de que sus portadores desarrollaran una especie de habilidades físicas o mentales hasta ahora nunca vistas y solo consideradas en las historias de ficción. Con estos poderes, las personas, llamadas desde entonces mutantes, pudieron sobrevivir a las adversidades y a los peligros. El hecho está claro: todos los que no desarrollaron la mutación perecieron bajo la fuerza destructiva, aunque hay que remarcar no todos los mutantes sobrevivieron. Pero es por ello exactamente que se hacen llamar a sí mismos los auténticos supervivientes al cataclismo y por lo tanto los únicos con derecho a reclamar este terreno que no abandonaron ni dejaron a su suerte.
Cada humano que se expuso al fin del mundo desarrolló un poder distinto que dependió de las distintas situaciones de riesgo que sucedieron a lo largo de su vida pero, sobre todo, a aquellos momentos de desesperación. Por ejemplo, una persona que había vivido mayores situaciones de riesgo respecto a los humanos que la rodeaban, era más normal que desarrollase un poder que le permitiese protegerse de ellos. Además, la aparición de cada poder también se vio condicionada por los rasgos físicos y psicológicos del susodicho.
Por otro lado, cada persona desarrolló su poder en un momento diferente y no todos simultáneamente. Hubo algunas que en los primeros años comenzaron a notar los cambios que se habían producido en sus cuerpos y que consiguieron aprender a utilizarlos mucho antes que otras que, hasta que prácticamente no terminó la época de cambios, no descubrieron sus nuevas habilidades. Podríamos decir que, hasta que no se encontraron en un momento de amenaza extrema hacia su supervivencia, los poderes no se hicieron ver. Habría que añadir, sin embargo, que a pesar de las condiciones solo el gen se activa a partir de la entrada a la pubertad, generalmente los doce años.
Durante el tiempo de los cambios que se producían en el planeta, hubo una mayoría de mutantes que se concentraron en grupos de tres o más personas para que la lucha por la supervivencia fuese más amena y fácil puesto que, con la ayuda de otras personas, se podían enfrentar a los animales, a otros humanos enloquecidos, etcétera. Sin embargo, también hubo un pequeño grupo de personas que decidió vagar por el mundo en soledad pues o bien nunca se plantearon el tener compañía o decidieron que era demasiado arriesgado confiar en otras personas por aquellos tiempos. Hay que decir que hubo una gran cantidad de humanos que enloquecieron cuando vieron cómo las naves se marchaban y que iban robando a los demás o intentando matarlos. La meta era sobrevivir, no importaba a costa de qué.
Las cosas se fueron estabilizando lentamente cuando un grupo bastante numeroso de mutantes decidieron investigar en una zona subterránea que parecía lo bastante amplia y resistente como para que todos los mutantes se refugiasen en ella. Tras comprobar que así era y que allí podían protegerse del frío, el viento, los terremotos,… el rumor de que había un lugar seguro en el que todos podrían vivir se fue expandiendo de una esquina a la otra del planeta. Hubo muchos mutantes que se mostraron bastante recelosos y que no aceptaron el unirse a lo que acabaría siendo una ciudad subterránea aunque otros, agradecidos, se trasladaron allí lo más rápido que pudieron. Este lugar los ponía a todos bajo cobijo de la devastación que se daba en la superficie del planeta.
La normalidad llegó por fin tras diez años de continua inestabilidad y los mutantes se pensaron que todo había acabado. La ciudad había crecido mucho en poco tiempo y todos vivían en cierta paz. El comercio, que utilizaba el trueque como en la antigüedad, se reavivó. Se construyó el primer mercado en el que los mutantes más hábiles exponían los objetos artesanos que habían realizado o todo aquello que habían conseguido rescatar del fin del mundo. Fue entonces, cuando creían que la vida volvería a surgir, que volvieron las naves.
Al principio, la mayoría de los mutantes tenían miedo a los humanos que habían vuelto del espacio. Sin embargo, tras el paso del tiempo hubo algunos que sustituyeron el miedo por un odio y rechazo profundos pues aquellas personas los habían abandonado y ahora volvían exigiendo una tierra que no era suya. Fue entonces cuando Ragnarök, impulsada por Lilith, apareció en escena. Todos aquellos que sentían odio hacia los humanos, gracias a diversos contactos, acabaron enterándose de su existencia y entraron para formar parte de aquella organización. Aún así, también hubo otros que sustituyeron el miedo por curiosidad y desearon en todo momento la paz entre las razas. Estos sabían que los humanos los habían abandonado en el planeta pero… ¿Qué podrían haber hecho sino? No se podían llevar a tantas personas al espacio exterior pues eran demasiados. Pasaron los años y, algunos de estos mutantes, acabaron formando una nueva organización llamada Eirene que defendía la paz entre las razas. Aún así, la mayoría de mutantes decidieron seguir por libre y no unirse a ninguna de las dos organizaciones para que no peligrara su seguridad.
Los mutantes pueden moverse por casi todas las zonas del mundo. Obviamente, los que no pertenezcan a las organizaciones no podrán entrar en sus sedes aunque sí pueden llegar a sus alrededores por accidente. Además, hay algunos que se muestran bastante distantes de los humanos y que prefieren no acercarse a las zonas más transitadas por ellos, como son los alrededores de las naves y de la ciudad. En estas dos últimas, a no ser que sean capaces de saltarse las grandes medidas de seguridad, tampoco pueden entrar. Para entrar en la ciudad subterránea es necesario conocerla de mano de otro mutante que ya viva en ella y jurar guardar su secreto y su lugar de encuentro, los mutantes son muy recelosos con ella y nadie, ni siquiera miembros de Eirene, puede contar de su existencia a un humano.
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Fecha de inscripción : 23/02/2010
Re: Mutantes, un paso de la evolución
- Mental
Se conoce como mentalismo la habilidad que consiste en la posibilidad de extender la conciencia del mutante mentalista hacia el resto de mentes de forma que le permite poder leerlas y, en mayor o menor grado, manejarlas a su antojo. Siendo así, la característica básica de los mentalistas reside en la telepatía.
No obstante no sólo de la lectura de mentes se sirven estos mutantes pues, tal y como ya se ha dejado ver, una vez han logrado franquear las fronteras de la mente de su víctima, podrán ser capaces de hacer muchas cosas con ella según su grado de poder y de entrenamiento conseguidos. En primer lugar podrán leer no solo los pensamientos actuales de la persona sino también sus recuerdas, su información personal y todo lo que esta conoce. Cabe dejar claro que a aquello que la víctima ya no recuerde, aunque lo haya vivido, tenga confuso o le haya sido borrado, el mentalista no podrá acceder para verlo a no ser que él, obviamente, ya lo sepa de antes. A su vez, las víctimas, aunque la barrera de su mente haya sido burlada, pueden concentrar su fuerza en ocultar una parte de su mente, como un recuerdo especial o vergonzoso, al que sólo un mentalista muy experimentado podría acceder en el caso de que la resistencia mental de dicho individuo fuese alta. Además de todo esto, los niveles más avanzados de este poder permiten el eliminar información de la mente, mezclarla o modificarla para que sea distinta pero, hay que tener mucho cuidado cuando esto se hace porque debe realizarse bien o el sujeto podría percibir estos cambios al notar que algo no encaja. Digamos que si los recuerdos, por poner un ejemplo, son como un rompecabezas y un mentalista quiere cambiarlos, debe asegurarse de que modifica no sólo el dibujo de las piezas sino su forma porque de lo contrario la persona podría notar que hay piezas que no están bien encajadas y podría llegar a deshacer la manipulación.
Otro beneficio del mentalismo es la llamada persuasión mental: consiste en que el mutante introduce su propia voz en la mente de su víctima de forma que ésta cree que es su propio pensamiento quien habla, piensa y decide. Con esta estrategia el mentalista puede instar a hacer lo que él o ella quiera, es decir puede dar una especie de orden a la conciencia en la que se ha introducido, pero siendo siempre una persuasión o insinuación y nunca un control mental de imperativo. Esto quiere decir que la víctima no está obligada a hacer caso a esos pensamientos y, sin duda alguna, si suenan como una locura se dará cuenta de que es un truco pero, si el mentalista es inteligente y cuidadoso, puede ganarse el convencimiento de su víctima porque el éxito de esta habilidad reside en cuan creíble y habilidosa sea su persuasión. Además, según la resistencia mental de la víctima, su mente será más débil o fuerte a estas órdenes. Por otro lado, un mentalista también puede introducir su voz en la mente de otra persona únicamente para fines comunicativos y para hablar con esta de forma que solo ella pueda escucharle en su mente.
Se dice que los mentalistas más experimentados y de mayor poder pueden llegar a controlar efectiva y totalmente la mente de otra persona y anularla por completo dejando a su víctima como un cuerpo de carne sin conciencia, una marioneta; esto, de momento, es solo una suposición pues no se ha encontrado ningún mutante con un nivel tan alto de poder.
