Ya ha llegado a su destino [Neysa]

por **Lilith** Miér Abr 06, 2011 5:27 am

Viene de aquí.

Justo en el segundo después que nuestros brazos se entrelazaran con firmeza y yo decidiera activar mi poder, las moléculas de nuestros cuerpos limpiamente se desintegraron de una forma indolora y fuimos ambas trasladadas al lugar que yo había fijado en mi mente: mi hogar en la subterránea ciudad de los mutantes. Aparecimos exactamente en el centro de un pasillo el cual, con un par de viejas butacas cuya tapicería roja estaba más que gastada, hacía las veces de vestíbulo, recibidor y conductor hacia la única gran sala que había en la planta separada de este solamente por una media pared sin pintar. En la misma había dispuestos la cocina, o lo que se suponía que lo era, el saloncito para descansar y el comedor que quedaba anunciado por la mesa de tosca madera que había en el centro del mismo. Era un lugar pequeño, todo recreado a partir de los objetos supervivientes a la destrucción o fabricados manualmente después de ella; no era especialmente cómodo y hogareño pero la realidad era que se trataba de lo más adecuado para mí: un espacio superviviente para una superviviente.

-Bueno, Aerolineas Lilith le anuncia que ya hemos aterrizado, espero que haya tenido un viaje de lo más gustoso y que no dude en volver a usar nuestro sistema de transporte -solté en el mismo instante consecuente a nuestra llegada.

La ironía volvía a ser la guía de mis palabras pero esta vez fue acompañada de la complicidad familiar que la presencia de mi prima me comportaba, algo que me impedía tratarla con la misma indiferencia que al resto aún y cuando el fondo no distaba mucho de tantos desconocidos habían pasado por mis ojos pues, al fin y al cabo, y era algo que ya había quedado muy patente entre nosotras, doce años daban para que hubiéramos cambiado lo suficiente como para ser personas prácticamente distintas. De hecho, yo no me sentía igual a aquella niña de casi doce años que había perdido a sus padres y a su hermana delante de la puerta de la escuela y por supuesto no lo era.

-No es muy impresionante, pero sin duda mucho mejor que la intemperie -a continuación comenté dando un par de pasos hacia el lado para conducirla hacia el contiguo salón-comedor-cocina.

por **Neysa** Dom Abr 10, 2011 12:43 pm

-Es tu espacio, y si tu lo aceptas...

Me encogí de hombros con indiferencia, empatizando con la suya, caminando algunos pasos tras ella hasta llegar al otro lado de su casa, mirando por encima ese pequeño espacio al que ella llamaba hogar para, finalmente, apoyarme sobre una de las paredes, dejando que mis pulgares se engancharan a mis vaqueros dejando caer mis dedos sobre la tela, mirándola a ella, a mi prima o, la que un día lo fué.

-Has cambiado mucho.

Repase su figura minuciosamente, como si con ello quisiera recordar cada centímetro de su cuerpo por si volvían a transcurrir los años de ausencia, como si mentalmente estuviera fotografiándole.

-¿Vives sola?.

Podía imaginarme la respuesta fijándome en lo que vestía su casa, en las apariencias y gestos que vestían su rostro y cuerpo. Mñascaras y mas máscaras; conocía a mucha gente como ella, conocía... a mucha gente, como yo.

por **Lilith** Dom Abr 17, 2011 11:03 pm

Indiferencia correspondía con indiferencia, significado de nuestra buena compenetración. Neysa y yo siempre habíamos congeniado muy bien porque sabíamos lo que cada una era capaz de dar a los demás y nunca nos habíamos exigido más que eso, incluso cuando antes éramos muy distintas a ahora y estaba claro que nuestras personalidades habían dado un vuelco que no solo era producto de la madurez. Esa empatía compartida, casi como si fuéramos hermanas y no prima, se había mantenido intacta. Para que luego dijeran que el tiempo destroza las relaciones.

