Un nuevo amanecer (Libre)

por **Enid West** Jue Jun 10, 2010 12:58 am

Las pulsaciones de mi corazón, suaves como un susurro y tan lentas que harían estremecer a cualquiera, llegaban hasta mis sentidos dándome aquella pequeña información que al menos me garantizaba que seguía viva. Inactividad... mi cuerpo llevaba inactivo demasiado tiempo, casi tanto como había permanecido mi mente. Mis párpados, pesados, caían sobre mis ojos tapándome toda visión que pudiese llegar a adquirir, mis manos, a mis lados, como si hubiesen perdido toda la vida que albergaban.

¿Estaba muerta o por el contrario mi vida continuaba? No lo sabía, no lo recordaba. Y de repente... Desperté.

Me incoorporé hacia delante accelerando mi frecuencia cardiaca. Mis ojos estaban abiertos y casi salidos, mis pulmones volvían a funcionar haciendo que el oxígeno recorriese todo mi cuerpo y fuese sustituido por dióxido de carbono.

Miré a los lados sobresaltada, no sabía dónde me encontraba, quién era, cómo funcionaba mi cuerpo,... no sabía absolutamente nada. Cerré los ojos e intenté calmar mi respiración produciendo una inspiración y expiración continua que consideré que podría ayudarme a recordar. No pedía mucho, solo quería saber mi pasado, quién era y dónde me encontraba, qué era lo que me había pasado...

Mis manos se elevaron hasta mi cabeza para tocar unas cuantas vendas que la recubrían, como si tapasen alguna zona herida para que alcanzase su recuperación. A continuación recorrí mi cuerpo con mis ojos... solo había más y más tiras blanquecinas recubriéndome, además de un camisón ridículo de tela fina y separada de mi cuerpo.

por **Dylan Black** Jue Jun 10, 2010 1:56 am

Tras haberme marchado con Luca de la playa había decidido ir a dar un paseo con él y contarle todo lo que había pasado con aquella mutante asquerosa. Así anduvimos durante unas cuantas horas, repasándolo todo y trazando nuevos planes para nuestra ambiciosa causa: destruir a los mutantes.

Después de tanto paseo habíamos acabado en el bosque, lleno de animales extrafalarios que efectuaban sonidos que pondrían los pelos de punta a cualquiera. Sin embargo, aquello no nos detuvo y continuamos nuestra caminata como si en vez de andar por pleno bosque estuviésemos dando un paseo por las calles asfaltadas de las ciudades de antes. Hablando de ellas... las echaba tantíiiisimo de menos... Pff, vaya asco de fin del mundo con todos aquellos prestóricos dando vueltas a nuestro alrededor.

Llegamos hasta la entrada de un árbol en la cual encontramos el cuerpo de una muchacha, tras acercarnos con curiosidad dimos con que era la mutante aquella. Mis heridas la habían perjudicado hasta el punto de dejarla inconsciente y quién sabe si llegaría a recobrar la vida. En ese preciso instante y tras hablarlo un par de minutos decidimos llevárnosla a las naves para analizarla y proseguir la búsqueda del virus que acabaría con todos aquellos bichos.

Me giré hacia Luca y le dediqué una sonrisita antes de pegarle un codazo.

-Se te ve feliz, eh, ¿Con cuál te has liado esta vez? -Le susurré en el oído entre divertido y muerto de curiosidad. Dudaba que todavía quedasen tías que no se hubiesen acostado con él.

Y bueno, allí estábamos, delante de la puerta de acceso a su habitación en el pequeño hospital. Habíamos pensado inventarnos alguna cosa tipo "Somos tus amigos, solo queremos ayudarte" a ver si colaba.
Tras unos instantes dubitativo acabé accediendo a la sala pegándole antes un empujón a la puerta con la pierna. ¡Era un bruto pero... muy orgulloso de serlo!

Carraspeé aclarándome la garganta y avancé unos pasos hasta plantarme delante de la cama.