No obstante no sólo de la lectura de mentes se sirven estos mutantes pues, tal y como ya se ha dejado ver, una vez han logrado franquear las fronteras de la mente de su víctima, podrán ser capaces de hacer muchas cosas con ella según su grado de poder y de entrenamiento conseguidos. En primer lugar podrán leer no solo los pensamientos actuales de la persona sino también sus recuerdas, su información personal y todo lo que esta conoce. Cabe dejar claro que a aquello que la víctima ya no recuerde, aunque lo haya vivido, tenga confuso o le haya sido borrado, el mentalista no podrá acceder para verlo a no ser que él, obviamente, ya lo sepa de antes. A su vez, las víctimas, aunque la barrera de su mente haya sido burlada, pueden concentrar su fuerza en ocultar una parte de su mente, como un recuerdo especial o vergonzoso, al que sólo un mentalista muy experimentado podría acceder en el caso de que la resistencia mental de dicho individuo fuese alta. Además de todo esto, los niveles más avanzados de este poder permiten el eliminar información de la mente, mezclarla o modificarla para que sea distinta pero, hay que tener mucho cuidado cuando esto se hace porque debe realizarse bien o el sujeto podría percibir estos cambios al notar que algo no encaja. Digamos que si los recuerdos, por poner un ejemplo, son como un rompecabezas y un mentalista quiere cambiarlos, debe asegurarse de que modifica no sólo el dibujo de las piezas sino su forma porque de lo contrario la persona podría notar que hay piezas que no están bien encajadas y podría llegar a deshacer la manipulación.
Otro beneficio del mentalismo es la llamada persuasión mental: consiste en que el mutante introduce su propia voz en la mente de su víctima de forma que ésta cree que es su propio pensamiento quien habla, piensa y decide. Con esta estrategia el mentalista puede instar a hacer lo que él o ella quiera, es decir puede dar una especie de orden a la conciencia en la que se ha introducido, pero siendo siempre una persuasión o insinuación y nunca un control mental de imperativo. Esto quiere decir que la víctima no está obligada a hacer caso a esos pensamientos y, sin duda alguna, si suenan como una locura se dará cuenta de que es un truco pero, si el mentalista es inteligente y cuidadoso, puede ganarse el convencimiento de su víctima porque el éxito de esta habilidad reside en cuan creíble y habilidosa sea su persuasión. Además, según la resistencia mental de la víctima, su mente será más débil o fuerte a estas órdenes. Por otro lado, un mentalista también puede introducir su voz en la mente de otra persona únicamente para fines comunicativos y para hablar con esta de forma que solo ella pueda escucharle en su mente.
Se dice que los mentalistas más experimentados y de mayor poder pueden llegar a controlar efectiva y totalmente la mente de otra persona y anularla por completo dejando a su víctima como un cuerpo de carne sin conciencia, una marioneta; esto, de momento, es solo una suposición pues no se ha encontrado ningún mutante con un nivel tan alto de poder.
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Fecha de inscripción : 23/02/2010
Re: Mutantes, un paso de la evolución
- Quimerismo
Inicialmente conocido como ilusionismo, el quimerismo tomó este nombre cuando hace ya siete años uno de los primeros mutantes poseedor de este poder empezó a decir a sus víctimas y compañeros que lo que él creaba no eran ilusiones sino quimeras y, fue tal el éxito de este mutante, que el nombre se extendió por completo y fue el adoptado para el poder que tenía. La base de esta habilidad es, por lo tanto, la capacidad de proyectar ilusiones en las víctimas elegidas, además de que el propio quimerista pueda verlas.
Se dice que el quimerismo es el arte de confundir los cinco sentidos, modificarlos, estimularlos y hacerles creer que perciben algo que realmente no existe ni pueden sentir. Este poder sólo es aplicable a los sentidos sensibles y no a los emotivos, es decir a la vista, el gusto, el tacto el oído y el olfato; por lo que los quimeristas no son empáticos. Por lo tanto, un mutante con este poder es capaz de hacer creer que se ve, oye, huele, siente o prueba algo inexistente producto sólo de una ilusión. Y, aunque no lo parezca, en eso mismo radica el peligro de su habilidad. Los quimeristas son mutantes difíciles de clasificar como poseedores de un poder de ataque o de defensa pues, aunque a primera vista parecen lo segundo o directamente no parecen tener un poder que sirva en una batalla, si el quimerista tiene una mente hábil e ingeniosa puede llegar a crear tácticas de peleas en las que no tendrá que mover ni un dedo para salir victorioso. El quimerismo en una mente enferma o psicópata es fatal y, lo peor, es que resulta muy común en los mutantes que poseen este poder el desarrollar algún tipo de desequilibrio o patología mental. Es un hecho cuya causa se desconoce aún por completo.
Este poder nace usualmente de la capacidad de alterar los sentidos secundarios como son el oído o el olfato, el gusto también se incluye pero este suele usarse menos veces. En sus inicios, por lo tanto, los quimeristas a penas pueden ilusionar a una única víctima o crear una ilusión en un muy reducido radio de efecto que puede percibir cualquier pero cuyo realismo es mucho menor, además de no poder ser muy compleja. Con la práctica las ilusiones a radio se vuelven más vívidas y ocupan un espacio que puede ser mayor mientras que las ilusiones a una víctima pueden dejar de ser meramente ambientales. Esto último quiere decir que, llegado a un punto elevado, el quimerista es capaz no solo de hacer ver y oír cosas en el mundo real, lo que sería una ilusión ambiental, sino construir un mundo completamente paralelo solo existente en la mente de la víctima y de una forma tan profunda que reside no ante los ojos de esa persona sino en su misma conciencia. Y al llegar a este elevado nivel de poder, el quimerista es capaz de crear la ilusión de dolor y, estando el objetivo sumergido en su mentira, hacérselo sentir en su cuerpo.
Un quimerista, no obstante, no puede matar a su víctima en una ilusión aunque en ésta le haga ver que lo está degollando, por poner un ejemplo, pues las ilusiones son algo psicológico y no sólido o real. Sin embargo, sí puede matarlo provocando paros cardíacos o respiratorios por el terror o, haciendo que la víctima se suicide con el dolor o la confusión. Algo tan sencillo como conducir a la víctima hacia un acantilado, hacerle creer que es todo tierra llana e instarla a caminar hasta que llegue al punto donde ya no hay tierra de forma que termina cayendo es un ejemplo del uso ingenioso del poder como arma de ataque.
Se dice que el quimerismo es el arte de confundir los cinco sentidos, modificarlos, estimularlos y hacerles creer que perciben algo que realmente no existe ni pueden sentir. Este poder sólo es aplicable a los sentidos sensibles y no a los emotivos, es decir a la vista, el gusto, el tacto el oído y el olfato; por lo que los quimeristas no son empáticos. Por lo tanto, un mutante con este poder es capaz de hacer creer que se ve, oye, huele, siente o prueba algo inexistente producto sólo de una ilusión. Y, aunque no lo parezca, en eso mismo radica el peligro de su habilidad. Los quimeristas son mutantes difíciles de clasificar como poseedores de un poder de ataque o de defensa pues, aunque a primera vista parecen lo segundo o directamente no parecen tener un poder que sirva en una batalla, si el quimerista tiene una mente hábil e ingeniosa puede llegar a crear tácticas de peleas en las que no tendrá que mover ni un dedo para salir victorioso. El quimerismo en una mente enferma o psicópata es fatal y, lo peor, es que resulta muy común en los mutantes que poseen este poder el desarrollar algún tipo de desequilibrio o patología mental. Es un hecho cuya causa se desconoce aún por completo.
Este poder nace usualmente de la capacidad de alterar los sentidos secundarios como son el oído o el olfato, el gusto también se incluye pero este suele usarse menos veces. En sus inicios, por lo tanto, los quimeristas a penas pueden ilusionar a una única víctima o crear una ilusión en un muy reducido radio de efecto que puede percibir cualquier pero cuyo realismo es mucho menor, además de no poder ser muy compleja. Con la práctica las ilusiones a radio se vuelven más vívidas y ocupan un espacio que puede ser mayor mientras que las ilusiones a una víctima pueden dejar de ser meramente ambientales. Esto último quiere decir que, llegado a un punto elevado, el quimerista es capaz no solo de hacer ver y oír cosas en el mundo real, lo que sería una ilusión ambiental, sino construir un mundo completamente paralelo solo existente en la mente de la víctima y de una forma tan profunda que reside no ante los ojos de esa persona sino en su misma conciencia. Y al llegar a este elevado nivel de poder, el quimerista es capaz de crear la ilusión de dolor y, estando el objetivo sumergido en su mentira, hacérselo sentir en su cuerpo.
Un quimerista, no obstante, no puede matar a su víctima en una ilusión aunque en ésta le haga ver que lo está degollando, por poner un ejemplo, pues las ilusiones son algo psicológico y no sólido o real. Sin embargo, sí puede matarlo provocando paros cardíacos o respiratorios por el terror o, haciendo que la víctima se suicide con el dolor o la confusión. Algo tan sencillo como conducir a la víctima hacia un acantilado, hacerle creer que es todo tierra llana e instarla a caminar hasta que llegue al punto donde ya no hay tierra de forma que termina cayendo es un ejemplo del uso ingenioso del poder como arma de ataque.
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Re: Mutantes, un paso de la evolución
- Anulación
El poder de anulación es, tal vez, el poder más especial de todos los existentes. En primer lugar porque es un hecho que el número de mutantes con esta habilidad es altamente reducido y en segundo lugar porque se trata del poder con las características más sencillas y de menor número de todos. La anulación es la capacidad de bloquear los poderes de cualquier mutante que se encuentre cerca del sujeto.
Según la teoría más aceptada del origen de los poderes mutantes es que estos son producto de un gen que desarrollaron algunas personas y se les activó con la llegada del fin del mundo. Este gen, que es el mismo en todos los mutantes pero presenta distintas variaciones creando la aparición de distintas habilidades, es distinto en los anuladores, igual que todo el mundo tiene unos genes que dan color a sus ojos pero existen algunos colores, como el violeta, que son extraños y muy poco abundantes. Realmente, un anulador no tiene un poder igual que el resto de mutantes pues por sí mismo no puede hacer nada, sin embargo cuando otros mutantes se acercan a él, tampoco pueden usar el suyo. ¿Cómo se explica esto y cómo evoluciona?