Me giré hacia Neysa con una mirada curiosa al oír su comentario.

-Tú también, ¿estás más rubia que antes? -pregunté con cierta sorna. Ambas habíamos cambiado, y tanto, doce años pasan factura a cualquiera aunque no podía dejarse que los genes de nuestra familia se mantenían intactos produciendo mujeres de muy buen ver; objetivamente hablando, por supuesto.

Llegamos hacia el salón y me dejé caer en el mueble que conseguía dar más vida al espacio que cualquier otra cosa, el sofá de dos plazas tan difícil de conseguir. Estaba algo cansada porque antes de encontrarme con mi prima había dado una buena vuelta a pie por los alrededores.

-Actualmente sí -comenté respondiendo a su pregunta-. Pero hace un par de años tuve una compañera de piso, una habilidosa mutante hay que decir, pero simplemente un día desapareció y nunc supe más de ella. Creo que está muerta -expliqué, había tal vacío en la forma de contarle la sospecha de la muerte de mi compañera de piso que habría asustado de no ser porque había una clarísima razón para ello: la muerte de personas, de mutantes, se había vuelto algo usual de lo que hablar.

por **Neysa** Sáb Abr 23, 2011 4:30 am

-Tú sin embargo estás mas morena.

Sonreí con un gesto de autosuficiencia, mirándole mientras me apoyaba sobre uno de los muros que separaban los ambientes.

Compañera muerta, vaya por dios...

Mejor, mas espacio propio, además con lo minúsculo del lugar la idea de que compartieran actitudes "habilidosas" se coló en mi mente demasiado explícita, haciéndome replantearme lo mucho que bajo esa fachada, podía haber cambiado mi prima.

Para gustos colores.

-El mundo ha cambiado, es lo que hay.

Aseveré con respecto al tema compañera muerta.

-Sigues de una pieza y parece que te ha tocado el premio gordo, ¿de qué bando estás?.

Entrecerré los ojos astuta, caminando hacia ella, rodeándola hasta quedar a su espalda agachándome lo suficiente para, tomando algunos mechones de su cabello, apartarlos hacia uno de los lados antes de susurrar cerca de su lóbulo.

-¿Ying o... yang?.

por **Lilith** Dom Mayo 08, 2011 11:43 pm

Solté una carcajada ante su comentario. Tal vez de pelo no estuviera más morena pero si su piel había adquirido un tono de olor que de pequeña no poseía, claro; aunque le había faltado aún un comentario, el que hacía referencia a la amorfa mancha morada que decoraba mi antebrazo izquierdo y era parcialmente visible por la camiseta de manga corta que llevaba puesta. Estaba claro que lo Neysa debía haberlo visto perfectamente pero no había dicho nada al respecto, ¿por qué? ¿Por reparo? ¿Por algún tipo de consideración? Mi prima no era mujer de atender a ese tipo de tabúes, como tampoco lo era yo. Así pues solo era cuestión de esperar, cinco, cuatro, tres,...

-Mmm interesante pregunta me haces, Neysa, querida -empecé a decir, dibujé una pequeña sonrisa en mis labios-. ¿Ying o yang? Bueno todo depende del punto de vista desde que lo mires, ¿no crees? Aunque ya veo que no has pensado que prefiera mantenerme al margen de esta guerra, porque va a haber una guerra tarde o temprano, te lo digo yo; se nota que me conoces bien -asentí un par de veces-. Sí, estoy en un bando y tengo el premio gordo por decirlo de alguna forma, ¿crees que puedes imaginártelo?

Arqueé una ceja con intención buscada, no dudaba que mi prima, con quien había compartido mucho tiempo en nuestra infancia a pesar de que entre ambas se hallara la distancia de los diferentes países en los que vivimos, definitivamente me conocía lo suficiente como para poder hacerse a la idea. Igual que yo la conocía a ella.

- ¿Y tú, Neysa? Ahora el blanco debe combinarte muy bien pero ¿eres ying o yang?

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