-Hola Enid, ¿Cómo te encuentras hoy? -Principio de mi super interpretación. De primeras, mi voz demostraba preocupación al igual que mis ojos, sin embargo, aquello no hacía que no fuesen agradables a la vez. Me acerqué unos pasos a la zona en la que se encontraba su almohada.

-¿Necesitas que te coloque bien la almohada para que estés más cómoda?

por **Luca Viatella** Jue Jun 10, 2010 6:23 am

Ya creíamos todos que estábamos malditos o algo parecido porque nada nos parecía irnos nunca del todo bien y, siempre que intentábamos adelantarnos a los movimientos de los "monstruos", algo fallaba y el plan no salía bien. Pero, por fin, tuvimos las suerte de nuestro lado cuando Dylan y yo nos encontramos en el bosque con nada más y nada menos que una mutante, justo la misma que él había golpeado antes en la playa cuando nos encontrábamos luchando contra tres mutantes y una Alessia la pacifista, completamente sola e inconsciente. ¿Era aquello un regalo? Porque estaba claro lo que debíamos hace, entonces, que es lo que obviamente hicimos: llevárnosla para tener, por fin, un sujeto de experimentación. Perfecto.

Así que por eso ahora estamos los dos caminando en dirección hacia de la enfermería donde la mutante, de nombre Enid por cierto, está recuperándose tras llevar durante un par días ya en una especie de estado de coma.
Es sumamente aburrido estar ahí, no es la primera vez que la visitamos, pero una de las enfermeras nos ha avisado a los dos de que el cerebro de la chica estaba mostrando señas de actividad así que, lo más probable, es que hoy despierte. Por eso nos ha tocado a Dylan y a mi ir hacia ahí y esperar a que abra los ojos, ya que el golpe que se dio en la cabeza fue lo suficientemente fuerte como para que le provocara la pérdida de parte de su memoria o, incluso, una amnesia completa; y, obviamente, esto es algo que la Organización debe aprovechar para su propio beneficio. Sólo espero que sus poderes también se hayan desactivado porque, de lo contrario, nuestro plan volverá a ser un fracaso.
Dylan me pega un codazo mientras caminamos hacia la enfermería, está tan aburrido que tiene la necesidad de ponerse a hablar de algo casi urgentemente y no le culpo: a mi también me pasa lo mismo.

-No me he liado con nadie, hoy; aunque sí he tenido una interesante charla con la señorita des Mignaux -le respondo del mismo modo que él me ha hecho la pregunta y con una media sonrisa.

Me quito el sombrero y me paso la mano derecha por el pelo para peinármelo hacia atrás y evitar que caiga sobre mi cara, luego vuelvo a ponerme el sombrero ligeramente inclinado hacia adelante.

Llegamos a la puerta de la habitación y entramos, con golpe y empujón de Dylan incluido. A eso es a lo que yo le llamo tener cuidado porque hay un enfermo dentro... Pero no digo nada y dejo que sea él el primero que entre y le hable a la mutante, a fin de cuentas la conoce muchísimo más que yo y sabrá mejor qué debe decirle. Por mi parte, mientras Dylan le pregunta cómo se encuentra, sonrío amablemente y me siento en la silla que hay al lado de la camilla ligeramente inclinado hacia ella. Mi rostro expresa la misma preocupación que el de mi compañero mientras espero a saber la respuesta de la pregunta.

por **Enid West** Jue Jun 10, 2010 6:41 am

Unos momentos más mi mente se encontró distraida en aquellos pensamientos que me abrumaban. Cuando pasaron dichos instantes decidí desviar mis pensamientos hacia un campo que fuese más productivo. Miré hacia ambos lados de la estancia en la que me encontraba... mi mente analizó aquella zona lo más rápido que su reciente inactividad le permitió, hasta que conseguí identificar cuál era el lugar en el que me encontraba: Un hospital. Aquello explicaba todo lo relacionado con las vendas que me recorrían el cuerpo y con aquella cama en la que me posaba.

Cerré los ojos y eché la cabeza hacia atrás intentando descansar, sí, llevaba mucho tiempo en un descanso permanente pero mi despertar había cortado mi inactividad cerebral y por el momento, me iba a costar volver a la dura rutina.

