La oscuridad en persona hace su entrada [Libre]

Esto del apocalipsis era una autentica mierda, realmente era demasiado cansado hacer lo que querías hacer en un mundo donde apenas habían casas en pie, en un lugar donde te examinan con lupa al llegar, donde apenas hay agua y alimentos, y donde puedes dormir sin temor a que te asesine un animal o hasta una planta. Pero estaba algo motivado, los rumores de esa organización se hacían mas fuertes, ya no era un rumor, existía, y la encontraría, por ahora son necesarios.

En estos momentos el color negro intenso de mi ropa me delataba pero, tenia muchos elementos a mi favor, el primero, el sol, como estaba detrás de mi, hacia que mi sobra se alargara hasta cinco o seis metros, si habían problemas podría defenderme, no puedo generar sombras de la nada, pero si puedo manipular las cercanas, y pocas cosas pueden hacerme daño a seis metros de diámetro.

Esto se estaba poniendo feo, si, vale, los rumores decían que estaba en algún lado de este páramo desolado, alejado de la mano de Dios, pero encontrar una cuerva en este sitio era mas difícil de lo que creía, era invierno, y hacia un frió bastante agradable, tal como vestía, solía tener una agradable temperatura corporal, absorbiendo la luz como si de un néctar sagrado se tratara.

-Vale, o encuentro ese sitio ya, o juro que reventare esa zona. -dije cabreado quitándome la capucha, sin ella quizás pudiera ver algo distinto de todo el conjunto blanco del suelo nevado. -¡Menuda mierda de clima! -grite ofuscado, me estaba cabreando y como siguiera asi, mi amenaza se haría real.

Tenia un sentido de la orientación bastante curioso, si me decías todo recto, yo tomaba algún camino inconscientemente que tardara el doble, o que fuera en la dirección contraria, en algunos casos ese sexto sentido que me proporcionaba la oscuridad me ayudaba en gran medida, me guiaba y yo solo me dejaba guiar por esas señales, en este caso, con el color de la nieve brillando aun mas y con el sol incendiando el cielo, no conseguía ni por asomo despertar algo que me ayudara, el sol, apoyo como estorbo al mismo tiempo.

Suspire, el frió me calmara los ánimos, o los mantendría neutros, no se que era mejor, por ahora lo único que podía hacer era buscar algo, nombraron algo de túneles, cuevas, noreste, noroeste, los rumores no se aclaraban entre ellos, unos decían que estaban en la playa otros que en las montañas, que tenían un sistema de túneles que recorría mas de diez kilómetros, que no eran mas que fantasmas, al final y después de probar y probar solo quedaba esto y una playa situada a unos 60 kilómetros de aquí, donde se insinuaba que en los acantilados había un pasaje secreto.

No me daba cuenta de por donde iba y encontré un pequeño agujero cubierto de nieve, al pisarlo, me hundí y me comí literalmente la nieve.

Rapidamente y por el frió que recorría mi rostro me quite la capucha y me quite la nieve de la cara, y luego de la túnica, durante unos minutos me dedique a observar lo que había a mi alrededor, montaña, nieve, nieve, nieve, montaña, nieve, nieve...

Y de repente, como salida por arte de magia, una chica, y flotando sobre ella una llama, como poco curioso, un espécimen curioso, las personas los llaman Elementalistas, porque dominaban alguno de los elementos, no había tenido el placer de ver uno de cerca, curioso, muy curioso. Me acerque hasta ella, con mi rostro al descubierto, fallo mio, si algo fuera mal sabría reconocerme, pero ya era un poco tarde, mantuve las distancias, cuatro metros entre ella y yo.

-Eso mismo me pregunto, ¿que hago aquí? -pregunte sonriendo. -¿Y de donde sales tu? Hace dos segundos no había nadie aquí. -asegure. -Elementalista de fuego, por lo que veo creo que sales desde donde yo quiero entrar.

Observe las llamas que flotaban sobre el cuerpo de aquella chica, un sistema bastante eficiente, solo necesitaba oxigeno para esa reacción, por suerte no tenia que temer mucho, podría lanzar esos "pájaros ígneos" y hacerme alguna que otra quemadura, con la nieve mi sombra queda reducida a un tercio de lo original, así que con cegarla tendría lo suficiente, y no durante mucho tiempo un segundo, quizás uno y medio, recorrer esa distancia de golpe y esquivando esos dos molestos pájaros seria bastante difícil, una pelea aquí, no serviría de nada, al menos hasta que ella no se confiara lo suficiente.

Demostraba seguridad dando un paso hacia un desconocido, mi sonrisa, falsa como poco, era bastante notable, pero no pretendía fingir algo que no sabia, era una sonrisa sincera si, pero falsa, no sabría decir si era seguridad o inconsciencia, si no estas seguro de algo no te acercas, te alejas o atacas, no te acercas aun mas a lo que te causa esa sensación.

"Inconsciente" pensé casi al instante.

-No niego que no estuvieras paseando, ni que no lleves aquí todo el día, espero que mas, simplemente que llevo mas de tres horas caminando sin ver un solo alma en estos lares y encontrarte a ti, así de la nada, me sugiere dos cosas, que o aquí esta algo que busco o que eres la mujer de las nieves, en cualquier caso, quisiera averiguarlo.

Formulo su pregunta, mi primera reacción fue una leve risa sarcástica, ¿se pensaba que se lo diría? Debía de hacerlo, o desconfiaría aun mas y probablemente huyera, si lo hacia y la seguía, mi instinto haría que quisiera verla muerta, así que no podía desperdiciar tal oportunidad.

La sombra de treinta centímetros de mi cuerpo se movió cual serpiente y comenzó a moverse al compás de mis pensamientos, como si de una ola que golpeara una pared se tratara.

-No se como me denominareis vosotros. -mentí, aunque si era ella una mutante, que lo era, no sabia como me clasificarían, solo los humanos y unos pocos, me han dicho algo.

Me lo habían llamado varias veces, pero aquellos humanos habían muerto pocos segundos después, un nombre vulgar para tan increíble don.