En primer lugar la habilidad se manifiesta como una completa inmunidad ante los poderes que requieren de un objetivo, es decir que un mentalista no puede leer su mente y un quimerista no puede proyectar en él ninguna ilusión. Luego el poder puede extenderse en un radio alrededor del mutante donde también se hace efectiva su anulación y cuyo tamaño va haciéndose más grande conforme se entrena y se vuelve más poderoso. Así un anulador puede mantener a otras personas dentro de su radio de efecto y hacer que la anulación las cubra a ellas, aunque nunca será igual a como se protege a si mismo. Dentro del punto de control de estos mutantes, cualquier otro verá como su habilidad queda bloqueada como si no existiera pero cabe resaltar que no es el mismo tipo de anulación la que recibe un mutante de poder que requiere de objetivo como un mutante que no lo requiere. Esto quiere decir que, como ya se ha dicho, un mentalista lógicamente nunca podrá usar su poder sobre un anulador esté dentro o fuera de su radio porque el poder cubre su mente pero, en cambio, un elementalista sí podría herir a un anulador si está fuera de su radio, ya que ahí ya no recibe el efecto de bloqueo. Es decir, el bloqueo es como un impermeable dentro del cual nadie puede usar su poder pero desde fuera también es una barrera de poderes y por eso anula a un mentalista pero no a un elementalista, que sólo usa su poder para crear su elemento. Un claro ejemplo de lo segundo es que un elementalista podría encontrarse lejos de un anulador, fuera de su campo, y lanzarle una bola de fuego; la bola al entrar en el radio del anulador no desaparecería aunque el elementalista ya no tendría control sobre ella. Los niveles más avanzados de anulación permiten al sujeto llegar a poder desactivar su campo, es decir, desactivar su poder. También podrá hacer que cubra a una persona únicamente mediante el contacto físico y no utilizando la creación de un campo. De esta forma podría solo envolver a un compañero al que proteger dentro de un grupo dejando a los demás al descubierto. Si bien parece muy inútil que los anuladores puedan o quieran dejar de usar su poder de algún momento hay que recordar que esto puede servir si, en una pelea, resultan heridos y requieren que un mutante de poderes curativos les cure o un molecular los transporte a otro lugar entre otros muchos casos.
Existe una única variación conocida de este poder y se trata de una variación artificial creada por los humanos de las naves, durante estos últimos dos años, en sus investigaciones sobre el origen de la mutación. Es la llamada reversión, o anulación mimética, que otorga la habilidad no de bloquear los poderes de otro mutante sino de absorberlos y poderlos usar (aunque con la necesidad de entrenarlos). Siendo este poder producto de un experimento, sólo lo posee un único sujeto: el mutante Ian Armstrong, arma secreta de los humanos y miembro de La Organización.
Según la teoría más aceptada del origen de los poderes mutantes es que estos son producto de un gen que desarrollaron algunas personas y se les activó con la llegada del fin del mundo. Este gen, que es el mismo en todos los mutantes pero presenta distintas variaciones creando la aparición de distintas habilidades, es distinto en los anuladores, igual que todo el mundo tiene unos genes que dan color a sus ojos pero existen algunos colores, como el violeta, que son extraños y muy poco abundantes. Realmente, un anulador no tiene un poder igual que el resto de mutantes pues por sí mismo no puede hacer nada, sin embargo cuando otros mutantes se acercan a él, tampoco pueden usar el suyo. ¿Cómo se explica esto y cómo evoluciona?
En primer lugar la habilidad se manifiesta como una completa inmunidad ante los poderes que requieren de un objetivo, es decir que un mentalista no puede leer su mente y un quimerista no puede proyectar en él ninguna ilusión. Luego el poder puede extenderse en un radio alrededor del mutante donde también se hace efectiva su anulación y cuyo tamaño va haciéndose más grande conforme se entrena y se vuelve más poderoso. Así un anulador puede mantener a otras personas dentro de su radio de efecto y hacer que la anulación las cubra a ellas, aunque nunca será igual a como se protege a si mismo. Dentro del punto de control de estos mutantes, cualquier otro verá como su habilidad queda bloqueada como si no existiera pero cabe resaltar que no es el mismo tipo de anulación la que recibe un mutante de poder que requiere de objetivo como un mutante que no lo requiere. Esto quiere decir que, como ya se ha dicho, un mentalista lógicamente nunca podrá usar su poder sobre un anulador esté dentro o fuera de su radio porque el poder cubre su mente pero, en cambio, un elementalista sí podría herir a un anulador si está fuera de su radio, ya que ahí ya no recibe el efecto de bloqueo. Es decir, el bloqueo es como un impermeable dentro del cual nadie puede usar su poder pero desde fuera también es una barrera de poderes y por eso anula a un mentalista pero no a un elementalista, que sólo usa su poder para crear su elemento. Un claro ejemplo de lo segundo es que un elementalista podría encontrarse lejos de un anulador, fuera de su campo, y lanzarle una bola de fuego; la bola al entrar en el radio del anulador no desaparecería aunque el elementalista ya no tendría control sobre ella. Los niveles más avanzados de anulación permiten al sujeto llegar a poder desactivar su campo, es decir, desactivar su poder. También podrá hacer que cubra a una persona únicamente mediante el contacto físico y no utilizando la creación de un campo. De esta forma podría solo envolver a un compañero al que proteger dentro de un grupo dejando a los demás al descubierto. Si bien parece muy inútil que los anuladores puedan o quieran dejar de usar su poder de algún momento hay que recordar que esto puede servir si, en una pelea, resultan heridos y requieren que un mutante de poderes curativos les cure o un molecular los transporte a otro lugar entre otros muchos casos.
Existe una única variación conocida de este poder y se trata de una variación artificial creada por los humanos de las naves, durante estos últimos dos años, en sus investigaciones sobre el origen de la mutación. Es la llamada reversión, o anulación mimética, que otorga la habilidad no de bloquear los poderes de otro mutante sino de absorberlos y poderlos usar (aunque con la necesidad de entrenarlos). Siendo este poder producto de un experimento, sólo lo posee un único sujeto: el mutante Ian Armstrong, arma secreta de los humanos y miembro de La Organización.
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Re: Mutantes, un paso de la evolución
- Bioquinesis
Llamamos bioquinesis a la habilidad mutante que permite en cierto grado el control de las células de los seres vivos y con ello del estado vital de los mismos. La definición no es del todo exacta puesto que estos mutantes no tienen poder sobre la vida o la muerte de los seres vivos pero si pueden influir en su salud mediante la curación o el empeoramiento de heridas, enfermedades y demás a través del contacto físico. También influyen en su propio cuerpo y esto les permite que, impidiendo la muerte de sus células y provocando que siempre vayan regenerándose, envejezcan de forma muy lenta y sea más difícil matarles si no es con heridas mortales.
Los mutantes con este poder al principio desarrollan uno de los dos lados del mismo que vienen a ser o bien la capacidad de curar o bien la capacidad de dañar. Luego van perfeccionando aquella que se les ha manifestado y cuando tiene un ligero dominio de la misma pueden emplear por primera vez la segunda. En el caso de la curación, su inicio permite solamente la mejora de heridas muy leves como rasguños o cortes poco profundos, también permite aliviar moratones y golpes y curar algunos síntomas leves de enfermedades comunes tipo constipados. En el caso del daño, no pueden crear heridas ni enfermedades de la nada pero, al principio, pueden influir también en esos pequeños cortes, golpes o síntomas que ya padece su víctima y hacer que sus efectos como el escozor, picor y dolor sean mayores; también pueden hacer que los cortes sean más profundas y la tos más intensa.
A medida que avanzan en sus entrenamientos el poder se abre a casos más complicados, heridas más profundas, enfermedades más graves, etc. Esto provocará que los bioquinéticos necesiten invertir no solamente una mayor concentración durante el proceso de curación o empeoramiento sino también parte de su energía para conseguir que las células reaccionen a la velocidad requerida para que estos procesos mas complicados puedan darse sin que sea necesario el paso de días.
Cuando este poder se entrena mucho y se llega a un grado de control verdaderamente alto, estos mutantes pueden ser capaces de curar una herida mortal y salvar la vida de una persona o convertir que una herida o enfermedad simple y aparentemente inofensiva se agrave hasta poner a la víctima en el filo entre la vida y la muerte. Sin embargo, igual que es imposible matar directamente a una persona o devolverle la vida, tampoco se ha encontrado a ningún mutante con este poder capaz de curar enfermedades terminales ni devolver órganos dañados, casos como podría ser el curar una ceguera se consideran imposibles de realizar.
Asimismo en cuanto a su regeneración celular, esta la desarrollan de forma natural e innata y la tienen permanentemente activada pero va volviéndose más veloz con la experiencia que obtiene el mutante. De este modo, cualquier herida que se les haga o enfermedad que contraigan se empezará a curar al instante a una velocidad mayor que la de otro ser pero a más velocidad conforme más fuertes sean o menos complejo sea su daño. No pueden, tampoco, devolverse miembros amputados ni volver a hacerlos crecer y tienen que retirar cualquier elemento que se les clave en su cuerpo antes de que se cicatricen sus heridas, como puede ser una bala si reciben un disparo. En caso de no remover dicho elemento, quedan en un estado de coma donde no respiran ni dan señales de vida pero no están muertos. Se desconoce si la perduración en este estado puede causar una muerte definitiva.
