Flashback: En riesgo (Nathan)
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Flashback: En riesgo (Nathan)
Los ojos se me iban cerrando y, por más que intentase caminar, solo podía dar un par de pasos antes de volverme a desvanecer en el suelo. Estaba perdiendo mucha sangre y la herida de mi cabeza no debaja de sangrar. Dicha sustancia roja caía sobre mis ojos y me impedía visualizar alguna cosa más allá de un par de metros. El sudor me pegaba la ropa al cuerpo y el calor me estaba matando. Tenía sed y estaba cansada y, lo más importante, no sabía si realmente llegaría a la ciudad.
Unas horas antes, estúpida de mi, había sentido el maravilloso impuslo de salir a la superficie para dejarme perder entre las hojas y los troncos de los árboles. Siempre hacía esa excursión, siempre a la misma hora. Lástima que, en aquella ocasión, una especie de oso se hubiese cruzado en mi camino. Al principio, como nunca había visto a ningún animal como aquel, pensé que era un ser pacífico. Me acerqué a él y me quedé observándolo entre las ramas de unas matas. Estaba amamantando a sus crías, que con mucha hambre succionaban la leche.
Continué en aquella posición durante un par de minutos, con una amplia sonrisa dibujada en mis labios. Sin embargo, cuando iba a alejarme de aquella escena familiar y continuar con mi paseo, la hembra me oyó. Movió su gran cabeza hacia mi dirección y, apartando a sus crías de un zarpazo, se levantó rugiendo. Seguramente que aquel animal había supuesto que mis intenciones no eran buenas y que deseaba darñarla. Menos mal que actué de forma rápida y con toda la frialdad que mi pequeño cuerpo inocente podía adquirir. Giré sobre mí misma y salí corriendo hacia la ciudad.
El animal, furioso, corrió tras mía con los ojos inyectados en sangre. Sin lugar a dudas quería acabar con mi vida, despedazar mi cuerpo bajo sus garras, arrancarme la piel. A decir verdad tuve bastante suerte pues, cuando se estaba acercando a mí lo justo como para abalanzarse sobre mi cuerpo y matarme divisé un árbol de amplias ramas, lo suficiente como para permitirme subir sobre él. Me agarré a una de ellas y ascendí por ella. Aún así, no pude librarme de las garras de mi perseguidor y una amplia raja se formó en mi espalda. Ahuyé con fuerza y maldecí a todo el que pude mientras continuaba ascendiendo por las ramas. Cada movimiento me producía un punzante dolor que se estendía por todo mi cuerpo.
Pasaron las horas sobre aquellas ramas hasta que finalmente el oso se marchó. Dejé que pasasen unos cuantos minutos más para que el animal se alejase de mi refugio; sino lo hacía lo suficiente,no tendría ninguna oportunidad de salir de aquella con vida. Cuando empecé con la labor de deslizarme por las ramas en busca del suelo, la poca movilidad de mi cuerpo no me permitió hacerlo de forma segura y, acabé cayendo de bruces en el suelo.
Y he aquí mi historia de cómo había acabado andando bajo el Sol en busca de un refugio.
Estaba a punto de darme por vencida y dejar que la muerte llegase a visitarme cuando, por fin divisé la entrada de un lugar muy conocido por mí: las cuevas. Anduve por sus calles con la poca energía que me quedaba. Era muy tarde y por las calles no había ninguna persona, todos estaban descansando sobre sus camas.
-Unos metros más... -Susurré en voz alta para intentar darme ánimos y fuerza. Por el contrario a lo que yo esperaba, mi cuerpo no quiso reaccionar a mis súplicas y acabé en el suelo sin poderme mover. Cerré los ojos con la certeza de que iba a morir aquella noche.
Unas horas antes, estúpida de mi, había sentido el maravilloso impuslo de salir a la superficie para dejarme perder entre las hojas y los troncos de los árboles. Siempre hacía esa excursión, siempre a la misma hora. Lástima que, en aquella ocasión, una especie de oso se hubiese cruzado en mi camino. Al principio, como nunca había visto a ningún animal como aquel, pensé que era un ser pacífico. Me acerqué a él y me quedé observándolo entre las ramas de unas matas. Estaba amamantando a sus crías, que con mucha hambre succionaban la leche.
Continué en aquella posición durante un par de minutos, con una amplia sonrisa dibujada en mis labios. Sin embargo, cuando iba a alejarme de aquella escena familiar y continuar con mi paseo, la hembra me oyó. Movió su gran cabeza hacia mi dirección y, apartando a sus crías de un zarpazo, se levantó rugiendo. Seguramente que aquel animal había supuesto que mis intenciones no eran buenas y que deseaba darñarla. Menos mal que actué de forma rápida y con toda la frialdad que mi pequeño cuerpo inocente podía adquirir. Giré sobre mí misma y salí corriendo hacia la ciudad.
El animal, furioso, corrió tras mía con los ojos inyectados en sangre. Sin lugar a dudas quería acabar con mi vida, despedazar mi cuerpo bajo sus garras, arrancarme la piel. A decir verdad tuve bastante suerte pues, cuando se estaba acercando a mí lo justo como para abalanzarse sobre mi cuerpo y matarme divisé un árbol de amplias ramas, lo suficiente como para permitirme subir sobre él. Me agarré a una de ellas y ascendí por ella. Aún así, no pude librarme de las garras de mi perseguidor y una amplia raja se formó en mi espalda. Ahuyé con fuerza y maldecí a todo el que pude mientras continuaba ascendiendo por las ramas. Cada movimiento me producía un punzante dolor que se estendía por todo mi cuerpo.
Pasaron las horas sobre aquellas ramas hasta que finalmente el oso se marchó. Dejé que pasasen unos cuantos minutos más para que el animal se alejase de mi refugio; sino lo hacía lo suficiente,no tendría ninguna oportunidad de salir de aquella con vida. Cuando empecé con la labor de deslizarme por las ramas en busca del suelo, la poca movilidad de mi cuerpo no me permitió hacerlo de forma segura y, acabé cayendo de bruces en el suelo.
Y he aquí mi historia de cómo había acabado andando bajo el Sol en busca de un refugio.
Estaba a punto de darme por vencida y dejar que la muerte llegase a visitarme cuando, por fin divisé la entrada de un lugar muy conocido por mí: las cuevas. Anduve por sus calles con la poca energía que me quedaba. Era muy tarde y por las calles no había ninguna persona, todos estaban descansando sobre sus camas.
-Unos metros más... -Susurré en voz alta para intentar darme ánimos y fuerza. Por el contrario a lo que yo esperaba, mi cuerpo no quiso reaccionar a mis súplicas y acabé en el suelo sin poderme mover. Cerré los ojos con la certeza de que iba a morir aquella noche.
Enid West- Cantidad de envíos : 2217
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
Hacía tiempo que la cosa se había calmado, al principio de su llegada la ayuda médica era más que necesaria, desnutrición, heridas, quemaduras, aquello parecía más sacado de la segunda guerra mundial que de lo que se suponía que debería de ser el siglo XXI. Hacía noches que paseaba por las galerías y las calles del submundo para inspeccionar con más detenimiento lo que se podía sacar de provecho de allí.
El aspecto de Nathan por aquél entonces no era nada descuidado, más bien mantenía la poca ropa que tenía limpia, la chaqueta militar le acompañaba también por aquél entonces con una cinta blanca y una cruz roja en su interior, evidentemente indicaba que sabía de medicina y podía ayudar a la gente, sus botas militares recién cambiadas y el petate a su espalda como venía siendo costumbre, con todo el material médico dentro.
