Viejos, viejos recuerdos (Thomas) [CERRADO]
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Viejos, viejos recuerdos (Thomas) [CERRADO]
El frío del invierno empezaba a calarme en los huesos, haciendo que me dolieran las piernas demasiado como para poder andar un par de metros más. Estaba cansado de ir a lugares y no hacer nada, solo mirar. Era aburrido y hacía semanas que no veía a ningún humano que no fuera al capullo de Dylan, por lo que no tenía nada con lo que poder jugar. Además, mi abrigo estaba un poco pasado y no abrigaba tanto como tendría que abrigar. Estaba cansado, muy cansado, por lo que me senté en una especie de fuente a la que le faltaban los tres cuartos de ella. Lo que el tiempo había llegado a hacer con aquel lugar, con lo hermoso que era antes.
Aquel coche seguía allí, frente a aquel edificio. A mi mente vinieron las imágenes de aquel día, cuando... no quería recordarlo, simplemente era algo demasiado doloroso para mí. Tenía que seguir los consejos que me daba Lilith y tenía que ser fuerte, aprender a olvidar y empezar a luchar por lo que se supone que era mi vida. Había visto morir a un mundo entero en aquellos dos años y había perdido a personas que realmente eran importantes para mí. Y ya me había cansado de quedarme sentado sin reaccionar. Asesinar humanos molaba.
Me abracé las piernas con las manos y empecé a tararear una vieja canción de amor, aunque yo siempre había pensado que era de despecho, no sé decir la razón. Pero era hermosa, eso no se podía negar, además de relajante. Era la canción perfecta que me había sabido calmar en los momentos más duros. Ya se sabe, la música amansa a las fieras y yo, cuando realmente me salgo de mis casillas preestablecidas, soy lo último que podrías llegar a ver en tu vida. No muchas personas han salido con vida si yo estaba en ese estado. Hasta yo mismo me daba miedo, pero había una pequeña parte de mí que disfrutaba.
Aquel coche seguía allí, frente a aquel edificio. A mi mente vinieron las imágenes de aquel día, cuando... no quería recordarlo, simplemente era algo demasiado doloroso para mí. Tenía que seguir los consejos que me daba Lilith y tenía que ser fuerte, aprender a olvidar y empezar a luchar por lo que se supone que era mi vida. Había visto morir a un mundo entero en aquellos dos años y había perdido a personas que realmente eran importantes para mí. Y ya me había cansado de quedarme sentado sin reaccionar. Asesinar humanos molaba.
Me abracé las piernas con las manos y empecé a tararear una vieja canción de amor, aunque yo siempre había pensado que era de despecho, no sé decir la razón. Pero era hermosa, eso no se podía negar, además de relajante. Era la canción perfecta que me había sabido calmar en los momentos más duros. Ya se sabe, la música amansa a las fieras y yo, cuando realmente me salgo de mis casillas preestablecidas, soy lo último que podrías llegar a ver en tu vida. No muchas personas han salido con vida si yo estaba en ese estado. Hasta yo mismo me daba miedo, pero había una pequeña parte de mí que disfrutaba.
Zero HalliwellMiembro de Ragnarök - Cantidad de envíos : 56
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Re: Viejos, viejos recuerdos (Thomas) [CERRADO]
Ruinas...qué desolado que estaba este lugar.Muy pocas cosas se conservaban mínimamente para incluso reconocer qué diablos eran.El triste paisaje y el tiempo invernal hacía de este momento hacía un momento muy melancólico, sumándole a eso a que estaba empezando a nevar lentamente, pero no me preocupaba demasiado eso.Caminaba yo, sumergido en los recuerdos más hondos de mi corazón, al menos, no eran todos tristes, sólo el momento en el que me separaron de mis padres, además de eso, empecé a pensar lentamente donde quedaron esos amigos que hizo en las naves, hace mucho tiempo que no los veo; un recuerdo vino a mi cabeza, William, esa persona a la que le pedía tantos consejos, esa persona que me ayudó tanto en mi vida...me gustaría poder encontrarla de nuevo, y ver que fue de él.
Necesitaba poner mi reproductor MP3, cuantos años tendrá ya ese viejo cacharro, aún seguía funcionando después de tanto tiempo.Escuchar música ayuda a abrir mi mente y perfeccionar mi forma de pensar, sólo algo tan majestuoso como la música podría hacer semejante cosa.Caminé hasta situarme bajo un bonito árbol que me protegía medianamente de la nieve que estaba empezando a caer, en ese momento me disponía a descansar, puesto a que estuve toda la mañana corriendo por la ciudad para hacer un poco de deporte.Me animé a coger un poco de comida de mi mochila, suerte que al menos tenía una manzana, empecé a comer enseguida.
Después de terminar mi pequeña merienda, cerré los ojos para ver si podía conciliar el sueño un rato, estaba rendido.Por desgracia, el frío no me dejó hacerlo.Desconecté mi MP3 para irme, pero esta vez me percaté de una figura posada sobre una fuente en fatal estado.Como me cogía de camino, decidí pasarme no muy lejos de aquella fuente.Cuando estaba a pocos metros de la figura distinguí a un chico de pelo muy oscuro, y una altura normal.Decidí saludarle y la verdad, no sabía si me daría conversación alguna.Pero tenía todo el tiempo del mundo para gastarlo.
-Buenas.-Saludé formalmente.
Necesitaba poner mi reproductor MP3, cuantos años tendrá ya ese viejo cacharro, aún seguía funcionando después de tanto tiempo.Escuchar música ayuda a abrir mi mente y perfeccionar mi forma de pensar, sólo algo tan majestuoso como la música podría hacer semejante cosa.Caminé hasta situarme bajo un bonito árbol que me protegía medianamente de la nieve que estaba empezando a caer, en ese momento me disponía a descansar, puesto a que estuve toda la mañana corriendo por la ciudad para hacer un poco de deporte.Me animé a coger un poco de comida de mi mochila, suerte que al menos tenía una manzana, empecé a comer enseguida.
