Caminando en la tarde (Libre)

Horas después de haber estado en la ciudad en construcción, jugando con Haeven, camino hasta encontrarse en un pequeño descampado cerca de la zona de aterrizaje de las naves.

Era algo tarde, pero su madre seguramente estaría ocupada trabajando, así que no se preocupo y desidio quedarse allí. Mirando hacia un lado, observo un pequeño árbol. Se acerco a el, y se sento, apoyando su cabeza sobre el tronco y dirjiendo su mirada hacia el cielo.

Rato despues cierra los ojos, juntando sus piernas, y colocando su cabeza sobre ellas, al poco tiempo se queda dormido.

Unos ruidos pasos cerca suyo lo despertaron, abrío lentamente los ojos, y levantando la cabeza de su rodillas observo que una muchacha se encontraba cerca suyo. Bostezo, tapándose la boca con una mano.- Hola...-dijo Sweeney con una dulce sonrisa, mirándola, pero aun medio dormido.

- Que hora sera...- se pregunta en voz alta el pequeño, observando el cielo ya oscuro y luego observa curioso a la chica de cabello castaño.

Le devolvió la sonrisa, tierna y dulce al mismo tiempo. - Soy Sweeney- dijo el pequeño de mirada verde, y le dedico otra sonrisa.

- Encantado de conocerte - dijo el cortesmente, recordando las palabras de su madre ¨Siempre se respetuoso con los demas, no importa quien sea¨- Y tu eres?- le pregunta el chico. Observándola detenidamente, no la con ocia, nunca la había visto en la nave, paresia ser amable además de muy bonita.

- Nunca antes te vi- dijo riendo levemente el pequeño de cabello castaño, luego de haber estrechado. Se sentía extraño, raro que lo tratase de esa forma tan... tan formal, pero dulce a la vez.

- Tu eres de la nave verdad?- pregunto Sweeney tiernamente, levandose y sacudiendo la tierra de su ropa con una mano. - O eres nueva?- agrega el niño. Luego se da cuenta, que de tantas preguntas que el hace, prácticamente no la deja hablar.

- Perdona.... es que soy curioso, pregunto demaciado.. y no te dejo hablar- dice el pequeño niño, levemente sonrojado y avergonzado.

Rio levemente por los gestos de Amber. Se volvió a sentar en el suelo cerca del pequeño arbol- Anda, sientate conmigo- le ofrece Sweeney un lugar junto a el.

Observo el cielo, su madre ya escaria preguntándose donde el debía estar, suspiro, esta vez no se libraría de un castigo. Ella era muy dulce y cariñosa casi todo el tiempo, pero si la desobediencias llegaba hasta dar miedo. - Cuantame algo sobre ti - le dice curioso, queriando saber mas sobre la muchacha de cabello castaño.

Llegué para explorar un poco la zona de los humanos, a los que ya les estaba cogiendo sincero asco.
Era un descampado bien grande, donde al parecer aterrizaron las naves.
Un poco más lejo vi a Ambar y a un niño hablar. Entrecerré los ojos y con sutileza me metí en la mente del crío.
- Humano- sisié.
Me acerqué sin hacer ruido y me apoyé en el tronco de un árbol, a sus espaldas.
- Buenas- canturreé.

Fdr: No me he leído los anteriores post, solo les he echado un vistazo. Si meto la pata en algo pues me lo decís xD

Ladeé la cabeza.
¿Quedarme con un humano? ¿Es que se había vuelto loca?
Me encogí de hombros, sin embargo.
- Y yo que veía a cortar algunas cabezas..- dejé caer- De acuerdo, me quedaré.
Me acerqué al crío y le tendí una mano.
- Soy Diane.
Miré de reojo a Ambar.
-¿Desde cuando eres la niñera de críos humanos?- le pregunté en su mente.

Suspiro levemente, Dianne parecia estar de mal humor. Así que simplemente se presento. mientras estrechaba la mano de la castaña. Penso que seguramente era amigas, y se sentia como un completo desconocido entre ellas dos.

- Buenas... me llamo Sweeney, encantado- dijo ambke el pequeño de mirada verde, dedicándole una dulce sonrisa al soltar su mano. Seguramente no conseguiría cambiar su humor, pero al menos lograría que sea cortes con el.

Me derretí. Era débil, muy muy débil. Esa mirada y esa sonrisa.... Crío imbecil.
Le dediqué una encatadora sonrisa, pidiendole disculpas con la mirada por mi comportamiento.
Me senté con ellos (estais sentados no? O.O) y esperé a que alguno de los dos hablara.
Eché una mirada hacia atrás, mirando inquieta las naves. Como alguien saliera...
Me encogí como respuesta, sin apartar la mirada de las naves

Le devolvió la sonrisa - Sabine... Asi que tienes una muñeca de porcelana, mi mama las colecciona- comento, era unos de los Hobbis de su madre. Coleccionar una y otra, ya ni siquiera se acordaba de cuantas tenia y quería mas. - Debe estar en algún lado, si quieres te ayudo a buscarla- le ofrece dulcemente Sweeney a Amber, cruzándose de piernas.

Dirije su mirada a Diane, al darse cuenta que ella estaba mirando las naves...su rostro mostraba ¿curiosidad, interes o inquietud?, pero igual le habla- No se porque miras tantos las naves, parecen interesante de afuera pero adentro es todo lo contrario, incluso aburrida- dice Sweneey.

Estaba totalmente fuera de la conversación, en mi mundo, por así decirlo.
Se me ocurrió una cosa y miré el sol, que ya se estaba poniendo.
- Genial...- me quejé.
Miré a Ambar y a Sweeney totalmente perdida.
- Lo...Lo siento, chicos, pero me tengo que ir, en serio.- me disculpé apresuradamente.
Les hice un gesto con la mano a modo de despedida y me fui de allí corriendo. Literalmente.

Estaba totalmente fuera de la conversación, en mi mundo, por así decirlo.
Se me ocurrió una cosa y miré el sol, que ya se estaba poniendo.
- Genial...- me quejé.
Miré a Ambar y a Sweeney totalmente perdida.
- Lo...Lo siento, chicos, pero me tengo que ir, en serio.- me disculpé apresuradamente.
Les hice un gesto con la mano a modo de despedida y me fui de allí corriendo. Literalmente.

Si su muñeca era seguramente era muy valiosa, así mientras le hablaba se prometio que no descansaría hasta encontarla.
- Adios Diane - dijo el pequeño cuando ella se disculpaba. Sonrio levemente hacia Amber, ahora solo quedando ellos dos como al principio. - Ustedes son amigas cierto, Dianne y tu?-pregunto curiosamente el pequeño observando a la castaña

- Diane...es algo extraña, pero no sabe hasta conocerla bien...-dice el niño rerdando una frase que siempre le decía su madre ¨ Solamente sabras como es realmente una persona si no la conoces bien¨, le sonrio a Amber .
Escucha que la chica pregunta por su muñeca- Vamos no te preocupes, seguramente la vamos a encontrar!- dijo Sweeney con una gran sonrisa, levantandose del suelo.

- Te ayudare a buscarla- susurro el pequeño.

- Humanos...así sierto, así que ustedes son mutantes.- dijo observándola de arriba abajo, en la nave le hablaban poco sobre ellos, ni siquiera le habian dicho de como reconocerlos.

Y al mirarla se dio cuenta es no tenían casí ninguna diferencia con el resto. Completamente igual a los demas. Su madre y los adultos de la nave ¿Como lo diferenciaran?