Un encuentro inesperado [Lobo]
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Un encuentro inesperado [Lobo]
Hacía varias horas que estaba despierta pero la pesadilla de la noche anterior seguía vigente en mis ojos. Lo peor de todo era que, a esas alturas, no comportaba nada nuevo. Siempre el mismo momento, mis padres siendo aniquilados como consecuencia de un desprendimiento y mi hermana desapareciendo entre tinieblas, aunque de ella conservaba una imagen mucho menos nítida. Sin embargo algo de ella se mostraba claramente ante mi, una mueca grotesca que pretendía ser una sonrisa pero demasiado cargada por el dolor, una sonrisa que me arrancaba un escalofrío cada vez que la recordaba. Exhalé lentamente, al fin y al cabo todo se desvanecía para dejar paso a la cruda realidad, que estaba sola y, probablemente, siempre lo estaría. Lo que ha quedado de la Tierra se lo disputan mutantes y humanos, para decidir la supremacía de raza y acabar con la perdedora. ¿Y yo? Por mi parte no me interesaba ponerme de lado de nadie, el único objetivo que tenía es el más básico de todos: sobrevivir.
Era gracioso, todos se preocupaban más por quién mantendría el mando que por el hecho de que la Tierra, tal y como la conocíamos, había llegado a su fin. Y es que la mayor parte de los que habíamos sido abandonados a nuestra suerte habían muerto y, el escaso porcentaje restante, presentaba facultades nunca vistas y no necesariamente buenas que, fueran lo que fuesen, nos diferenciaban del resto, mostraban la realidad de que ya no éramos humanos y nunca podríamos volver a serlo. Eso era algo que me llamaba la atención ¿quería ser humana? Quién sabe, tenía cosas buenas y cosas malas, era cierto que de aquella forma tenía mucho más poder, pero era igualmente verdad que nunca lo había querido para nada.
Miré a mi espalda, había dejado atrás a un miembro de la Organización que buscaba con poco disimulo algún mutante a quien apresar pero eh, sabía hacerme la normal cuando quería. Mis pasos me habían llevado hasta el bosque pero realmente me importaba poco mi situación, mi auténtica casa había quedado arrasada hacía mucho y me dedicaba a pasearme por aquel mundo desértico. Fruncí ligeramente el ceño, un gesto que se me antojó extraño en mi rostro, aquella radiante sonrisa que antaño lucían mis labios había sido sustituida por ademanes de preocupación y tristeza. A pesar de todo, muchas cosas me hacían reír, y ya era mucho en alguien que lo ha perdido todo y sobrevivido al fin del mundo. Aquello rondaba por mi mente en el momento en el que un grito rasgó el aire, levanté la cabeza en un mecánico movimiento y miré a mi alrededor en busca del origen del alarido. Dejé caer mis zapatos y eché a correr hacia la fuente de aquello.
No sabía distinguir entre mutante y humano, nadie habría podido, solo veía un hombretón de unos treintaypocos mirando con unos de todo menos alentadores ojos a una chica que tendría más o menos mi edad. Miré a ambos extrañada, sin saber bien qué hacer, y al final opté por interpretar un papel que nunca me había ido bien, el del poli malo. –¡Déjala! –grité, interponiéndome entre ambos. Él, con una risa dentuda soltó una carcajada que resonó por el bosque mientras que yo me limitaba a instar a la chica a correr sin mirar atrás. Presa del pánico, salió huyendo del lugar y me giré hacia el tiparraco, que me observaba molesto por haberle quitado la diversión –Aléjate de aquí o me veré obligada a hacerte daño –mascullé en un tono que pretendía ser amenazador pero vamos, que no me creía ni yo. Musculitos sonrió nuevamente y se acercó hasta mi, incorporándome un poco al cogerme con brusquedad del brazo. Me preparaba para defenderme con mi método más usado, el empujón de poder, cuando algo desvió mi atención, una interrupción que, definitivamente, no me esperaba…
Era gracioso, todos se preocupaban más por quién mantendría el mando que por el hecho de que la Tierra, tal y como la conocíamos, había llegado a su fin. Y es que la mayor parte de los que habíamos sido abandonados a nuestra suerte habían muerto y, el escaso porcentaje restante, presentaba facultades nunca vistas y no necesariamente buenas que, fueran lo que fuesen, nos diferenciaban del resto, mostraban la realidad de que ya no éramos humanos y nunca podríamos volver a serlo. Eso era algo que me llamaba la atención ¿quería ser humana? Quién sabe, tenía cosas buenas y cosas malas, era cierto que de aquella forma tenía mucho más poder, pero era igualmente verdad que nunca lo había querido para nada.