Después de terminar mi pequeña merienda, cerré los ojos para ver si podía conciliar el sueño un rato, estaba rendido.Por desgracia, el frío no me dejó hacerlo.Desconecté mi MP3 para irme, pero esta vez me percaté de una figura posada sobre una fuente en fatal estado.Como me cogía de camino, decidí pasarme no muy lejos de aquella fuente.Cuando estaba a pocos metros de la figura distinguí a un chico de pelo muy oscuro, y una altura normal.Decidí saludarle y la verdad, no sabía si me daría conversación alguna.Pero tenía todo el tiempo del mundo para gastarlo.
-Buenas.-Saludé formalmente.
Thomas SmithIntegrante de Eirene - Cantidad de envíos : 39
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Re: Viejos, viejos recuerdos (Thomas) [CERRADO]
Lo había interceptado hacía minutos, pero no lo había atacado. Permanecí cuál estatua en aquella mísera fuente, sin hacer un solo ruido, mirando y calculando cada uno de los movimientos que podía llegar a hacer aquel pequeño y estúpido humano. Con una sonrisa fría y maquiavélica, empecé a pensar todas y cada una de las maneras en la que podía acabar con su vida de la manera más lenta y dolorosa posible. Me había cansado de electrocutar a las personas y me apetecía hacer algo realmente divertido. Puede que hasta llegara a arrancarle algún miembro, solo para poder escucharlo gritar y suplicar por aquella miserable vida que le había tocado vivir. Todos hacían lo mismo.
¿Desde cuándo me había vuelto así? ¿Desde cuándo era un temido y despiadado asesino al que le daba igual la vida humana? Puede que me hubiera sumido demasiado en la sede de Ragnarok, puede que las influencias de mis compañeros hubieran conseguido chuparme las pocas neuronas bondadosas que me quedaban. Pero yo mismo sabía que había sido otra cosa mucho más interna: Mi odio hacia la especie humana había aumentado en dos años de una manera espectacular por la simple razón de Dylan, del odio que llegaba a sentir por él. Gracias a ese odio, mi poder había cambiado y ascendido a un nivel mucho más alto. Ahora era genial, podía defenderme por mi mismo y eso era algo que siempre agradecería a Dylan: Muchas gracias, amor. Gracias a ti, ahora puedo llegar a hacerte frente.
Cuando por fin se dio cuenta de que estaba sentado en la fuente, me volvía hacia él, clavando mis ojos fríos en él. No eran azules como el cielo. Eran más bien casi trasparentes, con un pequeño y mísero reflejo azul que los hacía aún más fríos, más muertos y, por lo tanto, un poquito más cortantes. Mi sonrisa se hizo más grandes mientras observaba como los casquillos de los edificios a espaldas del humano empezaban a ascender en el aire y caían hacia donde él se encontraban. Los restos encontraron el suelo a su alrededor, formando un círculo de piedras a su alrededor e impidiendo que diera otro paso hacia mí.
Me levanté, caminando con elegancia y lentitud. Manos en los bolsillos, chaqueta abierta, cabeza alta y sonrisa lobuna. Puede que realmente fuera un día realmente divertido para mí.
-Hola, humano -mis ojos brillaron durante un momento con peligrosidad y di un paso hacia él-. ¿Nadie te dijo que estás en un sitio peligrosos para estar tú solo?
¿Desde cuándo me había vuelto así? ¿Desde cuándo era un temido y despiadado asesino al que le daba igual la vida humana? Puede que me hubiera sumido demasiado en la sede de Ragnarok, puede que las influencias de mis compañeros hubieran conseguido chuparme las pocas neuronas bondadosas que me quedaban. Pero yo mismo sabía que había sido otra cosa mucho más interna: Mi odio hacia la especie humana había aumentado en dos años de una manera espectacular por la simple razón de Dylan, del odio que llegaba a sentir por él. Gracias a ese odio, mi poder había cambiado y ascendido a un nivel mucho más alto. Ahora era genial, podía defenderme por mi mismo y eso era algo que siempre agradecería a Dylan: Muchas gracias, amor. Gracias a ti, ahora puedo llegar a hacerte frente.
Cuando por fin se dio cuenta de que estaba sentado en la fuente, me volvía hacia él, clavando mis ojos fríos en él. No eran azules como el cielo. Eran más bien casi trasparentes, con un pequeño y mísero reflejo azul que los hacía aún más fríos, más muertos y, por lo tanto, un poquito más cortantes. Mi sonrisa se hizo más grandes mientras observaba como los casquillos de los edificios a espaldas del humano empezaban a ascender en el aire y caían hacia donde él se encontraban. Los restos encontraron el suelo a su alrededor, formando un círculo de piedras a su alrededor e impidiendo que diera otro paso hacia mí.
Me levanté, caminando con elegancia y lentitud. Manos en los bolsillos, chaqueta abierta, cabeza alta y sonrisa lobuna. Puede que realmente fuera un día realmente divertido para mí.
-Hola, humano -mis ojos brillaron durante un momento con peligrosidad y di un paso hacia él-. ¿Nadie te dijo que estás en un sitio peligrosos para estar tú solo?
Zero HalliwellMiembro de Ragnarök - Cantidad de envíos : 56
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Re: Viejos, viejos recuerdos (Thomas) [CERRADO]
Desconecté el reproductor MP3 para poder oír aquel chico, que se disponía a hablarme.Lo metí en la mochila, para mi sorpresa varios restos de edificios se situaron a mi alrededor paralizando mi movilidad.Él se posaba en aquella ''fuente'', después de saludarle, se acercó a mí, dio un paso más al frente y me devolvió el saludo.Sus ojos eran de un color inusual, y su pelo, extremadamente negro.Noté una sonrisa un tanto peculiar.A continuación me llamó humano, aunque eso no me importó en absoluto.Esta escena me recordaba a una de las muchas discusiones que he tenido con humanos y no humanos.Esa forma de acercarse, hablarme, esa forma de expresión corporal, delatan a uno.Actué tal y como soy, ni el mundo ni yo necesitamos más discusiones y enfrentamientos absurdos e inútiles, no sirven de nada.