Caminaba con las manos en los bolsillos abstraído de la gente que le rodeaba, un sonoro golpe en las calles cercanas llamó su atención, torció una esquina y su pié resbaló mínimamente, ¿Qué era aquello? Agachó su mirada y vio restos de gotas de sangre por el suelo. Como si de un rastro de migas de pan se tratara comenzó a seguir las gotas de sangre, empezaba a aumentar la velocidad de sus pasos hasta que dio con una joven de cabello largo y avellana, estaba tumbada en el suelo, su cabeza reposaba sobre un charco de sangre que comenzaba a ser preocupante. La ropa de su espalda estaba desgarrada, sabía perfectamente de que marca era aquella marca, la de un oso. Posiblemente si la joven no recibía atención médica pasaría a la otra vida como muchos antes que ella en este mundo. Sin pensárselo dos veces, pasó una paso por las rodillas de la joven y la otra por su espalda, apoyando su cabeza sobre su hombro y llevándosela a la enfermería lo más rápidamente que podía. La sangre de la joven comenzaba a manchar su chaqueta y gotear hasta el suelo. – Tranquila pequeña, Doc está aquí. – Aquella voz llevaba consigo un tono protector y cariñoso, como si de su hermana pequeña se tratara. – No has llegado aquí para marcharte, aguanta. – Había apoyado su zurda sobre la cabeza de la joven, iría curándola lo que pudiera mientras iba de camino hacia la enfermería.
No tardó mucho en llegar, debido a las altas horas de la noche la enfermería estaba desierta, apoyó a la joven sobre la camilla que había en el centro de una de las salas, se quitó apresuradamente su chaqueta, tirándola por ahí, ahora mismo no le importaba en absoluto la ropa. Buscó algo con lo que limpiarle la sangre de la cabeza, usando una toalla para ver la gravedad de la herida, su poder había menguado ligeramente la hemorragia, apartó el pelo ensangrentando hacia los lados, cogió hilo y una aguja. Con cuidado fue haciendo los puntos de la cabeza uno a uno, pendiente por si Enid se levantaba y hacia un movimiento brusco. Acercó sus dedos a su cuello, el pulso estaba siendo débil pero constante, había perdido mucha sangre y la herida de la espalda sería abierta. Giró a la joven poniéndola bocabajo, le subió la camiseta hasta el cuello y desabrochó el sujetado para dejar la espalda al aire, dejando los enganches a cada lado, no precisaba quitárselo entero para atender aquella herida. Apoyó ambas manos sobre la espalda, concentrándose en la necesidad de usar su poder curativo, poco a poco la herida de la espada se cerraba en algunos puntos, de nuevo el uso de la aguja y el hilo se veía necesario, su poder aún distaba de ser suficiente para curar tales heridas. Con rapidez y precisión cerró las tres marcas de zarpa sobre la espalda de Enid, untando un poco de ungüento y tapándolas con unas vendas.
Ahora venía el mayor problema, necesitaba una trasfusión de sangre, no sabía cuál era el tipo de sangre de la joven, optó por la mayor y más lógica de las posibilidades existentes, usar su propia sangre para ello. Se sentó en la silla y comenzó con la operación, la sangre corría por el tubo hasta la bolsa, una vez la bolsa estaba completa, y el consiguiente pequeño mareo, Nathan la ató a uno de los poste y clavó la aguja en el brazo de la joven para terminar de realizar la trasfusión, realmente no sabía si serviría pero estaba seguro que su poder ayudaría a ello a través de su sangre, agarró la chaqueta y se la colocó a la joven para sentarse a su lado, apoyando un brazo sobre la cama, si movía la mano lo notaría, ahora era momento de relajarse, hasta tal punto que se quedaba también dormido.
El aspecto de Nathan por aquél entonces no era nada descuidado, más bien mantenía la poca ropa que tenía limpia, la chaqueta militar le acompañaba también por aquél entonces con una cinta blanca y una cruz roja en su interior, evidentemente indicaba que sabía de medicina y podía ayudar a la gente, sus botas militares recién cambiadas y el petate a su espalda como venía siendo costumbre, con todo el material médico dentro.
Caminaba con las manos en los bolsillos abstraído de la gente que le rodeaba, un sonoro golpe en las calles cercanas llamó su atención, torció una esquina y su pié resbaló mínimamente, ¿Qué era aquello? Agachó su mirada y vio restos de gotas de sangre por el suelo. Como si de un rastro de migas de pan se tratara comenzó a seguir las gotas de sangre, empezaba a aumentar la velocidad de sus pasos hasta que dio con una joven de cabello largo y avellana, estaba tumbada en el suelo, su cabeza reposaba sobre un charco de sangre que comenzaba a ser preocupante. La ropa de su espalda estaba desgarrada, sabía perfectamente de que marca era aquella marca, la de un oso. Posiblemente si la joven no recibía atención médica pasaría a la otra vida como muchos antes que ella en este mundo. Sin pensárselo dos veces, pasó una paso por las rodillas de la joven y la otra por su espalda, apoyando su cabeza sobre su hombro y llevándosela a la enfermería lo más rápidamente que podía. La sangre de la joven comenzaba a manchar su chaqueta y gotear hasta el suelo. – Tranquila pequeña, Doc está aquí. – Aquella voz llevaba consigo un tono protector y cariñoso, como si de su hermana pequeña se tratara. – No has llegado aquí para marcharte, aguanta. – Había apoyado su zurda sobre la cabeza de la joven, iría curándola lo que pudiera mientras iba de camino hacia la enfermería.
No tardó mucho en llegar, debido a las altas horas de la noche la enfermería estaba desierta, apoyó a la joven sobre la camilla que había en el centro de una de las salas, se quitó apresuradamente su chaqueta, tirándola por ahí, ahora mismo no le importaba en absoluto la ropa. Buscó algo con lo que limpiarle la sangre de la cabeza, usando una toalla para ver la gravedad de la herida, su poder había menguado ligeramente la hemorragia, apartó el pelo ensangrentando hacia los lados, cogió hilo y una aguja. Con cuidado fue haciendo los puntos de la cabeza uno a uno, pendiente por si Enid se levantaba y hacia un movimiento brusco. Acercó sus dedos a su cuello, el pulso estaba siendo débil pero constante, había perdido mucha sangre y la herida de la espalda sería abierta. Giró a la joven poniéndola bocabajo, le subió la camiseta hasta el cuello y desabrochó el sujetado para dejar la espalda al aire, dejando los enganches a cada lado, no precisaba quitárselo entero para atender aquella herida. Apoyó ambas manos sobre la espalda, concentrándose en la necesidad de usar su poder curativo, poco a poco la herida de la espada se cerraba en algunos puntos, de nuevo el uso de la aguja y el hilo se veía necesario, su poder aún distaba de ser suficiente para curar tales heridas. Con rapidez y precisión cerró las tres marcas de zarpa sobre la espalda de Enid, untando un poco de ungüento y tapándolas con unas vendas.
Ahora venía el mayor problema, necesitaba una trasfusión de sangre, no sabía cuál era el tipo de sangre de la joven, optó por la mayor y más lógica de las posibilidades existentes, usar su propia sangre para ello. Se sentó en la silla y comenzó con la operación, la sangre corría por el tubo hasta la bolsa, una vez la bolsa estaba completa, y el consiguiente pequeño mareo, Nathan la ató a uno de los poste y clavó la aguja en el brazo de la joven para terminar de realizar la trasfusión, realmente no sabía si serviría pero estaba seguro que su poder ayudaría a ello a través de su sangre, agarró la chaqueta y se la colocó a la joven para sentarse a su lado, apoyando un brazo sobre la cama, si movía la mano lo notaría, ahora era momento de relajarse, hasta tal punto que se quedaba también dormido.