Los mutantes con este poder al principio desarrollan uno de los dos lados del mismo que vienen a ser o bien la capacidad de curar o bien la capacidad de dañar. Luego van perfeccionando aquella que se les ha manifestado y cuando tiene un ligero dominio de la misma pueden emplear por primera vez la segunda. En el caso de la curación, su inicio permite solamente la mejora de heridas muy leves como rasguños o cortes poco profundos, también permite aliviar moratones y golpes y curar algunos síntomas leves de enfermedades comunes tipo constipados. En el caso del daño, no pueden crear heridas ni enfermedades de la nada pero, al principio, pueden influir también en esos pequeños cortes, golpes o síntomas que ya padece su víctima y hacer que sus efectos como el escozor, picor y dolor sean mayores; también pueden hacer que los cortes sean más profundas y la tos más intensa.
A medida que avanzan en sus entrenamientos el poder se abre a casos más complicados, heridas más profundas, enfermedades más graves, etc. Esto provocará que los bioquinéticos necesiten invertir no solamente una mayor concentración durante el proceso de curación o empeoramiento sino también parte de su energía para conseguir que las células reaccionen a la velocidad requerida para que estos procesos mas complicados puedan darse sin que sea necesario el paso de días.
Cuando este poder se entrena mucho y se llega a un grado de control verdaderamente alto, estos mutantes pueden ser capaces de curar una herida mortal y salvar la vida de una persona o convertir que una herida o enfermedad simple y aparentemente inofensiva se agrave hasta poner a la víctima en el filo entre la vida y la muerte. Sin embargo, igual que es imposible matar directamente a una persona o devolverle la vida, tampoco se ha encontrado a ningún mutante con este poder capaz de curar enfermedades terminales ni devolver órganos dañados, casos como podría ser el curar una ceguera se consideran imposibles de realizar.
Asimismo en cuanto a su regeneración celular, esta la desarrollan de forma natural e innata y la tienen permanentemente activada pero va volviéndose más veloz con la experiencia que obtiene el mutante. De este modo, cualquier herida que se les haga o enfermedad que contraigan se empezará a curar al instante a una velocidad mayor que la de otro ser pero a más velocidad conforme más fuertes sean o menos complejo sea su daño. No pueden, tampoco, devolverse miembros amputados ni volver a hacerlos crecer y tienen que retirar cualquier elemento que se les clave en su cuerpo antes de que se cicatricen sus heridas, como puede ser una bala si reciben un disparo. En caso de no remover dicho elemento, quedan en un estado de coma donde no respiran ni dan señales de vida pero no están muertos. Se desconoce si la perduración en este estado puede causar una muerte definitiva.
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Re: Mutantes, un paso de la evolución
- Molecular
La base principal de este poder es la capacidad que otorga al mutante de controlar las moléculas, y con ello su construcción y composición, de su propio cuerpo. Al ser esto así un molecularista puede cambiar su estructura molecular. Ésta es la base a partir de la cual los cuerpos materiales adoptan unas cualidades u otras. A su vez, un molecular de nivel medio también puede llegar a transmitir el cambio que hace en sus moléculas a otro cuerpo, sea de una persona o de un objeto, mediante el contacto físico entre ambos. Aunque cabe resaltar que, aunque se transmita el poder, eso únicamente quiere decir que en la segunda persona se realizarán los mismos cambios que el molecularista haga en su cuerpo, es decir, la segunda persona no tiene la capacidad de controlar sus moléculas por sí misma.
¿Y qué permite cambiar la alteración de las moléculas de un cuerpo? Como ya se ha dicho, el orden de las mismas y de los átomos que las forman es lo que otorga a la materia sus cualidades. Estas producen la diferencia entre los distintos tipos de formas en las que se puede presentar la materia: Los distintos elementos, su estado físico, sus propiedades de dureza, resistencia o elasticidad. El poder molecular permite, por ejemplo, que el mutante copie la estructura molecular de otro elemento, o la altere para poder ser más elástico o incluso separe sus moléculas para hacer posible que su cuerpo sea intangente. Porque una de las principales habilidades que permite este poder, una de las que hacen a los molecularistas facialmente reconocibles, es la intangencia o capacidad de atravesar la materia con la que entra en contacto el cuerpo de un molecularista. De hecho, cuando esta habilidad es bien domada por el mutante, puede otorgarle a este una cierta capacidad de invulnerabilidad puesto que ningún ataque físico podría llegar dañarle. La segunda de las habilidades por la cual el poder molecular es especialmente reconocido es la invisibilidad, que se obtiene mediante la modificación de las moléculas para que estas no absorban o reflejen la luz sino que las atraviese limpiamente de forma que, como sucede en los cristales, el cuerpo del molecular no puede ser visto. No hay que olvidar, no obstante, que el mutante sigue estando presente y que por lo tanto su mente puede ser captada por un mentalista de la misma forma que un animal puede olerlo o alguien atento puede percibir los rastros o marcas de su presencia. Y finalmente, tal vez la mayor habilidad, la más útil y la que requiere mayor entrenamiento y poder para obtener y luego controlar es la posibilidad de teletransportación. Es conseguida mediante la desintegración y reintegración de las moléculas del cuerpo del lugar en el que se encuentran a un nuevo destino. Lo primero que es necesario decir de esta habilidad es que solo pueden empezar a practicarla aquellos que ya se encuentren en un punto elevado de su poder y además deben hacerlo con mucho cuidado pues, un descuido, un error o lo que sea, puede provocar una muerte segura del mutante. Hay que tener en cuenta que se está jugando con la desintegración del cuerpo un proceso al principio doloroso y algo peligroso porque también puede provocar fracturas o pérdidas de partes del cuerpo si este no se reintegra bien luego. Por otro lado, el molecular únicamente puede aparecer en un lugar que él conozca y que haya hecho presente en su mente cuando se está desintegrando, es imposible teletransportarse en un lugar desconocido o que no se haya podido ver por el simple hecho de que el mutante no podrá calcular los parámetros para reintegrar el cuerpo. Además, la distancia a la que se podrá teletransportar depende de las capacidades de cada mutante y del control de su poder.
Se sabe que los usos de este poder, excepto en las habilidades más básicas como otorgar elasticidad o dureza o cambiar el elemento, suelen causar malestares físicos en el mutante molecular sobre todo las primeras veces que las usan. por otro lado, también se sabe que la extensión de este poder a otras personas o cuerpos materiales, sobre todo a personas, es bastante compleja y requiere mucha práctica para ir aumentando el número de compañeros.
Finalmente, es un hecho el poder molecular llegado a un punto medio de nivel y a un mayor desarrollo es un seguro de auto-supervivencia en este nuevo mundo de destrucción y la mayoría de molecularistas son supervivientes natos.
¿Y qué permite cambiar la alteración de las moléculas de un cuerpo? Como ya se ha dicho, el orden de las mismas y de los átomos que las forman es lo que otorga a la materia sus cualidades. Estas producen la diferencia entre los distintos tipos de formas en las que se puede presentar la materia: Los distintos elementos, su estado físico, sus propiedades de dureza, resistencia o elasticidad. El poder molecular permite, por ejemplo, que el mutante copie la estructura molecular de otro elemento, o la altere para poder ser más elástico o incluso separe sus moléculas para hacer posible que su cuerpo sea intangente. Porque una de las principales habilidades que permite este poder, una de las que hacen a los molecularistas facialmente reconocibles, es la intangencia o capacidad de atravesar la materia con la que entra en contacto el cuerpo de un molecularista. De hecho, cuando esta habilidad es bien domada por el mutante, puede otorgarle a este una cierta capacidad de invulnerabilidad puesto que ningún ataque físico podría llegar dañarle. La segunda de las habilidades por la cual el poder molecular es especialmente reconocido es la invisibilidad, que se obtiene mediante la modificación de las moléculas para que estas no absorban o reflejen la luz sino que las atraviese limpiamente de forma que, como sucede en los cristales, el cuerpo del molecular no puede ser visto. No hay que olvidar, no obstante, que el mutante sigue estando presente y que por lo tanto su mente puede ser captada por un mentalista de la misma forma que un animal puede olerlo o alguien atento puede percibir los rastros o marcas de su presencia. Y finalmente, tal vez la mayor habilidad, la más útil y la que requiere mayor entrenamiento y poder para obtener y luego controlar es la posibilidad de teletransportación. Es conseguida mediante la desintegración y reintegración de las moléculas del cuerpo del lugar en el que se encuentran a un nuevo destino. Lo primero que es necesario decir de esta habilidad es que solo pueden empezar a practicarla aquellos que ya se encuentren en un punto elevado de su poder y además deben hacerlo con mucho cuidado pues, un descuido, un error o lo que sea, puede provocar una muerte segura del mutante. Hay que tener en cuenta que se está jugando con la desintegración del cuerpo un proceso al principio doloroso y algo peligroso porque también puede provocar fracturas o pérdidas de partes del cuerpo si este no se reintegra bien luego. Por otro lado, el molecular únicamente puede aparecer en un lugar que él conozca y que haya hecho presente en su mente cuando se está desintegrando, es imposible teletransportarse en un lugar desconocido o que no se haya podido ver por el simple hecho de que el mutante no podrá calcular los parámetros para reintegrar el cuerpo. Además, la distancia a la que se podrá teletransportar depende de las capacidades de cada mutante y del control de su poder.
Se sabe que los usos de este poder, excepto en las habilidades más básicas como otorgar elasticidad o dureza o cambiar el elemento, suelen causar malestares físicos en el mutante molecular sobre todo las primeras veces que las usan. por otro lado, también se sabe que la extensión de este poder a otras personas o cuerpos materiales, sobre todo a personas, es bastante compleja y requiere mucha práctica para ir aumentando el número de compañeros.