Miré a mi espalda, había dejado atrás a un miembro de la Organización que buscaba con poco disimulo algún mutante a quien apresar pero eh, sabía hacerme la normal cuando quería. Mis pasos me habían llevado hasta el bosque pero realmente me importaba poco mi situación, mi auténtica casa había quedado arrasada hacía mucho y me dedicaba a pasearme por aquel mundo desértico. Fruncí ligeramente el ceño, un gesto que se me antojó extraño en mi rostro, aquella radiante sonrisa que antaño lucían mis labios había sido sustituida por ademanes de preocupación y tristeza. A pesar de todo, muchas cosas me hacían reír, y ya era mucho en alguien que lo ha perdido todo y sobrevivido al fin del mundo. Aquello rondaba por mi mente en el momento en el que un grito rasgó el aire, levanté la cabeza en un mecánico movimiento y miré a mi alrededor en busca del origen del alarido. Dejé caer mis zapatos y eché a correr hacia la fuente de aquello.
No sabía distinguir entre mutante y humano, nadie habría podido, solo veía un hombretón de unos treintaypocos mirando con unos de todo menos alentadores ojos a una chica que tendría más o menos mi edad. Miré a ambos extrañada, sin saber bien qué hacer, y al final opté por interpretar un papel que nunca me había ido bien, el del poli malo. –¡Déjala! –grité, interponiéndome entre ambos. Él, con una risa dentuda soltó una carcajada que resonó por el bosque mientras que yo me limitaba a instar a la chica a correr sin mirar atrás. Presa del pánico, salió huyendo del lugar y me giré hacia el tiparraco, que me observaba molesto por haberle quitado la diversión –Aléjate de aquí o me veré obligada a hacerte daño –mascullé en un tono que pretendía ser amenazador pero vamos, que no me creía ni yo. Musculitos sonrió nuevamente y se acercó hasta mi, incorporándome un poco al cogerme con brusquedad del brazo. Me preparaba para defenderme con mi método más usado, el empujón de poder, cuando algo desvió mi atención, una interrupción que, definitivamente, no me esperaba…
Lucy Summers.- Cantidad de envíos : 20
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Re: Un encuentro inesperado [Lobo]
Richard vestia el uniforme de las Fuerzas de Seguridad del nuevo mundo, aunque lo mas correcto seria decir de los humanos, era un uniforme militar estandar negro, con en el hombro izquierdo el simbolo del cuerpo y en el hombro derecho el galon que indicaba su rango de Capitan, llevaba botas negras y guantes negros con un ligero revestimiento de kevlar en el dorso de las manos, tambien llevaba puesto un chaleco de kevlar ligero, con una radio en su estuche en el pecho, cargadores de municion, etc... Llevaba una boina negra con el escudo gris de las Fuerzas de Seguridad, en la cintura llevaba colgando de la correa del cinturon una porra telescopica, un estuche con una pistola taser y otra con una pistola estandar de las que actualmente produce la Organizacion para las fuerzas (la pistola le recordaba a Richard a la Glock).
El ex S.A.S. era un individuo alto de casi metro noventa, aunque de constitucion delgada, tenia una buena forma fisica y musculada, mas con el uniforme y el chaleco le daban aparecia mas grande y amenazante, mas corpulento. Cabello rubio corto, barba de puntos (no afeitado) y ojos castaños claros. Estaba caminando por el borde del bosque, patrullando con otros dos compañeros del cuerpo, repentinamente, juraria haber escuchado algo que salia del bosque, pero no estaba seguro... Levanto la mano para que sus compañeros pararan.
