Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
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Alexandre Di Pietro
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Skyler
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Ivayne Lann
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Apocalíptica
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Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Para Skyler.
Se mostraba con aquel gesto entre la preocupación y la seriedad decidida que siempre le caracterizaba y resumía casi al completo los rasgos de su callada personalidad. Él, al igual que su compañero, también había notado el temblor del hielo bajo sus pies, el sonido como de animales o pisadas pesadas y la extraña nube de nieve ligera en el horizonte de la bastan llanura, a un punto al que su vista apenas podía alcanzar de forma muy desenfocada. Y justamente aquello que había sentido no le había gustado ni un pelo sino que más bien le había resultado ligeramente inquietante hasta pensar cuánto podría tener que ver con el o los causantes de las muertes en aquellos terrenos, le frustraba por otra parte no poder hacerse una idea mínima de lo que podía ser todo aquello pues habría sido el único método para poder sacar algo en claro. Sin embargo Max no podía hacer nada más que seguir avanzando por el hielo e investigando, aún y cuando sabía perfectamente que con la investigación tampoco sacarían nada y que la única forma de que descubrieran el misterio era si ellos, o otro de los grupos de Ragnarök, recibía un ataque.
Avanzaron ambos envueltos con el nuevo silencio, tal vez ninguno dispuesto a dar conversación pero tal vez más porque lo que tenían entre manos era demasiado importante como para perder el tiempo en distracciones inútiles. Al menos aquello era lo que pensaba a Max, o más bien lo que no pensaba porque realmente su problema era que simplemente no se le ocurría aquel tipo de cosas ni le salía de forma natural el hecho de conversar con la gente y ser amigable. Más que borde o bruto era algo seco, a la única persona a quien había mostrado su cariño sin tapujos había sido a su pequeña sobrina, luego ya no le quedaba nada más parecido a ella. Pero tampoco era idiota o inconsciente además que, si le hablaban, él no tenía problema alguno en responder.
Giró levemente su rostro hacia su compañero, como si la pregunta le hubiera tomado un poco por sorpresa aunque sin que aquello se llegase a manifestar en sus facciones más bien duras.
-No tengo familia, no tengo mi hogar ni mi antiguo empleo, lo único que tengo ahora sois todos vosotros. ¿Qué puedo hacer sino además de las misiones? -respondió con tranquilidad y más que una respuesta mordaz parecía querer saber realmente cual era su visión. Porque él no podía verlo de otra forma: sin nada de lo que había sido su vida, quedándole solamente Ragnarök, no podía hacer nada más que dedicarse a ello.
Se mostraba con aquel gesto entre la preocupación y la seriedad decidida que siempre le caracterizaba y resumía casi al completo los rasgos de su callada personalidad. Él, al igual que su compañero, también había notado el temblor del hielo bajo sus pies, el sonido como de animales o pisadas pesadas y la extraña nube de nieve ligera en el horizonte de la bastan llanura, a un punto al que su vista apenas podía alcanzar de forma muy desenfocada. Y justamente aquello que había sentido no le había gustado ni un pelo sino que más bien le había resultado ligeramente inquietante hasta pensar cuánto podría tener que ver con el o los causantes de las muertes en aquellos terrenos, le frustraba por otra parte no poder hacerse una idea mínima de lo que podía ser todo aquello pues habría sido el único método para poder sacar algo en claro. Sin embargo Max no podía hacer nada más que seguir avanzando por el hielo e investigando, aún y cuando sabía perfectamente que con la investigación tampoco sacarían nada y que la única forma de que descubrieran el misterio era si ellos, o otro de los grupos de Ragnarök, recibía un ataque.
Avanzaron ambos envueltos con el nuevo silencio, tal vez ninguno dispuesto a dar conversación pero tal vez más porque lo que tenían entre manos era demasiado importante como para perder el tiempo en distracciones inútiles. Al menos aquello era lo que pensaba a Max, o más bien lo que no pensaba porque realmente su problema era que simplemente no se le ocurría aquel tipo de cosas ni le salía de forma natural el hecho de conversar con la gente y ser amigable. Más que borde o bruto era algo seco, a la única persona a quien había mostrado su cariño sin tapujos había sido a su pequeña sobrina, luego ya no le quedaba nada más parecido a ella. Pero tampoco era idiota o inconsciente además que, si le hablaban, él no tenía problema alguno en responder.