Finalmente, es un hecho el poder molecular llegado a un punto medio de nivel y a un mayor desarrollo es un seguro de auto-supervivencia en este nuevo mundo de destrucción y la mayoría de molecularistas son supervivientes natos.
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Re: Mutantes, un paso de la evolución
- Combo
El nombre de combo es como popularmente entre los mutantes se conoce al poder de tener la capacidades humanas sobre-desarrolladas por encima de la media; estas capacidades más que humanas son animales en general. Las capacidades son un tipo particular de habilidades, por llamarlas de alguna forma que no sea repetitiva, que se tienen desde que se nace y no necesitan ser aprendidas aunque sí entrenadas si se desea mejorarlas y potenciarlas. Así pues, cuando se habla de capacidades se hace referencia a la fuerza, la velocidad, la agilidad, los reflejos, la resistencia o la destreza y, de este modo, el poder consiste en tenerlas con un desarrollo superior al normal estándar del ser humano. Súper-fuerza, súper-velocidad, súper-resistencia y súper-agilidad son las habilidades de un mutante combo.
Cada persona nace teniendo las capacidades desarrolladas a un nivel, los hay que de forma innata son bastante fuertes y los hay que desde siempre han sido más ágiles que otra cosa. Luego, no obstante, con el tiempo y un continuo entrenamiento alguien que ya era rápido puede mejorar esas habilidad para ser campeón de atletismo o también alguien que no era fuerte puede conseguir esa fuerza que antes no tenía, aunque que siempre está ese límite de si no eres ágil, por ejemplo, de naturaleza será muy difícil conseguir saltar de un árbol a otro igual que lo haría un mono. Así funciona en las personas normales y corrientes. En los mutantes con poder combo, cuando el poder comienza a aparecer, estas capacidades se les activan ya a un nivel bastantemente superior al que podría llegar un humano u otro mutante aunque tuviese un duro entrenamiento. De repente, un combo descubrirá que tiene la fuerza para levantar el peso equivalente al de un coche sin notar mucho esfuerzo, a que puede correr a una velocidad casi próxima a la luz o tal vez descubrirá una puntería que no creía poseer. Todo eso, por supuesto poco a poco y en fases. Un mutante no podría usar todas sus capacidades al nivel máximo a la vez y desde el principio porque aquello supondría desgarres musculares, fracturas óseas o incluso un paro cardíaco pues el cuerpo debe acostumbrarse y habituarse a soportar estos altos niveles de rendimiento. Si bien está comprobado que la capacidad de resistencia también es sobre-desarrollada en este poder, es también un hecho que es la última en aparecer y que los mutantes combo recién iniciados no la poseen.
El funcionamiento de este poder es de los más sencillos: es progresivo. Esto quiere decir que el mutante va obteniendo las mejoras de sus capacidades gradualmente conforme avanza y va entrenando su poder puesto que, como ya se ha dicho, que las desarrollara todas de golpe podría destrozarlo físicamente. Así pues, primero desarrollan una capacidad, la mejoran y luego desarrollan la siguiente o bien desarrollan más de una y lentamente las van mejorando. Por otro lado, la aplicación de este poder también es muy obvia porque convierte los mutantes que lo poseen prácticamente en máquinas de combate cuerpo a cuerpo. En una lucha sin armas son generalmente invencible y en una lucha con armas solo necesitan aprender a usarlas para, de nuevo, resultar casi imposibles de superar. Su velocidad y sus reflejos, cuando los tienen bien desarrollados, les otorgan también una capacidad neuronal superior que les permite pensar más rápido que una persona media de forma que pueden realizar operaciones lógicas antes; aunque, obviamente, depende de su inteligente que el hecho de pensar rápido sea algo útil. Por último, cuando desarrollan finalmente la capacidad de resistencia pueden por lo tanto soportar golpes y agotamiento que para otros resultaría imposible aún siempre y cuando no haya heridas de por medio que se lo dificulte. Lo que viene a ser que no son inmunes al dolor ni al desangramiento pero son necesarios más que un par de puñetazos o de dos largas carreras para agotarlos o noquearlos.
Cada persona nace teniendo las capacidades desarrolladas a un nivel, los hay que de forma innata son bastante fuertes y los hay que desde siempre han sido más ágiles que otra cosa. Luego, no obstante, con el tiempo y un continuo entrenamiento alguien que ya era rápido puede mejorar esas habilidad para ser campeón de atletismo o también alguien que no era fuerte puede conseguir esa fuerza que antes no tenía, aunque que siempre está ese límite de si no eres ágil, por ejemplo, de naturaleza será muy difícil conseguir saltar de un árbol a otro igual que lo haría un mono. Así funciona en las personas normales y corrientes. En los mutantes con poder combo, cuando el poder comienza a aparecer, estas capacidades se les activan ya a un nivel bastantemente superior al que podría llegar un humano u otro mutante aunque tuviese un duro entrenamiento. De repente, un combo descubrirá que tiene la fuerza para levantar el peso equivalente al de un coche sin notar mucho esfuerzo, a que puede correr a una velocidad casi próxima a la luz o tal vez descubrirá una puntería que no creía poseer. Todo eso, por supuesto poco a poco y en fases. Un mutante no podría usar todas sus capacidades al nivel máximo a la vez y desde el principio porque aquello supondría desgarres musculares, fracturas óseas o incluso un paro cardíaco pues el cuerpo debe acostumbrarse y habituarse a soportar estos altos niveles de rendimiento. Si bien está comprobado que la capacidad de resistencia también es sobre-desarrollada en este poder, es también un hecho que es la última en aparecer y que los mutantes combo recién iniciados no la poseen.
El funcionamiento de este poder es de los más sencillos: es progresivo. Esto quiere decir que el mutante va obteniendo las mejoras de sus capacidades gradualmente conforme avanza y va entrenando su poder puesto que, como ya se ha dicho, que las desarrollara todas de golpe podría destrozarlo físicamente. Así pues, primero desarrollan una capacidad, la mejoran y luego desarrollan la siguiente o bien desarrollan más de una y lentamente las van mejorando. Por otro lado, la aplicación de este poder también es muy obvia porque convierte los mutantes que lo poseen prácticamente en máquinas de combate cuerpo a cuerpo. En una lucha sin armas son generalmente invencible y en una lucha con armas solo necesitan aprender a usarlas para, de nuevo, resultar casi imposibles de superar. Su velocidad y sus reflejos, cuando los tienen bien desarrollados, les otorgan también una capacidad neuronal superior que les permite pensar más rápido que una persona media de forma que pueden realizar operaciones lógicas antes; aunque, obviamente, depende de su inteligente que el hecho de pensar rápido sea algo útil. Por último, cuando desarrollan finalmente la capacidad de resistencia pueden por lo tanto soportar golpes y agotamiento que para otros resultaría imposible aún siempre y cuando no haya heridas de por medio que se lo dificulte. Lo que viene a ser que no son inmunes al dolor ni al desangramiento pero son necesarios más que un par de puñetazos o de dos largas carreras para agotarlos o noquearlos.
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Re: Mutantes, un paso de la evolución
- Clarividencia
Tal y como indica la etimología de su nombre, la clarividencia es la capacidad de ver claro, es decir, mejor que los demás y por consecuente lo que estos no pueden ver. Siendo así la clarividencia se trata del poder de vislumbrar más allá de lo que el simple sentido de la vista permite al resto de seres vivos. No obstante el nombre de esta mutación no es del todo exacta pues en el pasado, y en su significado real, definía a aquellos con la habilidad de poder localizar a otras personas o seres tanto vivos como inertes estuvieran en cualquier punto del plantea y, una vez localizados, podían verle; de ahí el sentido de clarividencia. En la actualidad, sin embargo, se usa este nombre para los mutantes que no solo pueden ver a otras personas sino que pueden verlo todo: el pasado, el presente y el futuro; son los conocidos en el mundo del ocultismo como videntes.
La habilidad base de la clarividencia es, por lo tanto, la más pura adivinación. Los clarividentes descubren su poder cuando se dan cuenta de que empiezan a tener visiones, generalmente en sueños nocturnos, que luego se hacen realidad o comprueban que fueron realidad (si son visones del pasado). Más tarde, no obstante, pueden aprender a provocarlas mediante el contacto con la persona o el objeto del que quieran ver algo.
A su vez un clarividente, haciendo de nuevo gala del origen de su nombre, tiene la particularidad de poder escudriñar en cierto grado la esencia de alguien que esté en su presencia y gracias a eso entenderla y conocerla aún y cuando sea la primera vez que la haya visto. No obstante cabe recalcar que esta habilidad que concede el poder no está relacionada con ningún tipo de lectura mental sino que se consigue porque estos mutantes son capaces de interpretar mejor que nadie las evidencia que inconscientemente muestra una persona de si misma en su propia consulta; de nuevo, lo clarividentes puede ver estas cosas de forma más clara. Pueden leer las marcas de dolor o alegría, el deseo de venganza, la esperanza o la falsedad como si pudiera ver las auras y esto hace que sea muy fácil para ellos, según el grado de control de su poder, darse cuenta de cuando alguien está mintiendo. Lo hacen por naturaleza igual que un mentalista por naturaleza puede leer las mentes de aquellos que las tienen abiertas y esto les da un cierto grado de conocimiento contiguo que hace que estos mutantes suelan poseer unas capacidades intelectuales superiores a la media. Los clarividentes, los pocos que hay, son especialmente conocidos por su sabiduría: la sabiduría de aquel que ha visto mucho del mundo.
