Interesante vista

Alguna vez, cuando niña, me había gustado sentarme junto a la verja de la mansión donde vivía con mi padre, y observar el tranquilo pasar de las horas de la pequeña y aburrida comunidad. De vez en cuando pasaba un gato siendo perseguido por algún perro, aunque eran más recurrentes las brisas que traían consigo unas cuantas hojas entre verdes y amarillas, algunas ya decididas a perder su verdor y otras aún tratando de decidirse.

Ahora me hallaba de pie, esperando realmente nada, pensativa y recordando todo lo anterior. Saqué el reloj de mi bolsillo (un abrigo realmente útil me cubría, aunque nada comparado con lo que habría usado en los viejos tiempos... ) y lo observé unos segundos. Las 9:38 era la hora que señalaban las manecillas, aunque hacía doces años que sólo señalaban la hora correctamente una vez al día...

Lo guardé y crucé la calle, tratando de no acercarme demasiado a la gente.

Y a pesar de tratar de tener cuidado, ahí estaba, frente a mí un hombre, y había tropezado con él. Se veía demasiado cansado, ojeroso, tal vez alguien que trabajaba en exceso, o un libertino de los que abundaban. Algunas personas, voltearon a vernos y luego siguieron su curso. De seguro, nada interesante para ver... no planeaba hacer un escándalo porque había había chocado contra mí, o tal vez yo contra él...

Me miró con una ceja alzada, y yo también le miré durante dos o tres segundos... Respiré profundamente, para después emitir una disculpa de cortesía...

--Discúlpame, no me fijé--le dije, sin una expresión concreta, y bajé la cabeza, para luego reprimirme por hacer aquello, y levantarla de nuevo--. No tiene buena pinta--comenté sin ánimo de ofender, y para cambiar el tema--. ¿Mucho trabajo?

Aunque pensaba que aquella pregunta era algo tonta, no dejé de hacerla. Yo y mi malísima costumbre de siempre pensar lo mejor de las personas... aún así no importaba, sólo era un desconocido con el que me había topado en la calle. Nada más.

Simplemente le seguí, sin mucha resistencia. Generalmente no me gustaba hacer juicios sobre las personas antes de tiempo, pero éste hombre me parecía que tenía algo extraño... Me resultaba familiar, sí, pero eso no era lo que me perturbaba.

Decidí responder a su pregunta sin excusas, no tenía mucho que perder... (nada en realidad), así que me acomodé junto a él y respondí:

-- Brizzeida Cavendish es mi nombre--hice una brevísima pausa y luego agregué--. Pero desde hace tiempo adopté solamente Bree.

Luego volteé a verle, y le tomé la mano. Utilicé mi poder para darle algo de bienestar, si bien no acabaría completamente con su cansancio le sería algo agradable.

--Espero no le moleste--le dije sonriendo, adoptando una nueva postura--. Usted me parece conocido Alexandre, ¿nos hemos visto antes

Ahora sabía dónde... Lilith.

¡Menuda mentira! La vibra de aquel hombre era malísima. Definitivamente lo había visto antes, tal vez él no me hubiera visto antes, pero yo a él sí. Él estaba con Lilith. Eso ya me provocaba un prejuicio. Aunque su mirada era despreocupada y todo... me daba mala espina. Si estaba con lilith es que era un Ragnarok, y rara vez disfrutaba de su compañía.

--Gracias--dije, en realidad sin muchas ganas. Ya no tenía más que hablar con ese hombre, y no se me ocurría nada. Cada vez me resultaba más extraña su compañía, más ¿desagradable?

Reflexioné unos instantes: ¿sería por la generalización que hacía con Lilith?

-- ¿Se dirigía a algún lado, no?--pregunté amablemente--. No lo distraeré mucho, ¿o sí?

Le sostuve la mirada con determinación. No dejaría que ningún miembro de Ragnarok tratara de sobrepasarse, o hacerme menos o intimidarme... aunque fuera sólo mi imaginación, tenía la mala, malísima costumbre de desconfiar de la gente, pero nunca hacer nada para demostrarlo, no me importaba si sabían mi nombre o no, si conocían mi poder o no... en fin...

--Es que recordé dónde le he visto--respondí, sin largas ni trabas. Quería que él me dijera que estaba con Lilith, pero ¿cómo podía él saberlo? Entonces yo se lo preguntaría--. O más bien al lado de quién... Es usted "compañero" de Lilith... Me apena que haya notado mi "perturbación"--dije sin sentirlo realmente--. Pero de pronto me dejo llevar por mis prejuicios para con esa organización, pero no hablaré más de problemas "políticos", ¿qué le parece si usted y yo seguimos caminando y buscamos algo para comer?

Y dentro del bolsillo de mi abrigo apreté con fuerza el reloj de mariposa. Ni yo sabía porqué le había invitado a seguir juntos.. si se iba sería bueno, y si no supongo que no sería tan malo...

Ahora que lo pensaba, tal vez sí decía en serio lo de que estaba apenada...

Supongo que no esperaba ese trato, pero sonreí aún así. Me había librado de él. Aunque me había disculpado por mis reacciones él no tenía mi perdón. No me agradaba, o mas bien, había sido la reacción inmediata. Mi desagrado hacia ella se había transferido a él, no podía culparle.

--Me temo que sí--murmuré, aunque lo dejé irse, no le detendría, ¿para qué? Me había equivocado después de todo, me daba la impresión de que Lilith se rodeaba de gente poderosa, y yo en mi posición de mutante neutral-Eirene no podía hacer mucho. Decidí cerrar mi boca, y dejar observar simplemente. Ya era tiempo de que tomara partido en serio... y sabía muy bien a donde iría.