-Sí, me lo repiten constantemente, aunque no voy solo, voy con mi amiga la música, es maravillosa.-Dije con un tono sensato y serio.-¿Te gusta la música?.-Le pregunté.
En ese momento noté una corriente de aire frío que me caló hasta los huesos.Abrí mi mochila y me puse una chaqueta que tiene más de diez años, me trae muy buenos recuerdos.En ese mismo instante me percaté de que el chico, tenía una chaqueta en penoso estado, le ofrecí la chaqueta que me acababa de poner, exponiendo mi amabilidad.-¿Quieres mi chaqueta?.-Hace frío y la tuya no abriga demasiado, no me molesta prestártela, puedes devolvérmela cuando quieras.-Dije sin más rodeos.-Tengo también algo de comida, si quieres no dudes en pedírmela.-Ofrecí con desde la parte más sincera de mi corazón.
Miré y analicé la forma más sencilla de apartar esos restos de ruinas.Vi claramente una pieza maestra, apartándola conseguiría liberarme de ella, acarreando a las demás, y, por lo tanto, recuperar mi completa movilidad.Sin más demora, aparté esa pieza y tal y como pensé, conseguí deshacer ese peculiar montón de restos que me habían hecho perder mi capacidad de movimiento.
-Sí, me lo repiten constantemente, aunque no voy solo, voy con mi amiga la música, es maravillosa.-Dije con un tono sensato y serio.-¿Te gusta la música?.-Le pregunté.
En ese momento noté una corriente de aire frío que me caló hasta los huesos.Abrí mi mochila y me puse una chaqueta que tiene más de diez años, me trae muy buenos recuerdos.En ese mismo instante me percaté de que el chico, tenía una chaqueta en penoso estado, le ofrecí la chaqueta que me acababa de poner, exponiendo mi amabilidad.-¿Quieres mi chaqueta?.-Hace frío y la tuya no abriga demasiado, no me molesta prestártela, puedes devolvérmela cuando quieras.-Dije sin más rodeos.-Tengo también algo de comida, si quieres no dudes en pedírmela.-Ofrecí con desde la parte más sincera de mi corazón.
Miré y analicé la forma más sencilla de apartar esos restos de ruinas.Vi claramente una pieza maestra, apartándola conseguiría liberarme de ella, acarreando a las demás, y, por lo tanto, recuperar mi completa movilidad.Sin más demora, aparté esa pieza y tal y como pensé, conseguí deshacer ese peculiar montón de restos que me habían hecho perder mi capacidad de movimiento.
Thomas SmithIntegrante de Eirene - Cantidad de envíos : 39
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Re: Viejos, viejos recuerdos (Thomas) [CERRADO]
Aguardé pacientemente todas y cada una de sus respuestas. Se veía que aquel humano solo tenía dos posibilidades mentales: O le faltaba un cromosoma o se hacía el tonto. Puede que fueran las dos cosas, dan más potencial para llegar a ser un completo imbécil. Suspiré y miré a mí alrededor. Había cristales, cristales con lo que podía cortarle el cuello en menos de dos segundos. Pero decidí esperar. Si era de la Organización, podría infiltrarme. Aunque lo dudaba, podría llegar hasta la sede principal y llevar noticias a los de Ragnarök para poder dar el punto y final a aquellos estúpidos seres que se hacían llamar personas. Pero era evidente que si fuera de la Organización ya estaríamos luchando a muerte. Y es obvio que él ya estaría muerto bajo mis pies. Dios, me adoraba cuando me convertía en un verdadero hijo de puta, me hacía sentirme superior. ¿Qué narices? Era superior.
-Otra mariconada como lo que acabas de soltar sobre la música y te vomito encima –arrugué la nariz y saqué las manos de los bolsillos.
No contesté a ninguna de las proposiciones sobre comida o abrigo, no las necesitaba. Mucho menos de un humano. Y me estaba empezando a cansar aquella charla que estaba manteniendo con aquel pequeño experimento de la naturaleza. Con un giro de mano, hice estallar un cristal de una ventana para poder poner un trozo de su superficie sobre su cuello, sin cortar. Solté una pequeña carcajada y lo mantuve ahí. ¿Actuaría? ¿Se movería? Quería ver lo que iba a hacer con mi ofensa.
-¿De verdad no te das cuenta de qué va esto? –un nuevo paso, hacia él-. Yo soy el cazador, tú eres la presa. Ergo, tú eres la escoria que debe de morir. Identifícate, humano.
Mis ojos volvieron a adquirir un todo peligroso. En la quietud de la ruinas, la nieve caía con lentitud y se posaba sobre mi negro y reluciente pelo. La brisa invernal movía mis cabellos con lentitud y balanceaba mi chaqueta. La ciudad entera estaba en silencio y solo se podía escuchar el silbido del viento entre las grietas de los muertos edificios. Se respiraba oscuridad, miedo y desolación por todo aquel sitio. Un ambiente tétrico, pero bello al mismo tiempo para los ojos que habían visto morir a la ciudad y a todos ellos que había entrado en ella. Una trampa mortal de la que no muchos solían salir vivos.
-Otra mariconada como lo que acabas de soltar sobre la música y te vomito encima –arrugué la nariz y saqué las manos de los bolsillos.
No contesté a ninguna de las proposiciones sobre comida o abrigo, no las necesitaba. Mucho menos de un humano. Y me estaba empezando a cansar aquella charla que estaba manteniendo con aquel pequeño experimento de la naturaleza. Con un giro de mano, hice estallar un cristal de una ventana para poder poner un trozo de su superficie sobre su cuello, sin cortar. Solté una pequeña carcajada y lo mantuve ahí. ¿Actuaría? ¿Se movería? Quería ver lo que iba a hacer con mi ofensa.
