Encontrando el camino, espero. (Libre)

por **Ben Adams** Lun Ago 09, 2010 3:56 am

Ben llevaba bastante tiempo caminando, se sentía perdido, y agotado, no recordaba nada, no llevaba una camisa puesta, pero tenía el torso manchado de carboncillo, con lo cual podía fácilmente haber presenciado un incendio, el aliento le faltaba, había intentado transformarse, y había sido otro intento fallido más.

-Dónde está? Dónde?...

Dejaba escapar estas débiles palabras en susurros agónicos propios de su falta de aire, sus uñas por el centro eran algo más picudas por la mala transformación, hasta que logró captar un olor, que parecía comida, y si se estaba haciendo comida, debería haber gente, observó una ranura, y empujó de ella con la fuera que tenía, sus pantalones vaqueros se cortaron de nuevo al engancharse en una de las muescas de la entrada, pero no le importó, entró, descalzo, sin camisa y con esos pantalones más propios de un naufragio que de un holocausto en el lugar, y contempló todo con suma curiosidad y un deje espontáneo de inocencia impropia de él.

-Guau... ¿pero qué es esto?

Se preguntó retóricamente mientras avanzaba con paso débil, y silencioso, como si el cuerpo le pesase, realmente estaba agotado, caminando, por ese mismo camino que daba inicio a la ciudad subterránea de los mutantes sin que él lo supiese y sin verlo venir, cayó como un saco, en el suelo, golpeándose la mandíbula, dejando entrever un leve hilillo de sangre de un color rojo, intenso.

por **Eureka** Lun Ago 09, 2010 10:47 pm

Off: Banda sonora (xD)

Llevaba mucho tiempo sola…demasiado tiempo…no tenía a nadie a quién querer…así que tuve que vivir por mi cuenta en lo que quedaba del mundo que la humanidad había dejado a su costa. En parte…yo realmente odio a los humanos…por haber dejado este cruel destino a los que no pudieron salvarse…pero no quería hacerlo…no serviría de nada acabar con ellos…aunque ahora yo ya no soy humana…todavía siento en mí un resquicio de la humanidad que el cataclismo me arrebató casi por completo…pero igualmente…no quería odiar a los humanos…no tenía sentido hacerlo…

Con mi bajo eléctrico colocado sobre mi hombro agarrándolo por el mástil, ya que sin correa ni funda no había otra forma de cargarlo, continué buscándome un camino entre los montones de ruinas que formaban el ahora típico paisaje del mundo que antes se podía llamar Tierra…pero la verdad es que para mí…ahora era más bien el Infierno. Con cuidado, iba intentando no tropezar ya que el suelo era tremendamente irregular, siendo a cada centímetro cuadrado de un nivel diferente, hasta que por fin pude llegar a una zona más llana, suspirando y casi escuchando el agradecimiento de mis pies.

Eché un vistazo alrededor, con un silencio que sólo perturbaba el aire…y percatándome de que había alguien en el suelo. Mis ojos se abrieron por la sorpresa…parecía muerto…aunque si era así, no llevaría mucho tiempo. Un poco dudosa, me acerqué unos pasos hacia el cuerpo, percatándome de que era un chico quién estaba allí. Me puse en guardia, tomando el bajo con las dos manos, blandiéndolo por el mástil como si fuese una maza…aunque me dolería mucho tener que usarlo de arma en el caso de que el chico que estaba allí tirado en el suelo me atacase.