Nathan Drake- Cantidad de envíos : 58
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
Un árbol de finas ramas y delicado tronco se alzaba a lo lejos. Tenía las hojas secas y la mayoría de ellas yacían en su superficie muertas. Era un roble. De pequeña solía jugar a alrededor de árboles como aquellos. Me desplacé unos metros para acercarme a él y, cuando estaba a su lado, desplacé las yemas de mis dedos por su superficie. Era rugoso.
Un disparo, un grito. Giré sobre mí misma alerta y, descubrí a una mujer corriendo en mi dirección. Un hombre tras de ella con un rifle sobre el hombro. No supe cómo actuar, seguramente podría haber ayudado a aquella indefensa mujer utilizando mis poderes, pero mi poco autocontrol fue la firma de su estamento. Un segundo después, su cuerpo se dejaba caer sobre el suelo, inerte, sin vida. Grité su nombre con lágrimas en los ojos y corrí en su dirección. Era tarde. El hombre se acercó hacia mí con una sonrisa maquiavélica y se dejó ver. Era Dylan…
Desperté con un grito ahogado y lágrimas en mis ojos. Por más que lo intentase, la imagen de Dylan con su sonrisa fría y del cuerpo inerte de Lilith entre mis brazos no desaparecía. Dirigí mi mirada de un lado para el otro, pues la estancia me resultaba desconocida. ¿Dónde estaba? ¿Qué era aquello? Entrecerré mis ojos lo suficiente como para permitirme observar el inmobiliario de aquella habitación. Había un par de camas a mis lados y una ventana a la izquierda. Una estantería en frente mía y un gotero conectado a mi brazo. Era de noche, quizás de madrugada. Miré hacia el suelo un momento, el suficiente para darme cuenta de que no estaba sola.
Un hombre de unos 20 años a mi lado, pelo claro y corto, quizás alto, quizás bajo. Compostura atlética. Su mano sobre la mía. ¿Qué…? Me intenté apartar de él pero, al deslizar mi mano para apartarla de la suya, una profunda punzada de dolor recorrió mi espalda, se desplazó hacia mi cabeza y acabó deslizándose por todo mi cuerpo. Apreté los dientes para evitar el grito.
Me quedé unos instantes más en el sitio, intentando que el dolor se disipase. Sin embargo, cuando hice el amago de volverme a levantar otra punzada me recorrió. Por tanto, mi única opción parecía ser quedarme en aquel lugar y recuperar fuerzas. Me dejé caer hacia atrás y cerré mis ojos un momento.
Olía a sangre de manera insoportable y me dolía todo el cuerpo. ¿Qué había pasado exactamente allí? Me mordí el labio e hice que mi mente intentase recordar. Había un bosque. Muchos animales. Uno de ellos me había perseguido. La imagen cobró vida en mi cabeza y comencé a temblar. Después… Había intentado escapar y, parecía que lo había conseguido. Quizás el hombre que había a mi lado no había tenido malas intenciones y me había rescatado.
Volví a incorporarme y me quedé mirándolo fijamente durante unos segundos. ¿Estaría despierto? Parecía relajado y su respiración era lenta. Me crucé de brazos, no sin darme un golpecito contra el gotero. Maldije por lo baje. Me percaté de que una chaqueta ajena estaba sobre mis muslos, protegiéndome del frío. Sonreí con dulzura a aquel hombre antes de quitarme la chaqueta y pasársela por los hombros, seguramente él la necesitaría más que yo.
Pasé mis brazos por detrás de mi espalda y abroché el sujetador antes de, no sin mucho esfuerzo, desconecté mi brazo del gotero y me levanté de la camilla. Me acerqué con pasos lentos pero decididos a la ventana y me quedé mirando el interior de las cuevas desde allí. Estaba en la enfermería.
Un disparo, un grito. Giré sobre mí misma alerta y, descubrí a una mujer corriendo en mi dirección. Un hombre tras de ella con un rifle sobre el hombro. No supe cómo actuar, seguramente podría haber ayudado a aquella indefensa mujer utilizando mis poderes, pero mi poco autocontrol fue la firma de su estamento. Un segundo después, su cuerpo se dejaba caer sobre el suelo, inerte, sin vida. Grité su nombre con lágrimas en los ojos y corrí en su dirección. Era tarde. El hombre se acercó hacia mí con una sonrisa maquiavélica y se dejó ver. Era Dylan…
Desperté con un grito ahogado y lágrimas en mis ojos. Por más que lo intentase, la imagen de Dylan con su sonrisa fría y del cuerpo inerte de Lilith entre mis brazos no desaparecía. Dirigí mi mirada de un lado para el otro, pues la estancia me resultaba desconocida. ¿Dónde estaba? ¿Qué era aquello? Entrecerré mis ojos lo suficiente como para permitirme observar el inmobiliario de aquella habitación. Había un par de camas a mis lados y una ventana a la izquierda. Una estantería en frente mía y un gotero conectado a mi brazo. Era de noche, quizás de madrugada. Miré hacia el suelo un momento, el suficiente para darme cuenta de que no estaba sola.
Un hombre de unos 20 años a mi lado, pelo claro y corto, quizás alto, quizás bajo. Compostura atlética. Su mano sobre la mía. ¿Qué…? Me intenté apartar de él pero, al deslizar mi mano para apartarla de la suya, una profunda punzada de dolor recorrió mi espalda, se desplazó hacia mi cabeza y acabó deslizándose por todo mi cuerpo. Apreté los dientes para evitar el grito.
Me quedé unos instantes más en el sitio, intentando que el dolor se disipase. Sin embargo, cuando hice el amago de volverme a levantar otra punzada me recorrió. Por tanto, mi única opción parecía ser quedarme en aquel lugar y recuperar fuerzas. Me dejé caer hacia atrás y cerré mis ojos un momento.
Olía a sangre de manera insoportable y me dolía todo el cuerpo. ¿Qué había pasado exactamente allí? Me mordí el labio e hice que mi mente intentase recordar. Había un bosque. Muchos animales. Uno de ellos me había perseguido. La imagen cobró vida en mi cabeza y comencé a temblar. Después… Había intentado escapar y, parecía que lo había conseguido. Quizás el hombre que había a mi lado no había tenido malas intenciones y me había rescatado.
Volví a incorporarme y me quedé mirándolo fijamente durante unos segundos. ¿Estaría despierto? Parecía relajado y su respiración era lenta. Me crucé de brazos, no sin darme un golpecito contra el gotero. Maldije por lo baje. Me percaté de que una chaqueta ajena estaba sobre mis muslos, protegiéndome del frío. Sonreí con dulzura a aquel hombre antes de quitarme la chaqueta y pasársela por los hombros, seguramente él la necesitaría más que yo.
Pasé mis brazos por detrás de mi espalda y abroché el sujetador antes de, no sin mucho esfuerzo, desconecté mi brazo del gotero y me levanté de la camilla. Me acerqué con pasos lentos pero decididos a la ventana y me quedé mirando el interior de las cuevas desde allí. Estaba en la enfermería.
Enid West- Cantidad de envíos : 2217
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
El esfuerzo de usar su poder y la donación de sangre le había dejado cansado, provocando que se quedara dormido en la silla pero aún así alerta por si se despertaba. La joven se incorporó rápidamente para sentarse, como si hubiera tenido una pesadilla, desorientada de donde estaba, al parecer dio con el e intentó quitarse su mano de la silla cosa que consiguió al momento pero le provocaría un dolor tremendo, su cuerpo necesitaba reposo. Nathan ni siquiera se había movido tratando de saber que quería hacer la joven, pero pendiente de que no se fuera en su estado actual.
La joven se relajó en la camilla, tomando fuerzas para levantarse, dejando la chaqueta sobre los hombros de Nathan que reaccionaba girando levemente la cabeza como si estuviera a gusto, escuchó el “clic” cuando se abrochaba el sujetador, el ruido de sus pies contra el suelo, el caminar lento y pesado hacia la ventana.