-¿De verdad no te das cuenta de qué va esto? –un nuevo paso, hacia él-. Yo soy el cazador, tú eres la presa. Ergo, tú eres la escoria que debe de morir. Identifícate, humano.
Mis ojos volvieron a adquirir un todo peligroso. En la quietud de la ruinas, la nieve caía con lentitud y se posaba sobre mi negro y reluciente pelo. La brisa invernal movía mis cabellos con lentitud y balanceaba mi chaqueta. La ciudad entera estaba en silencio y solo se podía escuchar el silbido del viento entre las grietas de los muertos edificios. Se respiraba oscuridad, miedo y desolación por todo aquel sitio. Un ambiente tétrico, pero bello al mismo tiempo para los ojos que habían visto morir a la ciudad y a todos ellos que había entrado en ella. Una trampa mortal de la que no muchos solían salir vivos.
Zero HalliwellMiembro de Ragnarök - Cantidad de envíos : 56
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Re: Viejos, viejos recuerdos (Thomas) [CERRADO]
Aquel chico no se andó con rodeos, veía su actitud, su forma de hablarme, sin lugar a dudas, otro de los inútiles enfrentamientos que suceden a diario.En fin, le haré ver lo que pienso, y lo que haré.Su comportamiento es absurdo, inútil, incoherente e irrelevante.¿Quería matarme con ese cristal? Adelante, no cambiará la situación actual entre los humanos y mutantes, es más, logrará empeorarla, y ese no es mi objetivo.Cambié totalmente mi expresión facial y mi forma de hablar en ese momento, no me andaría con preámbulos.
-¿Mariconada? La música es lo poco que hace mover el jodido núcleo que hay en el mundo en este momento.Es muy importante para mí, y para ti seguro que también, vamos, se te oía tararear desde el árbol.-Dije, seriamente.El hecho de que no contestara a mis ofrecimientos sin duda quería decir que al mutante no le gustaban los humanos.Por lo tanto pertenecía a Ragnarök.¿No se da cuenta de que no busco peleas?¿No se da cuenta de que sólo quiero vivir mi vida en paz?.Si quiere lograr la paz, lo primero que se debe hacer es abstenerse de enfrentamientos carentes de motivo alguno.
-¿Crees que no sabía que pasaría ésto?, vamos, se predice a kilómetros, la razón, si hubiera pasado de largo, no podría tratar de ayudarte.Tranquilo, ¿De verdad crees necesario ésto?.-Pregunté intentando hacer entrar en razón a aquel chico.Le dije lo que quería saber.-Soy Thomas Smith, tengo 23 años, no pertenezco a ningún bando.-.-¿Crees coherente tu actitud hacia a mi? Nadie merece morir.-Respondí al chico.-Si me matas, ¿Qué conseguirás? ¿Un humano menos? ¿Y cientos enfurecidos por la patética pérdida de uno? Y después, ¿Qué? , más y más enfrentamientos entre humanos y mutantes porque intentan tener la razón, y entramos en un bucle infinito.Acabarás con una de las pocas personas que tiene una mentalidad lo suficientemente abierta como para evitar enfrentamientos tan idiotas como éste.-Dije, expresando todo lo que sentía.-Puedes ver mi mochila y registrarme, no tengo ningún tipo de arma, voy desarmado.Le dije como prueba de sensatez ante lo que acababa de decir.
El cielo se volvió oscuro, había nubes, empezó a nevar más fuerte.Qué momento tan triste y a la vez penoso.
-¿Mariconada? La música es lo poco que hace mover el jodido núcleo que hay en el mundo en este momento.Es muy importante para mí, y para ti seguro que también, vamos, se te oía tararear desde el árbol.-Dije, seriamente.El hecho de que no contestara a mis ofrecimientos sin duda quería decir que al mutante no le gustaban los humanos.Por lo tanto pertenecía a Ragnarök.¿No se da cuenta de que no busco peleas?¿No se da cuenta de que sólo quiero vivir mi vida en paz?.Si quiere lograr la paz, lo primero que se debe hacer es abstenerse de enfrentamientos carentes de motivo alguno.
-¿Crees que no sabía que pasaría ésto?, vamos, se predice a kilómetros, la razón, si hubiera pasado de largo, no podría tratar de ayudarte.Tranquilo, ¿De verdad crees necesario ésto?.-Pregunté intentando hacer entrar en razón a aquel chico.Le dije lo que quería saber.-Soy Thomas Smith, tengo 23 años, no pertenezco a ningún bando.-.-¿Crees coherente tu actitud hacia a mi? Nadie merece morir.-Respondí al chico.-Si me matas, ¿Qué conseguirás? ¿Un humano menos? ¿Y cientos enfurecidos por la patética pérdida de uno? Y después, ¿Qué? , más y más enfrentamientos entre humanos y mutantes porque intentan tener la razón, y entramos en un bucle infinito.Acabarás con una de las pocas personas que tiene una mentalidad lo suficientemente abierta como para evitar enfrentamientos tan idiotas como éste.-Dije, expresando todo lo que sentía.-Puedes ver mi mochila y registrarme, no tengo ningún tipo de arma, voy desarmado.Le dije como prueba de sensatez ante lo que acababa de decir.
El cielo se volvió oscuro, había nubes, empezó a nevar más fuerte.Qué momento tan triste y a la vez penoso.
Thomas SmithIntegrante de Eirene - Cantidad de envíos : 39
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Re: Viejos, viejos recuerdos (Thomas) [CERRADO]
Escuché todas y cada una de sus palabras sin prestar demasiada atención, pero haciendo como si de verdad fuera la luz de mi vida, lo que realmente me sacara de toda aquella mierda en la que todos nos habíamos envuelto. Tan solo apariencia. Permanecí tranquilo, aunque en mi mente ya lo había matado cinco veces de cinco formas diferentes, a cada cual más lenta y apetecible. Me mordí el labio inferior, intentando no interrumpirle con una de mis carcajadas en medio de toda aquella explicación que me estaba dando. Era gracioso verlo hablar, era como si realmente fuera un padre o profesor que intenta que sus jóvenes hijos o alumnos hagan los deberes. Y además, parecía auto convencerse. Pero, ¿de qué? Era molesto, bastante, pero no bajé la guardia y el cristal continuó en la piel de su cuello amenazando su vida con cada segundo que corría por el reloj.
