Estrellas en el firmamento {Jack + Libre}

La Luna brillaba en el cielo, imponente, repeliendo las nubes. Junto a ella, aunque no literalmente, danzaban las estrellas, pero ¿que más daban las estrellas? Puntos insignificantes en el cielo, de belleza escasa cuando se encontraban a solas, e inexistente cuando se hallaban junto a la Luna. Desde pequeño habia amado al astro, le captaba de una manera especial, podía pasar horas mirándolo, al igual que ahora.

Me acerqué un poco más al lago, frente a mi había un gran arbol, que seguramente, pretendía alcanzar la Luna. Comencé a trepar hasta situarme a dos metros del suelo, nunca a tres, y me desplacé sobre la rama que indicaba hacia el lago, produciendo un chasquido que despertó de su ensoñación a una visitante, que hasta ahora me habia pasado desapercivida.
Se levantó con estrépito apuntando con su arma hacia mil direcciones, ¿quien seria?, me pregunté, aunque realmente me daba igual, solo buscaba a una persona y tenía la certeza de que no sería ella.

Me arreglé la camiseta, de color negro y ajustada, tanto que practicamente podia vislumbrar las pequeñas venas que cruzaban mi torso, me ajusté el cinturon, que llevaba demasiado suelto, y me retiré un mechón de pelo que cruzaba la mitad de la frente y se colaba por delante de mi ojo derecho.

Solté un suspiro, respiré profundamente para mantenerme sereno, me deslicé por el árbol, esta vez en sentido contrario al movimiento primigénio, toqué el suelo con suavidad, di una vuelta completa a su alrededor sin conseguir indentificarla, haciendo ruidos casi imperceptibles para intentar ponerla nerviosa, y que su mente fuera más facil de leer.

Cerré los ojos, casi en un gesto de placer, agaché la cabeza y volví a respirar hondo, estiré los dedos, un gesto innecesario, pero que quedaba teatralmente perfecto, desconecté el resto de sentidos, y me lancé a la busca de una identidad en la mente pistolera...

-Tu!!!!!-exclamé.

Di un traspié y me alejé manteniendo el equilibrio a duras penas, hasta situarme a una distáncia considerable. Ni por asomo se me ocurriría acercarme a ella, y menos en posesión de una pistola. Antes, en los últimos dos años, había dejado de temer las armas de fuego, con un don como el suyo no temía nada, pero estaba muy equivocado, y pagué las consecuencias.

-Tu...

No me había hecho falta forzar ninguna "cerradura", tan solo el "recibidor" de aquella mente, me contaba todo lo que tenia que saber sobre esa persona. Alessia Rutherford. El nombre no traia buenos recuerdos, con tan solo un par de encuentros, se encontraba en su lista negra. No la odiaba, ni mucho menos, el odio estaba reservado a un grupo particular de humanos, pero aquella humana era demasiado lista para su gusto, y no me gustaba la gente demasiado inteligente.

S onreí, aunque no se reflejaba ningún tipo de alegria en mi rostro.
La chica era dura, mucho más dura y resistente que las demás, y quizás por eso había sobrevivido a su particular encuentro con Lilith; paladeé el nombre separando cada silaba recordando que pronto tendría que hacerle una visita, y a si mismo había sobrevivido entre los humanos, que con total seguridad debía ser más duro.

A pesar de haber abandonado la busqueda en el interior de su mente, noté enseguida como cerraba cada puerta, como si se tratara de una caja fuerte, cosa que me hizo sonreir de nuevo. Hice un ademán con la mano, denotando que era inncesario, no tenía ganas ni de molestarle, ni a ella, ni a su "magnífica" resistencia mental de nivel 10, ni a nadie, la verdad.

-No te esfuerces-murmuré con voz cansada, a la vez que me acercaba a donde estaba ella.


