¿Cambie? No, yo no creo eso… (Luca)

El plato estaba frente mío; las verduras, un pedazo de carne y un puré que se veía bien… bueno, por algo me serví esta combinación. Mi mirada estaba al frente, con los codos sobre la mesa y recargando el mentón en una de mis manos, mientras el tenedor oscilaba sobre mi plato. Se podría decir que estaba jugando con mi comida, se podría decir que no estaba prestando atención a nada a mí alrededor y más que “se podría decir”, eso era lo que estaba haciendo.

Mordí ligeramente mi labio inferior empezando a recordar todo lo que había pasado, en mi mente apareció la chica que más me gustaba ser, la llena de confianza que subió a las naves para salvarse por que lo merecía, la divertida que estaba siempre en las mejores condiciones en todos los aspectos; después la ingenua que salió y casi muere era la que más detestaba, la que estaba sometida a lo que más le asqueaba. El recuerdo del encuentro con Lilith me dejaba marcada para siempre.

Me las había arreglado para que nuestra ciudad progresara y dejarla al margen de todos los demás detalles. Estaba cansada de coqueteos para sacar información, estaba harta de ser un títere en sus manos y de que cada vez más, cada día que pasaba me alejaba más de…

Deje caer el tenedor sobre el plato cuando me di cuenta de que la mayor preocupación en mi mente era Luca, lo quería demasiado, más de lo que podría llegar a admitir ante el mundo y temía que él en particular se enterara de todo esto que me estaba atormentando, por eso me alejaba. Empezaba a evitar hablar con él, por que parecía que fuera un libro abierto ante su mirada, evitaba sutilmente su mirada, su camino, el hablar con él… ¿Cuánto más podría con esto? Mordí mis labios haciendo el intento de comer algo cuando un escalofrío recorrió mi cuerpo y…

Tan de repente todo el mundo se volvió a materializar, empecé a escuchar la plática banal de mis amigas, los chismes que se estaban corriendo sobre las naves desde hace tiempo y no es que ellas me trajeran a la realidad, fue…, su voz. Deje caer el tenedor al plato, solo se escucho un pequeño ruido pues no estaba a mucha distancia y Luca estaba casi enfrente, la mesa nos separaba, eso era más que obvio, mi mirada era tranquila, tan tranquila e indiferente como podía ponerla debido a que él alteraba mis sentidos y aunque mis amigas hacían burla de eso, jamás había dado indicio de que eso pudiese ser cierto.
Mi mente se iba por otro lado, el ver su altura, esos enigmáticos ojos de los cuales me era frustrante no poder descifrar cada que tenía cerca de mi rostro, de su cuerpo. – Luca, muy buenos días, veo que no pierdes el tiempo en regresar a tu tradicional comida - El saludo que les dio a mis amigas trajo risitas tontas y me decidí a probar un bocado de mi comida para no hacer notar el enojo que me invadía por que yo por orgullosa no mostraba sentimientos en público por lo menos no hacía él.
- Adelante – hice un mohín con la mano para que tomase el lugar frente mío en la mesa, mis labios se curvaron en una pequeña sonrisa mientras intentaba comer algo más de mi comida. – Te sentirás cómodo en este lugar al estar rodeado de tantas chicas que te adoran, bueno, por lo menos la mayoría – le dirigí una mirada de advertencia a ellas para que no empezaran a coquetear e irrumpieran la hora de la comida con más habladurías de las que ya eran capaz de armar, además de que dentro de mí no me gustaba estar con ellas cuando Luca estaba cerca, era…, como vivir en 2 mundos diferentes o hasta 3.El caso era, que dentro de mis palabras solo hacía alusión a la adoración de ellas por él y yo me excluía por completo de esto. - ¿O te sentiras acosado en algunos momentos?- bromee un poco para dar pauta a ignorar mi comida.

