Como la primera vez [Aless +libre]

Llegué al bosque, huyendo para variar, del calor sofocante que hacia alrededor de la zona de los humanos. Enseguida me encaramé a los arboles, con una sonrisa torcida en los labios.
-Cuánto tiempo de esto, ¿eh Deepwaters?-me pregunté a mi mismo.
Guardaba aquel día en la memoria como si hubiera ocurrido apenas unos segundos antes. El primer día que había encontrado vida en aquel planeta, tras el fin del mundo, el primer día que vi a los humanos que nos dejaron aquí, el primer día de tantas cosas que ahora estaban a la orden del día...
Me deslicé de una rama a otra, con el máximo sigilo, como aquel día, quizá esperando que me apareciera a unos pocos metros, otra vez aquella humana. Como la odiaba, pero a la vez, como la quería. Era el único anclaje a aquellos primeros días, que tenía la certeza de que estuviera viva.

Me senté sobre la rama en la que estaba, el calor iba a conseguir lo que los sucios humanos de la organización, no habían conseguido, matarnos. Al menos el bosque ofrecía sombras, -y recuerdos-, que permitían tomarse un descanso.
La temperatura comenzó a subir, grado a grado, lentamente pero sin parar. Empecé a sudar y a verlo todo borroso.< Quizá no tendría que haber bebido de aquel lago...> De repente una sombra cruzó el claro que había a mis pies, y pude distinguir la figura de Prim. Alargué la mano hacia ella intentando rozarle, pero no me veía, y desapareció tal y como había llegado, después vi a Alessia, otra sombra pensé...
-Parece aquel día-susurré febril
Me balanceé sobre la rama a punto de caer, sin ser consciente de que esta si me había visto.

Escuché unos gritos, aunque no pude distinguir si eran mentales, o vocales, que venían desde abajo, desde aquella mancha borrosa que no paraba de gesticular. Parpadeé e intenté enfocar entrecerrando los ojos, con lo que conseguí perder el equilibrio del todo, y caí de la rama, hasta que en el último segundo, como en una película, probablemente por la adrenalina del susto, me recobré.
-¿Qué voy a hacer?-<¿Qué hago?, me pregunté a mismo otra vez>-pues... estudio la perspectiva de los murciélagos.
Bajé del árbol como una sombra, y me planté a su espalda.
-Vigila más tu mente, tienes mucha resistencia, pero bajas la guardia enseguida-dije aun algo mareado.
Me dejé caer al suelo, frente a ella, así por lo menos me refrescaría con el barro.
<Humanos...> suspiré

Todo en él era demasiado confuso. Decía cosas sin sentido y yo no comprendía nada.
Tardó lo suyo en descender del árbol, de hecho, estuvo a punto de estamparse contra el suelo. ¿Pero qué narices le pasaba? Este chico cada vez era más raro...

-¿Es por el calor? ¿Te encuentras mal por el calor? - Pregunté aún sin comprender, buscando la única explicación que podría haber. - Yo tengo agua...

Le observó otra vez, hablando él solo. ¿Buscaría una respuesta por su parte? Bueno, por el hecho de contentarle podría dársela.

-No sé, si te estoy preguntando qué es lo que haces, es porque yo no lo sé, ¿no? - Luego, cuando se dejó caer en frente de ella, dijo algo sobre su mente. - Mi mente está vigilada. Bloquearla de forma innecesaria me agota. Además, pensaba que eras Dylan y si fueses él, mi mente estaría a salvo...