Despacio, me acerqué hasta casi estar sobre él, mirándolo nerviosa desde arriba, para luego colocar una pierna suavemente sobre su costado, pero no para pisarle, sino para darle la vuelta con seguridad, dejándolo boca arriba, sorprendiéndose al ver que estaba sangrando, pero aún respiraba. Nerviosa, no sabía qué hacer…aquel chico estaba claramente mal y podría morir si nadie le atendía…así que…decidí olvidar mi miedo de tratar con un desconocido y tomarle del brazo, elevándolo con algo de dificultad, ya que pesaba demasiado, aguantándole con ese brazo mientras con mi otra mano sujetaba mi bajo. Sentí que no podía moverme…no podía con el chico, necesitaba que él hiciera algo por su parte…así que solté un momento el bajo y dejé al chico de nuevo en el suelo, palpando suavemente sus mejillas para que volviera en sí, con cuidado ya que parecía haberse hecho daño en la mandíbula, sentándome sobre su cadera y presionando un poco su pecho, para tratar de hacer que respire mejor, de vez en cuando mirando a su rostro para ver si reaccionaba a algo que hiciese.

por **Ben Adams** Mar Ago 10, 2010 4:10 am

Aire... necesitaba aire, un aire que era incapaz de llegar a sus pulmones, se estaba asfixiando en esa posición, la cabeza le dolía por esa falta, lástima, no había ni un alma por allí, los segundos iban pasando como los más largos de los minutos, sentía un dolor agudo en los costados, definitivamente sus pulmones parecían estar a punto de explotar, mientras ese líquido escarlata que emanaba de su boca era más cálido aún, no se sabía dónde habría podido sufrir tal agotamiento, y tal cansancio, tal agonía en ese cuerpo que no parecía más que un dichoso títere dominado por el dolor.

Se iba meciendo en un sueño, hasta escuchar levemente, unos pasos, dado que había intentado transformarse, y aunque eso le agotaba, su oído había mejorado "algo" sin embargo, esa transformación aún le consumía más, y más, era agradable dentro de aquella agonía, escuchar al menos algún resquicio de vida, casi podía sentir el latir de su corazón, y el de ella, sí, mientras aquel ente desconocido se acercaba casi con un temor, que él pese a su "bordería y sequedad" no llegaba a inspirar... Aunque diese la impresión de que estaba loco.

El suelo irregular continuaba clavándose en su caja torácica mientras aquellos delicados pasos, caminaban hacia él, ya casi no respiraba y aquel hilillo de sangre lentamente iba deteniéndose mientras se secaba en sus labios, dejando entrever un color morado que al secar brillaba y se tornaba en una costra en la comisura de sus labios por el lado izquierdo…

Entonces, justo en ese entonces, notó algo, la chica colocó su pierna sobre su costado, él pensaba que iba a pisarle, pero la intención fue la contraria, rodarle, dejándolo boca arriba, sus pulmones parecían empezar a tomar algo de aire por la pequeña entrada que se formaba en sus labios al entreabrirlos levemente. Aire… ansiado y anhelado aire que necesitaba entraba por fin, haciendo que la sensación de un próxima explosión en éstos cesase de inmediato, alguien le levantó, extrañado apenas pudo fruncir la frente por el dolor, pero no se movió, ni nada, parecía, efectivamente lo que era en ese instante, un muñeco casi inerte, la chica por lo visto no podía con el peso del chico y no era de extrañar pues era notoriamente más alto y musculoso que ella, aunque, había hecho bastante con levantarle y más siendo un peso muerto, al ver que no podía moverse, la chica, dejó algo que llevaba en mano, y él no lograba ver, y después le acostó en el suelo, él por su parte sintió como la chica, ligera como una pluma se sentaba sobre su cadera, mientras sus manos palpaban suavemente su mejilla procurando no tocar mucho el lado golpeado del chaval, mientras a su vez masajeaba su desnudo y manchado torso…
Empezó a toser estrepitosamente sintiendo a la chica continuar las caricias que estimulaban su respiración mientras él por su parte intentaba incorporarse o al menos sentarse, pero en vez de eso al no poder entre algunos golpes de tos logró pronunciar:

- ¿Quién eres?

Fue lo único que podía decir del mejor modo posible, mientras aún tosía esperando que al menos la chica se moviese porque era probable que como continuase con ese incontrolado ataque de tos y en esa mala posición se asfixiaría, dado que su rostro comenzaba a enrojecer.