- Habeis oido algo? - pregunto mirando a sus compañeros con expresion seria y el entrecejo fruncido, el primero de ellos se encogio de hombros -
- No, yo no he oido nada - le respondio, pero el otro, mas joven asintio -
- Yo creo que si... pero no estoy seguro - dijo mirando a Richard interrogativamente en espera de ordenes, el Capitan se quedo en silencio, pensativo, seguramente no seria nada... Pero con Ragnarok por aqui... uno no debia permitirse ni el mas minimo desliz, pero no moveria toda la patrulla... -
- Joseph, Adam, quedaos aqui, voy a echar un vistazo, seguramente no sera nada pero tenemos de mirar - dijo -
- ¿No le acompañamos? Podria ser peligroso si se tratara de un mutante - dijo el mismo joven que respondia por el nombre de Adam -
- Negativo, pero mantendre el canal de la radio abierto, estad atentos - los demas asintieron y Richard se adentro en el bosque... -
De vez en cuando las hojas o ramas crujian bajo las botas de Richard, algunas aves, posadas en las ramas de los arboles, cantaban, pero apenas levemente, era invierno, no se veia tanta vida... Penso en lo que habia echo al dejar atras a los hombres, estaba bien, necesitaba mantenerlos vigilando el linde, no todos a la vez en un bosque, ademas... Adam era de la Organizacion, y Joseph... no estaba seguro, era la primera vez que patrullaba con el, pero el numero de gente de la Organizacion crecia con cada dia que pasaba, lo cual no extrañaba a Richard, como si el conflicto entre humanos y mutantes no fuera bastante, encima estaban esos bastardos de Ragnarok... Si delante habia otro conflicto entre mutantes/humanos Richard preferia llevar el problema a su manera, en general la presencia de un miembro del cuerpo de las Fuerzas de Seguridad bastaba para enfriar los animos, se adentro mas en el bosque atento para ver que escuchaba...
Mas adelante, unos pasos rapidos y una mujer diciendo algo, parecia tener problemas, Richard accelero el paso a un paso mas rapido, quien sabe que se encontraria, salio detras de unos arboles de espejo ramaje rodeandolos para encontrarse con una joven aterrorizada y otra muchacha a la que un hombre de aspecto no muy recomandable tenia cogido.
- Que esta sucediendo aqui? - dijo Richard con un tono de voz duro, serio, el que usaba para mandar o disuadir de gente como miembro del cuerpo, el truco era hacerse oir de forma audible, pero sin gritar, modular la voz en un tono seco y fruncir el entrcejo, nisiquiera se molesto en desenfundar la pistola, creia tener controlada la situacion - Sueltala inmediatamente o te arrestare, explicaos inmediatamente - miro a cada una de las personas, camino hasta ponerse a un metro frente la joven y el hombre, cuadrandose y lanzando una mirada amenazante -
El ex S.A.S. era un individuo alto de casi metro noventa, aunque de constitucion delgada, tenia una buena forma fisica y musculada, mas con el uniforme y el chaleco le daban aparecia mas grande y amenazante, mas corpulento. Cabello rubio corto, barba de puntos (no afeitado) y ojos castaños claros. Estaba caminando por el borde del bosque, patrullando con otros dos compañeros del cuerpo, repentinamente, juraria haber escuchado algo que salia del bosque, pero no estaba seguro... Levanto la mano para que sus compañeros pararan.
- Habeis oido algo? - pregunto mirando a sus compañeros con expresion seria y el entrecejo fruncido, el primero de ellos se encogio de hombros -
- No, yo no he oido nada - le respondio, pero el otro, mas joven asintio -
- Yo creo que si... pero no estoy seguro - dijo mirando a Richard interrogativamente en espera de ordenes, el Capitan se quedo en silencio, pensativo, seguramente no seria nada... Pero con Ragnarok por aqui... uno no debia permitirse ni el mas minimo desliz, pero no moveria toda la patrulla... -
- Joseph, Adam, quedaos aqui, voy a echar un vistazo, seguramente no sera nada pero tenemos de mirar - dijo -
- ¿No le acompañamos? Podria ser peligroso si se tratara de un mutante - dijo el mismo joven que respondia por el nombre de Adam -
- Negativo, pero mantendre el canal de la radio abierto, estad atentos - los demas asintieron y Richard se adentro en el bosque... -
De vez en cuando las hojas o ramas crujian bajo las botas de Richard, algunas aves, posadas en las ramas de los arboles, cantaban, pero apenas levemente, era invierno, no se veia tanta vida... Penso en lo que habia echo al dejar atras a los hombres, estaba bien, necesitaba mantenerlos vigilando el linde, no todos a la vez en un bosque, ademas... Adam era de la Organizacion, y Joseph... no estaba seguro, era la primera vez que patrullaba con el, pero el numero de gente de la Organizacion crecia con cada dia que pasaba, lo cual no extrañaba a Richard, como si el conflicto entre humanos y mutantes no fuera bastante, encima estaban esos bastardos de Ragnarok... Si delante habia otro conflicto entre mutantes/humanos Richard preferia llevar el problema a su manera, en general la presencia de un miembro del cuerpo de las Fuerzas de Seguridad bastaba para enfriar los animos, se adentro mas en el bosque atento para ver que escuchaba...