Giró levemente su rostro hacia su compañero, como si la pregunta le hubiera tomado un poco por sorpresa aunque sin que aquello se llegase a manifestar en sus facciones más bien duras.
-No tengo familia, no tengo mi hogar ni mi antiguo empleo, lo único que tengo ahora sois todos vosotros. ¿Qué puedo hacer sino además de las misiones? -respondió con tranquilidad y más que una respuesta mordaz parecía querer saber realmente cual era su visión. Porque él no podía verlo de otra forma: sin nada de lo que había sido su vida, quedándole solamente Ragnarök, no podía hacer nada más que dedicarse a ello.
LilithLíder de Ragnarök - Cantidad de envíos : 2769
Fecha de inscripción : 28/12/2009
Localización : Por ahí las llanuras heladas si es que sigo con vida.
Datos
Edad: 23 años
Nivel/Poder: Molecular (9): invisivilidad, intangencia, teletransporte, transubstanción, elasticidad, dureza,... No sabes la de cosas que puedo hacer con mi cuerpo.
Resistencia mental:
(6/10)
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Había corrido todo lo rápido que mis piernas me permitían durante lo que habían sido unos 20 metros, no más. Después, me había parado en seco y había soltado al humano que me acompañaba con cierto gesto de asco. No me gustaba el contacto físico con una persona cuando consideraba que mi vida se encontraba en peligro y menos, cuando después de salvarle el culo me miraba con cara de pocos amigos. Si lo que quería era que mi gran corazón de buena persona (Sí, yo de eso tengo lo que un perro de lagarto pero… hay que dramatizar un poco en esta vida) se viese manchado por la tristeza, andaba listo. Me daba igual lo que le pasase ya fuese humano o no, como si se caía ahora mismo por el precipicio o se volaba la cabeza delante de mis narices. Eso sí, lo segundo no me gustaría tampoco que pasase pues no se me antojaba el hecho de ver sesos volantes.
Me quedé mirando fijamente hacia la nube de “polvo” que hacía un momento se había levantado pues, parecía que se iba lentamente difuminando y desapareciendo. Por tanto, podría darme por salvada, o al menos por el momento.
Fijé mi mirada en mis acompañantes. Estaba el humano, una muchacha joven y un… ¿Qué narices era aquello? ¿Un bufón? Bueno… lo mejor es que me fijase en la muchacha e intentase simpatizar con ella. A lo mejor me podía hacer una aliada. La alternativa era el bufón pues el otro humano se iba alejando lentamente de nosotros, disimuladamente. Así que, la chica era la mejor.
-Oye, que nos estamos dando cuenta de que te vas. Practica las técnicas de ninja, que no te van demasiado bien –Dije en voz alta lo suficientemente fuerte para que el humano me escuchase antes de acercarme a la chica con una de mis sonrisas.
-Bah, hombres… ya los conoces, todos imbéciles –Agité la mano de un lado a otro quitándole importancia al tema. –Mi nombre es Katherine, ¿Y el tuyo? –Me crucé de brazos y me quedé mirándola con una ceja alzada, a la espera de que me respondiese.
Fue en aquel preciso instante cuando sentí el brazo de alguien posado sobre mí. Miré al bufón con cara de pocos amigos pues, me había llegado a molestar bastante que me tocase. Estaba alerta, nunca toques a Katherine cuando se espera lo peor.
-Para ti nunca –Le guiñé un ojo antes de volverme hacia la muchacha de nuevo, a la espera de que me respondiese.
Me quedé mirando fijamente hacia la nube de “polvo” que hacía un momento se había levantado pues, parecía que se iba lentamente difuminando y desapareciendo. Por tanto, podría darme por salvada, o al menos por el momento.
