Inspeccionando el terreno? no, solamente aburriéndome{Enid}

Vale, bien, ahora tenía una meta en la vida, bueno, al menos unas obligaciones, destruir a los humanos, no es que me fascinara la idea, me parecen unos seres extraños y divertidos, que se hieren constantemente y todo lo solucionan con muerte, curiosos, sin duda, me encanta tomar apuntes sobre sus reacciones a determinadas reacciones, y, como no, me encanta seducirlos, es la mejor manera de infiltrarse, la más divertida, busco a un cargo importante y lo seduzco, algo fácil...¿Quién se iba a resistir a mi belleza? Nadie, claro.

El proceso era fácil, me presentaba ante ellos y me hacía el despistado, les miraba con ojos de cordero degollado, les juraba y perjuraba entre lágrimas que no era uno de esos ''sucios mutantes'' ; ya los tenía ganados, luego, harían casi todo lo que pidiera, darme acceso a un sitio u otro entre otras cosas, después, a informar a Ragnarök.
Me gustaba mi ''trabajo'', no me manchaba las manos de sangre y podía relacionarme un poco con los humanos, la verdad, eran como juguetes para mi, me encantaba fingir ante ellos, eran tan inocentes y ciegos, si supieran la verdad, lo que soy, la verdad, me gustaría ver sus caras.

Dejo de andar, miro a mi alrededor y me tumbo bajo un árbol, sin hojas y con las ramas como huesudos dedos, había sido una tarde agotadora, había hecho de todo, huir, espiar, toquetear algunas cosas para destruirlas...y todo eso sin daños graves, solo un corte, un misero corte, quizás me dejaría cicatriz, pero bueno, espero que no sea así, no es que eso hiciera que mi perfección se resquebrajara, ni mucho menos, pero quedaría feo, mi cuerpo quedaría imperfecto.
''Que va, estás buenísimo''- Me dije a mi mismo, como una vez más, tenía razón.

Los copos de nieve caían tímidamente sobre la alfombra nevada en la que se habían convertido los terrenos de la organización, un amasijo de árboles que aparentaban nos esconder nada, pero yo sabía que algo habría, una base, un almacén..sea lo que fuera lo descubriría, pero no hoy, tengo demasiado sueño.
Cierro los ojos y me recuesto un poco más sobre el tronco, supongo que parecería un muñeco de porcelana, o, en su defecto una persona congelada. Pero claro, eso no pasaría,tenía abrigo suficiente, una camiseta blanca, un sueter de lana negro y mis habituales chaqueta y pantalón grises, con mis inseparables deportivas sucias, hasta con esa ropa estaba perfecto, quizás sea un poco vanidoso, pero, al fin y al cabo, tengo razón.
Una sonrisa pícara se dibuja en mi rostro mientras me voy durmiendo...

Abro los ojos, miro a mi alrededor, estoy en mi cama, envuelto entre las mantas aterciopeladas y azules, sonrió, mama y papa deben de estar haciendo el desayuno, y mis 2 hermanos preparándose para ir a uno al trabajo y la otra a la universidad, tenía una familia perfecta y cariñosa; no era tiempo de quedarse pensando en mi familia, tenía que irme al instituto, y, como todos los días, llegaba tarde, rápidamente me levanté de la cama, dirigiéndome casi a ciegas al armario, cojo lo primero que veo, unos vaqueros y una camiseta normal y corriente, me pongo unas converse y bajo las escaleras, saludo a mis padres y hermanos, todos en la cocina''como una familia normal...'', cojo lo primero que veo en la mesa(una tostada) y me la llevo a la boca, iba a llegar tarde si o si, mierda....la mochila, debo ir a por ella, subo corriendo las escaleras y abro la puerta de mi habitación, pero, para mi sorpresa, no es mi habitación la que esta ahí, es un sitio oscuro, frío, con...con cadáveres, espera..los conozco, es mi familia, están...están mutilados, casi irreconocibles, sus ropas hechas jirones y la piel de todos cubierta de sangre, suciedad y mugre.
Hace frío, mucho frío, los ojos se me cierran, la cabeza me da pinchazos, tengo nauseas y unas ganas increíbles de vomitar, las piernas me flojean y no pueden sujetar mi peso, caigo al suelo, duele, huele mal....todo se derrumba, todo se va a la mierda, todo es fantasía convertida en pesadilla.

