Mutante o humana, esa es la cuestión [Arkadi + Enid]

por **Lilith** Lun Ene 31, 2011 10:09 am

Hoy había recibido el mensaje de alarma: Arkadi había vuelto a dar con Enid, y la llevaba hacia las cuevas tal y como yo le había dicho. Buen chico, buen chico. No me había avisado él, estaba claro pues era completamente imposible que lo hiciese, sino que lo había hecho el mentalista que yo misma había mandado que vigilase al mutante para mantenerme al tanto de novedades y hoy había sido avisada por fin. Tal y como habíamos hablado en la sala de reuniones de la sede de Ragnarök, me dirigí a esperar a ambos en el almacén de la ciudad mutante; había decidido quedar en ese lugar porque no solía haber mucha afluencia, el acceso a él estaba restringido a solo algunas personas para evitar la extracción masiva de recursos, y porque era espacioso y bastante privado aunque no me parecía el lugar precisamente ideal para una reunión como aquella, tal vez debiéramos hacer alguna plaza o algo por el estilo en la ciudad para aquel tipo de cosas. Daba igual, en aquel momento eso era lo de menos.

Salí del edificio pues con toda tranquilidad, pudiendo haberme teletransportado directamente al lugar pero prefiriendo estirar las piernas un rato y dar un pequeño paseo hasta llegar, por irónico que pudiera parecer me gustaba bastante caminar. El almacén era una vasta construcción hecha de piedra y situada en uno de los pocos huecos vacíos que hallamos en las ruinas de aquella ciudad subterránea cuando la descubrimos, en su interior empezamos a guardar los pocos objetos que fuimos todos encontrando primero sin una intención de que aquel fuera el lugar para ello pero luego, debido a la gran cantidad de cosas que se acumularon, se hizo un consenso general para darle aquella función. Fue entonces cuando un par de personas se hicieron los encargados de su mantenimiento, construyeron estantes para almacenar mejor las provisiones y se acordó restringir el paso a su interior para evitar la apropiación masiva de bienes, ya hubo una vez un momento en el cual casi se perdió todo. Yo, obviamente, era una de las personas con pleno acceso a su interior pues así era como abastecía las necesidades de Ragnarök y de ahí sacaba gran parte de los materiales usados, aunque debía aceptar que muchos también los buscábamos nosotros mismos.
Atravesé la puerta del edificio -literalmente- después de saludar a su guardia con un gesto de cabeza, ya le había puesto en sobreaviso de que iba a tener que dejar pasar a dos personas más, y eché a caminar por el pasillo central que comunicaba con todos los estantes dispuestos en hileras perpendiculares a él, parecía bastante una especie de biblioteca pero en lugar de libros había comida envasa, objetos varios, muebles pequeños y demás elementos recuperados.

por Arkadi Petrov Lun Ene 31, 2011 10:25 am

Caminaba en silencio dentro de la ciudad con Enid cogida de la mano, lo hacia en el mas absoluto silencio desde hacia rato y caminaba despacio para no separarme lo mas minimo de Enid. Algunos me miraban o me saludaban pues eran conocidos mios, aunque ni salude ni mire a ninguno, tan solo caminaba por las cuevas con Enid a mi lado, solo esperaba que todo saliera bien, por la noche, mientras Enid dormia habia afilado el cuchillo por si era necesario que hiciera uso de el, aunque dudaba que si tuviera que hacer uso de el salieramos bien parados pues habia demasiados mutantes rencorosos de los humanos en aquellas calles, yo me encontraba entre ellos y si al final lo de Enid no salia bien no sabia que iba a pasar, esa era la principal razon de mi silencio, no podia ni queria hablar, no me encontraba tan nervioso desde hacia mucho tiempo y me resultaba dificil no mostrarlo, aunque por Enid me mantenia sereno, al menos de cara al exterior.

Llegamos por fin frente a la puerta del almacen y al hacerlo el vigilante de al puerta nos dejo pasar, no recordaba haber entrado alli mas que en una ocasion y sinceramente, ojala esta fuera la ultima, era una zona idonea para pelear sinque el resto de la ciudad se enterara, por eso me daba tan mal rollo, sin contar conque no habia zona de escape alternativa - ¿Lilith? - dije en voz alta una vez estuvimos dentro, esperando a que ella apareciera de entre alguna estanteria o algo parecido, lo que si que no pude evitar nada mas entrar fue el coger a Enid y acercarla mas a mi, colocandola a mi lado y rodeandola con el brazo mientras me quedaba alli parado, con un brazo rodeando a Enid y la otra mano en la empuñadura de mi cuchillo, era algo instintivo pero no podia evitarlo.

por **Enid West** Mar Feb 01, 2011 3:30 am

Antes de entrar en la ciudad me repetí unas 34535353 veces mentalmente lo que haría para no llamar la atención: 1.- No hablaría si Kadi no me hablaba primero pues prefería continuar en silencio a que me saliese cualquier chorrada por la boca, todo el mundo se girase hacia nosotros y: ¡A la humana! ¡Matadla! No, mejor va a ser que esté bien calladita y sin llamar la atención. 2.- Miraría todo el rato hacia el frente. En ningún momento me giraría para mirar a ninguna otra persona, establecimiento, etc. No, solo hacia adelante. De esta manera conseguiría no llamar la atención… o eso deseaba.