Off: Tu off me mató. xD

por **Eureka** Mar Ago 10, 2010 5:18 am

Off: La canción perfecta para el fin del mundo xDDDDD

Mientras continuaba con los masajes en el pecho, me di cuenta que de pronto el chico comenzó a toser. Asustada, aparté las manos de su pecho, viendo cómo trataba de incorporarse. Sus únicas dos palabras en todo el rato que llevo con él me dieron un fuerte golpe de impresión…¿No sabía…o no quería responderle? Dudé ante ese problema, también haciéndolo en si quitarme o no de encima del chico…no sabía lo que podía ser capaz hacerme…pero al ver el aspecto moribundo que traía, sumado al ataque de tos que comenzó a afectarle, no podía arriesgarme…no podía ver morir a más personas en este resquicio de planeta.

Despacio y con cuidado, me quité de encima de su cadera y me arrodillé a su lado con cuidado, sintiendo cómo las piedras del suelo se me clavaban en las rodillas, cosa que hizo que apretase los labios por el dolor, colocando las manos en el brazo izquierdo y en el pecho del chico para ayudarle a que se sentase, viendo cómo tosía y sin saber qué hacer para detenerlo, colocando ahora las manos una en el torso y otra en la espalda, para que no se cayese hacia ningún lado de forma demasiado brusca si pasara. Me sentía un poco impotente…¿Estaría peor de lo que creía? Mis labios se torcieron en leve mueca de rabia, buscando por mis bolsillos algo que le pudiese ayudar…pero sólo encontré una pequeña servilleta de papel, que quizás se me quedó en alguna ocasión en el bolsillo. Un poco tímida y en silencio, se la tendí al chico en la mano, esperando que al menos no se manchase de sangre. Tragué saliva, sintiendo que, a pesar de mis sentimientos hacia desconocidos, debía ayudarle de alguna manera…así que me coloqué detrás de él y colé mis brazos por debajo de los suyos, tirando con suavidad hacia arriba para arrastrarlo y llevarlo hasta una pared media derruida y no tener que perder energía sosteniendo al chico en medio del camino. Lentamente, apoyé la espalda del chico contra la pared y tomé de nuevo con cuidado su rostro, mirando por si tenía alguna herida aparte de su golpe en la mandíbula…que parecía haber sido nada más que eso, un golpe. Tomé aire y, después de mucho meditar, decidí saber si, a pesar de cómo estaba, podía reaccionar de alguna manera:

-…Soy…Soy…Eureka…Eureka Saki…¿Cómo te llamas?-dije por fin, sintiendo que un alivio llenó mi interior. Me costaba mucho relacionarme con personas desconocidas, pero al menos conseguí presentarme ante el joven, palpando suavemente sus mejillas, buscando algún otro indicio de dolor, también mirando su torso, al parecer con algunas heridas, moratones y magulladuras, pero sin superar lo que más grave parecía ser, es decir, el golpe en la mandíbula-¿E…Estás bien?-“Muy bien Eureka…¿¡Cómo va a estar bien!? ¡Pero mírale, chica! ¡Parece un muerto viviente con el aspecto que trae!”, me dije a mí misma mentalmente. No viendo otra solución, traté de animarle con algo de comida…aunque no era mucho lo que tenía: era lo poco que había podido recoger de mi casa antes de que fuese totalmente destruida por una banda de asaltantes. Miré alrededor, buscando la pequeña mochila que tenía hasta hace un rato, extrañada ya que no la encontraba. Un poco nerviosa, dejé al chico un momento para dirigirme a donde había dejado mi bajo…y allí estaba, colgada de éste…aunque parecía algo más vacía. Maldecí, habiendo sido tan estúpida de haber dejado mis cosas solas, tomando el bajo y la mochila y volviendo hasta el chico, dejando mi instrumento a un lado y abriendo mi mochila con algo de prisa, pensando en sacar algo de comer, pero primero preferí que bebiese algo, así que saqué una pequeña botella de agua, tendiéndosela-Ten…bebe un poco…-le dije algo nerviosa, esperando que me hubiese oído, mientras agarraba con fuerza la correa de mi mochila, colocándome un pequeño mechón de cabello tras la oreja y parpadeando una vez, mirando fijamente al chico, esperando su reacción.