Abro los ojos al instante, ''Que demonios me ha pasado?'', nota para Adam, NUNCA duermas en la nieve, te afecta en la cabeza, pero ya todo a pasado.
Delante mía hay una figura menuda y delgada, una mujer supongo, pero....estoy en terrenos de La Organización.

''Mátala''-una voz surge de mi cabeza, tiene apariencia débil y, a no ser que sea mutante, no presentará problema para mi, si fuese de la otra manera me disculparía.
Plan hecho, ''crea una ilusión y, cuando esté distraída dale con algo contundente en la cabeza, luego, si hace falta, remátala, después oculta las pruebas, entiérrala o quémala.
La miré a los ojos, no, no podía...tanta, tanta inocencia no podía ser destruida, lo mejor era hacerse el despistado e irse cuanto antes, estar un tiempo lejos de estos terrenos, dejar que me olvide, si, eso haría, no me iba a manchar las manos, ese no era mi trabajo, yo espiaba, no mataba.

Sonreí y bostecé.
-Yo, esto..me he quedado dormido en la nieve, mira que soy tonto..-dije, llevándome el puño a la cabeza.

Observé detenidamente a la chica en cuestión, era atractiva, bastante, con unos ojos preciosos(casi tanto como los míos) una nariz infantil y recta y unos labios de aspecto delicado y...apetecible, por qué no decirlo, era bajita, y su cuerpo era delgado y estilizado, como una modelo, tenía el rostro de alguien inocente, y, por lo que había visto, lo era, mira que decirle a un desconocido su nombre, al menos ya la tendría fichada y podría saber si era alguien importante o no y demás, de momento todo marchaba bien....pero ¿y si era un nombre falso? ¿Y si sabía que era un mutante?. Lo mejor por ahora iba a ser inventarse un nombre falso y seguir con la tapadera de niño bueno.

-Encantado, yo soy...Ian, Ian a secas-Quizás colaba, no estaba como para inventarme también un apellido-¿Que qué hago? nada en especial, me gusta alejarme del mundo de vez en cuándo, eso unido a ser un vago y a tener sueño....

Quizás colaba, quizás no, esperaba que si, no me quería ver obligado a matarla.

Vi como su expresión facial cambiaba y empezaba a temblar, por un momento pensé que me había descubierto y que iba a chillar, correr y esconderse, o intentarlo al menos.
Instintivamente eché un paso hacia atrás y me preparé para distraerla con cualquier ilusión, pero no, entonces caí en la cuenta, la chica tenía bastante frío, aunque iba abrigada.

Me acerqué a ella sonriendo y le ofrecí mi chaqueta, lo primero era ser cordial, los humanos tenían una visión peculiar de los mutantes, se creían que éramos seres despiadados sedientos de sangre, en cierto modo tenía razón, aunque no tanto...solo éramos un poco cabronazos, nada más.

-Aquí tienes, a mi no me hace falta- en cuánto extendí mi mano reparé en la herida de mi mano, había dejado de sangran, osea, que no era tan profunda, y no tenía un aspecto feo, pero tenía sangre seca por toda la mano....

Inmediatamente, para tranquilizarla, me concentré y, como había practicado ya intenté hacerle sentir en su interior un sentimiento de tranquilidad, seguridad, para que no sospechara de mi, aunque no estaba seguro de que funcionara, tampoco destacaba por mis poderes...

Miré, inmóvil, como la chica, Enid, se dedicaba a corretear de aquí para allá a coger unas cuántas ramas, no lo iba a conseguir, era imposible, con la humedad del suelo era una pérdida de tiempo, pero igualmente me quedé ahí, apoyado en el árbol, mirando como ella sola se divertía.
Cuando vi que una llama comenzaba a brotar del montón de ramitas solté una-casi inaudible- risita, acompañada de una siniestra que, pensaba, me había salido siniestra, suerte que no la vio, si no podría haberse echado a correr si rumbo, chillando como una loca; bueno, algo había sacado al ver como hacía el fuego, la chica no era tan tonta como aparentaba....

-Oh! mucho mejor así, gracias! sin duda, eres una genio o algo así, yo no sabría encender una hoguera con un montón de palos, bueno, las cosas así nunca fueron lo mío.-sonreí, otra vez más-me empezaban a doler ya los mofletes y la cara de tanto forzarla, aunque, en realidad, la chica era agradable.

