Oh, el trabajo, ese bien que cuando se tiene se odia y cuando no se anhela (Alexandre + libre)

por **Dylan Black** Jue Ago 25, 2011 9:06 pm

Estaba hasta los cojones de conversaciones sobre el futuro de La Organización y cosas por el estilo ahora que nuestra pequeña rata había salido dispuesta a matar a Lilith. La verdad es que no tenía la certeza de que fuese a sobrevivir... por no decir que estaba seguro de que moriría. Lilith era más dura de lo que parecía. Ahora que lo pensaba, no era muy justo eso de llamar a nuestra enemiga con aquel nombre tan resonante. Debería de buscarme algún mote que la ridiculizase.

Continué caminando por la vasta llanura que había alrededor de la sede, toda llena de vegetación. Aquel sitio no me gustaba mucho, era demasiado simplón y aburrido. Sinceramente, prefería mil veces antes mi casa en la ciudad o cualquier recreativo de aquella zona. Lo mejor de todo era que los mutantes no podían acceder cuando quisieran.

Volviendo al tema de Lilith, ya que la mitología hablaba de que Lilith era la primera mujer, antes que Eva, que avandonó a Adan y se fue del Edén... ¿Por qué no cambiarle el nombre por Eva? Sería una especie de chiste que seguramente solo pillarían los cultos que supiesen un poco de religión. Ésto no quería decir que yo fuese religioso, es más, mi ateismo era demasiado conocido como para llamarme a mí religioso.

Me senté en el suelo, bajo uno de los árboles y me quedé allí cavilando, con la cabeza posada sobre el tronco del árbol.

por **Luca Viatella** Jue Ago 25, 2011 10:07 pm

Salí de la ciudad a pasear un poco, desde que las obras en ella casi habían terminado del todo prácticamente todos los que antes estaban en las naves se habían trasladado ya y encerrado tras su muro. Y no salía nadie, como tampoco lo habían hecho antes; pero al menos ahora estábamos encerrados en un lugar más digno que las pseudo-habitaciones que antes teníamos. Era gracioso porque podías distinguir claramente con que tipo de humano te encontrabas solo viendo si se atrevía o no a salir de su recinto protegido. Los que salían siempre éramos: miembros de la Organización, militares en exploración y algún que otro pirado con instintos masoquistas. Yo empezaba a considerar que era un poco de todo.

Doble las mangas de mi camisa abotonada. Aquel día no llevaba mi usual gabardina pero, claro, el calor que hacía -la última medición era de treinta y nueve grados, a las nueve de la mañana- no llamaba mucho a abrigarse más; eso sí, el sombrero no me lo dejaba por nada en el mundo.

Caminé un poco más con las manos en los bolsillos de los pantalones, aún sentía algunas veces un ligero escozor en el puño derecho con el que golpeé a aquella criatura de las llanuras -'amorfos', como los habíamos decidido llamar- en nuestra exploración pero solo era un poco de dolor en momentos puntuales. Me desvié por los árboles, esquivando conscientemente una montañita que había en el suelo, y bajo ella una de las tantas minas que protegía los alrededores de la sede. Si querías trabajar ahí, uno de los tantos requisitos era saberse donde estaban las trampas escondidas porque, de lo contrario, simplemente no llegabas a entrabar.
Tras caminar por un par de minutos más, tampoco mucho porque no tenía intención de alejarme en demasía y luego tener que volver a sortear obstáculos como Mario, pude ver a Dylan sentado bajo la sombra de uno de los tantos árboles. En el arbusto de su lado derecho había otra mina y, a tres paso frente suyo, una trampa; aunque seguramente él era del todo consciente. Me acerqué hasta el cuidando de saltar esa trampa y creo que por primera vez en mucho impo me sentí acróbata.

-'Ciao', Dylan -saludé con un aterrizaje magistral. Podía oír los aplausos en mi mente-, vaya parece que por fin has vuelto de donde fuera que estuvieses. Nos tenías preocupados -Mi rostro se contrajo en una fingida mueca de tristeza- y ya empezábamos a temernos lo peor.

por **Mikhail Kostova** Sáb Ago 27, 2011 5:03 am

Me encontraba trabajando a gustito en mi laboratorio, en la sede de La Organización, cuando me quedé encallado en cierta cosilla. No sabía cómo demonios solucionar un problema técnico en un proyecto de experimento que teníamos que poner en marcha en cuanto estuviera listo, y eso me ponía negro.
Probé las mil y una cosas, pensé en diez mil maneras de hacerlo, pero nada me salía de la cabeza ese día. Me quité las gafas y las dejé encima de la mesa metálica para masajearme la sien, como solía hacer siempre para pensar mejor.
"Tal vez lo que me vendría bien ahora sería ir a dar una vuelta para despejarme", pensé no demasiado convencido mientras echaba un vistazo al exterior. Vale, el calor sofocante que marcaba uno de los termómetros, cuyo sensor estaba situado en el exterior, no era un llamamiento, pero por la ventana divisé dos figuras que me resultaban conocidas. Mis dos socios, Luca y Dylan.

Decidí que sí, que me tomaría un rato libre, así que me quité la bata blanca y la colgué de un gancho metálico que había en la pared para ese fin. Volví a ponerme las gafas, no fuera que me las olvidara, y me arremangué las mangas de la camisa blanca que llevaba, preparado para entrar (o más bien salir) al horno.
Y es que, por Newton, qué calor hacía. Ahora recordaba porque me gustaba tanto estar en mi guarida del laboratorio. Por el maldito aire acondicionado. Solté un bufido, arremangándome aún más la camisa (ahora ya llevaba las mangas a la altura del codo), y caminé con pesadez hasta donde se encontraban mis amigos.

-Luca, Dylan. -les saludé con un gesto de cabeza, y me paré ante ellos. Levanté una ceja mientras mis ojos claros los miraban inquisitivamente. -Os veo muy desocupados. ¿No hay cosas que hacer? -pregunté con algo de retintín, medio en broma, medio en serio.

por Contenido patrocinado

Oh, el trabajo, ese bien que cuando se tiene se odia y cuando no se anhela (Alexandre + libre)

Oh, el trabajo, ese bien que cuando se tiene se odia y cuando no se anhela (Alexandre + libre)

Re: Oh, el trabajo, ese bien que cuando se tiene se odia y cuando no se anhela (Alexandre + libre)

Re: Oh, el trabajo, ese bien que cuando se tiene se odia y cuando no se anhela (Alexandre + libre)

Re: Oh, el trabajo, ese bien que cuando se tiene se odia y cuando no se anhela (Alexandre + libre)