El volcán en penumbra [Enid]

Tic...tac...tic...tac, segundo a segundo, el sol se iba ocultando por el horizonte, dejando un rastro anaranjado en el cielo, lo que mostraba que sus fuerzas se habían rendido y que la oscuridad comenzaría a dominar el cielo pronto, quizás diez, o quince minutos, que mas daba, de nuevo no sabia como había llegado hasta aquí, ya pensaba que iba a tener lagunas mentales o algo por el estilo, simplemente mis pasos me guiaron hasta aquí, no sabia cuan lejos estaría de la ciudad que hace unas horas visite, ni donde quedaría la próxima, ni donde me guiarían mis pasos, pero no podía detenerme, sin motivo alguno.

De nuevo y con esta maldita estación era totalmente visible, mi color negro resaltaba claramente en un paisaje rodeado de blanco, maldita sea, odiaba la estación fría, mas que nada, porque me hacia mas visible, aunque quizás eso estuviera bien, las cosas mas difíciles de encontrar son las que están a simple vista.

Costaba bastante andar por la nieve y tenias que ir con pies de acero, en cualquier momento podías pisar un falso suelo y hundirte diez o quince centímetros en la nieve y en bastantes casos, hasta el cuello y salir era difícil. Suspire mientras me cubría el rostro con la capucha, y observaba como el vaho helado flotaba casi al unisono con los latidos de mi corazon.

Llevaba unos días bastantes aburridos, sin ninguna victima o enfrentamiento, así que ojala que pasara algo interesante o tendría que buscarlo yo y no esperar a que algo pasara, que era lo que solía hacer. Cuanta mas oscuridad hubiese en el ambiente mejor, eso me aseguraba una rapidez y reflejos fuera de lo normal, lastima que soliera haber mas luz que oscuridad, pero pronto cambiaría...

El Sol se escondió tras el lejano horizonte, huyendo de la Luna que iba en su búsqueda. Todo sucedió de una manera tan rápida que fui incapaz de percatarme. Hasta que era tarde, había anochecido. Un manto oscuro cubría el cielo y pequeñas gotitas de pintura blanca brillaban en su superficie.

Me encontraba sumergida en el silencio, perdida en lo más profundo del bosque. La falta de luz me impedía el encontrar el lugar de vuelta a casa y, lo único que podría hacer en aquel instante era esperar a que el Sol volviese o salir en busca del camino adecuado. Yo, que de siempre había sido bastante hiperactiva e impulsiva, me decanté por la segunda opción. Así pues, cogí mis cosas del suelo y me puse manos a la obra.

Lástima que el destino se interpusiese en mi camino y me obligase a perderme de nuevo, a avanzar a tientas y a llegar hasta una de las zonas más frías que había en el Fin del Mundo. Me encontraba en el volcán, que se situaba en la cima del bosque repleto de nieve. Parecía una figurita de hielo desde el suelo y, el camino de ascenso había sido considerablemente difícil. Sin embargo, estúpida de mí, en ningún momento se me ocurrió pensar que no había llegado al bosque por una senda tan difícil de atravesar.

Entonces, cuando pensé que mis esperanzas habían acabado y que me tocaría pasar una noche a la intemperie y en la más profunda soledad, apareció él. Hay que decir que al principio no supe si era él, ella o ello. Sin embargo, cuando fui capaz de reconocerlo un suspiro de alivio se escapó entre mis labios.

-Hola –Lo saludé con una pequeña sonrisa, deseosa de que su compañía fuera grata.



FDR: Lo siento muchísimo!! estoy de exámenes finales :'(

Cerrado