Mas adelante, unos pasos rapidos y una mujer diciendo algo, parecia tener problemas, Richard accelero el paso a un paso mas rapido, quien sabe que se encontraria, salio detras de unos arboles de espejo ramaje rodeandolos para encontrarse con una joven aterrorizada y otra muchacha a la que un hombre de aspecto no muy recomandable tenia cogido.
- Que esta sucediendo aqui? - dijo Richard con un tono de voz duro, serio, el que usaba para mandar o disuadir de gente como miembro del cuerpo, el truco era hacerse oir de forma audible, pero sin gritar, modular la voz en un tono seco y fruncir el entrcejo, nisiquiera se molesto en desenfundar la pistola, creia tener controlada la situacion - Sueltala inmediatamente o te arrestare, explicaos inmediatamente - miro a cada una de las personas, camino hasta ponerse a un metro frente la joven y el hombre, cuadrandose y lanzando una mirada amenazante -
Lobo- Cantidad de envíos : 23
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Re: Un encuentro inesperado [Lobo]
En un principio los pasos se oían lejanos, con cierta cautela, nadie habría adivinado nunca que alguien se estaba acercando si no hubiese prestado atención pero yo, nerviosa como estaba, captaba cualquier mínimo movimiento a mi alrededor, solo con la intención de que nadie más se acercara, bastante tenía ya con el armatoste este. Sin embargo los movimientos se hicieron más acuciantes, el ruido de las hojas al moverse mientras alguien pasaba entre ellas y las ramas crujiendo bajo el peso de una persona delataba a nuestro inesperado compañero.
Pronto surgió de entre la maleza una figura masculina, sin duda más alto que yo y vestido con el uniforme propio de las Fuerzas de Seguridad, en mi opinión esos colores eran bastante sosos, pero no era momento de ponerme con cuestiones de estética, no entonces.
Dediqué un momento a analizar al hombre que ni creía necesario desenfundar la pistola, rubio de ojos claros y rostro anguloso, con enigmática sonrisa y rasgos duros, quizá marcados por lo vivido. Complexión musculosa y atlética, muy típica de los reclutados por la Organización, aunque debía decir que era bastante apuesto. Sin embargo llevaba pintada en la frente la palabra "humano", no, yo no les tenía miedo y ni mucho menos me daban asco, temía hacerles daño sin quererlo pero mi mente los asociaba automáticamente con mis perseguidores por lo que hice un visible amago de apartarme hacia atrás, claro que la fuerte mano de mi agresor me obligó a dejarlo en simplemente eso, un amago.
Por si alguien había pensado que eso iba a acabar así… ¡Já! Ya me habría gustado. El hombretón dirigió al policía una mirada socarrona, seguida de una sonrisa desdentada que pretendía ser imponente y que, conmigo por lo menos, funcionó. –No habéis hecho nada por nosotros, me lo pienso cobrar por otra parte… -masculló, atrayéndome con un gesto hacia él.
Me limité a apartar la cara de su cuerpo, una repugnancia sobrenatural me embargaba en aquel momento y, aunque no era mi estilo, ladeé la cabeza y le mordí con fuerza el brazo, provocando que me soltara, pero que estuviera todavía más furioso conmigo. Una vez libre, corrí en dirección al policía y me coloqué frente a él, mirando a mi anterior atacante.
-Maldita (*omitida palabra malsonante xD*), no sabes con quién te están metiendo –bufó él, acercándose con el ceño fruncido en una ruda arruga. Tragué saliva intentando relajarme sin aparente resultado. No pude evitarlo. De momento las piedras, hojas, todo lo que no estaba sujeto al suelo comenzó a flotar a mi alrededor, mis ojos se aclararon cada vez más, hasta llegar al amarillo más pálido y mi pelo se movía al compás de la corriente eléctrica. Con esas pintas, me giré hacia el hombre que tenía a mi espalda –márchate –murmuré, en un intento de que no saliera herido.