Una vez descubierto este poder a través de las visiones en sueños, el clarividente empezará a tenerlas durante la vigilia y, a su vez, podrá comenzar a usar su segunda habilidad de localizar a personas que le sean conocidas y con las que haya contactado. A partir de este punto, los mutantes con este poder deberán empezar a practicarlo y a intentar provocar las visiones para, al conseguirlo, poder tenerlas cuando ellos decidan siempre que sea a través del contacto físico con aquel cuyo pasado o futuro quieren saber. Los niveles medios de este poder llegan a necesitar únicamente del contacto visual para tener una visión e incluso pueden forzarse a elegir un tipo u otro, entre pasado, presente o futuro. Además ya son capaces de localizar a cualquier persona o cosa, conocida o no, solo teniendo algo que les haya pertenecido o que hayan tocado alguna vez: que tenga un rastro suyo. Finalmente, los clarividentes más avanzados y que más han desarrollado su poder pueden tener visiones provocadas de personas conocidas sin necesidad de que estas estén presentes y únicamente necesitan el nombre para poder localizar a alguien en todo el planeta; no obstante, hacer esto último puede consumir bastante su energía.
Cabe resalta que, independientemente del grado de poder de estos mutantes, los clarividentes pueden tener visiones inesperadas y no provocadas por ellos en cualquier momento y, en este caso, podrán saber sobre cualquier persona. Además se sabe, porque lo hacía un famoso clarividente que murió hace pocos años, que llegados a un punto estos mutantes pueden ser capaces de trasladar a otra persona en sus visiones, mediante el contacto físico, de forma que esta también pueda verlas a la vez que él.
La habilidad base de la clarividencia es, por lo tanto, la más pura adivinación. Los clarividentes descubren su poder cuando se dan cuenta de que empiezan a tener visiones, generalmente en sueños nocturnos, que luego se hacen realidad o comprueban que fueron realidad (si son visones del pasado). Más tarde, no obstante, pueden aprender a provocarlas mediante el contacto con la persona o el objeto del que quieran ver algo.
A su vez un clarividente, haciendo de nuevo gala del origen de su nombre, tiene la particularidad de poder escudriñar en cierto grado la esencia de alguien que esté en su presencia y gracias a eso entenderla y conocerla aún y cuando sea la primera vez que la haya visto. No obstante cabe recalcar que esta habilidad que concede el poder no está relacionada con ningún tipo de lectura mental sino que se consigue porque estos mutantes son capaces de interpretar mejor que nadie las evidencia que inconscientemente muestra una persona de si misma en su propia consulta; de nuevo, lo clarividentes puede ver estas cosas de forma más clara. Pueden leer las marcas de dolor o alegría, el deseo de venganza, la esperanza o la falsedad como si pudiera ver las auras y esto hace que sea muy fácil para ellos, según el grado de control de su poder, darse cuenta de cuando alguien está mintiendo. Lo hacen por naturaleza igual que un mentalista por naturaleza puede leer las mentes de aquellos que las tienen abiertas y esto les da un cierto grado de conocimiento contiguo que hace que estos mutantes suelan poseer unas capacidades intelectuales superiores a la media. Los clarividentes, los pocos que hay, son especialmente conocidos por su sabiduría: la sabiduría de aquel que ha visto mucho del mundo.
Una vez descubierto este poder a través de las visiones en sueños, el clarividente empezará a tenerlas durante la vigilia y, a su vez, podrá comenzar a usar su segunda habilidad de localizar a personas que le sean conocidas y con las que haya contactado. A partir de este punto, los mutantes con este poder deberán empezar a practicarlo y a intentar provocar las visiones para, al conseguirlo, poder tenerlas cuando ellos decidan siempre que sea a través del contacto físico con aquel cuyo pasado o futuro quieren saber. Los niveles medios de este poder llegan a necesitar únicamente del contacto visual para tener una visión e incluso pueden forzarse a elegir un tipo u otro, entre pasado, presente o futuro. Además ya son capaces de localizar a cualquier persona o cosa, conocida o no, solo teniendo algo que les haya pertenecido o que hayan tocado alguna vez: que tenga un rastro suyo. Finalmente, los clarividentes más avanzados y que más han desarrollado su poder pueden tener visiones provocadas de personas conocidas sin necesidad de que estas estén presentes y únicamente necesitan el nombre para poder localizar a alguien en todo el planeta; no obstante, hacer esto último puede consumir bastante su energía.
Cabe resalta que, independientemente del grado de poder de estos mutantes, los clarividentes pueden tener visiones inesperadas y no provocadas por ellos en cualquier momento y, en este caso, podrán saber sobre cualquier persona. Además se sabe, porque lo hacía un famoso clarividente que murió hace pocos años, que llegados a un punto estos mutantes pueden ser capaces de trasladar a otra persona en sus visiones, mediante el contacto físico, de forma que esta también pueda verlas a la vez que él.
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Re: Mutantes, un paso de la evolución
- Transformismo
El transformismo o metarmofia es una mutación que otorga al sujeto el poder de poder cambiar su apariencia y aspecto físicos a cualquier otra según la voluntad del mutante. La única excepción general al cambio de forma es la transformación en objetos o cuerpos inorgánicos, que es imposible puesto que este poder no permite el cambio de la naturaleza viva y orgánica del sujeto. No obstante, existen bastantes variables de este poder que conciben cambios artificiales. La más generalizada de todas las variables del poder permite el cambio completo y absoluto de la apariencia del mutante y además la posibilidad de adoptar tres formas únicas de animal.
Cuando el transformista cambia de apariencia puede modificar su pelo, sus ojos, su piel, sus rasgos faciales, su cuerpo y su voz y puede hacerlo tomando de modelo a una persona, es decir copiándola, o inventando según su imaginación. El punto más trabajado de copia del aspecto de una persona puede llegar a conseguir a adoptar la información genética exacta, es decir que el mutante se convierta en un clon, y no solo emular su físico sino también su forma de andar o de gesticular. Las transformaciones, no obstante, son muy graduales por lo que los metamorfos menos experimentados apenas pueden hacer simples variaciones de su color de cabello u ojos. Lentamente aprenden a cambiar también su tono de piel y entonces es cuando se empiezan con los cambios faciales, los cuales suelen producir dolor en el mutante durante las primeras veces. Cuando el mutante llega a un nivel de experimentación medio ya puede también cambiar su masa muscular y altura y camuflarse con el entorno como si fuera un camaleón, una especie de invisibilidad. Entrenando más y con cierto tiempo, estos mutantes pueden por primera vez adoptar apariencias de otro sexo o edad y también desarrollan su primera transformación en animal. Las primeras veces solo lo logran de forma parcial pero después de un tiempo puede hacerlo completamente o elegir solo ciertos atributos como pueden ser los ojos, las orejas, la cola o las garras de ese animal; resultando en una figura antromórfica. Hay que recalcar que, en la forma animal, un transformista no pierde sus facultades de persona y puede por lo tanto comunicarse con los demás, puesto que sigue teniendo cuerdas vocales y raciocinio para pronunciar palabras.
Al alcanzar el nivel alto el poder de cambio de forma se considera dominado y por lo tanto es posible adquirir cualquier apariencia humana en un simple instante y los únicos que podrán descubrir la identidad real de un transformista, sobre todo en el caso de que hay copiado el aspecto de otra persona, son los mentalistas puesto que podrán ver la verdad en su mente si llegan a escudriñarla con profundidad. También, tras muchas transformaciones y experiencia, el poder otorga al mutante cierta facultades de sus tres animales en su forma humana como puede ser el desarrollo de los sentidos, el instinto de alerta o una mayor agilidad. Asimismo, se ha comprobado que algunos expertos transformistas tienen un cierto dominio sobre lo animales en los que se transforman siendo, probablemente, reconocidos por estos aún y teniendo apariencia humana.
Existe una variante en este poder que únicamente concibe la transformación en animales, algunos se han aventurados a llamarlos zoomorfos aunque todo el mundo los sigue considerando transformistas. En estos particulares casos no hay límites en cuanto a transformaciones animales pues pueden hacerlo en cualquier especie que hayan visto en algún momento de sus vidas pero, por otro lado, queda imposibilitado cualquier cambio de aspecto.
Cuando el transformista cambia de apariencia puede modificar su pelo, sus ojos, su piel, sus rasgos faciales, su cuerpo y su voz y puede hacerlo tomando de modelo a una persona, es decir copiándola, o inventando según su imaginación. El punto más trabajado de copia del aspecto de una persona puede llegar a conseguir a adoptar la información genética exacta, es decir que el mutante se convierta en un clon, y no solo emular su físico sino también su forma de andar o de gesticular. Las transformaciones, no obstante, son muy graduales por lo que los metamorfos menos experimentados apenas pueden hacer simples variaciones de su color de cabello u ojos. Lentamente aprenden a cambiar también su tono de piel y entonces es cuando se empiezan con los cambios faciales, los cuales suelen producir dolor en el mutante durante las primeras veces. Cuando el mutante llega a un nivel de experimentación medio ya puede también cambiar su masa muscular y altura y camuflarse con el entorno como si fuera un camaleón, una especie de invisibilidad. Entrenando más y con cierto tiempo, estos mutantes pueden por primera vez adoptar apariencias de otro sexo o edad y también desarrollan su primera transformación en animal. Las primeras veces solo lo logran de forma parcial pero después de un tiempo puede hacerlo completamente o elegir solo ciertos atributos como pueden ser los ojos, las orejas, la cola o las garras de ese animal; resultando en una figura antromórfica. Hay que recalcar que, en la forma animal, un transformista no pierde sus facultades de persona y puede por lo tanto comunicarse con los demás, puesto que sigue teniendo cuerdas vocales y raciocinio para pronunciar palabras.