Vi como ella miraba con curiosidad la herida, supongo, buscando formas de curarla, cuando me propuso curarla con algunas medicinas dudé, vale, la chica no parecía mala ni llevaba malas intenciones, y su mirada era sincera, pero, por otra parte, mi sentido común me decía que no aceptara su ayuda, después de pensar unos minutos como decírselo, lo solté de la forma más natural que pude.

-Tranquila tranquila, no es nada, ya, ni duele, solo necesito lavarla en cuanto....pueda-vale, casi me voy de la lengua, iba a decir en cuánto vuelva a casa, claro, entonces ella me habría preguntado donde vivía, en que nave, o estupideces así, obligándome a matarla, dios ¿por qué enrevesaba tanto las cosas para no matarla?
Ah! claro, me caía bien, a simple vista, siendo una humana(bueno, al menos yo suponía que lo era), si llegara a ser mutante, como que me caería mejor.

-Y..que hacías tu por aquí? llego a ser un mutante y ya te habría hecho papilla-dije, con voz cálida, remarcando ese ''llego a ser''

FDR: perdón por este post de ***** pero me encuentro mal T.T

Le dediqué una pequeña sonrisa a Adam. Parecía bastante sorprendido porque hubiese conseguido que el pequeño fuego brotase de aquellas delicadas y húmedas ramas. A decir verdad, para cualquier persona normal sería extraño que alguien como yo consiguiese aquello... pero... he de decir que en La Organización me estaban entrenando bastante para cualquier situación extrema. No es que fuésemos a vivir de verdad una situación de tales características pero... siempre había que estar preparado para todo lo que se nos avecinase encima. Además, tenía maneras de comunicarme con el resto de los humanos como un móvil pero... como ya he dicho, aquel entrenamiento era para situaciones extremas que seguramente nunca llegaría a vivir. Eso sí, el entrenamiento había conseguido que Adam se sorprendiese.

-No es difícil... a mí me enseñaron unos "amigos". Si quieres te podría enseñar -Le sonreí de nuevo, con dulzura, antes de volver a dirigir mi mirada hacia las llamas. Aquellos movimientos que ejercía el fuego, su color, el calor que desprendía... todo me atraía. Me tranquilizaba quedarme mirando cómo las ramas lentamente iban consumiéndose bajo su mano, volviéndose pequeños pedacitos de ceniza. Me parecía agradable pero... a la vez tenebroso. ¿Y si el fuego llegase algún día a descontrolarse? Un gran incendio surcaría nuestros bosques y acabarían con los pocos productores de oxígeno que nos quedaban.

Parecía que no le hacía mucha gracia que ayudase a que su herida cicatrizara. Es más, era como si desconfiase de mí... como si fuésemos enemigos. Decidí que lo mejor sería mantener un poco las distancias y no ofrecerme a ayudarlo en ninguna de las maneras que el pudiese considerar que "podría hacerle daño". Sí, eso era lo mejor... aunque seguramente no podría resistirme a intentarlo. Estaba en mi manera de ser preocuparme e intentar ayudar a toda persona que conocía y, aquello, aunque yo quisiera, nunca cambiaría.

-Bueno... si tú lo dices -Sonreí con algo de tristeza. Me molestaba que no aceptase mi preposición de ayuda aunque... no podía quejarme. Nos encontrábamos en una guerra y seguramente se pensaría que me quería aprovechar de él o algo así. Debíamos de ser desconfiados y evitar a todas las personas que pudiésemos... ¿Por qué aquella parte del protocolo no se me quedaría? -Ten cuidado... por si se infecta -Aconsejé mirando en dirección a mis manos que se acercaban al fuego lentamente para conseguir algo del calor que desprendía.

Un fuerte dolor me oprimió la cabeza... como siempre pasaba cuando escuchaba la palabra mutantes. Enredé mis manos entre mis cabellos e intenté hacerlo desaparecer ejerciendo las actividades que un médico me había aconsejado. Empecé respirando lenta y pausadamente, intentando dejar la mente en blanco. Después, fui masajeando mi cabeza y, por último, comencé a pensar en otra cosa... cualquier otra cosa que alejase aquella palabra de mi cuerpo. Vale, me concentré en las otras palabras del chaval... ¿Qué hacía allí? ¿Qué hacía allí? ¿Qué hacía allí? Finalmente, el dolor fue aminorándose hasta casi desaparecer.