Fijé mi mirada en mis acompañantes. Estaba el humano, una muchacha joven y un… ¿Qué narices era aquello? ¿Un bufón? Bueno… lo mejor es que me fijase en la muchacha e intentase simpatizar con ella. A lo mejor me podía hacer una aliada. La alternativa era el bufón pues el otro humano se iba alejando lentamente de nosotros, disimuladamente. Así que, la chica era la mejor.
-Oye, que nos estamos dando cuenta de que te vas. Practica las técnicas de ninja, que no te van demasiado bien –Dije en voz alta lo suficientemente fuerte para que el humano me escuchase antes de acercarme a la chica con una de mis sonrisas.
-Bah, hombres… ya los conoces, todos imbéciles –Agité la mano de un lado a otro quitándole importancia al tema. –Mi nombre es Katherine, ¿Y el tuyo? –Me crucé de brazos y me quedé mirándola con una ceja alzada, a la espera de que me respondiese.
Fue en aquel preciso instante cuando sentí el brazo de alguien posado sobre mí. Miré al bufón con cara de pocos amigos pues, me había llegado a molestar bastante que me tocase. Estaba alerta, nunca toques a Katherine cuando se espera lo peor.
-Para ti nunca –Le guiñé un ojo antes de volverme hacia la muchacha de nuevo, a la espera de que me respondiese.
Katherine LemacksCaído - Cantidad de envíos : 78
Fecha de inscripción : 22/12/2010
Datos
Edad: 22
Nivel/Poder: ¡Cinco!
Resistencia mental:
(1/10)
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Bufó, cada vez más estresada. La iba a sacar de quicio otra vez, aquél bufón de pacotilla. Le dirigió una mirada lacerante, medio de cabreo, medio de advertencia.
-Te oigo perfectamente, tan solo estoy ignorándote -contestó picada. Y ahora se daba cuenta de que la conocía. Qué desgracia la suya, ese tío iba a conseguir que le quitase el arma a algún humano oportuno que pasase por allí y se pegase un tiro.
Puso los ojos en blanco al darse cuenta de que sabía que la conocía, pero no de qué. Betty, vaya nombre. Sacudió la cabeza, frustrada, y volvió a ignorarlo. De nada le servía entablar conversaciones con él, nunca derivaban en algo lógico, siempre respondía con alguna locura o, peor, con alguna ilusión. Y si alguno de aquellos dos era humano, una ilusión era lo menos recomendable.
Ivayne se puso tensa cuando la chica se acercó a ella. Sonrió con toda la naturalidad que fue capaz ante el comentario de los hombres y grabó su nombre, por si acaso.
-Ivayne -respondió con tranquilidad. A lo mejor era de los suyos, en cuyo caso su situación mejoraría mucho. Aunque, para ser sinceros, entre el bufón, el tío ninja y una posible humana, se quedaba con la humana.
Cuando el payaso se acercó a Katherine para "ligar" se apartó un poco, suspirando. Qué hombre tan poco sensato. ¿Cómo era posible que se lo tomase todo así? Aún estando loco, aquella actitud no era normal. Seguramente el apocalipsis lo había trastornado. O había nacido así, quién sabe.
-Te oigo perfectamente, tan solo estoy ignorándote -contestó picada. Y ahora se daba cuenta de que la conocía. Qué desgracia la suya, ese tío iba a conseguir que le quitase el arma a algún humano oportuno que pasase por allí y se pegase un tiro.
Puso los ojos en blanco al darse cuenta de que sabía que la conocía, pero no de qué. Betty, vaya nombre. Sacudió la cabeza, frustrada, y volvió a ignorarlo. De nada le servía entablar conversaciones con él, nunca derivaban en algo lógico, siempre respondía con alguna locura o, peor, con alguna ilusión. Y si alguno de aquellos dos era humano, una ilusión era lo menos recomendable.
Ivayne se puso tensa cuando la chica se acercó a ella. Sonrió con toda la naturalidad que fue capaz ante el comentario de los hombres y grabó su nombre, por si acaso.
-Ivayne -respondió con tranquilidad. A lo mejor era de los suyos, en cuyo caso su situación mejoraría mucho. Aunque, para ser sinceros, entre el bufón, el tío ninja y una posible humana, se quedaba con la humana.