Veía mi comida, en verdad que veía mi comida, ok si engañaba a los demás claro estaba que a mí no me iba a engañar, no veía mi comida, lo veía de reojo y al no sentir que era discreta acomode mi cabello hacia atrás incorporando mi mirada y logrando ver como tomaba asiento, el cómo acomodaba la bandeja en la mesa y como me sonreía sin reprimir el hecho de que hubiese gente alrededor, no era como yo… y quizá eso era lo que me atraía hacia él. No sentía que mostrase nada cálido en mi mirada y sin embargo algo empezaba a doler con respecto a mi comportamiento, tras de, ya varios años de aguantar la máscara de frialdad, el estar a solas con él se sentía gratificante y hasta necesario tras largo tiempo de estar separados o pasar mucho tiempo rodeados de demás personas en nuestras obligaciones diarias.

No pude evitar que mi mirada divagase en su figura, o por lo menos lo que podía ver de él al estar sentado, cuando mencionó que se tenía que mantener en forma y que su comida natal le ayudaba. – Pero intenta complementarla con otras cosas, sabes que en el comedor hay gran variedad y tenemos que aprovechar eso, más ahorita que seguimos siendo una comunidad pequeña y sobre todo para que pruebes diferentes tipos de nutrientes.- Me quede en silencio pensando en todo lo que le había dicho, era banal pero no era el hecho de la plática de la comida, si no, la pequeña salida de celos y desesperación de estar rodeada de gente cuando él estaba solo.

Si tenía celos era por la simple razón de que no era mío y mis amigas expresaban mejor que yo sus sentimientos, si no es que se pasaban de demostrativas y resbaladizas, a veces me preguntaba por qué estaba con ellas y en otras ocasiones recordaba que enaltecían mi persona con sus miles de halagos. Desvíe la mirada hacia el costado contrarío donde se centraba la mayoría de mis compañeras debido a que Luca confirmaba mis palabras al mirar hacia ellas y fue cuando capte la tontería que había cometido.

Fueron segundos los que tarde en mirar hacía donde él y que no se notase el pequeño desvío de mi mirada – Nunca dije que lo buscaras, simplemente enuncia que estas en un buen lugar para encontrarlo – hice pequeños movimientos con las manos para que no se notara el leve nerviosismo que había subido a mí, él tenía razón, no era esa clase de chico y no querría que se volviese esa clase de chico, no permitiría que eso ocurriese. Mis divagaciones volvieron a hacer de las suyas, deje de verlo hasta que se dirigió su voz a mis amigas. ¿Robarme el resto de la tarde? No sabía si escuchaba bien o no, pero mi mirada seguía tranquila y cuando se cruzaba la de ellas con la mía simplemente les hacia un encogimiento de hombros leve y les daba a entender que sabía menos que ellas para que me iba a necesitar el resto de la tarde.

Mordí ligeramente la comisura de mi labio inferior al ver como se inclinaba hacía mí y como susurraba su solución, le sonreí ligeramente y pase una de mis manos sobre la de él dándole ligeras palmaditas. – Sabes, pensé que era más difícil alejarlas, me debes de enseñar esos trucos algún día- Retire de inmediato mi mano y volví a tomar mi cubierto para darle otro bocado a mi comida y pensar en algo ingenioso de que hablar con Luca ahora que estábamos solos.

Sólo una pequeña mirada a su plato basto para que me llevase la contraría, y bueno era astuto para emprender el dejarme sin palabras o más bien yo bajaba la guardia en ese sentido tan sólo por ser él. Me decidí a seguir comiendo y sonreír ante la risa que le causaba en el momento.
El roce de sus dedos sobre mi mano causo que me quedara un poco más quieta y le mirara directamente al rostro – Estarás de acuerdo que no voy a comer en la misma proporción masiva con que lo haces tú, venga Luca a veces me da miedo el cómo comes, por eso mismo si lo haces sanamente me sentiré mejor, aunque ya me has dicho que lo tienes controlado, estaré vigilando eso. – Comentario simple, retador, sin dejarme vencer en cuidar un poco muy indirectamente de él.