Hubo un silencio cuando terminó de hablar. Pensé que se había quedado sin aire y que, por fin, caería redondo al suelo por culpa de un lapsus cerebral. ¡Pero qué veían mis ojos! Seguía de pie, vivo. Y además respiraba. Aquellos humanos estaban aprendiendo a tomar las riendas de su propio cuerpo. Un discurso realmente bonito, además de empalagoso. Ahora sí que tenía ganas de vomitar hasta la primera papilla en sus zapatos. Me tragué mi propia bilis y continué mirándolo a lo ojos en aquel silencio roto por el viento y nuestras respiraciones. Oh, claro, ahora es cuando me estaba dando el turno de palabra. Tsé, se me había pasado aquello.
Dejé que el cristal cayera al suelo y me metí las manos de nuevo en los bolsillos. Después de tres segundos, comencé a reírme a carcajadas de todo lo que había podido soltar por aquella boca. Se asemejaba a un predicador se capa caída. Las lágrimas de los ojos se me saltaron en un par de ocasiones y estuve más de dos minutos seguidos riendo. Las mejillas me dolían de estirar tanto la cara y mi diafragma estaba a punto de reventarme en el interior del cuerpo a causa del espectáculo que me había ofrecido en cerocoma. Había sido divertido, muy divertido.
Vale, ya había conseguido serenarme. Era inofensivo, como un cachorrito perdido en una jungla. Pero por más inofensivo que fuera, seguía siendo una presa fácil para todas las fieras que había a su alrededor: Carne fresca. Comencé a andar hasta la fuente y me subí con ella, comenzando a dar pequeños saltos entre cascote y cascote, con un equilibrio propio de los felinos. Me giré de nuevo hacia él y los cascotes que antes había soltado empezaron a temblar de nuevo, con violencia. Salté de la fuente y empecé a caminar hacia él, con una macabra sonrisa en los labios.
-Deja de lloriquearme, humano. ¿Crees que me importa que puedas llegar a ser adivino y que hayas predecidlo todo esto? Muy bonito todo lo que has dicho –el tono de mi voz empezó a ser cada vez más seco y duro-. Thomas Smith –repetí su nombre, arrastrando cada sílaba-. Si fueras un poco inteligente no me lo habrías dicho. Ahora te tengo localizado y puedo hacer de tu vida un verdadero infierno. De la tuya y de las personas que están a tu lado. Has dado el peor paso de tu vida, pequeño Tom –me paré a unos metros de él mientras las rocas seguían temblando y amenazando su vida-. ¿Necesario matarte? No, realmente no. Pero es ley de vida. Verás, en la cadena de los alimentos, los gatos cazan ratones. Creo que ya sabemos quién es quién, ¿verdad, Thomas? A mí me da igual que mueras o que no mueras, esta guerra va a seguir aquí después de que te vayas de este mundo. Pero, ¿sabes? Es divertido ver correr la sangre por el suelo y sentir los gritos sofocantes de una persona bajo tus pies. Alimenta el odio y la venganza, nada buenos en estos tiempos pero, ¿qué más da? No hay buenos y malos, Thomas. Solo hay cazadores y cazados. Veo en tus ojos buenas intenciones, pero eso a mí no me importa, oh, dios, claro que no. Ni tú, ni un millón como los tuyos, podréis parar esto, por más Calcutas que seáis –miré su mochila-. No voy a registrarte, eres inofensivo.
Me volví a alejar de él con paso firme para volver a sentarme en la fuente. No quería acabar con él tan pronto, el juego se me terminaría. Las rocas dejaron de moverse y todo volvió a quedarse en silencio.
Hubo un silencio cuando terminó de hablar. Pensé que se había quedado sin aire y que, por fin, caería redondo al suelo por culpa de un lapsus cerebral. ¡Pero qué veían mis ojos! Seguía de pie, vivo. Y además respiraba. Aquellos humanos estaban aprendiendo a tomar las riendas de su propio cuerpo. Un discurso realmente bonito, además de empalagoso. Ahora sí que tenía ganas de vomitar hasta la primera papilla en sus zapatos. Me tragué mi propia bilis y continué mirándolo a lo ojos en aquel silencio roto por el viento y nuestras respiraciones. Oh, claro, ahora es cuando me estaba dando el turno de palabra. Tsé, se me había pasado aquello.
Dejé que el cristal cayera al suelo y me metí las manos de nuevo en los bolsillos. Después de tres segundos, comencé a reírme a carcajadas de todo lo que había podido soltar por aquella boca. Se asemejaba a un predicador se capa caída. Las lágrimas de los ojos se me saltaron en un par de ocasiones y estuve más de dos minutos seguidos riendo. Las mejillas me dolían de estirar tanto la cara y mi diafragma estaba a punto de reventarme en el interior del cuerpo a causa del espectáculo que me había ofrecido en cerocoma. Había sido divertido, muy divertido.
Vale, ya había conseguido serenarme. Era inofensivo, como un cachorrito perdido en una jungla. Pero por más inofensivo que fuera, seguía siendo una presa fácil para todas las fieras que había a su alrededor: Carne fresca. Comencé a andar hasta la fuente y me subí con ella, comenzando a dar pequeños saltos entre cascote y cascote, con un equilibrio propio de los felinos. Me giré de nuevo hacia él y los cascotes que antes había soltado empezaron a temblar de nuevo, con violencia. Salté de la fuente y empecé a caminar hacia él, con una macabra sonrisa en los labios.