Abrió sus ojos y miró a la joven que contemplaba la cueva desde la ventana de la enfermería, se levantó lentamente, intentando no hacer ruido. Su mirada se dirigía al gotero, quedaba poco había estado un buen rato durmiendo. Se acercó tranquilamente a Enid, dejando que fuera lo único que se notara en la habitación, dejando de nuevo la chaqueta sobre los hombros de la chica y mirando también por la ventana mientras se apoyaba en el marco. - ¿Hay algo interesante por ahí afuera? – Sus ojos verdes buscaban algo que la joven ponía tanta atención, ni siquiera le había dirigido una mirada a ella.
La joven se relajó en la camilla, tomando fuerzas para levantarse, dejando la chaqueta sobre los hombros de Nathan que reaccionaba girando levemente la cabeza como si estuviera a gusto, escuchó el “clic” cuando se abrochaba el sujetador, el ruido de sus pies contra el suelo, el caminar lento y pesado hacia la ventana.
Abrió sus ojos y miró a la joven que contemplaba la cueva desde la ventana de la enfermería, se levantó lentamente, intentando no hacer ruido. Su mirada se dirigía al gotero, quedaba poco había estado un buen rato durmiendo. Se acercó tranquilamente a Enid, dejando que fuera lo único que se notara en la habitación, dejando de nuevo la chaqueta sobre los hombros de la chica y mirando también por la ventana mientras se apoyaba en el marco. - ¿Hay algo interesante por ahí afuera? – Sus ojos verdes buscaban algo que la joven ponía tanta atención, ni siquiera le había dirigido una mirada a ella.
Nathan Drake- Cantidad de envíos : 58
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
Sentí cómo el peso de la chaqueta volvía a caer sobre mis hombros. Había escuchado cómo el hombre se levantaba del sofá y se acercaba a mi posición de forma sigilosa. Tenía un andar lento pero seguro. Levanté uno de mis brazos y pegué mi mano a la superficie cristalina de la ventana. Estaba fría. Me encantaba cómo la sensación de frialdad recorría de un momento a otro mi cuerpo. La separé y dejé que cayese a un lado de mi cuerpo con una pequeña sonrisa.
Me quedé mirando a mi acompañante durante un segundo no pretendiendo ser demasiado indiscreta. Como había analizado anteriormente, era un hombre de unos 20 años con el cuerpo musculoso y atlético. Ojos claros, pelo castaño. Muy atractivo.
-Fíjate –Le dije con una amplia sonrisa señalándole hacia adelante. -¿Lo ves? –Exclamé un poco emocionada poniéndome de puntillas para acercarme más a él. Un pequeño arcoíris se reflejaba en la superficie de la fuente que se alzaba frente a nosotros, fuera de aquel edificio. Era una escena mágica que pocas veces se repetía y podía verse con tanta claridad como en aquel momento. –Es super bonito –Susurré más para mí que para él con admiración.
-¿Qué te parecería salir a verlo desde más cerca? –Clavé mis ojos en los suyos y me quedé observándolo unos instantes, suplicante. –Por cierto, mi nombre es Enid –Sonreí de lado antes de volver a observar el exterior a través de la ventana.
Me quedé mirando a mi acompañante durante un segundo no pretendiendo ser demasiado indiscreta. Como había analizado anteriormente, era un hombre de unos 20 años con el cuerpo musculoso y atlético. Ojos claros, pelo castaño. Muy atractivo.
-Fíjate –Le dije con una amplia sonrisa señalándole hacia adelante. -¿Lo ves? –Exclamé un poco emocionada poniéndome de puntillas para acercarme más a él. Un pequeño arcoíris se reflejaba en la superficie de la fuente que se alzaba frente a nosotros, fuera de aquel edificio. Era una escena mágica que pocas veces se repetía y podía verse con tanta claridad como en aquel momento. –Es super bonito –Susurré más para mí que para él con admiración.
-¿Qué te parecería salir a verlo desde más cerca? –Clavé mis ojos en los suyos y me quedé observándolo unos instantes, suplicante. –Por cierto, mi nombre es Enid –Sonreí de lado antes de volver a observar el exterior a través de la ventana.
Enid West- Cantidad de envíos : 2217
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
Apoyó el hombro sobre la pared para mirar hacia el exterior con la cabeza girada, la joven apoyaba su mano en el cristal, dejó caer su mano y sonrió levemente, parecía que le gustaba aquella sensación de frio que el cristal le daba, Nathan esbozó una ligera sonrisa al verlo, parecía que la joven se encontraba bien. La chica se le quedó mirando con algo de descaro, Nathan giró su cara para mirarla directamente a ella, ver como se encontraba y a donde dirigía la joven su mirada.
Volvió a mirar por la ventana cuando Enid señaló hacia el exterior, preguntó si veía, se agachó un poco para ponerse a su altura y entrecerró los ojos. Delante de ellos sobre la fuente, bajo la luz de la luna se podía divisar un arcoíris, la joven admiraba el momento, le preguntó si querían ir hacia fuera, las heridas no iban a dejarle hacer gran cosa, pero aquella pregunta rozó la súplica. Asintió con una dulce sonrisa a la joven. – No te deberías mover mucho, mi nombre es Nathan, pero me suelen llamar Doc. – Pasó una mano por detrás de sus rodillas y la otra por detrás de su espalda hacia el costado cogiéndola en sus brazos y arropándola levemente contra él, aquella barba de dos días picaba un poco con el roce. – Vamos a ver eso de cerca. – Hacía tiempo que no veía nada así, ni siquiera se acordaba cual era la última vez que había visto un arcoíris, pero si recordaba la aurora boreal en las estepas heladas en aquella noche que casi se le congela la sangre.
Se encaminó con paso lento y seguro hacia donde estaba la fuente, había recuperados un poco de fuerzas con las siesta lo justo para seguir con el tratamiento de Enid de sus heridas, canalizaba su poder hacia ella confiriéndole una sensación de bienestar y paz. No tardó mucho en llegar a la fuente y dejar a Enid a su lado, observando si se mantenía en pie por si acaso.
Volvió a mirar por la ventana cuando Enid señaló hacia el exterior, preguntó si veía, se agachó un poco para ponerse a su altura y entrecerró los ojos. Delante de ellos sobre la fuente, bajo la luz de la luna se podía divisar un arcoíris, la joven admiraba el momento, le preguntó si querían ir hacia fuera, las heridas no iban a dejarle hacer gran cosa, pero aquella pregunta rozó la súplica. Asintió con una dulce sonrisa a la joven. – No te deberías mover mucho, mi nombre es Nathan, pero me suelen llamar Doc. – Pasó una mano por detrás de sus rodillas y la otra por detrás de su espalda hacia el costado cogiéndola en sus brazos y arropándola levemente contra él, aquella barba de dos días picaba un poco con el roce. – Vamos a ver eso de cerca. – Hacía tiempo que no veía nada así, ni siquiera se acordaba cual era la última vez que había visto un arcoíris, pero si recordaba la aurora boreal en las estepas heladas en aquella noche que casi se le congela la sangre.
Se encaminó con paso lento y seguro hacia donde estaba la fuente, había recuperados un poco de fuerzas con las siesta lo justo para seguir con el tratamiento de Enid de sus heridas, canalizaba su poder hacia ella confiriéndole una sensación de bienestar y paz. No tardó mucho en llegar a la fuente y dejar a Enid a su lado, observando si se mantenía en pie por si acaso.
Nathan Drake- Cantidad de envíos : 58
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
Me quedé un momento más mirándolo con ojitos de cachorrito herido. Quería salir fuera y, al menos, respirar un poco de aire “libre”. Cuando asintió de aquella manera estuve a punto de darle un fuerte abrazo y salir corriendo de allí pero mis heridas me lo impidieron. Me intenté mover pero, justo cuando iba a dar el segundo paso en dirección a la puerta de salida, Nathan o Doc, o como fuese, me cogió en brazos como si fuese una pluma.