-Em... pueees... Salía de una reunión con unos amigos y decidí irme de acampada -Señalé la mochila con el dedo índice. -Me gusta bastante salir a veces y quedarme en el bosque a dormir... aunque sea sola. -Me mordí el labio. ¿Lo decía o no lo decía? No sé, no sé... Ag... esta maldita simpatía. -¿Te gustaría venirte conmigo alguna vez? -Invité. Sí, soy imbécil. Ahora el chico se quedaría mirándome raro y saldría corriendo gritando que era una acosadora. Esa soy yo, siempre diciendo lo que pienso aunque acabe cagándola.



FDR: Nah, no te preocupes ^^. ¿Qué es lo que te pasa? D:

''Con que unos amigos eeh?, ¿por qué no me los presentas? ''-pensé con ironía

Hmmm humanos...siempre tan inocentes o impulsivos, pero bueno, no me iba a quejar mucho, yo antes había sido uno, y era cruel hasta pzra mi pensar eso viendo a Enid, a decir verdad, me había sentido mal al rechazarla, habría estado bien para estrechar lazos y hacer que su confianza en mi aumentara, esa chica no se merecía que fuera borde con ella, aunque fuera una parte importante de mi personalidad...

''Espera espera espera, alto, Adam, ¿estrechar lazos?¿aumentar confianza?¿no ser borde y confiar en ella?, dios, te estás ablandando y eso, en los tiempos que corren no es bueno, eres increíble''-todo eso salió de mí al instante, era todo tan...confuso, si, por una parte tenía razón en eso, ¿y si ella se hacía la inocente, como yo me hago el amable, y en el fondo solo quería matarme? per bueno, eso solo eran posibles, nada más, y por poder ser hasta podría llevar una de esas cosas que te quitan los poderes temporalmente.
Al pensar eso un escalofrío me recorrió la columna vertebral, dios, me estaba volviendo loco, incluso había estado un tiempo callado y mirando a la nada, como ignorando a Enid, dios, ¿Qué me pasaba ese día? necesitaba un bofetón, o dos, o tres....

Sacudí la cabeza suavemente, dejando que los mechones ondulados de mi cabello cayeran grácilmente sobre mi frente, dándome un aspecto más juvenil si cabe.
-Perdón por este repentino ''empanamiento'', a veces me quedo pensando y me olvido de dónde estoy o qué hago, perdona-dije llevándome una mano a la cabeza y haciéndola jugar con mi pelo, mientras sonreía, mostrando una hilera de dientes blancos y perfectos.
Escuché su consejo sobre la herida, no, no se infectaría, en cuánto llegara a...¿casa? me la curaría con lo que encontrara y puf, un problema menos.

Escuhcé atentamente lo que vino después, su explicación de por qué estaba aquí, la verdad, parecía sincera, aunque era un poco raro, venir de acampada, sola, cuándo en esta época el peligro acecha en cada rincón, bueno, quizás hasta había sido su día de suerte al encontrarse conmigo, llega a encontrarse al escuadrón de ataque y dios sabe lo que le habría pasado.
Dios.....Dios no existe, quedó demostrado en el ''fin'' del mundo.
Sonreí al escuchar su propuesta de una acampada juntos, si hubiera sido otra persona, cualquiera, habría pensado en que era una indirecta muy directa, pero, al tratarse de Enid y saber, a la media hora más o menos, lo inocente que es me lo tomé como una salida de...amigos, dios, yo, amigo de una humana, nunca me lo había plantado, si que me había relacionado ya con humanos, de todas las formas posibles, pero......amigos, bueno, si Lilith se entera me decapita, pero bueno, como no se iba a enterar.
-Claro, gustosamente iría contigo de acampada-sonreí y la miré, serio-Enid, espero que no te haya molestado lo de antes, o sea, lo de la herida, tampoco es tanto, solo una tontería, no lo he dicho por desconfiar, ni mucho menos, tu eres una humana, yo también, nos tenemos que llevar bien ¿no?-dios, si había u premio mundial al teatro y la mentira, ahí estaba yo, como candidato principal, y, posiblemente, ganador.

FDR: después de años luz, te contesto xDD, me vino la inspiración de repente