Agradecía inmensamente que las chicas se hubieran ido, el día de hoy no quería escucharlas, quería hacer algo diferente, emprendedor, divertido y ellas no eran en este momento mi concepto de diversión. El cómo encajaba Luca para ayudarme a deshacerme de ellas siempre era muy convincente, como predecía en muchas de las ocasiones lo que yo quería y hacía lo correcto con su tan peculiar sutileza, encantador era la palabra que rondaba mi mente.

Me decidí a hacer caso omiso a toda la plática fría y seca que se había presentado ante la mirada de mis amigas, sin duda alguna me sería difícil cambiar ante ellas y él lo sabía. El roce se volvió nulo y pude volver a comer algo más antes de desechar la idea de dar un nuevo bocado y tomar algo de agua para no atragantarme yo sola.

Sonreí de medio lado y mi mirada se poso fija en esos hermosos ojos que me encantaba ver, le mire un tanto retadora y coqueta, sin duda jamás debía perder aquel toque lindo que le debía gustar cuando quería que él lo viera. – Es una propuesta demasiada amplia, y debo confesar que algo… - me incline un poco hacía él para poder susurrarle suavemente – tentadora – me hice hacía atrás y cruce los brazos sin dejarle de retar un poco con la mirada y una suave sonrisa. – Yo ya acabe, te espero para que me escribas la lista de todo lo que me puedes enseñar y si no te parece mala idea empezar a ser tu alumna, recuerda, aprendo rápido -

Con esto no dudaba que ya había cambiado el entorno de los planes para los dos, sabía que podíamos hacer muchas cosas y estaría bien por unas horas olvidarse del trabajo, sólo iba a ser un rato.

Su risa sin duda se escuchaba en todo el lugar, no importaba nada, sabía que lo escucharían hasta una distancia considerable pero ya lo conocían, no podían espantarse con algo tan simple rutina al reír que tenía él, así que bueno ¿llamaríamos la atención? No era ese el problema en lo absoluto, además me gustaba ser el centro de atención, vaya divagaciones y dilemas internos ya que no había ningún problema en lo absoluto. No importaba, iba a disfrutar de esa mañana aunque la principal platica fuera su forma de comer o que yo comía poco. Que la charla simplemente fue tan banal para los demás resultaba mejor para nosotros.

- Cómo si tú no tuvieras una ajetreada vida – le conteste con una sutil sonrisa ya que a pesar de cómo era yo, él sabía que me importaba pese a todo mi carácter y lo enredada que se estaba volviendo mi existencia. Cierto era que él pasar un poco de tiempo con él me hacía bien para olvidar al resto del mundo unos minutos. – Además deberías saber que siempre tendré tiempo para ver que mi Italiano favorito no se dedique solo a devorar pasta -

El roces de sus dedos sobre mi piel era sin duda algo encantador, algo que si para el resto del mundo pasaba desapercibido, era lógico que para mí no era de esa forma. Sentir la textura de sus yemas sobre mi mano causaba cierta tranquilidad y que me olvidara de nuestro entorno– Que bueno que te encante, creo que la vas a escuchar más seguido si propones planes que sean de mi agrado – Sonreí ante eso, de esas sonrisas que no sacas con gran facilidad. Me gusto que igual él estuviese listo para irnos a lo que podría ser una tarde algo tranquila, ese pensamiento me causo gracia.

- Entonces no perdamos más tiempo que abra mucho que hacer esta tarde – dije en cuanto beso mi mano y después de eso nos fuimos lejos del comedor a disfrutar de una tarde como pocas veces podíamos tener.

FDR: Me parece una buena idea, te aseguró que Reneé lo cuidara muy bien cuando se reencuentren después de la expedición a las llanuras. Para darle cariño (?)