Cuando el payaso se acercó a Katherine para "ligar" se apartó un poco, suspirando. Qué hombre tan poco sensato. ¿Cómo era posible que se lo tomase todo así? Aún estando loco, aquella actitud no era normal. Seguramente el apocalipsis lo había trastornado. O había nacido así, quién sabe.
Ivayne LannMiembro de Ragnarök - Cantidad de envíos : 175
Fecha de inscripción : 09/04/2011
Datos
Edad: 24
Nivel/Poder: Elementalista de fuego (5) Controla con bastante eficacia el fuego ya encendido y es capaz de crearlo de la nada en pequeñas proporciones, pero le requiere un poco más de energía.
Resistencia mental:
(10/10)
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Para Alexandre di Pietro
El día había llegado de una vez por todas, aunque tampoco había tenido mucho tiempo por delante como para que surgieran nervios o ansiedades. Tan solo unas cuantas horas de la noche era de lo que habíamos dispuesto de margen, para prepararnos y tratar de conciliar el sueño como nos fuera posible. Al menos así me sentía yo, tenía verdadero miedo, aunque me lo guardaba para mi misma como siempre he hecho. Pero tenía miedo porque había visto lo que les habían hecho a los otros mutantes, sus cuerpos destrozados por vete tu a saber qué y sin compasión alguna, mutantes que en algunos casos era muchas veces más fuertes que yo y que podrían usar su poder de una forma que nadie se esperaría que fuese fácil matarlos. En cambio yo no valía nada en este terreno, había sobrevivido por pura suerte y tozudería pero aquello no iba a estar salvándome el culo siempre y menos aún en medio de aquella extensión helada, donde seguramente me volvería torpe y más inútil si cabe. No, no me gustaba la idea, des del mismo momento en que había salido de boca de nuestra Lilith lo había encontrado una estupidez y un suicidio. Cogí un mechero de uno de mis bolsillos y empecé a jugar con él, haciendo que rotase en mi mano derecha mientras mis cavilaciones avanzaban imposibles de contener. Yo no tenía pensado morir aún, no con apenas diecinueve años y un montón de posibilidades en mi vida, no aunque esta vida fuera una absoluta mierda. Que me llamasen tozuda pero yo no iba a dejarme matar en medio de la nieve.
Estaba decidida, aunque la idea no me gustase, aunque me hubiese tocado a Alexandre de compañero porque era necesario alguien con mayores habilidades para que durase más de dos minutos, no había marcha atrás. Y, en el fondo, tenía cierta gracia porque la verdad era que agradecía que fuera Alexandre mi compañero de grupo: él era al único que conocía de Ragnarök, de hecho quien me había llevado ahí y, a pesar de todas las veces que le insultaba, en cierta forma nos entendíamos.
-Y bien -dije con un suspiro cuando ya nos habíamos alejado lo suficiente del resto, en la dirección asignada, como para ya no verlos en el horizonte-, ¿qué es lo que hay que buscar más o menos? -Le miré una sola vez y luego desvié mis ojos azules por la extensión helada, blanco, blanco y más blanco. Hacía frío.
El día había llegado de una vez por todas, aunque tampoco había tenido mucho tiempo por delante como para que surgieran nervios o ansiedades. Tan solo unas cuantas horas de la noche era de lo que habíamos dispuesto de margen, para prepararnos y tratar de conciliar el sueño como nos fuera posible. Al menos así me sentía yo, tenía verdadero miedo, aunque me lo guardaba para mi misma como siempre he hecho. Pero tenía miedo porque había visto lo que les habían hecho a los otros mutantes, sus cuerpos destrozados por vete tu a saber qué y sin compasión alguna, mutantes que en algunos casos era muchas veces más fuertes que yo y que podrían usar su poder de una forma que nadie se esperaría que fuese fácil matarlos. En cambio yo no valía nada en este terreno, había sobrevivido por pura suerte y tozudería pero aquello no iba a estar salvándome el culo siempre y menos aún en medio de aquella extensión helada, donde seguramente me volvería torpe y más inútil si cabe. No, no me gustaba la idea, des del mismo momento en que había salido de boca de nuestra Lilith lo había encontrado una estupidez y un suicidio. Cogí un mechero de uno de mis bolsillos y empecé a jugar con él, haciendo que rotase en mi mano derecha mientras mis cavilaciones avanzaban imposibles de contener. Yo no tenía pensado morir aún, no con apenas diecinueve años y un montón de posibilidades en mi vida, no aunque esta vida fuera una absoluta mierda. Que me llamasen tozuda pero yo no iba a dejarme matar en medio de la nieve.