Eso era lo que pasaba cuando perdía los nervios, eso sucedía cuando sufría emociones fuertes, era por eso... Que no me gustaba estar junto a humanos.
Pronto surgió de entre la maleza una figura masculina, sin duda más alto que yo y vestido con el uniforme propio de las Fuerzas de Seguridad, en mi opinión esos colores eran bastante sosos, pero no era momento de ponerme con cuestiones de estética, no entonces.
Dediqué un momento a analizar al hombre que ni creía necesario desenfundar la pistola, rubio de ojos claros y rostro anguloso, con enigmática sonrisa y rasgos duros, quizá marcados por lo vivido. Complexión musculosa y atlética, muy típica de los reclutados por la Organización, aunque debía decir que era bastante apuesto. Sin embargo llevaba pintada en la frente la palabra "humano", no, yo no les tenía miedo y ni mucho menos me daban asco, temía hacerles daño sin quererlo pero mi mente los asociaba automáticamente con mis perseguidores por lo que hice un visible amago de apartarme hacia atrás, claro que la fuerte mano de mi agresor me obligó a dejarlo en simplemente eso, un amago.
Por si alguien había pensado que eso iba a acabar así… ¡Já! Ya me habría gustado. El hombretón dirigió al policía una mirada socarrona, seguida de una sonrisa desdentada que pretendía ser imponente y que, conmigo por lo menos, funcionó. –No habéis hecho nada por nosotros, me lo pienso cobrar por otra parte… -masculló, atrayéndome con un gesto hacia él.
Me limité a apartar la cara de su cuerpo, una repugnancia sobrenatural me embargaba en aquel momento y, aunque no era mi estilo, ladeé la cabeza y le mordí con fuerza el brazo, provocando que me soltara, pero que estuviera todavía más furioso conmigo. Una vez libre, corrí en dirección al policía y me coloqué frente a él, mirando a mi anterior atacante.
-Maldita (*omitida palabra malsonante xD*), no sabes con quién te están metiendo –bufó él, acercándose con el ceño fruncido en una ruda arruga. Tragué saliva intentando relajarme sin aparente resultado. No pude evitarlo. De momento las piedras, hojas, todo lo que no estaba sujeto al suelo comenzó a flotar a mi alrededor, mis ojos se aclararon cada vez más, hasta llegar al amarillo más pálido y mi pelo se movía al compás de la corriente eléctrica. Con esas pintas, me giré hacia el hombre que tenía a mi espalda –márchate –murmuré, en un intento de que no saliera herido.
Eso era lo que pasaba cuando perdía los nervios, eso sucedía cuando sufría emociones fuertes, era por eso... Que no me gustaba estar junto a humanos.
Lucy Summers.- Cantidad de envíos : 20
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Re: Un encuentro inesperado [Lobo]
Richard fruncio en ceño al ver que el hombre no le hacia caso, estaba dispuesto a avanzar y golpearlo cuando repentinamente, la aterrorizada muchacha le mordio y vino hacia el, el hombre empezo a gritar.
- Ya basta! Vayase inmediatamente antes de que le arreste por acoso! - le grito el capitan de las Fuerzas de Seguridad mientras avanzaba unos pasos poniendo su mano sobre la porra amenazadoramente, pero repentinamente paro de caminar y se quedo cortado mientras su expresion se tornaba de furiosa a sorprendida... Objetos empezaban a flotar a su alrededor, notaba como los pelos se le ponian de punta y horrorizado se giro a mirar la muchacha, habia sospechado que era una mutante, pero esperaba que controlara su poder o no fuera poderosa... Parecia que no iba bien, el ex S.A.S. habia visto anteriormente esa mirada en otros mutantes...
Se estaba descontrolando, parecia ser una electrokinetica, un sudor frio le recorrio la espalda, si la chica se descontrolaba, podria usar su poder para moverlos, seguramente no se controlaria y los lanzaria por los aires, podrian resultar que se golpearian contra arboles y quedaran inconcientes, se les rompieran unos huesos o incluso morir, pero lo mas peligroso era si la chica tenia poder para hacerlos estallar, podrian morir todos, ella o controlaria... En la mirada de Richard estaba reflejada su miedo, tenia pocas opciones... si sacaba la pistola quizas podria matar o dejar fuera de combate la muchacha antes de que soltara su poder, pero el gesto podria solo hacer que ella soltara su poder en cuanto la apuntara, pero quizas era la opcion mas segura, ya que la otra... la otra era evitar que soltara su poder, y eso era mas complicado. Respiro hondo, Richard no era de la Organización, y queria evitar las bajas... Si la muchacha usaba su poder contra el hombre tendria de arrestarla o matarla, y en el fondo no era culpa de ella, asi que se decidio por la segunda opcion, lanzo una mirada de advertencia al hombre con la amenaza escrita en su rostro mientras tocaba la porra.
