Nadando [Roger]

Lo agarró con fuerza para que no se levantara y sonrió abrazándolo. No estoy celosa, solo me preocupo por ti y si quiereo matar a alguien cuando venga a arrancarte las entrañas tengo que saber sus puntos débiles o algo. protestó mientras negaba que estuviera celosa.

- El quimerismo es interesante. -comentó entre dientes.- Bueno, podías estar mejor.

Canturreó mientras se echaba a reir, la verdad es que estaba bien bein.

Puso los ojos en blanco y sonrió. Siento decepcionarte viejales, pero no estoy nada de nada celosa. Besó su mejilla derecha cerca del labio despacio y después la izquieza con la misma lentitud.

- Será porque de los otros poderes no encontraste a chicas encantadoras. -susurró en su oído.

Después se hizo intangible y lo atravesó. Cuando estuvo detrás de él se materializó y se abrazó a su espalda acariciándole las rodillas. Menuda pena, ¿no?. Sonrió burlona.

Que pronto se rendía, eso le fastidiaba un poco ya que tenía que ser ella la que diera los pasos y estaba un poco cansada. Sonrió y le pasó las manos por el pelo mientas que suspiraba y le besaba el cuello.

- Si esto no hubiera pasado nunca nos hubieramos conocido. -susurró en su oreja mientras comenzaba a darle un masaje.

Sonrió. ¿Para?. No. ¿Por qué? Porque no le daba la gana, porque no le apetecía, porque le quería a su manera. Te confundes, sí que hay razón. Ya que nos conocimos hay que disfrutar, ¿no?. Siguió masajeando su espalda ejerciendo presión en los puntos más duros mientras respiraba al lado de su oreja despacio, con sensualidad.

- A parte, ¿por qué tendía que enterarse la mutante? Yo no se lo voy a contar. -rio.

Se encogió de hombros mientras se seguía riendo, eso era cosa suya, si se arrepentía ella no tenía la culpa. Le mordió la oreja y desués se rio en bajito con ternura.

- Vamos, la policía no tenharía nada, aquí no hay ley. A parte, seguro que te perdona. Y no es nada malo, solo somos amigos.

Se arrodilló a su lado y puso los brazos en jarras. ¿En serio? Como si estuviera haciendo algo malo. ¡Aún por encima que le hacía un masaje! Pero que desagradecido... Si estaba deseando acostarse con ella no era culpa suya. A parte, ¿qué más le daba? La otra no se enteraría si él no quería,

- ¿Enserio qué? -bufó.

Puso los ojos en blanco y se levantó.