-Deja de lloriquearme, humano. ¿Crees que me importa que puedas llegar a ser adivino y que hayas predecidlo todo esto? Muy bonito todo lo que has dicho –el tono de mi voz empezó a ser cada vez más seco y duro-. Thomas Smith –repetí su nombre, arrastrando cada sílaba-. Si fueras un poco inteligente no me lo habrías dicho. Ahora te tengo localizado y puedo hacer de tu vida un verdadero infierno. De la tuya y de las personas que están a tu lado. Has dado el peor paso de tu vida, pequeño Tom –me paré a unos metros de él mientras las rocas seguían temblando y amenazando su vida-. ¿Necesario matarte? No, realmente no. Pero es ley de vida. Verás, en la cadena de los alimentos, los gatos cazan ratones. Creo que ya sabemos quién es quién, ¿verdad, Thomas? A mí me da igual que mueras o que no mueras, esta guerra va a seguir aquí después de que te vayas de este mundo. Pero, ¿sabes? Es divertido ver correr la sangre por el suelo y sentir los gritos sofocantes de una persona bajo tus pies. Alimenta el odio y la venganza, nada buenos en estos tiempos pero, ¿qué más da? No hay buenos y malos, Thomas. Solo hay cazadores y cazados. Veo en tus ojos buenas intenciones, pero eso a mí no me importa, oh, dios, claro que no. Ni tú, ni un millón como los tuyos, podréis parar esto, por más Calcutas que seáis –miré su mochila-. No voy a registrarte, eres inofensivo.
Me volví a alejar de él con paso firme para volver a sentarme en la fuente. No quería acabar con él tan pronto, el juego se me terminaría. Las rocas dejaron de moverse y todo volvió a quedarse en silencio.
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Re: Viejos, viejos recuerdos (Thomas) [CERRADO]
Me escuchó hasta que terminé mi pequeño discurso, no con demasiada atención, pero no pasaba nada.Mi primer objetivo se cumplió, logré que me dejara de amenazar con el cristal.Sé que aunque no me prestó atención, mis palabras habrían entrado en él, no se cuan hondo, pero eso es lo de menos.Logré que un miembro de Ragnarök me asesinara.Me acordé de William y su discurso nocturno de cada día, aseguro que él con su agilidad mental habría convencido al chico para que se diese media vuelta, y no volviera a pensar de la misma manera nunca más.Ojalá estuviera aquí, pero es difícil, intentaré llevar esto de la mejor manera posible, en tu honor.Cambiando de tema, después de terminar mi discurso, empezó a reírse.En ese momento pensé que poco le importaba, pero, de ser así, habría continuado amenazándome.
-¿Quién ha lloriqueado?-Pregunté retóricamente.-Yo sólo he expresado lo que pienso.-Dije rápidamente, y a continuación, le conteste:-Si fuera inteligente ni me habría acercado a ti, ni se me habría ocurrido pasar por aquí debido a las constantes advertencias humanas, pero...¿De qué me sirve? No quiero ser una oveja más del rebaño, y tener que hacer todo lo que los demás hacen, a parte, mi intención es ayudarte, a ti y a todos.Todo el mundo lo pasa mal, unos más y otros menos, pero no veo el por qué de vivir con una existencia efímera y amargada.-Expresé con total sinceridad.-¿Un infierno?¿Personas a mi lado? Yo no tengo eso y culpo a los estúpidos enfrentamientos entre humanos y mutantes.-Volví a recalcar, ese ridículo acto ha hecho mucho daño a este mundo.-A pesar de eso, buena suerte, no conseguirás nada, puedo presumir de un optimismo descomunal.-Dije con total seguridad en mi mismo.
-Vamos, sabemos que no es verdad.Si te diera igual que me muriese, no me habrías dejado de amenazar con aquel cristal.Verás, veo un acto vergonzoso amenazar a un humano cuyas intenciones son positivas en varios aspectos.Que odies a los humanos por lo que han hecho durante años no significa que yo lo vaya a hacer.No todos los humanos tenemos las mentes tan cerradas y pensamos solo en matar, matar y más matar.Mis intenciones van mas allá de eso, están por encima.Puedes matarme, nadie me va a echar de menos, ni yo mismo.He ayudado a mucha gente, esa gente me lo agradece, pero no se por qué, este mundo está muy jodido, y lo peor que se puede hacer es rechazar ayuda, venga de quien venga.-Dije, sin apenas pausas; no había tiempo para memeces, quiero hacerle ver al chico este cuales son mis intenciones.
-No intento parar esta guerra, sólo espero que con mis pensamientos y mis consecutivas ayudas al mundo, alguien con las suficientes luces se de cuenta de que esto se puede solucionar, y la respuesta no es acabar con los que no te gustan.-Dije, respondiendo a lo que me dijo sobre lo de que no le importaba.-Adelante, puedes hacer lo que quieras conmigo, puedes ver mi sangre correr por el suelo y sentir mis gritos pidiendo clemencia, pero te aseguro de que no lo haré, adelante, no mejorará tu situación, y tampoco la del mundo.No me hacen falta armas para mejorar este mundo, no me hacen falta poderes, no necesito nada de eso.-Y terminé mi turno de palabra, no esperaba a que respondiese, es más, no se que haría, quería ver su reacción, me preparé para lo peor.
-¿Quién ha lloriqueado?-Pregunté retóricamente.-Yo sólo he expresado lo que pienso.-Dije rápidamente, y a continuación, le conteste:-Si fuera inteligente ni me habría acercado a ti, ni se me habría ocurrido pasar por aquí debido a las constantes advertencias humanas, pero...¿De qué me sirve? No quiero ser una oveja más del rebaño, y tener que hacer todo lo que los demás hacen, a parte, mi intención es ayudarte, a ti y a todos.Todo el mundo lo pasa mal, unos más y otros menos, pero no veo el por qué de vivir con una existencia efímera y amargada.-Expresé con total sinceridad.-¿Un infierno?¿Personas a mi lado? Yo no tengo eso y culpo a los estúpidos enfrentamientos entre humanos y mutantes.-Volví a recalcar, ese ridículo acto ha hecho mucho daño a este mundo.-A pesar de eso, buena suerte, no conseguirás nada, puedo presumir de un optimismo descomunal.-Dije con total seguridad en mi mismo.