- Muevete y te arrancare las pelotas... - se limito a decir, despues, respiro hondo, tenia de ser rapido, camino hacia la muchacha con firmeza y mostrandose tan tranquilo como podia, esperaba no electrocutarse... poso su mano sobre el hombro de la joven en un gesto tranquilizador, se puso frente a ella agachandose un poco para quedar cara a cara - eh... tranquila, no tengas miedo, no dejes que tu poder salga fuerte, respira hondo, cuenta hasta diez, eh chavala... eh, mirame a los ojos ¿vale? relajate, no pasara nada, pero no sueltes tu poder, no lo hagas... - miro nerviosamente a la chavala, puso ambas manos sobre sus hombros tratando de que ella le mirara directamente, lanzo una rapida ojeada mientras hablaba para mirar que hacia el hombre y la otra chica, tambien como para intentar demostrar a la joven que tenia l situacion controlada y que se tranquilizara, aunque Richard estaba empezando a sudar y sentia miedo por lo que podia pasar... -
- Ya basta! Vayase inmediatamente antes de que le arreste por acoso! - le grito el capitan de las Fuerzas de Seguridad mientras avanzaba unos pasos poniendo su mano sobre la porra amenazadoramente, pero repentinamente paro de caminar y se quedo cortado mientras su expresion se tornaba de furiosa a sorprendida... Objetos empezaban a flotar a su alrededor, notaba como los pelos se le ponian de punta y horrorizado se giro a mirar la muchacha, habia sospechado que era una mutante, pero esperaba que controlara su poder o no fuera poderosa... Parecia que no iba bien, el ex S.A.S. habia visto anteriormente esa mirada en otros mutantes...
Se estaba descontrolando, parecia ser una electrokinetica, un sudor frio le recorrio la espalda, si la chica se descontrolaba, podria usar su poder para moverlos, seguramente no se controlaria y los lanzaria por los aires, podrian resultar que se golpearian contra arboles y quedaran inconcientes, se les rompieran unos huesos o incluso morir, pero lo mas peligroso era si la chica tenia poder para hacerlos estallar, podrian morir todos, ella o controlaria... En la mirada de Richard estaba reflejada su miedo, tenia pocas opciones... si sacaba la pistola quizas podria matar o dejar fuera de combate la muchacha antes de que soltara su poder, pero el gesto podria solo hacer que ella soltara su poder en cuanto la apuntara, pero quizas era la opcion mas segura, ya que la otra... la otra era evitar que soltara su poder, y eso era mas complicado. Respiro hondo, Richard no era de la Organización, y queria evitar las bajas... Si la muchacha usaba su poder contra el hombre tendria de arrestarla o matarla, y en el fondo no era culpa de ella, asi que se decidio por la segunda opcion, lanzo una mirada de advertencia al hombre con la amenaza escrita en su rostro mientras tocaba la porra.
- Muevete y te arrancare las pelotas... - se limito a decir, despues, respiro hondo, tenia de ser rapido, camino hacia la muchacha con firmeza y mostrandose tan tranquilo como podia, esperaba no electrocutarse... poso su mano sobre el hombro de la joven en un gesto tranquilizador, se puso frente a ella agachandose un poco para quedar cara a cara - eh... tranquila, no tengas miedo, no dejes que tu poder salga fuerte, respira hondo, cuenta hasta diez, eh chavala... eh, mirame a los ojos ¿vale? relajate, no pasara nada, pero no sueltes tu poder, no lo hagas... - miro nerviosamente a la chavala, puso ambas manos sobre sus hombros tratando de que ella le mirara directamente, lanzo una rapida ojeada mientras hablaba para mirar que hacia el hombre y la otra chica, tambien como para intentar demostrar a la joven que tenia l situacion controlada y que se tranquilizara, aunque Richard estaba empezando a sudar y sentia miedo por lo que podia pasar... -
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