Me di cuenta de que Arkadi estaba muy nervioso principalmente por su silencio, su manera de andar rápida, porque no devolvía el saludo a todos aquellos que se cruzaban con él… En resumen: actuaba de una manera extraña, tenso, sin naturalidad. Lo miré de reojo un momento, mordiéndome el labio. Creo que si él continuaba nervioso por mucho más tiempo al final yo también acabaría queriendo subirme por las paredes. Le di un apretuchón con la mano y le guiñé un ojo, intentando infundirle algo de tranquilidad aunque fuese misión imposible XII pues estaba como una moto.

Continuamos nuestro camino durante lo que creo que fue una media hora. No me fijé en nada en aquel largo y tenso trayecto, solo intenté darme seguridad a mí misma. Todo iba a salir bien, claro que sí. Lo peor era Kadi… No quería que sufriese por mi culpa. Supongo que si se daba el caso de que era humana me entregaría a los mutantes para que pudiesen matarme sin tener que pasar por encima de Arkadi. Así le ahorraría el hecho de tener que salvar su culo y mi espalda. Sería lo mejor para todos.

Acabamos en un lugar alejado de la civilización. Supuse que aquello sería una sala de interrogatorios o alguna cosa semejante… por eso me sorprendí tantísimo lo que vi cuando entré. Aquello no era ningún confesionario, era un lugar de almacenamiento de comida o, dicho con otras palabras, una despensa enorme. Era bastante triste llevar a alguien para un interrogatorio a aquel lugar aunque… parecía difícil escapar de allí. Por tanto, estaba destinada a la muerte si algo no iba bien. Apreté la mano de Kadi, algo nerviosa.

Espera un momento… yo… había estado en aquel sitio en otra ocasión. No había sabido reconocerlo porque estaba muy cambiado pero yo había estado allí antes. Un remolino de recuerdos aplastó mi mente de repente, todos de golpe, gritándome su significado. Era una tormenta de recuerdos relacionados con aquel lugar aunque habían asaltado todos mi mente a la vez. Solo escuchaba gritos, jaleos, disparos,… Me llevé las manos a la cabeza y me la apreté con fuerza, intentando que aquel dolor parase. No lo hizo, solo fue a más.

No quería llamar la atención, juro que no quería hacerlo… que en ninguna ocasión había previsto lo que pasaría… prometo que no pude evitarlo. Un grito desgarrado salió de mi garganta y chocó contra las paredes metálicas de la sala, rebotando sobre ellas. Si alguien de fuera no había sido capaz de escucharme era un claro síntoma de que necesitaba urgentemente un sonotone.

Le dediqué una rápida mirada a Kadi que claramente decía: sácame de aquí… Fue antes de desvanecerme y perder el sentido. Mis piernas cedieron bajo mi peso y, seguramente, caí al suelo, aunque mi mente ya se encontraba muy lejos de aquel lugar para poderlo asegurar. No había podido soportar todos aquellos recuerdos, las imágenes difusas que se entrelazaban, los gritos.

Eso sí, antes de desmayarme tuve la certeza de que ya sabía quién era, que no necesitaba ningún mentalista, que había visto a Lilith mucho antes, que Alessia Rutherford había sido sincera conmigo y que, todas aquellas pesadillas, solo eran fragmentos de la realidad.

por **Lilith** Sáb Feb 05, 2011 11:33 am

Ahí estaban, pude oír el sonido de la puerta abrir, el trajeteo de su entrar, la puerta luego siendo cerrada por fuerza -seguramente por Max, el guarda que la custodiaba- y por último un silencio. Me imaginé que en esos instantes cortos de quietud estuvieron ambos mirándose y mirando a su alrededor antes de echar a andar por el corredor central del almacén, aquel que conducía a todos los demás que lo cruzaban perpendicularmente, me pareció que no debían haber visto. Arkadi definitivamente necesitaba una revisión de su vista, de ser así. Fruncí el ceño y negué con la cabeza echando a andar con grandes zancadas para desenvolver el camino que había hecho al llegar yo misma al almacén.

