Difunde la palabra

Algún viernes de Febrero 2 años después del renacimiento, en medio de la gente que camina de ida y vuelta. Muchas manos tomadas, pequeños nacidos que ven como el frio se lleva todas sus ilusiones de encontrarse con el Señor. La gente pecaminosa de pensamientos lascivos que solo se preocupan en el día de mañana... y no en lo mas importante: retomar el camino del Señor.

Tras la puerta de entrada el clima sigue siendo tan frío como los corazones que abandonaron a Dios. Las nevadas, las lluvias, todo aquella sensación gélida es enviada por nuestro Señor como parte de su guerra contra los demonios que afuera gobiernan este nuevo mundo.

-¿ No lo entiende señora? ¿no lo entiende??? debemos orar para liberarnos de esos demonios!!!

Mi voz retumba en medio de los murmullos de todos los pecadores. Aquella señora no aceptó mi mano ni el mensaje que estaba por darle y así liberar su alma... oh si!.. liberar su alma de este tormento que Dios nos ha preparado.

Muchos años aquí hemos existido tras estas paredes metálicas que nos alejaban de aquellos demonios, pero mi todopoderoso Dios no sabía que aquí dentro las personas dejaron de oir, dejaron de ver, dejaron de sentir ... la verdad!!... aquella verdad que ahora esta en mis labios, que esta en mí.

- Cuidado con los demonios, ellos intentaran llevarla al reino del mal!

Algunos rien mientras que otros solo me ignoran, seguramente pensando en cualquier tema irrelevante que nuestro Señor castigaría. Si... muchos de ustedes deberían ser castigados por no hacerle caso a Dios.

- No nos hemos liberado!! el final está por llegar!!! ... volvamos a Dios!!!

Un par de adolescente me ve con fastidio. Seguro querrán burlarse de mi, pero estos mocosos endemoniados no saben el futuro que les espera, un futuro cargado de pesares, de frustraciones y del mal que fuera de estas paredes pueden sufrir.

La ventisca en el ambiente se deja oir cuando abren las puertas, un nuevo grupo sale al parecer con un cargamento de comida, seguro rumbo a aquella nueva ciudad. Aún no he podido visitarla, aún no es tiempo, todavía hay mucho por hacer aquí, todavía hay mucho que enseñar, todavía hay... quienes deben ser castigados...

- Oh Señor - murmuro estrechando las manos - Oh Señor... apiadate de estas almas corrompidas por el mal, no dejes que se conviertan en demonios... o es que acaso pretendes que mi prueba sea mayor?

Dios me enconmedó crear el nuevo mundo, Dios confía en mi para el renacer de la humanidad, no basado en nuevos bloques de concreto, no en tecnologías que hagan las vida facil, no es escuelas que enseñen historia, no es campos de diversión donde perturbar la conciencia... el renacer de la humanidad está en mi...

- Recibe la palabra divina! - digo en voz alta mientras tomo del brazo a ...




"FDR: a quien quiera atreverse a rolear..."

Llevaba un par de horas andando por la ciudad de los humanos en busca de algo entretenido que hacer. Por si te lo preguntas, no conseguí encontrar nada. Después pensé en que a lo mejor debería de ir a buscar a mi aberración favorita pero… ¿Dónde encontrarlo? Además, no estaba de humor para tener que lidiar contra cualquier niñato inmaduro que se crea guay. Bueno… a decir verdad, no estaba de humor para nada. ¿Estaba cansado? No, yo no le atribuiría mi mala leche a mi poco dormir. Era algo más… ¿Profundo? Sí, esa manera de decirlo me vale. Iryna se había muerto hacía justo 2 años y… siento decirlo gente, pero el día del aniversario de la muerte de tu amada… No es un día agradable en el que aceptes cualquier gilipollez que le ronde a la gente por la cabeza.

Mi andar era lento y mi mirada estaba en todo momento posada en el suelo. Finalmente, acabé dirigiéndome en dirección a las naves para poder ocultarme en mi habitación y dormir. Que, es una forma de combatir el dolor, ¿No? Claro, también podría quedarme despierto y perder la cabeza. La segunda alternativa, aunque no lo parezca, no me resulta nada tentadora. Prefiero estar cuerdo dormido que despierto como una puñetera regadera.