Estaba decidida, aunque la idea no me gustase, aunque me hubiese tocado a Alexandre de compañero porque era necesario alguien con mayores habilidades para que durase más de dos minutos, no había marcha atrás. Y, en el fondo, tenía cierta gracia porque la verdad era que agradecía que fuera Alexandre mi compañero de grupo: él era al único que conocía de Ragnarök, de hecho quien me había llevado ahí y, a pesar de todas las veces que le insultaba, en cierta forma nos entendíamos.
-Y bien -dije con un suspiro cuando ya nos habíamos alejado lo suficiente del resto, en la dirección asignada, como para ya no verlos en el horizonte-, ¿qué es lo que hay que buscar más o menos? -Le miré una sola vez y luego desvié mis ojos azules por la extensión helada, blanco, blanco y más blanco. Hacía frío.
Kirsten S. TrachtenbergMiembro de Ragnarök - Cantidad de envíos : 211
Fecha de inscripción : 22/03/2010
Datos
Edad: 19 años.
Nivel/Poder: Elementalista con el control del fuego (Nivel 4), no puede crearlo de la nada pero sí hacer cualquier cosa con él. Si se descontrola puede llegar a ser muy peligrosa.
Resistencia mental:
(9/10)
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Finalmente, llegó el día en que partiría la expedición de exploradores de La Organización para investigar el caso de los misteriosos asesinatos en las Llanuras Heladas.
Nos levantamos pronto por la mañana, y tras abrigarnos adecuadamente y reunirnos todos, nos dirigimos como estaba planeado y con una puntualidad impecable, digna de mí, hacia el lugar en cuestión, llegando a la hora que había planeado anteriormente.
La expedición iba sobre ruedas. Todos los miembros que habíamos avisado para la misión se habían presentado como habían acordado, y avanzábamos sin prisa pero sin pausa, pues la verdad es que yo era el primero que no tenía ganas de cansarme.
Llegamos finalmente a las coordenadas donde había planeado detenernos para ver qué haríamos exactamente, cuando escuchamos unos ruidos realmente... inquietantes, provenientes de la lejanía. Todo el grupo levantó la vista, buscando el origen de ese sonido, cuando divisamos en el horizonte una nube de polvo blanco, probablemente nieve levantada por una multitud que avanzaba, justo en dirección a nosotros.
Tragué saliva, algo... ¿asustado? No, más bien preocupado. ¿Mutantes de Ragnarök? O incluso, tal vez eran los causantes de la muerte y las mutilaciones de los cadáveres encontrados. Lo cual, por si no se había notado, no me hacía demasiada gracia.
Me puse bien la bufanda gris alrededor de mi cuello, y me subí las gafas, que habían resbalado hacia la punta de mi nariz. Un momento. ¿Por qué mis gafas habían resbalado...?
Un ligero temblor las sacudió y las volvió a hacer caer. Me las puse bien de nuevo, mosqueado.
-¿Qué demonios es eso? -mascullé, algo indignado, mirando a mi alrededor, buscando una pista en el horizonte del causante de esos temblores.
Esos temblores seguían una cadencia, tenían un ritmo. Pum pum, pum pum.
-Espera un momento... -murmuré para mí, y abrí los ojos tal vez un poco más cuando lo comprendí.
Levanté la vista de nuevo, fijándola hacia el horizonte, en esa dirección donde se veía la nube blanca que avanzaba, y lo solté ahí mismo.
-Son pasos. -Pasos, sí, de algo muy grande. O pequeño y muy pesado, o sea, muy denso. O incluso ambas cosas, muy grande y muy pesado.
Suspiré. Bien, no podíamos estar los líderes de la expedición pendientes en todo momento de nuestros miembros, así que estaba claro que lo más lógico sería que investigáramos en grupos pequeños.
