Paseando [Libre + Enid + Roger]

Lo miré.
- No he pedido que saltes a por ahí- le saqué la lengua y luego enarqué una ceja, sonriendo divertida- ¿Si? ¿Cómo por ejemplo cuales?
Me acerqué un poco más a él, dándome cuenta de cuanto le había echado de menos. Siempre andábamos jugando de aquella manera, aunque teníamos vidas separadas, él con sus novias y yo con los mios. Pero siempre había sido así y en relidad, si que lo había necesitado conmigo.
- Pero quiero saltar, que conste.

Lo miré a los ojos y solté un largo suspiro.
Miré sus labios, con la peligrosa tentación de besarlos. Pero no podía, porque no era Kei. Ya no. Asi que ya.. No lo quería.
Me separé de él con una sonrisa forzada.
- Te aguantas.- y salté.
Noté como caía, como el corazón comenzaba a latir a una velocidad vertiginosa. Me encantaba aquello, sobretodo porque me hacía olvidar lo que había pasado ahí arriba y lo que no pasaría.
Miré al suelo, peligrosamente cerca y extendí las piernas, cayendo de cuchillas.
Sacudí la cabeza y así me quedé unos minutos, saboreando aquella sensación.
Me dolían los pies y seguramente eso que tanto me molestaba fuera una torcedura en el tobillo, pero yo era feliz.
- ¿Vienes?- le dediqué una amplia sonrisa a Roger desde abajo, mientras me hacía una coleta como si nada.

Le pegué y volví hacerme la coleta.
- No creo, pero es que no tengo ninguna otra cosa que hacer- me encogí de hombros.
Metí las manos en los bolsillos y eché andar calle abajo. Ya no había tanta gente, asi que el paso no era tan difícil.
- ¿Vienes?- pregunté.
Quería buscar a Enid, aquella sensación era insoportable.

Me encogí de hombros.
- Desde siempre.
Lo fulminé con la mirada, cargada de odio.
- Me estás pidiendo a gritos que te fría la cabeza, Idi*ta.
Seguí camiando, ignorandole.
- Podrías ir a liarte con tu amada.- comenté.

- Entonces tendré que irme yo.
Le dediqué una sonrisa y salí corriendo. Él era muchisimo más rápido, pero yo era más ágil, asi que cuando vi un toldo me subí por él y comencé a subir por los tejados, pasar de una ventana otra y demás. Solo quería perderlo de vista.
Acabé tirandome por una pared de un oscuro callejón sin salida y apoyándome en ella, jadeando.
Si me buscaba, tardaría días y de todas formas, tampoco quería que me encontrara.
Resbalé hacia abajo y enterré la cabeza entre las rodillas.
Tenía un terrible dolor de cabeza y encima mi pasado y aquella asquerosa sensación no se me iba.
Suspiré y levanté la cabeza hacia el cielo y cerré los ojos, todavía con el agudo dolor taladrándome las sienes.

Después de un rato semi consciente, salí de allí.

Cierro tema ^-^