Al alcanzar el nivel alto el poder de cambio de forma se considera dominado y por lo tanto es posible adquirir cualquier apariencia humana en un simple instante y los únicos que podrán descubrir la identidad real de un transformista, sobre todo en el caso de que hay copiado el aspecto de otra persona, son los mentalistas puesto que podrán ver la verdad en su mente si llegan a escudriñarla con profundidad. También, tras muchas transformaciones y experiencia, el poder otorga al mutante cierta facultades de sus tres animales en su forma humana como puede ser el desarrollo de los sentidos, el instinto de alerta o una mayor agilidad. Asimismo, se ha comprobado que algunos expertos transformistas tienen un cierto dominio sobre lo animales en los que se transforman siendo, probablemente, reconocidos por estos aún y teniendo apariencia humana.
Existe una variante en este poder que únicamente concibe la transformación en animales, algunos se han aventurados a llamarlos zoomorfos aunque todo el mundo los sigue considerando transformistas. En estos particulares casos no hay límites en cuanto a transformaciones animales pues pueden hacerlo en cualquier especie que hayan visto en algún momento de sus vidas pero, por otro lado, queda imposibilitado cualquier cambio de aspecto.
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Re: Mutantes, un paso de la evolución
- Electroquinesis
Se conoce con este nombre la habilidad que permite controlar los electrones, esas pequeñas partículas de carga negativa que, junto a lo neutrones y protones, forman los átomos y con ello todo cuerpo material. Los electrones, además, al ser las partículas que no forman parte del núcleo del átomo son los encargados de crear las llamadas corrientes eléctricas. Así pues, este poder permite el control de los cuerpos materiales inertes mediante el juego de atracción y repulsión de los electrones a partir de la creación de un campo magnético, esto se traduce en telequinesis.
Aunque debería ser posible el control de cualquier cuerpo material, los mutantes con este poder han experimentado una increíble dificultad al intentar mover seres vivos por la resistencia que estos pueden ofrecer, además les es imposible contrarrestar el dominio de un elementalista sobre su elemento pues la unión entre estos es mucho más fuerte que la suya con los cuerpos materiales en general. Esto quiere decir que, si un geoquinético controla una piedra, un mutante electroquinético no podrá quitarle dicho control aunque sí podrá bloquear un posible lanzamiento de la piedra hacia él. Además, el control de cuerpos fluidos como el agua y de cuerpos gaseosos como el aire es sumamente complicado aunque no imposible, a no ser de nuevo que esté frente a un elementalista. La realidad es que la electroquinesis es más efectiva sobre todo con cuerpos inertes y sólidos hechos de cualquier material pues su campo magnético es mucho más fuerte. Cada electroquinético posee un campo magnético propio innato en el que sus poderes son utilizados. Fuera de éste no tendrán efecto alguno.
Pero la manipulación de los electrones no únicamente permite mover y controlar los cuerpos al antojo del mutante sino también crear corrientes eléctricas, como bien se ha explicado en el inicio, y con ello crear electricidad o cargar cuerpos eléctricamente mediante el contacto físico. La carga eléctrica puede ser tal como para provocar la explosión inmediata del objeto, la forma más común que tienen los electroquinéticos de usar esta segunda habilidad de su poder. No obstante, no se ha encontrado ningún elecroquinético capaz de cargar un cuerpo vivo directamente y explotarlo por lo que se considera una acción imposible, dado que el cuerpo vivo es conductor de la electricidad y ésta pasa a través de él, quedando por lo tanto anulada. Del mismo modo, se sabe que es imposible utilizar la telequinesis para controlar solo una parte aislada de un cuerpo. Es decir, no se puede romper, arrancar o sesgar algo si no está previamente cortado un poco. Con entrenamiento, también pueden electrificar el aire que se encuentra alrededor y así crear chispas o hasta rayos que pueden ser lanzado contra objetivos, los cuales al recibirlo se electrocutarían en grado mayor o menor a la fuerza de la corriente y esta a su vez al nivel de poder del mutante.
En niveles de entrenamiento muy elevados, los electroquinéticos pueden llegar a localizar puntos bajos de la atmósfera, electrificar el aire de esas zonas y provocar ahí un relámpago cuyo lugar de impacto podría controlar con cierto esfuerzo. Sin embargo, son pocos los que han llegado a lograr una proeza como esta y han vivido para contarlo.
Finalmente hay que dejar claro que la electroquinesis no permite el control sobre la luz, poder restringido a los photoquinéticos, ni tampoco de los aparatos electrónicos; aunque sí que puede hacerlos funcionar en caso de que se encuentren en buen estado. Aunque, quién sabe, tal vez en un no muy lejano futuro exista el poder de tecnopatía.
Aunque debería ser posible el control de cualquier cuerpo material, los mutantes con este poder han experimentado una increíble dificultad al intentar mover seres vivos por la resistencia que estos pueden ofrecer, además les es imposible contrarrestar el dominio de un elementalista sobre su elemento pues la unión entre estos es mucho más fuerte que la suya con los cuerpos materiales en general. Esto quiere decir que, si un geoquinético controla una piedra, un mutante electroquinético no podrá quitarle dicho control aunque sí podrá bloquear un posible lanzamiento de la piedra hacia él. Además, el control de cuerpos fluidos como el agua y de cuerpos gaseosos como el aire es sumamente complicado aunque no imposible, a no ser de nuevo que esté frente a un elementalista. La realidad es que la electroquinesis es más efectiva sobre todo con cuerpos inertes y sólidos hechos de cualquier material pues su campo magnético es mucho más fuerte. Cada electroquinético posee un campo magnético propio innato en el que sus poderes son utilizados. Fuera de éste no tendrán efecto alguno.
Pero la manipulación de los electrones no únicamente permite mover y controlar los cuerpos al antojo del mutante sino también crear corrientes eléctricas, como bien se ha explicado en el inicio, y con ello crear electricidad o cargar cuerpos eléctricamente mediante el contacto físico. La carga eléctrica puede ser tal como para provocar la explosión inmediata del objeto, la forma más común que tienen los electroquinéticos de usar esta segunda habilidad de su poder. No obstante, no se ha encontrado ningún elecroquinético capaz de cargar un cuerpo vivo directamente y explotarlo por lo que se considera una acción imposible, dado que el cuerpo vivo es conductor de la electricidad y ésta pasa a través de él, quedando por lo tanto anulada. Del mismo modo, se sabe que es imposible utilizar la telequinesis para controlar solo una parte aislada de un cuerpo. Es decir, no se puede romper, arrancar o sesgar algo si no está previamente cortado un poco. Con entrenamiento, también pueden electrificar el aire que se encuentra alrededor y así crear chispas o hasta rayos que pueden ser lanzado contra objetivos, los cuales al recibirlo se electrocutarían en grado mayor o menor a la fuerza de la corriente y esta a su vez al nivel de poder del mutante.
En niveles de entrenamiento muy elevados, los electroquinéticos pueden llegar a localizar puntos bajos de la atmósfera, electrificar el aire de esas zonas y provocar ahí un relámpago cuyo lugar de impacto podría controlar con cierto esfuerzo. Sin embargo, son pocos los que han llegado a lograr una proeza como esta y han vivido para contarlo.
Finalmente hay que dejar claro que la electroquinesis no permite el control sobre la luz, poder restringido a los photoquinéticos, ni tampoco de los aparatos electrónicos; aunque sí que puede hacerlos funcionar en caso de que se encuentren en buen estado. Aunque, quién sabe, tal vez en un no muy lejano futuro exista el poder de tecnopatía.
ApocalípticaNarración - Cantidad de envíos : 260
Fecha de inscripción : 23/02/2010
Re: Mutantes, un paso de la evolución
- Elementalismo
Probablemente otro de los poderes más veces representados por la humanidad en las historias y leyendas de fantasía o ciencia-ficción junto con la adivinación o clarividencia. El elementalimo es la habilidad que permite el control sobre uno de los considerados cuatro elementos que forman la naturaleza según las ciencias clásicas: fuego, tierra, aire y agua. La mayoría de los elementalistas controlan específicamente uno de esos cuatro elementos pero existen variaciones como son el control del hielo, de los metales, de las plantas o del clima y un largo etcétera.
Para explicar de forma científica el origen de este poder hay que tener en cuenta que los considerados cuatro elementos clásicos son, en realidad, una forma de representar los cuatro estados de la materia: sólido-tierra, líquido-agua, gas-aire y plasma-fuego. Entonces se entiende, que la razón de ver del poder viene de esto pero, lamentablemente, no significa que un elementalista de agua pueda controlar cualquier cuerpo que se encuentre en estado líquido. Sin embargo, esto es posible aunque se trata de algo que sucede únicamente en casos excepcionales y con un nivel de experiencia muy considerable.
Aún y cuando hay una gran variedad de elementos que dominan estos mutantes, todos inician su poder de una forma prácticamente igual. Primero es del todo incontrolable para ellos y les suele ir sujeto a sus estados emocionales, siendo incapaces de ejercer algún control si no están furiosos o emocionados. Solo cuando alcanzan un grado considerable de práctica son capaces de dominarlo a su voluntad y llegar a crearlo sin necesidad de tener una fuente cerca, llegado a un nivel medio. Los elementalistas pueden controlar su elemento sobre todo como método de ataque físico, así pueden crear o formar bolas de fuego, ventiscas cortantes, torbellinos acuáticos o seísmos. Un piroquinético puede agrandar un fuego, un hidroquinético puede llegar a deshidratar a una víctima seleccionada, un aeroquinético puede directamente volar a alguien y un geoquinético puede aplastarlo bajo una gran roca. Estos son algunos de los ejemplos del gran abanico de ataques posibles de realizar gracias al control de los elementos.