Hablando de regaderas andantes… ¿Qué leches? En mitad del camino había un tío gritando incoherencias. Nota mental: buscarle un psiquiatra a quién cojones fuese aquel. Decía nosequé sobre demonios, Dios, salvarse y nosecuantas cosas más. Agaché la cabeza para deslizarme por su lado con tranquilidad y llegar a una zona en la que no hubiese locos. Mala suerte tengo, sí, tengo un gafe encima… supongo que es el karma, que me va persiguiendo allá donde voy. ¿Por qué digo esto? Sencillo, muy sencillo. El loco se había abalanzado sobre mí para cogerme del brazo y lanzarme un grito en todo el oído. Debo aclarar que antes de aquel momento yo podía oír perfectamente... mala suerte que hubiese tenido que llegar el tipo aquel y dejarme falto de sonotone.

Me giré con cara de muerto andante mezclada con mala hostia hacia la regadera andante. En aquel momento tenía unas ganas de matar a alguien... parece ser que el señor se había presentado como voluntario de mi más pura mala leche. Alcé una ceja y me acerqué a él, con una sonrisa fría. Sin dejar que mi voz titubease lo más mínimo le susurré al oído.

-¿Sabes, querido? Dios no existe… pero shh… no se lo digas a nadie. Es un secreto –Volví a mi posición anterior y le dirigí una sonrisa de completa diversión, acompañada de un guiño. Madre mía, que loca que está la gente. Si Dios existiese no estaríamos todos allí ahora mismo. Además, me niego a pensar que hay un tío tan jodidamente cabrón que ha decidido cargarse a todos sus "hijos" pues con el fin del mundo no solo habían muerto humanos, también la mayoría de los animales habían sufrido mutaciones y los que no, la habían palmado.

-Y por favor, no me des palabras divinas o te juro que acabaré vomitando hostias consagradas -Reí.



FDR: Yo me atrevo! ò.ó

Las palabras de aquél hombre tocaron lo ams profundo de mi ser. Era importante guardar la calma en todo momento pero sus palabras explotaron en mi corazón entregado al señor, la ira corría por mis venas, aquél ser había inentado burlarse del poder del Señor... de Dios...

EL par de adolescente que me miraban hacía unos segundos salieron tras la puerta metálica rumbo al exterior. El frío que todavía acechaba tras la entrada no fué el suficiente para apaciguar mi cólera, la ira empezaba a atraparme... estaba acaso apartàndome de mi misión?. .. no podía hacer ello.

- Cómo te atreves a blasfemar de esa manera de nuestro Dios salvador???

Indignado, estrepitosamente indignado sacudí la cabeza con firmeza al escuchar sus palabras. No era posible que un hombre pudiera negar a su creador, pero fuí advertido, ellos te negaran Dios padre, ellos renegaran de ti... pero es mi tarea defenderte, soy tu arma.

La gente empezaba a interesarse mas en la charla que tenía con el infame, lo cual me hacía feliz, la palabra santa debía ser escuchada por todos pero no era el momento, ahora tenía aquí a este pecador que debía enmendarse o acaso los demonios del exterior terminarían matándolo

- No te alejes del camino santo, no lo hagas mas, regresa a la senda de nuestro señor - Mi mano ahora tomó la camiseta del aquél hombre perdido - escucha la plabra divina, sálvate del pecado!!

Mis ojos se inyectaron de sangre, estaban abiertos profusamente fijando la mirada en aquél hombre despreciable, caído en el infierno pero que aún puede ser salvado. Mis brazos estaban tensos, mi cuerpo se extendió en toda su dimensión mientras le hablaba.

"La ira, la ira Señor mío, se que estoy pecando... perdóname tu miseriocordioso, me castigaré, mi cuerpo recibirá la condena por esta ofensa. Mi Señor, es el precio que gustoso pago al convertirme en tu alma, pagaré con sangre la ira... pagaran con sangre... tu ira "