por **Ben Adams** Miér Ago 11, 2010 4:05 am

Por lo visto a la chica de nombre “Eureka” le impresionó la pregunta que éste le hizo, a cualquiera no le sorprendería que en un estado moribundo la única pregunta que pudiese salir de aquellos labios manchados de sangre, fuese la de “¿Quién eres?” Sí, no era de extrañar.
La chica poco a poco fue quitándose de encima de su pecho y aunque no parecía muy convencida, él daba gracias por volver a sentir la mitad superior de su cuerpo y sus pulmones sin reventar pese al rato que estuvo casi sin respirar.
Él tan solo tenía ganas de matarla por no haberse levantado antes y haberle hecho esperar tanto para siquiera exhalar bien un amplio suspiro para percibir el perfecto estado de esas bolsas almacenadoras de aire, y humo, en este caso al menos.

Al fin podía incorporarse, lentamente él la miraba, más bien la analizaba con aquellos ojos, de mirada penetrante y felina, podía observar como la chica se arrodillaba a su lado, e incluso él, percibió el dolor de las rodillas de ésta al observar como esas irregularidades y aquellas piedrecitas que las acompañaban, se clavaban en ellas creando pequeños cortes, e incluso algún que otro arañazo, que por desgracia mermaba la belleza de la señorita que aún no podía quitar su vista de él por su aparente y extraño estado de moribundo. La chica que le había acostado tomó a Ben por los brazos, arrastrándole hasta un pared, abrió lo ojos…
Él a la vista de cómo la chica tartamudeaba su propia presentación, rodó los ojos con fastidio “Ni que la fuese a comer” Pensó él con el evidente fastidio, no es que le gustase demasiado socializar, pero ligeramente sintió como un infantil sonrojo le invadió al entender que la desconocida de nombre Eureka, y alejó el rostro de sus manos.

-Eh, eh, sin tocar… ¿Vale?

Frunció lentamente el entrecejo de manera un tanto inusual con una leve deje de ternura casi parental.
– Enana…
Susurró después negando con la cabeza, mientras volvía la miraba de nuevo por segunda vez.

– Ehm… ¿Bien? Bueno… Si añadimos que he escapado de una explosión de no sé exactamente qué, y que casi me muero, y que una niña me ha salvado… Sí, creo que sí...

Agregó él con ápice de ironía pero sin la intención de herirla, a decir verdad, o él desde los trece años no había visto muchas niñas, o habían encogido.
Por lo visto la chica trataba de animarle con comida, pero ahora mismo… La comida no animaría ni a un casi muerto, y negó, no tenía hambre.
Eureka se puso nerviosa repentinamente con lo cual me mantuve alerta hasta que vi cómo se acercaba a una mochila, y a lo que parecía ser un… ¿bajo? Eléctrico por lo que él podía observar desde allí, ella tomó sus cosas dejando el instrumento a un lado de su cuerpo y ubicándose así al lado contrario de éste, mientras rebuscaba algo en su bolsa, él ladeó la cabeza instantáneamente al ver como Eureka rebuscaba con habilidad en la pequeña bolsita una botellita de agua, que extendiéndosela, y mascullando algo, por lo que entendió que bebiese, tomó la botella.

-Gracias, Eureka.

Susurró él su nombre por primera vez mientras apenas tomaba uno o dos sorbos, para tener algo de humedad en el cuerpo y no terminarse la botella de ella, al beber la cerró y se la devolvió, e hizo amagos de ponerse en pie, que logró, pero sintiéndose aún demasiado cansado.

-Deberíamos irnos de aquí, buscar algún lugar seguro, pero este camino no me da buena espina.– sugirió finalmente.

por **Eureka** Miér Ago 11, 2010 10:35 pm

Las primeras palabras me sorprendieron, haciendo que me retirase un poco y luego desviar la mirada ante el adjetivo que usó para referirse a mí, mirándolo de vez en cuando:
-Lo..Lo siento…-me disculpé por haberle tocado sin permiso, para luego escuchar su explicación sobre lo que le había pasado, llevándome una mano a los labios por la sorpresa…¿Había sobrevivido a una explosión?