Hay que explicar que, llegados a un grado de entrenamiento y experiencia elevados, los elementalista se vuelven inmunes de poder. Eso es especialmente útil para aquellos mutantes que controlan el fuego, puesto que a partir de entonces no pueden quemarse y esto les permite pode convertir todo su cuerpo en una forma de llamas y desatar así su poder abrasador. No obstante, como todas estas cosas, hay que vigilar mucho cuándo se realiza una acción de este tipo puesto que la energía gastada y el control que necesita es lo suficientemente elevado como para cobrarse la vida del mutante si no es capaz de soportarlo, o hasta puede ver imposible el regreso a su forma humana como les puede suceder a lo moleculares.
En último lugar hay que remarcar que aún y la amplia diversidad dentro del elementalismo existen ciertas restricciones, estas son: es imposible el control de más de un elemento y es imposible el control de los seres vivos, a excepción de las plantas dentro de una de las variaciones de la geoquinesis.
Para explicar de forma científica el origen de este poder hay que tener en cuenta que los considerados cuatro elementos clásicos son, en realidad, una forma de representar los cuatro estados de la materia: sólido-tierra, líquido-agua, gas-aire y plasma-fuego. Entonces se entiende, que la razón de ver del poder viene de esto pero, lamentablemente, no significa que un elementalista de agua pueda controlar cualquier cuerpo que se encuentre en estado líquido. Sin embargo, esto es posible aunque se trata de algo que sucede únicamente en casos excepcionales y con un nivel de experiencia muy considerable.
Aún y cuando hay una gran variedad de elementos que dominan estos mutantes, todos inician su poder de una forma prácticamente igual. Primero es del todo incontrolable para ellos y les suele ir sujeto a sus estados emocionales, siendo incapaces de ejercer algún control si no están furiosos o emocionados. Solo cuando alcanzan un grado considerable de práctica son capaces de dominarlo a su voluntad y llegar a crearlo sin necesidad de tener una fuente cerca, llegado a un nivel medio. Los elementalistas pueden controlar su elemento sobre todo como método de ataque físico, así pueden crear o formar bolas de fuego, ventiscas cortantes, torbellinos acuáticos o seísmos. Un piroquinético puede agrandar un fuego, un hidroquinético puede llegar a deshidratar a una víctima seleccionada, un aeroquinético puede directamente volar a alguien y un geoquinético puede aplastarlo bajo una gran roca. Estos son algunos de los ejemplos del gran abanico de ataques posibles de realizar gracias al control de los elementos.
Hay que explicar que, llegados a un grado de entrenamiento y experiencia elevados, los elementalista se vuelven inmunes de poder. Eso es especialmente útil para aquellos mutantes que controlan el fuego, puesto que a partir de entonces no pueden quemarse y esto les permite pode convertir todo su cuerpo en una forma de llamas y desatar así su poder abrasador. No obstante, como todas estas cosas, hay que vigilar mucho cuándo se realiza una acción de este tipo puesto que la energía gastada y el control que necesita es lo suficientemente elevado como para cobrarse la vida del mutante si no es capaz de soportarlo, o hasta puede ver imposible el regreso a su forma humana como les puede suceder a lo moleculares.
En último lugar hay que remarcar que aún y la amplia diversidad dentro del elementalismo existen ciertas restricciones, estas son: es imposible el control de más de un elemento y es imposible el control de los seres vivos, a excepción de las plantas dentro de una de las variaciones de la geoquinesis.
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Re: Mutantes, un paso de la evolución
- Photoquinesis
Uno de los poderes tal vez más particulares que se conocen es la photoquinesis, la cual otorga al mutante la capacidad de controlar los fotones, las partículas que, por decirlo de alguna forma sencilla, forma la luz. Mediante este poder, los mutantes que lo poseen pueden controlar las masas de luz u oscuridad y usarlas en su favor pero en la mayoría de los casos únicamente una de ambas. Popularmente se conoce a los que tienen afinidad hacia la luz como luminiscientes y a los que la tienen con la oscuridad como sombra. Aún así hay casos especiales de mutantes que poseen el poder en estado completo puesto que realmente ambas habilidades nacen de la misma variación del gen mutante y pueden hacer lo mismo pero a través de medios distintos.
Gracias al control de los fotones estos mutantes pueden absorber de su entorno la luz o sombras que hay presentes y luego usarla a su antojo creando formas que controlan a la perfección. Estas formas, no obstante, no son sólidas y no pueden provocar un daño físico a un oponente pero sí servir para otras funciones tal vez menos valoradas pero igualmente útiles. ¿Qué puede tener de útil las sombras o luces que crean si no pueden herir? Para los photoquineticos no se trata solo de eso sino que son pasadizos o conductos con los que pueden fundirse o viajar a través hacia otro punto que esté en contacto. El transporte no es inmediato y la distancia se agranda según la experiencia del mutante además de requerir una sombra o zona de luz para la llegada y la salida por lo que no es como la teletransportación de los moleculares de eficaz pero vuelve a esto mutantes muy escurridizos. Además, también pueden alzar sus esferas de luz o sombras para crear portales a los cuales, no solo pueden entrar ellos, sino cualquier otro cuerpo material que los atraviese y esto es sin duda alguna un grandísimo escudo para cualquier ataque físico que reciban. No se sabe qué es exactamente el plano por el que viajan puesto que ellos mismos no ven más que luz u oscuridad cuando lo atraviesan como tampoco se sabe a dónde van a parar los cuerpos que entran y no tienen su ayuda para salir. También pueden usar su poder para crear estallidos de luz lo suficientemente intensa como para cegar a alguien un tiempo o vendas de oscuridad que, al ser colocada delante de los ojos de una persona, también impedirían su visión. Además, pueden crear formas con la luz y la oscuridad a modo de ilusiones blancas o negras que pueden llegar a confundir o marear a aquellos que las ven moverse demasiado.
Esto mutantes tienen a su favor que su visión está acostumbrada al uso de su poder, siendo por lo tanto capaces de ver en la oscuridad si controlan la sombras o capaces de soportar la luminosidad más intensa si controlan la luz. También tiene la extraña particularidad de ser normalmente más silenciosos y, por alguna razón, el hecho de que controlen uno u otro lado de la photoquinesis se refleja en su forma de ser. Los luminiscentes suelen ser resplandecientes y provocar cierta atracción en el resto, como provoca las luces que ellos crean, mientras que los sombra suelen ser más misteriosos e infundir un nerviosismo que del mismo modo crean también sus sombras. Son luces hipnóticas y sombras atemorizantes.
Finalmente, es necesario no olvidar que este como todos los poderes se manifiesta de forma gradual en sus portadores y por lo tanto en sus inicios solo permite la absorción y el control de fuentes cercanas al mutante y una ligera fusión, que no transporte completo, con ellas.
Gracias al control de los fotones estos mutantes pueden absorber de su entorno la luz o sombras que hay presentes y luego usarla a su antojo creando formas que controlan a la perfección. Estas formas, no obstante, no son sólidas y no pueden provocar un daño físico a un oponente pero sí servir para otras funciones tal vez menos valoradas pero igualmente útiles. ¿Qué puede tener de útil las sombras o luces que crean si no pueden herir? Para los photoquineticos no se trata solo de eso sino que son pasadizos o conductos con los que pueden fundirse o viajar a través hacia otro punto que esté en contacto. El transporte no es inmediato y la distancia se agranda según la experiencia del mutante además de requerir una sombra o zona de luz para la llegada y la salida por lo que no es como la teletransportación de los moleculares de eficaz pero vuelve a esto mutantes muy escurridizos. Además, también pueden alzar sus esferas de luz o sombras para crear portales a los cuales, no solo pueden entrar ellos, sino cualquier otro cuerpo material que los atraviese y esto es sin duda alguna un grandísimo escudo para cualquier ataque físico que reciban. No se sabe qué es exactamente el plano por el que viajan puesto que ellos mismos no ven más que luz u oscuridad cuando lo atraviesan como tampoco se sabe a dónde van a parar los cuerpos que entran y no tienen su ayuda para salir. También pueden usar su poder para crear estallidos de luz lo suficientemente intensa como para cegar a alguien un tiempo o vendas de oscuridad que, al ser colocada delante de los ojos de una persona, también impedirían su visión. Además, pueden crear formas con la luz y la oscuridad a modo de ilusiones blancas o negras que pueden llegar a confundir o marear a aquellos que las ven moverse demasiado.
Esto mutantes tienen a su favor que su visión está acostumbrada al uso de su poder, siendo por lo tanto capaces de ver en la oscuridad si controlan la sombras o capaces de soportar la luminosidad más intensa si controlan la luz. También tiene la extraña particularidad de ser normalmente más silenciosos y, por alguna razón, el hecho de que controlen uno u otro lado de la photoquinesis se refleja en su forma de ser. Los luminiscentes suelen ser resplandecientes y provocar cierta atracción en el resto, como provoca las luces que ellos crean, mientras que los sombra suelen ser más misteriosos e infundir un nerviosismo que del mismo modo crean también sus sombras. Son luces hipnóticas y sombras atemorizantes.
Finalmente, es necesario no olvidar que este como todos los poderes se manifiesta de forma gradual en sus portadores y por lo tanto en sus inicios solo permite la absorción y el control de fuentes cercanas al mutante y una ligera fusión, que no transporte completo, con ellas.
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