En aquel preciso instante de tranquilidad y relajación dos almas locas entraron en mi... ¿Habitación? no sabía si aquello podría considerarse mi habitación o no; y preguntaron por mi estado. Hablaron conmigo con un sonido que acabé identificando como voz, ¿Yo también podría usar la mía? Carraspeé un poco... o lo que pensé que era carraspear. Sí, podía.
Tenía dos posibilidades, o mentirles y no demostrarles lo débil que estaba en aquel momento o decirles la verdad. Al final opté por la segunda alternativa ya que era obvio que se darían cuenta de que estaba mal.

-Estoy... cansada, mucho -Me llevé la mano a la cabeza para volver a tocar las vendas. Uno de ellos se acercó para hacerle nosequé a la almohada. Me incoorporé lévemente y dejé que hiciese lo que quisiera, de todas formas, si me mantenía fría o arisca era posible que acabase peor.

-¿Quienes sois? -Pregunté con curiosidad notando todavía rara mi voz.

por **Dylan Black** Jue Jun 10, 2010 6:53 am

Sonreí lévemente con complicidad a Luca, no se acordaba de nosotros lo que significaba que tampoco se acordaba del resto de las cosas. Además, si añadíamos a aquello que todavía no había sentido nada llamar a la puerta de mi mente, significaba que tampoco podía usar sus poderes como mutante que era.

-Enid, ¿No nos recuerdas? ¡Nos conocemos desde hace siglos! Yo soy Dylan -Exclamé horrorizado, casi gritando por aquella causa. La verdad es que aquello nos iba a servir de mucho muchísimo, íbamos a poder aprovecharnos de ella por la cara, sin que ni se diese cuenta.

Había otra cosa en ella que notaba distinta, parecía diferente en su manera de comportarse... quizás se debía también a que había perdido la memoria y no se acordaba de absolutamente nada. Vaya, pobre criatura, ¿Cómo sería dejar de acordarse de las cosas?

Me alejé de ella unos pasos y me acerqué a la ventana.

-¡Que oscuro que está esto! ¿No? -Dije con una sonrisa subiendo la persiana para que la luz iluminase la estancia. Debido a los procesos que habían deformado el nuevo mundo, las temperaturas eran extremas y precisamente aquel día el clima era muy cálido, con temperaturas que seguramente superarían los 40 ºC.

por **Luca Viatella** Jue Jun 10, 2010 7:43 am

Hago un gesto de alivio, interpretando mi papel de amigo preocupado, cuando escucho la respuesta a nuestra pregunta porque dice que sólo está bastante cansada pero no parece encontrarse mal ni dolerle. Miro a Dylan, por el gesto que me envía, entiendo que no ha notado un intento de intrusión mental por parte de la muchacha así que parece que vamos bien.
Ruedo los ojos y suspiro cuando mi compañero grita con horror que cómo es posible que no nos recuerde, finalmente optó por darle un toque en el hombro en señal de advertencia.

-Cálmate Dy, que acaba de despertarse y no le sentará nada bien el tener una persona gritándole al lado. Además, tiene que recuperarse aún -le digo tranquilamente, acto seguido vuelvo a girarme hacia la chica-. Somos tus amigos, Enid. Yo soy Luca. ¿Seguro que no te acuerdas de nosotros?

Me quedo unos instantes sentado y entonces me pongo de pie y rodeo la silla para dirigirme hacia la puerta. Una vez llego la abro, miro a un lado y al otro buscando alguna de las enfermeras y, cómo no encuentro ninguna, decido salir a buscarlas para avisarles de que Enid ya ha despertado.

-Voy a ver si encuentro una enfermera -les aviso volviendo a sacar la cabeza dentro de la habitación.

Al cabo de unos cuantos minutos vuelvo a la habitación, pero no hay nadie que me acompañe sino que vengo solo puesto que, por mucho que he buscado por los alrededores, no he logrado encontrar ninguna enfermera.
Cuando entro, observo que Dylan ha abierto las cortinas para dejar que entre algo de luz a la habitación pero se nota al fuerte calor del exterior así que me dirijo hacia el termostato que hay en la pared de al lado de la puerta y bajo un poco la temperatura para que se refresque todo un poco.