Lo miraba un poco incrédula, pero luego alegrándome un poco de que el chico bebiese del agua que le había dado…sorprendiéndome al ver que el chico había dicho por fin su nombre, bajando la mirada un poco sonrojada, guardando la botella cuando él acabó de beber y asintiendo ante sus palabras, realmente sin sorprenderme demasiado por el aspecto medio felino del chico…o de zorro, no sabía exactamente. Había visto tantos mutantes en tan poco tiempo que ya no me sorprendía:

-Sí…deberíamos salir de aquí…¿Pero a dónde vamos?-pregunté abatida, desviando de nuevo la mirada…no conocía demasiado la zona, sabiéndolo porque en una ocasión me perdí buscando la salida de un edificio medio en ruinas, también cayéndome en una ocasión en el sótano de esas ruinas debido a que el suelo no fue capaz de sostenerme, casi rompiéndome una pierna.

Me levanté y miré alrededor…era difícil saber exactamente a dónde teníamos que ir, ya que todo parecía igual hacia donde mirase…”Vamos, Eureka…no creo que sea tan difícil encontrar un camino…”-aunque la afirmación en su cabeza fue un poco estúpida…¿Cómo iba a saber qué camino escoger si todo parecía igual? Me giré hacia el chico, acomodándome sentada a su lado, cruzándome la mochila sobre el cuerpo y tomando mi bajo eléctrico, un poco oxidado al haber sido de mi hermano desde hace 5 años, pulsando un par de cuerdas al aire, escuchándose de milagro ya que era bastante difícil que se oyese aquel instrumento de forma acústica, así que probé tocando una canción en slap, golpeando las cuerdas con el pulgar: Everything I’ve Known de Korn. Teniendo la canción en la cabeza, me dejé llevar un poco por ella, para luego darme cuenta de lo que estaba haciendo y sonrojándome un poco y abrazando mi bajo, sin decir nada, mas no me atrevía a hacerlo.

por **Ben Adams** Lun Ago 16, 2010 12:30 pm

Observaba como la chica retiraba la mirada de sí mismo como consecuencia de sus propias palabras, al referirse a ella, esas miradas le inspiraron una atisbo de ternura que creía incapaz de sentir, ¿qué se le va a hacer? Después de todo es humano pese a haber mutado y obtenido “poderes”

La chica gesticulaba de manera excesiva haciendo así evidente su nerviosismo, se llevó la mano a los labios con incredulidad tras las palabras de Ben, y éste a su vez observó como la señorita que se hallaba con él bajaba la mirada mientras se teñían sus mejillas cobraban un tono sonrojado, y dado su nívea piel, éste se notaba más de lo que a la señorita le hubiese gustado.

- Estoy casi seguro de que cualquier lugar… Es mejor que quedarse en la entrada de estas cuevas…

Echó la vista hacia la lejanía donde se divisaban útiles de los cuales se abastecían los mutantes.

- Qué por lo visto pertenecen a mutantes, si es que estoy en lo cierto.

Concluyó un instante mientras la chica volvía a girarse en sí acercándose a sí mismo, acomodándose hasta que con su bajo comenzó a tocar una canción, que le resultaba familiar aunque… lo suyo era el jazz, la chica volvió a sonrojarse aún más abrazando a ese conjunto de tornillos, cuerdas y demás.

- ¿Sabes? El sonrojo te queda muy bien, pareces una niña…

Agregó, no todo sería amabilidad extrema, ¿no? Se preguntó mentalmente y negó con la cabeza, incorporándose del todo y con el pecho erguido divisando tras la niebla de “tierra” o arena en este caso, aquellas cuevas que parecían lejanas.

- ¿Vienes con alguien?

Preguntó finalmente con una única idea en mente.

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