-Estoy aquí -espeté a Arkadi con los brazos cruzados frente al pecho y mirando a los dos con una ceja alzada, me encontraba justo al medio del pasillo central a seis pasos de ellos en aquel preciso momento.

Podría haberle soltado un par de comentarios sobre su defectuosa capacidad visual si no se había dado cuenta de que me encontraba prácticamente en su frente, pero sabía perfectamente valorar cuándo se trataba del momento para aquellas intervenciones, y ese no era precisamente un ejemplo de ello. En su lugar desvié mis ojos azules hacia la joven, Enid, pudiendo confirmar así que se trataba de la Enid que algunos conocíamos en las naves, de la Enid mentalista siempre tan alegre e inocente. ¿Se puede saber qué hacían de la mano? Arqueé aún más la ceja derecha y me concentré en el rostro de ella para tratar de desentrañar alguna muestra de reconocimiento a rememoración en su expresión. Su faz se contrajo rápidamente y empezó a mirar lo que se hallaba a su alrededor con un gesto absoluto de desconcierto, yo no necesitaba poder mental alguna para imaginarme que por su mente deberían estando pasando relámpagos de su pasado, estallándole en la cabeza para obligarla a recordar sin piedad alguna. Aunque lo que no me imaginaba es lo que sucedió después. Alcé una mano hacia ella cuando la vi sujetarse la cabeza con un gesto de dolor, como tratando de realizar alguna acción que pudiera detener lo que le sucedía, algo completamente inútil por otro lado. Entonces fue cuando gritó y aquel sonido de dolor desgarrador me obligó a girar el rostro hacia un lado y cerrar los ojos mas rápidamente me recompuse y tomé las riendas de aquella situación, como tan característico era en mí. Al instante estaba frente a Enid, habiendo acortado aquella distancia que nos separaba, y la tomaba en brazos para evitar que chocara contra el suelo; no obstante, miré entonces a Arkadi.

-Haz algo útil y cógela en brazos, pero ves con cuidado -le dije pasándole el cuerpo inconsciente para que la cargara.

Refunfuñé mentalmente sobre lo bien que iban las cosas, sobre que aquello era lo último que me faltaba para redondear la escena actual y me teletransporté ante la puerta cerrada del almacén para abrirla de un fuerte golpe de puño, previamente endurecido para evitar que me rompiera los huesos. Max recibió la orden de salir en búsqueda del primer mutante con poder curativo que encontrase y salió corriendo en su búsqueda, yo agradecí en silencio que poseyera la misma cualidad que Arkadi. Luego regresé a la puerta e hice una seña a mi subordinado.

-Vamos, sácala fuera del edificio, que le dé un poco el aire -dije para finalizar, aunque mucho aire no era que corriese en el interior de la ciudad subterránea.

por **Enid West** Miér Mar 02, 2011 9:41 am

FDR: Kadi, vamos a seguir la historia sin ti pues es parte de mi trama y no se puede quedar estancada. Si vuelves, puedes continuar participando Wink

Oscuridad.

Todo está negro a mi alrededor. Intento escapar de la pesadilla en la que me encuentro corriendo de un lado para otro. Pero todo está negro, no hay escapatoria. Intento hallar una luz, pero ella huye de mí. Finalmente, cansada y hundida, me dejo caer sobre el suelo también negro. Me llevo las manos al rostro para poder llorar tranquila… no veo mis manos, son negras. Abrazándome a mí misma me quedo en silencio, intentando consolarme mentalmente. Estoy rodeada de tinieblas, de oscuridad.

Soledad.

Miro a mi alrededor intentando ver a alguien… no, no puedo ver puesto que todo está negro. Así pues, acabo intentando percibir otra presencia, quien sea. No quiero sentirme sola, ya lo he estado en otras ocasiones y confieso que le tengo miedo a la soledad. No me gusta estar en este lugar, necesito que alguien se acerque a mí para dedicarme aunque sea una sonrisa. Me levanto e intento encontrar algo… alguien… alguna persona con la que poder hablar. Horas… mi búsqueda dura horas. ¿Llego a encontrarme con compañía? No. Ando completamente sola… como siempre he estado en mi vida. Estoy horriblemente sola. La soledad me aturde, me cansa, me hace desesperarme.

Tristeza.

Y ahí estoy yo. Tan insignificante como siempre. Vacía, sola. Soy una pequeña muñeca de trapo. Mis piernas ceden bajo mi peso y acabo en el suelo. Acaricio con la yema de mis dedos la superficie de la infinidad antes de dejar escapar dos pequeños ríos de lágrimas que surcan mis mejillas y las acarician. Mis pesadillas, mis más oscuras pesadillas se han hecho realidad.

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