-No las he encotrado, supongo que ya volverán... -comento ladeando un poco la cabeza mientras me dirijo hacia el termostato-. ¿Así mejor, verdad? -le pregunto a Enid para asegurarme de que no tenga calor pero tampoco frío.

por **Enid West** Vie Jun 11, 2010 2:44 am

Abrí mucho los ojos un momento, aquellas dos personas que decían ser mis amigos de toda la vida parecían locas. Realmente locas... incluso podría decir que llegaban a asustarme. ¿Aquel sentimiento era bueno? No lo sabía, aquella idea mi mente ni siquiera llegaba a analizarla.

<Dylan y Luca> Repetí mentalmente un par de veces para que en la próxima ocasión en la que nos encontrásemos supiese quiénes eran. Sí, en el fondo parecían majos aunque pareciesen estar borrachos. Sin embargo, no podía dejarme llevar tan fácilmente por ellos cuando no recordaba nada.

Abrieron la ventana y un calor abrumador entró en la estancia hasta entrar en contacto con mi piel. Me despegué lévemente el ridículo camisón que habían colocado sobre mi cuerpo.

-¿Por qué hace tanto calor? -Pregunté como una completa ignorante. Quizás llegasen incluso a pensar que era imbécil pero prefería no dejarlo ver.

Me eché hacia atrás en la cama, acomodándome y cerré los ojos un momento. No sabía qué pensar, si fiarme de aquellas personas o no, si reír o llorar y... no, seguía sin recordar nada. ¿Vale la pena continuar tu camino si ni siquiera eres consciente de quién eres?

-Sí, mucho mejor. Gracias -Sonreí.

por **Luca Viatella** Dom Ago 08, 2010 10:12 am

Noto que la chica, Enid, debería recordar el referirme a ella con su nombre, está mirándonos de forma inquisitiva e incluso empieza a verse algo asustada de nosotros. Dylan está actuando de una forma un tanto exagerada y llamativa, tendría que tranquilizarse y así saldría y todo bien porque, de lo contrario, Enid se sentiría muy abrumada y se cerraría en banda teniendo sospechas de nosotros.

Vuelvo a caminar hacia la silla que ocupaba antes de irme a ver si encontraba alguna enfermera y me dejo caer sobre ella como si estuviera muy cansado de todo, es mi forma usual de sentarme. Después de eso, giro mi rostro hacia Enid y dibujo en mis labios una sonrisa calmada, tranquila y natural; la que le mostrarías a un amigo de toda la vida cuando te cuenta que tiene temor de algo o poca confianza y quieres animarle.
Asiento con la cabeza para indicar que no es nada cuando me da las gracias por haber bajado un poco la temperatura del termostato, Dylan acaba de subir la persiana de la ventana y ha entrado todo el calor de repente. Entonces me llevo una mano a la cabeza y me la paso un poco por el pelo, pensativo, al escuchar la pregunta que formula. Era de imaginar que fuera a decirlo, en algún momento o otro tenía que darse cuenta de que algo pasaba ahí fuera, y nosotros debíamos contárselo pero de la forma adecuada para que todo fuese según lo planeado.

-Pues, verás... -empiezo a decir dubitativamente y haciendo algo de memoria, chasqueo la lengua al final y niego con la cabeza- "Merda", a mí estas cosas se me dan bastante mal. No soy bueno explicando historias, suelo saltarme detalles y envalarme... Dylan te lo explicará mejor -me excuso con una sonrisa de disculpa.

Acto seguido alzo la cabeza hacia mi compañero, que está algo silencioso, y le hago un gesto para que se acerque a la cama y lo cuente él porque, siendo sincero, no he mentido al decir que no soy precisamente bueno en esto y Dylan podrá explicarlo muchísimo mejor.

- ¿A que sí, Dy? -le pregunto con una sonrisa algo burlona, pues he usado el mote que tanto le molesta.

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