-¡Wow! Que fuerte –Le dije con una pequeña carcajada de nerviosismo. -¿De dónde viene Doc? –Le pregunté con curiosidad mientras comenzábamos a avanzar en dirección a la fuente. Me agarré lo mejor que pude a su cuello y, dejé que mi cabeza se apoyase sobre su pecho. Cerré los ojos y me dejé llevar mientras esperaba a que me respondiese. Me gustaba cómo olía Doc, era una especie de olor a jabón mezclado con flores. Me recordaba mucho a los viejos tiempos en los cuales mis padres vivían.
Una especie de calor reconfortante comenzó a recorrer mi cuerpo con suavidad, llevándome a un estado de relajación que nunca antes había experimentado. Sonreí levemente mientras notaba cómo aquel calor recorría mi espalda. ¿Qué sería aquello?
-Doc… ¿Eres bioquinético? –Pregunté en un susurro casi inaudible. Un poquito más y me iba a quedar dormida.
Sin embargo el paseo terminó mucho antes de lo que a mí me habría gustado y acabé en el suelo nuevamente. Me apoyé ligeramente en mi acompañante unos instantes antes de habituarme al encontrarme en pie pues, quién me decía a mí que no me iba a caer…
Me quedé mirando la escena con los ojos abiertos como platos. ¡Era preciosísimo! Me acerqué un par de pasos y me agaché al lado del agua, para ver desde más cerca el arcoíris. Alcé mi rostro hacia el techo y me fijé en que había una pequeña grieta en él por la que entraba la luz suficiente para que se hubiese creado semejante maravilla.
-¿Habías visto alguna vez alguna cosa tan bonita? –Le pregunté sonriente mientras me giraba hacia él y le hacía un gesto para que se acercase a mí. –Desde aquí se ve aún más bonito.
-¡Wow! Que fuerte –Le dije con una pequeña carcajada de nerviosismo. -¿De dónde viene Doc? –Le pregunté con curiosidad mientras comenzábamos a avanzar en dirección a la fuente. Me agarré lo mejor que pude a su cuello y, dejé que mi cabeza se apoyase sobre su pecho. Cerré los ojos y me dejé llevar mientras esperaba a que me respondiese. Me gustaba cómo olía Doc, era una especie de olor a jabón mezclado con flores. Me recordaba mucho a los viejos tiempos en los cuales mis padres vivían.
Una especie de calor reconfortante comenzó a recorrer mi cuerpo con suavidad, llevándome a un estado de relajación que nunca antes había experimentado. Sonreí levemente mientras notaba cómo aquel calor recorría mi espalda. ¿Qué sería aquello?
-Doc… ¿Eres bioquinético? –Pregunté en un susurro casi inaudible. Un poquito más y me iba a quedar dormida.
Sin embargo el paseo terminó mucho antes de lo que a mí me habría gustado y acabé en el suelo nuevamente. Me apoyé ligeramente en mi acompañante unos instantes antes de habituarme al encontrarme en pie pues, quién me decía a mí que no me iba a caer…
Me quedé mirando la escena con los ojos abiertos como platos. ¡Era preciosísimo! Me acerqué un par de pasos y me agaché al lado del agua, para ver desde más cerca el arcoíris. Alcé mi rostro hacia el techo y me fijé en que había una pequeña grieta en él por la que entraba la luz suficiente para que se hubiese creado semejante maravilla.
-¿Habías visto alguna vez alguna cosa tan bonita? –Le pregunté sonriente mientras me giraba hacia él y le hacía un gesto para que se acercase a mí. –Desde aquí se ve aún más bonito.
Enid West- Cantidad de envíos : 2217
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
Sonrió levemente cuando Enid comento sobre su fuerza. – Eso es que pesas poco. – Al parecer estar cerca de ella le provocaba cierto nerviosismo. – Supongo que era más fácil recordar Doctor que Nathan, así que Doc de Doctor. – El cuerpo de la joven se relajaba al usar su poder, podía verlo en su rostro, en la dejadez de fuerza que dejó de ejercer sobre su cuello. – Si, así lo suelen llamar, Bioquinesis. – La dejó con cuidado en el suelo, la joven se apoyó ligeramente en él un momento, quedándose con una mirada abierta y disfrutando de lo que delante de ella acontecía, la joven se agachó al lado del agua, alzó su mirada hacia arriba y le invitó a acercarse a ella, estaba llena de juventud, alegría e inocencia, algo que el había perdido hace mucho tiempo atrás, algo que ni siquiera recordaba.
Por un momento parecía que se iba a mantener en pie, pero luego de escucharla decidió sentarse a su lado, llevando su mirada hacia el arcoíris. – De cosas intangibles se podría decir que es lo segundo más bonito que he visto. Lo primero fue una aurora boreal en plena llanura helada. – Esbozo una ligera sonrisa, miró de reojo a Enid y preguntó. - ¿Y qué te ha pasado exactamente? – Se mojó los dedos y frotó la frente de Enid con estos para quitarle parte de la sangre reseca. Se preguntaba si alguien la echaría en falta o de lo contrario estaba sola en este "nuevo" mundo. – Las noches ahí a fuera son peligrosas, muchachita. Si no llego a pasar por ahí a saber que te hubiera pasado.
Por un momento parecía que se iba a mantener en pie, pero luego de escucharla decidió sentarse a su lado, llevando su mirada hacia el arcoíris. – De cosas intangibles se podría decir que es lo segundo más bonito que he visto. Lo primero fue una aurora boreal en plena llanura helada. – Esbozo una ligera sonrisa, miró de reojo a Enid y preguntó. - ¿Y qué te ha pasado exactamente? – Se mojó los dedos y frotó la frente de Enid con estos para quitarle parte de la sangre reseca. Se preguntaba si alguien la echaría en falta o de lo contrario estaba sola en este "nuevo" mundo. – Las noches ahí a fuera son peligrosas, muchachita. Si no llego a pasar por ahí a saber que te hubiera pasado.
Nathan Drake- Cantidad de envíos : 58
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
-¿Y te gusta que te digan Doc? No sé… a mí me resulta más bonito Nathan –Susurré más para mí que para él. A mí no me gustaría que me llamasen por mi profesión y no por mi nombre, me parecía un apodo bastante feo. –Wow… a mí me gustaría tener un poder como el tuyo. Tiene que estar bien eso de poder ayudar a los demás –Susurré con una sonrisita pegándome un poco más a él y permitiéndome el descansar entre sus brazos.
-Jo… pues yo no he tenido el privilegio de ver algo tan bonito como esto hasta ahora –Le saqué la lengua con una sonrisita volviendo a fijar mi vista en el agua cristalina y en el arcoíris que se reflejaba en ella. -¿Me llevarás algún día a verla? –Le pregunté poniéndole ojitos de corderito degollado. –Por fi… di que sí… -Supliqué.
Dejé que frotase mi frente con sus dedos para quitarme la sangre reseca. –Me crucé con un animal gordo y grande que me persiguió e intentó matarme. ¡Era enorme de más de dos metros! Y tenía unas zarpas gigantes y su cara era rara... –Reí un poco de manera nerviosa unos instantes antes de fijar mi mirada en la suya y quedarme unos segundos mirándolo directamente a los ojos. –Pero son hermosas, no deberías de perdértelas –Le guiñé un ojo antes de incorporarme. -El cielo estrellado y la luna llena.. además, me pasó por la tarde así que... -Miré un momento hacia el suelo.
-Seguramente hubiese muerto peeerooo… es lo que tiene el fin del mundo –Le sonreí. -¿Qué te parece si salimos a dar una vueltecita y me llevas a ver la… comosellame? –Dije esperanzada aunque tenía casi la certeza de que no me dejaría salir de las cuevas en una temporada.