-Vamos, sabemos que no es verdad.Si te diera igual que me muriese, no me habrías dejado de amenazar con aquel cristal.Verás, veo un acto vergonzoso amenazar a un humano cuyas intenciones son positivas en varios aspectos.Que odies a los humanos por lo que han hecho durante años no significa que yo lo vaya a hacer.No todos los humanos tenemos las mentes tan cerradas y pensamos solo en matar, matar y más matar.Mis intenciones van mas allá de eso, están por encima.Puedes matarme, nadie me va a echar de menos, ni yo mismo.He ayudado a mucha gente, esa gente me lo agradece, pero no se por qué, este mundo está muy jodido, y lo peor que se puede hacer es rechazar ayuda, venga de quien venga.-Dije, sin apenas pausas; no había tiempo para memeces, quiero hacerle ver al chico este cuales son mis intenciones.
-No intento parar esta guerra, sólo espero que con mis pensamientos y mis consecutivas ayudas al mundo, alguien con las suficientes luces se de cuenta de que esto se puede solucionar, y la respuesta no es acabar con los que no te gustan.-Dije, respondiendo a lo que me dijo sobre lo de que no le importaba.-Adelante, puedes hacer lo que quieras conmigo, puedes ver mi sangre correr por el suelo y sentir mis gritos pidiendo clemencia, pero te aseguro de que no lo haré, adelante, no mejorará tu situación, y tampoco la del mundo.No me hacen falta armas para mejorar este mundo, no me hacen falta poderes, no necesito nada de eso.-Y terminé mi turno de palabra, no esperaba a que respondiese, es más, no se que haría, quería ver su reacción, me preparé para lo peor.
Thomas SmithIntegrante de Eirene - Cantidad de envíos : 39
Fecha de inscripción : 09/12/2010
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Edad: 23
Nivel/Poder:
Resistencia mental:
(3/10)
Re: Viejos, viejos recuerdos (Thomas) [CERRADO]
{Las siguientes acciones han sido autorizadas por Thomas Smith}
Y, de nuevo, comenzó a hablar. ¿No se daba cuenta de que no me estaba molestando en escuchar ni una sola palabra que estaba diciendo? Y con cada sílaba, la rabia que había contenido en mi interior empezaba a salir por cada uno de mis poros. Las cosas que había a mi alrededor empezaron a moverse con violencia, a causa de tal furia que había en mí. Intenté cerrar los ojos y no dejarme llevar por las emociones, pero Thomas me estaba sacando realmente de mis casillas y ya no podía soportarlo más. Gruñí por lo bajo y lo poco que quedaba de la fuente estalló en mil pedazos cuando él pareció haber terminado de hablar. Esperé a que todos los casquillos cayeran a mi alrededor y se sustentaran en el aire.
-Shut the fuck up, man.
Sonreí con frialdad y di dos pasos hacia él, haciendo que todo lo que había a mi alrededor, como la puerta de un coche, saliera volando hacia atrás. Eso es lo que había conseguido con su provocación: Si me quisieras matar, ya lo habrías hecho. Los humanos no entenderán las razones por las que dejamos que las ratitas jugueteen un poco por el espacio de ataque.
-¿Sabes por qué no he acabado con tu vida, humano? Por morbo. Porque da un morbo impresionante el de planear tu muerte por diez veces, el dejar que el pánico entre, el dejar que te veas completamente solo. Solo es un pequeño juego –solté una carcajada-. Solo es la calma antes de la tempestad. Y has provocado al peor de los tornados, cariño.
Levanté las manos al aire y las dirigí hacia él, haciendo que todo lo que había quedado de la fuente se dirigiera hacia él, dando de lleno en algunas partes de su cuerpo, como las piernas o el estómago. Genial, diana. Aquello iba a agotar mis fuerzas, pero estaba demasiado cansado de no poder divertirme como para dejar aquello pasar. Rompí los cristales de las ventanas de los edificios y los dirigí hacia él. Pude escuchar como sus ropas se desgarraban, al igual de la piel de sus mejillas y sus brazos. Oh, sí, ya empezaba a correr la sangre. Me relamí las manos y comencé a correr hasta él, asestándole una patada en el estómago y tirándolo al suelo, dándose con la cabeza en él. Pude la mano en su pecho y emití una de mis más potentes descargas eléctricas, observando como su cuerpo iba retorciéndose bajo el mío. No era lo suficiente como para matarlo, pero sí para dejarlo advertido.
Cogí un cristal que había a mi lado y se lo hinqué en el brazo, haciendo que sangrara un poquito más. Todo aquello había pasado a una vertiginosa rapidez. Me separé de él y me limpié su sangre en mis pantalones.
-Aprende a que no debes provocar a un mutante. Es solo un aviso. La próxima vez que te cruces conmigo, mueres.
Me di la vuelta y empecé a salir de la ciudad, con una enorme sonrisa en los labios. Pero me dolía la cabeza. Había gastado bastante poder. Cerré los ojos un momento. Tenía que llegar a un lugar seguro antes de desplomarme.
Salí de las ruinas.
Y, de nuevo, comenzó a hablar. ¿No se daba cuenta de que no me estaba molestando en escuchar ni una sola palabra que estaba diciendo? Y con cada sílaba, la rabia que había contenido en mi interior empezaba a salir por cada uno de mis poros. Las cosas que había a mi alrededor empezaron a moverse con violencia, a causa de tal furia que había en mí. Intenté cerrar los ojos y no dejarme llevar por las emociones, pero Thomas me estaba sacando realmente de mis casillas y ya no podía soportarlo más. Gruñí por lo bajo y lo poco que quedaba de la fuente estalló en mil pedazos cuando él pareció haber terminado de hablar. Esperé a que todos los casquillos cayeran a mi alrededor y se sustentaran en el aire.