Por suerte había guardado la pistola, lo que me permitió relajarme un poco, y sentarme en una roca pegada a la orilla, dándole la espalda, me importaba bien poco si le daba un ataque y empezaba a dispararme, y comencé a lanzar pequeñas piedras al agua.

-Si ...tu, que casualidad ¿no?-no mentía, aunque esperaba que ella si se lo tomara como si fuera falso, algo típico de los humanos, entender las cosas al revés- a decir verdad -continué- si te he echado de menos, tu eras lo único que me divertia, antes, aunque no solo por eso te he extrañado.

La miré durante un rato, esperando una respuesta a eso, que no sería especialmente agradable, o si, tan solo por llevarme la contraria, de una forma premonitoria. Mientras, la Luna seguía con su sueño danzante, cruzando el firmamento sobre nosotros.

-¿Tu crees? Dejémonos de tonterias, sí, han pasado dos años...tan rápido-añadí con un suspiro, mientras escuchaba su pequeño monologo-pues...si, echo de menos a alguien, de una forma parecida a lo que a ti te pasaba con Jared, ¿ya no lo echas de menos?, supongo que dos años es tiempo suficiente para cerrar heridas, incluso para que cicatricen, pero en mi caso...es algo diferente, la tienen, o eso supongo, tus amiguitos de la Organizacion.


Volví a mi entretenimiento particular, no sin antes percibir su mirada, escrutandome, hasta que finalmente se cercioró de que no era peligroso. Si, habian aprendido mucho los humanos, y en poco tiempo. Aunque no sabía que pensar, ¿era bueno que pensara que no iba a matarla, o por el contrario, eso me convertia en un blanco débil para los humanos?, decidí no pensar en ello, bastante tenía con sobrevivir a la soledad y sus consecüencias, y al terrible frio que se cernia sobre el mundo.

-Tan solo intentaba alejarme de todo, pero ya veo que, por alguna razon, no puedo.

Comenzaba a pensar, que el volver a ver a la humana, después de dos años, podía ser cosa del destino, al fin y al cabo, después de toparme con ella, en un tiempo, ahora tan lejano, había conocido a Enid, a lo mejor el ciclo volvia a comenzar y la chica era la clave para volver a ver a Nid.

Se la veia muy fria, al parecer el pequeño corazón que antes se moría por encontrar a tantos amores perdidos había dejadode latir en su interior, quedando congelado en una bonita piedra decorativa.


A pesar de todo, no parecía irle tan mal como a otros, había sobrevivido más que la mayoria, y eso ya era un logro, en ambos bandos. Pero no, algo no cuadraba, su corazón si tenía lugar para algún sentimiento, como demostraban sus ojos confusos, pero cualquiera sabía lo que pasaba por esa cabeza, con la de protección que le brindaba lachica.

-Pues bueno, lo siento si la sorpresa no es de tu agrado, pero no va a cambiar nada-dije casi con tono aburrido, aunque más bien era puro cansancio, -para que veas, lo engañada que estabas, siempre fuiste divertida, y hubiera sido una lástima que te hubieras convertido en mutante, porque sino no hubiera tenido ni la mitad de gracia. Y, me temo, que los motivos me los guardo para mi.


Entonces, tras un momento de dubitación, noté que me agarraba del pelo tirando de mi hacia detrás. Pues que alegría. Sus ojos llenos de rabia se clavaron en los mios, para entonces vacios, me importaba una mierda si me cogia del pelo o si me pegaba una paliza, pero había servido para que recordara el dolor que se siente. Cuando me soltó, decidí quedarme asi, con la espalda contra el suelo, y la mirada hacia el cielo, bueno, hacia su cabeza, que se interponia entre nosotros, y tomé aire antes de empezar:

-Perdoname, si no se que ha sido de ti en estos dos años, pero antes se te veia tan... como decirlo... parecía que dependias de ellos, o algo por el estilo, a decir verdad, no se mucho sobre ti, nada que no estuviera en tu cabeza en nuestro primer encuentro-añadí con una sonrisa mordaz- pero bueno es, ciertamente, una alegria que provoquen en ti, sentimientos tan parecidos a los mios.