-Jo… pues yo no he tenido el privilegio de ver algo tan bonito como esto hasta ahora –Le saqué la lengua con una sonrisita volviendo a fijar mi vista en el agua cristalina y en el arcoíris que se reflejaba en ella. -¿Me llevarás algún día a verla? –Le pregunté poniéndole ojitos de corderito degollado. –Por fi… di que sí… -Supliqué.
Dejé que frotase mi frente con sus dedos para quitarme la sangre reseca. –Me crucé con un animal gordo y grande que me persiguió e intentó matarme. ¡Era enorme de más de dos metros! Y tenía unas zarpas gigantes y su cara era rara... –Reí un poco de manera nerviosa unos instantes antes de fijar mi mirada en la suya y quedarme unos segundos mirándolo directamente a los ojos. –Pero son hermosas, no deberías de perdértelas –Le guiñé un ojo antes de incorporarme. -El cielo estrellado y la luna llena.. además, me pasó por la tarde así que... -Miré un momento hacia el suelo.
-Seguramente hubiese muerto peeerooo… es lo que tiene el fin del mundo –Le sonreí. -¿Qué te parece si salimos a dar una vueltecita y me llevas a ver la… comosellame? –Dije esperanzada aunque tenía casi la certeza de que no me dejaría salir de las cuevas en una temporada.
Enid West- Cantidad de envíos : 2217
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
Se encogió levemente de hombres era algo que ni le parecía mal ni bien, aunque tampoco echaba mucho cuanta de cómo lo llamaran. – Psee… no es algo que me moleste. Es un apodo más bien. Yo creo que el tuyo te valdrá para muchas cosas. – Aún así ni siquiera que poder tenía Enid, abrió un poco los brazos para que se terminara de acomodar, parpadeó dos veces y torció ligeramente los labios hacia la izquierda. Cuando le sacó la lengua le golpeó levemente con el índice de su diestra en la nariz. – Eso está muy lejos y habría que pasar mucho tiempo allí, no es algo de ir y ver, además me necesitan aquí. – Le terminó de limpiar la cara con el dedo, dejando que se incorporara. – Te ha herido un oso, si te hubiera cogido entere también te hubiera matado, tienen una fuerza devastadora. He pasado mucho tiempo fuera, Enid, se como son. – Arqueó ambas cejas antes de retomar sus palabras, aquello no era nada nuevo para él. – Aunque sea el fin del mundo, no ha que perder las ganas de vivir, aún queda mucho que ver, y posiblemente una salvación por delante. – Sonrió ampliamente. – Así que espero que no hagas más esos viajes nocturnos al bosque para que no te tenga que curar más por eso.
Nathan Drake- Cantidad de envíos : 58
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
Me encogí de hombros con una pequeña sonrisa mientras me acercaba de nuevo hacia la "enfermería" estaba muy cansada y el arcoíris ya no se podía apreciar. Odiaba que las cosas bonitas pasasen tan rápido y las malas tan lentamente.
-Eres un hombre atareado -Le dije con una sonrisita mientras apoyaba mi mano en el marco de la puerta para no perder mucho el equilibrio. Me encontraba muy cansada debido a la falta de sueño y a la pérdida de sangre que había sufrido. -De todas formas... Eso no es un no, ¿Verdad? A lo mejor algún día que tengas tiempo me acabas llevando -Susurré más para mí que para él. Dejé caer mi cabeza sobre la pared y cerré los ojos un momento, intentando recuperar las fuerzas necesarias como para no caerme al suelo y darme de bruces.
-¿Y por qué ya no te gusta salir? ¿Es por algo más además de que te necesitan aquí? -Pregunté alzando ligeramente una de mis cejas. Tenía curiosidad por conocer más sobre mi misterioso acompañante. Parecía que había vivido muchas cosas... -No he dicho que haya perdido las ganas de vivir. Solo creo que no debo de temer a la muerte. Estamos en mitad de una guerra, nadie sabe lo que nos deparará el futuro -Le guiñé un ojo.
-Bueno, si esa es la única manera que tengo de encontrarme contigo, entonces lo volveré a hacer -Le dije sacándole la lengua y haciéndole mención a lo que había dicho anteriormente sobre que no tenía tiempo para salir al exterior.
Acorté la distancia que nos separaba de nuevo y me quedé mirándolo con una pequeña sonrisita. De repente, el mundo que había a mi alrededor comenzó a moverse a gran velocidad y, tuve que apoyarme contra él para no perder el equilibrio. Cerré los ojos y apreté con fuerza los dientes, a la espera de que aquel momento pasase.
-Eres un hombre atareado -Le dije con una sonrisita mientras apoyaba mi mano en el marco de la puerta para no perder mucho el equilibrio. Me encontraba muy cansada debido a la falta de sueño y a la pérdida de sangre que había sufrido. -De todas formas... Eso no es un no, ¿Verdad? A lo mejor algún día que tengas tiempo me acabas llevando -Susurré más para mí que para él. Dejé caer mi cabeza sobre la pared y cerré los ojos un momento, intentando recuperar las fuerzas necesarias como para no caerme al suelo y darme de bruces.
-¿Y por qué ya no te gusta salir? ¿Es por algo más además de que te necesitan aquí? -Pregunté alzando ligeramente una de mis cejas. Tenía curiosidad por conocer más sobre mi misterioso acompañante. Parecía que había vivido muchas cosas... -No he dicho que haya perdido las ganas de vivir. Solo creo que no debo de temer a la muerte. Estamos en mitad de una guerra, nadie sabe lo que nos deparará el futuro -Le guiñé un ojo.
-Bueno, si esa es la única manera que tengo de encontrarme contigo, entonces lo volveré a hacer -Le dije sacándole la lengua y haciéndole mención a lo que había dicho anteriormente sobre que no tenía tiempo para salir al exterior.
Acorté la distancia que nos separaba de nuevo y me quedé mirándolo con una pequeña sonrisita. De repente, el mundo que había a mi alrededor comenzó a moverse a gran velocidad y, tuve que apoyarme contra él para no perder el equilibrio. Cerré los ojos y apreté con fuerza los dientes, a la espera de que aquel momento pasase.
Enid West- Cantidad de envíos : 2217
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
Ambos volvían a la enfermería, Nathan atento a cualquier movimiento desvalido de la joven Enid, no fuera a parar al suelo y darse otro golpe. Asintió levemente a Enid cuando afirmó sobre el tiempo libre, arqueó una ceja ante la esperanza de que algún día la llevara a ver la aurora boreal, se quedó mirándola cuando apoyó la cabeza y cerró los ojos. – No vayas a quedarte dormida de pie, eh. – Se acercó un poco a ella, dándole un golpecito en la frente. – Hay una gran diferencia entre ir a buscar a la muerte y que te encuentre ella a ti. Un soldado sabe que puede morir en una guerra pero no por eso se convierte en un estúpido y avanza a lo fanático. – Ladeó ligeramente de nuevo la cabeza cuando escuchó a Enid que volvería a herirse para volver a verlo. – Y venir sin rasguños también vale. – De repente Enid se apoyó en él perdiendo un poco el equilibrio, de nuevo pasaba su mano por debajo de sus rodillas y la cogía a cuestas. – Hora de descansar, muchachita. – Se encaminó con ella hasta la camilla para dejarla sobre ella con delicadeza.
Nathan Drake- Cantidad de envíos : 58
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
Alcé mi mirada hacia la suya y poniéndome de puntillas rocé mis labios por su barbilla, antes de que él me cogiese en brazos y decidiese que tenía que volver a la camilla. No me gustaba en cama, nunca lo había hecho. Me sentía atrapada, como un ave en una jaula. Sin embargo, dejé que hiciese lo que quisiera y que me llevase a donde él decidiera. Me dejé caer sobre la camilla y me quedé mirándolo fijamente durante unos segundos.