-Shut the fuck up, man.
Sonreí con frialdad y di dos pasos hacia él, haciendo que todo lo que había a mi alrededor, como la puerta de un coche, saliera volando hacia atrás. Eso es lo que había conseguido con su provocación: Si me quisieras matar, ya lo habrías hecho. Los humanos no entenderán las razones por las que dejamos que las ratitas jugueteen un poco por el espacio de ataque.
-¿Sabes por qué no he acabado con tu vida, humano? Por morbo. Porque da un morbo impresionante el de planear tu muerte por diez veces, el dejar que el pánico entre, el dejar que te veas completamente solo. Solo es un pequeño juego –solté una carcajada-. Solo es la calma antes de la tempestad. Y has provocado al peor de los tornados, cariño.
Levanté las manos al aire y las dirigí hacia él, haciendo que todo lo que había quedado de la fuente se dirigiera hacia él, dando de lleno en algunas partes de su cuerpo, como las piernas o el estómago. Genial, diana. Aquello iba a agotar mis fuerzas, pero estaba demasiado cansado de no poder divertirme como para dejar aquello pasar. Rompí los cristales de las ventanas de los edificios y los dirigí hacia él. Pude escuchar como sus ropas se desgarraban, al igual de la piel de sus mejillas y sus brazos. Oh, sí, ya empezaba a correr la sangre. Me relamí las manos y comencé a correr hasta él, asestándole una patada en el estómago y tirándolo al suelo, dándose con la cabeza en él. Pude la mano en su pecho y emití una de mis más potentes descargas eléctricas, observando como su cuerpo iba retorciéndose bajo el mío. No era lo suficiente como para matarlo, pero sí para dejarlo advertido.
Cogí un cristal que había a mi lado y se lo hinqué en el brazo, haciendo que sangrara un poquito más. Todo aquello había pasado a una vertiginosa rapidez. Me separé de él y me limpié su sangre en mis pantalones.
-Aprende a que no debes provocar a un mutante. Es solo un aviso. La próxima vez que te cruces conmigo, mueres.
Me di la vuelta y empecé a salir de la ciudad, con una enorme sonrisa en los labios. Pero me dolía la cabeza. Había gastado bastante poder. Cerré los ojos un momento. Tenía que llegar a un lugar seguro antes de desplomarme.
Salí de las ruinas.
Zero HalliwellMiembro de Ragnarök - Cantidad de envíos : 56
Fecha de inscripción : 10/12/2010
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(7/10)
Re: Viejos, viejos recuerdos (Thomas) [CERRADO]
Justo cuando terminé de decir mis ultimas palabras, noté que el chico estalló, mis palabras le enfadaron, tanto o más que me hirió de gravedad, aunque no consiguió mi muerte, noté como cada uno de los cristales y/o restos golpeaban en mi cuerpo y penetraban en mi piel.Es el riesgo que corrí en aquel entonces para intentar cambiar la personalidad tan uniforme y predecible que tenía este muchacho.Lo que pasó en las ruinas, el inmenso dolor que sufrí no cambió en lo absoluto mi forma de pensar, seguí intentando ayudar a todo aquel que lo necesitaba.Este chico no iba a conseguir pararme, ni él, ni nadie, me quedan muchas cosas por hacer aún, y la muerte no está entre ellas.Sabía que no podría matarme, sabía que mis palabras habían entrado en su cerebro y las recordará durante bastante tiempo.
-Adelante, voy a presenciar como el peor de los tornados va a hacer lo que era de esperar del típico chico enfurecido por la conducta que humanos insolentes hicieron.-Dije segundos antes de que el chico iniciase su ofensiva.Después de su ataque hacia a mi, dolorido y sangriento, me arrastré y me apoyé en un coche.Segundos después me arranqué los cristales y los restos que quedaron clavados en mi piel.El mundo está muy afectado por esta maldita guerra, y nadie pone remedio, eso debe cambiar, alguien lo debe cambiar, y se que no soy el único que lo intenta.Pronuncié unas palabras cuando el chico emprendió su salida:
-Has hecho lo más cobarde y absurdo que podrías haber hecho, herir a alguien que te abrió las puertas de su corazón e intentó ayudarte, algún día lo comprenderás, aun así, juro que no me rendiré, se que mi esfuerzo en conjunto al de otras personas como yo afectará en mayor o menor grado a este mundo, pero afectará, esto va por ti, William.Finalmente, poco a poco fui avanzando como pude hasta que salí de las ruinas.Fue hora de buscar a alguien que viniese en mi ayuda.
-Adelante, voy a presenciar como el peor de los tornados va a hacer lo que era de esperar del típico chico enfurecido por la conducta que humanos insolentes hicieron.-Dije segundos antes de que el chico iniciase su ofensiva.Después de su ataque hacia a mi, dolorido y sangriento, me arrastré y me apoyé en un coche.Segundos después me arranqué los cristales y los restos que quedaron clavados en mi piel.El mundo está muy afectado por esta maldita guerra, y nadie pone remedio, eso debe cambiar, alguien lo debe cambiar, y se que no soy el único que lo intenta.Pronuncié unas palabras cuando el chico emprendió su salida:
-Has hecho lo más cobarde y absurdo que podrías haber hecho, herir a alguien que te abrió las puertas de su corazón e intentó ayudarte, algún día lo comprenderás, aun así, juro que no me rendiré, se que mi esfuerzo en conjunto al de otras personas como yo afectará en mayor o menor grado a este mundo, pero afectará, esto va por ti, William.Finalmente, poco a poco fui avanzando como pude hasta que salí de las ruinas.Fue hora de buscar a alguien que viniese en mi ayuda.
Thomas SmithIntegrante de Eirene - Cantidad de envíos : 39
Fecha de inscripción : 09/12/2010
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Resistencia mental:
(3/10)
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