Fruncí el ceño, no por nada que dijera ella, sino porque mi propia voz, y mis palabras, sonaban extrañas.¿De donde había sacado ese vocabulario? No le di importancia, ya que era una tonteria.
Relajé mi expresion mientras continuaba escuchándole. Daba la impresión de que luchaba contra algo. No era bueno guardarse los sentimientos, pero tampoco era nada facil dejarlos salir ante cualquiera. Ala par que sus palabras brotaban de su boca, un par de lagrimas resbalaron por mi mejilla y se adentraron en la tierra fresca. Las dos últimas.

- ... -dudé un instante antes de seguir, no sabia si fiarme o no, pero no había mucho que perder- ...Enid, he perdido a Enid West.

Sonreí, o más bien lo intenté, ya que aquello que yo podía llamar sonrisa a cualquier otra persona le pareceria una mueca de dolor, y sin duda alguna reflejaba inequivocamente mi estado. Intenté incorporarme para responder en condiciones a la...salvajada que acababa de decir, pero ni siquiera tenia fuerzas para eso, por lo que permanecí de aquella índole.

-¿Tú?¿Una mutante? no lo creas, salvo a los pirados de Ragnarok, no creo que a nadie más la guste ser mutante, y..¿por qué no? tampoco humano.-dije resignado

Aunque por su sonrisa, parecía estar hablando seriamente. Dios, pensé, cada palabra que sale de su boca le da un giro de 360º a lo que pensaba de ella hasta ahora.
Decidí dejar de abstraerme y procurar ver que pretendía la muchacha.

-Pues... si hubieras sobrevivido no lo se, pero siendo humana pareces haber desarrollado un poder para alterarme y sacarme de mis casillas....de un nivel 16 diria yo-me burlé, para despues continuar-aunque, ahora enserio, tu posiblemente tendrías el mismo poder que Lilith, os parecéis bastante, ambas teneis un carácter...peculiar. De todas formas, no me hagas mucho caso, no creo que el poder dependa del cáracter.

La cabeza comenzó a darme vueltas, seguramente los cintificuchos estaran montando alguna antenita o haciendo explotar algun bicho radioactivo, me dije para mi mismo intentando buscar alguna razon que justificase mi dolor, aunque sabía de sobra cual era el problema: los malditos recuerdos que intentaba mantener calladitos y ahora tenia que sacar para contarselo a la humanita.

-Si, he dicho Enid West, Enid West....Enid West....-repetí cada vez con mayor tristeza.-¿QUE SI LE HA PASADO ALGO?, ¿en que planeta vives?, ¡por dios! ¡¿quién sabe que le ha pasado a Enid?!, ¿lo sabes tu?-pregunté con marcado nerviosismo-no tengo ni idea, pero nuestra querida organizacion no andará muy lejos del asunto, o no deberia, si desea mantener su "alto" estatus.

Tomé aire intentando calmarme, ya que nervioso no se llega a ninguna parte, pero era inevitable que lo hiciera.

-Pues si, la conocia, y me atrevo a decir que más que tú y más que bastantes personas. Bueno, a lo mejor ella no te habló de mi, seguramente si te sonará un tal... James ¿no?. A él si que le queria yo era... su juguete sexual, por llamarlo de alguna manera. Ya se que esto te sonará un poco raro, te preguntarás: ¿Cómo sabes todo eso?, pues
los poderes mentales ¿que sino?- hice una mueca de asco. Ya no sabía si estar orgulloso o no de tener el don,- ¡ah si!, creo que nunca nos hemos presentado formalmente, pero...¿quién no conoce al famoso Jack Deepwaters?

Esperé a ver que tal encajaba toda la informacion, quizás era demasiada, pero una vez habia empezado, era dificil parar.

[FDR: luego sigooo