Me hice a un lado y le di un par de golpecitos a la camilla indicándole que se tumbase a mi lado. –Vale, pero no descansaré nada a menos que tú también lo hagas –Repliqué con una pequeña sonrisita alzando los brazos hacia él y tirando de su cuerpo para acercarlo al mío. –Se te ve cansado… -susurré dejando que mis dedos se deslizasen por sus pómulos y ligeramente rozasen sus ojeras.
-Venga, no hay más que hablar, a dormir –Le dije con una sonrisita. Me tumbé de lado y cerré los ojos un momento, antes de entreabrirlos para observar cómo la luz del exterior hacía que su perfil se iluminase levemente.
-Nath... ¿No se te hace muy aburrido el no salir nunca? -Susurré más para mí que para él.
Me hice a un lado y le di un par de golpecitos a la camilla indicándole que se tumbase a mi lado. –Vale, pero no descansaré nada a menos que tú también lo hagas –Repliqué con una pequeña sonrisita alzando los brazos hacia él y tirando de su cuerpo para acercarlo al mío. –Se te ve cansado… -susurré dejando que mis dedos se deslizasen por sus pómulos y ligeramente rozasen sus ojeras.
-Venga, no hay más que hablar, a dormir –Le dije con una sonrisita. Me tumbé de lado y cerré los ojos un momento, antes de entreabrirlos para observar cómo la luz del exterior hacía que su perfil se iluminase levemente.
-Nath... ¿No se te hace muy aburrido el no salir nunca? -Susurré más para mí que para él.
Enid West- Cantidad de envíos : 2217
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
Enid rozó con sus labios la barbilla áspera, por la barba, de Nathan, que respondió con un leve carraspeo cuando la cogió, para recorrer lo que quedaba de habitación y soltarla con cuidado sobre la camilla. Ambos se quedaron mirando fijamente durante unos instantes hasta que Enid se echó hacia un lado para dar un par de golpecitos a la camilla, ¿pero que estaba tratando de hacer aquella jovenzuela?, Nathan arqueó la ceja algo confundido sin saber o no queriendo saber lo que tramaba Enid, estiró sus brazos hacia Nathan y lo atraía hacía ella, apartó la mano que le agarraba de la camisa y la que subía hacia los pómulos. – No sé qué tratas pero no me voy a acostar contigo en la camilla. – Dijo con bastante educación antes de volver a dejarse caer sobre el sillón que había a un lado de la camilla, se pasó la mano por el pelo y suspiro.
La escuchó pedir que dejara de hablar para dormir, con una sonrisita, cerró sus ojos y los entreabrió, ¿acaso no quería dormir? Volviendo a hablar y preguntar, con un sonido de su garganta en forma de negación le respondió, mientras entrecerraba los ojos esperando que Enid se quedara dormida, a saber que tramaba hacer si se quedaba despierta.
La escuchó pedir que dejara de hablar para dormir, con una sonrisita, cerró sus ojos y los entreabrió, ¿acaso no quería dormir? Volviendo a hablar y preguntar, con un sonido de su garganta en forma de negación le respondió, mientras entrecerraba los ojos esperando que Enid se quedara dormida, a saber que tramaba hacer si se quedaba despierta.
Nathan Drake- Cantidad de envíos : 58
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
Me quedé con los ojos abiertos como platos durante un par de segundos. ¿Qué...? Por la expresión de Nath supuse que se había tomado a mal el que le hubiese ofrecido tumbarse a mi lado. Pues bueno, si prefería un sillón duro y poco cómodo, libre era. Me encogí de hombros y me recosté sobre la camilla mirando hacia el techo un momento, antes de cerrar los ojos.
Algo dentro de mí me advertía claramente de que la había cagado con Nathan pero por otro lado tampoco sabía por qué la había cagado y qué podía hacer para remediarlo. Carraspeé un poco para soltar un leve susurro de disculpa antes de girarme y mirar para otro lado. Cerré los ojos y, tras lo que fue una larga media hora de sufrimiento, me quedé dormida.
Cuando desperté ya había amanecido y la luz que se infiltraba por la ventana era la suficiente para iluminar toda la estancia. Me quedé con los ojos cerrados durante un buen rato, a la espera de decidir cómo debía de actuar ahora con Nath. Tras unos instantes decidí que lo mejor era hacerme la sueca, como si nada hubiese pasado y él no se hubiese apartado de mí de aquella manera tan fría.
Me incorporé y posé mis descalzos pies sobre el frío suelo para despejarme un poco. A continuación me levanté y me giré hacia donde en teoría se encontraba Nathan.
-Buenos días -Susurré con los ojos entrecerrados sin poder ver muy bien.
Algo dentro de mí me advertía claramente de que la había cagado con Nathan pero por otro lado tampoco sabía por qué la había cagado y qué podía hacer para remediarlo. Carraspeé un poco para soltar un leve susurro de disculpa antes de girarme y mirar para otro lado. Cerré los ojos y, tras lo que fue una larga media hora de sufrimiento, me quedé dormida.
Cuando desperté ya había amanecido y la luz que se infiltraba por la ventana era la suficiente para iluminar toda la estancia. Me quedé con los ojos cerrados durante un buen rato, a la espera de decidir cómo debía de actuar ahora con Nath. Tras unos instantes decidí que lo mejor era hacerme la sueca, como si nada hubiese pasado y él no se hubiese apartado de mí de aquella manera tan fría.
Me incorporé y posé mis descalzos pies sobre el frío suelo para despejarme un poco. A continuación me levanté y me giré hacia donde en teoría se encontraba Nathan.
-Buenos días -Susurré con los ojos entrecerrados sin poder ver muy bien.
Enid West- Cantidad de envíos : 2217
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
De repente, la Tierra comienza a temblar como tantas veces lo ha hecho en el pasado. Sin embargo, los temblores en esta ocasión son mayores y se centra en las cuevas de los mutantes. El inmobiliario de las casas se agita y finalmente, la mayoría de los objetos acaban cayéndose al suelo y rompiéndose.
Del techo de las cuevas comienzan a caer grandes piedras. Algunas van a deparar a las calles bloqueando su entrada y salida y otras caen sobre los techos de los menos afortunados. Un par de rocas caen encima de la enfermería, provocando grandes agujeros en su tejado. Siguen cayendo incesablemente hasta destrozar objetos que los mutantes habían conseguido salvar del fin del mundo para facilitar el proceso de curado.
Del techo de las cuevas comienzan a caer grandes piedras. Algunas van a deparar a las calles bloqueando su entrada y salida y otras caen sobre los techos de los menos afortunados. Un par de rocas caen encima de la enfermería, provocando grandes agujeros en su tejado. Siguen cayendo incesablemente hasta destrozar objetos que los mutantes habían conseguido salvar del fin del mundo para facilitar el proceso de curado.
ApocalípticaNarración - Cantidad de envíos : 260
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
Se acomodó en el sillón esperando que la joven se quedara dormida, algo la incomodaba a no hacerlo, tal vez estuviera pensando que habría hecho mal para que Nathan le hablara así, se cruzó de brazos con los ojos entrecerrados para oír a Enid suspirar lo que parecía una disculpa y girarse hacia el otro lado dándole la espalda. Se escurrió un poco en el sillón, tratando de conciliar él el sueño ahora, no tardaría mucho debido al cansando provocado por el uso de su poder sobre Enid.
La noche trascurrió sin percance alguno, ambos dormían apaciblemente en sus lugares correspondientes, el sillón era algo incomodo pero había una cosa clara, a Nathan no le gustaba las lanzadas al ataque y menos siendo unas crías, había sido lo que tanto le había molestado.
Como era siendo habitual en Nathan se levantaba muy temprano, le gustaba dejar las cosas ellas antes de ponerse manos a la obra y hacer lo que mejor sabía hacer, ayudar a la gente, observó por un instante a Enid durmiendo, apartó delicadamente el flequillo de la joven y miró la herida de la frente, estaba mejorando notablemente. La dejó dormir antes de seguir con los cuidados y fue a buscar algo para desayunar, saliendo de la enfermería.
Después de conseguir algunas frutas y algo de carne de la “tienda”, siempre había alguien que le debía un favor por ahí por muy pequeño que fuera lo cambiaba por comida. El terremoto lo sorprendería antes de entrar en la enfermería, las piedras caían por toda la cueva por igual, Enid estaba adormilada en el centro, agarró a Enid y la metió debajo de la camilla. – No te muevas hasta que pare. – Sabía bien que tenía que hacer en caso de terremoto.
La noche trascurrió sin percance alguno, ambos dormían apaciblemente en sus lugares correspondientes, el sillón era algo incomodo pero había una cosa clara, a Nathan no le gustaba las lanzadas al ataque y menos siendo unas crías, había sido lo que tanto le había molestado.
Como era siendo habitual en Nathan se levantaba muy temprano, le gustaba dejar las cosas ellas antes de ponerse manos a la obra y hacer lo que mejor sabía hacer, ayudar a la gente, observó por un instante a Enid durmiendo, apartó delicadamente el flequillo de la joven y miró la herida de la frente, estaba mejorando notablemente. La dejó dormir antes de seguir con los cuidados y fue a buscar algo para desayunar, saliendo de la enfermería.
Después de conseguir algunas frutas y algo de carne de la “tienda”, siempre había alguien que le debía un favor por ahí por muy pequeño que fuera lo cambiaba por comida. El terremoto lo sorprendería antes de entrar en la enfermería, las piedras caían por toda la cueva por igual, Enid estaba adormilada en el centro, agarró a Enid y la metió debajo de la camilla. – No te muevas hasta que pare. – Sabía bien que tenía que hacer en caso de terremoto.
Nathan Drake- Cantidad de envíos : 58
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
Me di cuenta de que estaba hablando sola cuando una de las piedras cayó justo a mi lado. Entrecerré los ojos un momento aún aturdida por el sueño y el cansancio que invadía mi ser. -Vaya... una piedrecita... grande -Hablaba para mí en voz alta pues estaba sola, sola, sola. ¿Nathan habría decidido marcharse y abandonarme allí? Seguro que se había enfadado tanto por diosabequé que ahora ya no me querría ver nunca más. -Pues vaya -Susurré andando un par de pasos hacia la piedra, demasiado adormilada para darme cuenta de qué estaba pasando realmente.
De repente, un ruido de una puerta cerrarse y Nathan apareciendo en la habitación. Solo me dio tiempo a sonreír ligeramente antes de que se abalanzase sobre mí para tirarme en el suelo, bajo la camilla. ¿Qué le pasaba? ¿Le tendría miedo a la luz de la mañana o algo así? Me encogí de hombros sin decir nada y me eché sobre su hombro cerrando los ojos.
Entonces, un gran pedrusco cayó justo en frente nuestra y pegué un salto en el sitio del sobresalto. -Pero qué... -Maldije por lo bajo echándome un poco hacia atrás para separarme de él. -¿No sería mejor salir de aquí? -Me giré hacia él y lo miré directamente a los ojos. Me había costado reaccionar pero al final lo había hecho. Algo era algo... -Si nos cae un pedrusco puede llegar a matarnos... aunque bueno, fuera tampoco estaremos mucho más seguros -Me mordí el labio indecisa.
De repente, un ruido de una puerta cerrarse y Nathan apareciendo en la habitación. Solo me dio tiempo a sonreír ligeramente antes de que se abalanzase sobre mí para tirarme en el suelo, bajo la camilla. ¿Qué le pasaba? ¿Le tendría miedo a la luz de la mañana o algo así? Me encogí de hombros sin decir nada y me eché sobre su hombro cerrando los ojos.
Entonces, un gran pedrusco cayó justo en frente nuestra y pegué un salto en el sitio del sobresalto. -Pero qué... -Maldije por lo bajo echándome un poco hacia atrás para separarme de él. -¿No sería mejor salir de aquí? -Me giré hacia él y lo miré directamente a los ojos. Me había costado reaccionar pero al final lo había hecho. Algo era algo... -Si nos cae un pedrusco puede llegar a matarnos... aunque bueno, fuera tampoco estaremos mucho más seguros -Me mordí el labio indecisa.
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
Parecía por un momento que Enid no sabía que ocurría realmente hasta que cayó una piedra a su lado, estiró la mano y agarró el sillón para meter parte de él bajo la camilla, al menos si caía el techo de la enfermería tendría la camilla un punto de apoyo para no morir aplastados, la fruta estaba toda desperdigada por el suelo mientras caía parte del techo de la construcción. – Debajo de la camilla estamos más seguro, si sales no tienes nada para cubrirte la cabeza, además estábamos en una cueva hacia que también te puede caer piedras del techo. – Se acercó a ella y la cubrió con su cuerpo, si la camilla se hundía golpearía primera a Nathan. – Solo estate quieta. – Le dijo calmado, con su habitual instinto protector. Sacó una de las manzanas que se había metido en los bolsillos de la chaqueta y se la tendió. – Come algo que tienes mala cara.
La perdida de sangre habia hecho que cogiera un poco de palidad, posiblemente la desorientación la hubiera también causado, lo que no sabía es como se habia logrado levantar.
La perdida de sangre habia hecho que cogiera un poco de palidad, posiblemente la desorientación la hubiera también causado, lo que no sabía es como se habia logrado levantar.
Nathan Drake- Cantidad de envíos : 58
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Re: Flashback: En riesgo (Nathan)
-Vaaaleee papáaa -Asentí a todas las contras que había puesto a lo de salir de la enfermería. La verdad era que yo me había referido a salir de toda la ciudad mutante y ponernos a salvo en el exterior. Me dejé rodear por el cuerpo de Nathan y me permití el lujo de mirar un momento por encima de su hombro si el terremoto cesaba. Parecía que la cosa iba a durar bastante. Me encogí de hombros y me acomodé entre los brazos de mi acompañante. -Estás muy calmado.. ¿Había pasado esto antes? -Le pregunté con curiosidad. Si el refrán de que la curiosidad mató al gato se me pudiese aplicar a mí, ya estaría más que remuerta.
Cogí la manzana que me tendía con desesperación y me la llevé a la boca. Hacía dos días que no comía y tenía muchíiiisima hambre. Devoré la mitad de la manzana con dos bocados y se me ocurrió pensar que a lo mejor Nathan también tenía hambre y yo me estaba comiendo lo único que tenía. -Emmm... ¿Quieres? -Pregunté con la boca llena.
Cuando terminé de comer me acomodé entre los brazos de mi acompañante y dejé caer mi cabeza sobre su pecho. -¿Qué has hecho esta mañana? -Le pregunté intentando sacar algún tema de conversación mientras el terremoto continuaba.
Cogí la manzana que me tendía con desesperación y me la llevé a la boca. Hacía dos días que no comía y tenía muchíiiisima hambre. Devoré la mitad de la manzana con dos bocados y se me ocurrió pensar que a lo mejor Nathan también tenía hambre y yo me estaba comiendo lo único que tenía. -Emmm... ¿Quieres? -Pregunté con la boca llena.
Cuando terminé de comer me acomodé entre los brazos de mi acompañante y dejé caer mi cabeza sobre su pecho. -¿Qué has hecho esta mañana? -Le pregunté intentando sacar algún tema de conversación mientras el terremoto continuaba.
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