Paseé mi mirada de hielo entre los presentes. No, incluso mejor si era en parejas.
Carraspeé para llamar la atención de mis subordinados.
-Bien, chicos, atentos todos. -esperé a que todas y cada una de las pequeñas cabecitas que estaban a mis órdenes me prestara atención. Cuando así fue, continué. -Vamos a separarnos todos en grupos de dos para hacer la exploración más eficiente. -dije con ese tono de voz mío, frío e impersonal, el que utilizaba a menudo, pero que no desentonaba en momentos como estos.
-Recordad qué estamos buscando. El o los causantes de los muertos hallados en las proximidades de esta zona. No olvidéis que puede ser peligroso. Ya sabéis el riesgo que comporta encontrarse con mutantes, creo que todos nos hemos encontrado con uno antes o después... -comenté con algo de sarcasmo, fijándome en las reacciones de la gente.
-En fin, ya sabéis que siempre es mejor preguntar antes y disparar después, pero por supuesto, si vuestra integridad corre peligro ni siquiera dudéis en utilizar las armas. Bien, los grupos serán los siguientes... -me dediqué a emparejar a los presentes durante unos minutos.
Me tocaba ir con Anthony Lestrange, apodado Iron Man.
Una sonrisita entretenida se formó en la comisura izquierda de mis labios. Sería entretenido.
Bien, señores. Pueden dispersarse. -me encaré hacia la tundra helada que se habría ante nosotros, dispuesto a dirigirme hacia esa nube de polvo, aunque no muy seguro de lo que me iba a encontrar. Me giré una vez más para un breve recordatorio a mis hombres.
-Recordad también que estaremos en contacto en todo momento con los buscas de La Organización, si alguien tiene un problema, que no dude en llamar a quién sea. -bajé la cabeza a modo de despedida.
-Buena suerte.
Nos levantamos pronto por la mañana, y tras abrigarnos adecuadamente y reunirnos todos, nos dirigimos como estaba planeado y con una puntualidad impecable, digna de mí, hacia el lugar en cuestión, llegando a la hora que había planeado anteriormente.
La expedición iba sobre ruedas. Todos los miembros que habíamos avisado para la misión se habían presentado como habían acordado, y avanzábamos sin prisa pero sin pausa, pues la verdad es que yo era el primero que no tenía ganas de cansarme.
Llegamos finalmente a las coordenadas donde había planeado detenernos para ver qué haríamos exactamente, cuando escuchamos unos ruidos realmente... inquietantes, provenientes de la lejanía. Todo el grupo levantó la vista, buscando el origen de ese sonido, cuando divisamos en el horizonte una nube de polvo blanco, probablemente nieve levantada por una multitud que avanzaba, justo en dirección a nosotros.
Tragué saliva, algo... ¿asustado? No, más bien preocupado. ¿Mutantes de Ragnarök? O incluso, tal vez eran los causantes de la muerte y las mutilaciones de los cadáveres encontrados. Lo cual, por si no se había notado, no me hacía demasiada gracia.
Me puse bien la bufanda gris alrededor de mi cuello, y me subí las gafas, que habían resbalado hacia la punta de mi nariz. Un momento. ¿Por qué mis gafas habían resbalado...?
Un ligero temblor las sacudió y las volvió a hacer caer. Me las puse bien de nuevo, mosqueado.
-¿Qué demonios es eso? -mascullé, algo indignado, mirando a mi alrededor, buscando una pista en el horizonte del causante de esos temblores.
Esos temblores seguían una cadencia, tenían un ritmo. Pum pum, pum pum.
-Espera un momento... -murmuré para mí, y abrí los ojos tal vez un poco más cuando lo comprendí.
Levanté la vista de nuevo, fijándola hacia el horizonte, en esa dirección donde se veía la nube blanca que avanzaba, y lo solté ahí mismo.
-Son pasos. -Pasos, sí, de algo muy grande. O pequeño y muy pesado, o sea, muy denso. O incluso ambas cosas, muy grande y muy pesado.
Suspiré. Bien, no podíamos estar los líderes de la expedición pendientes en todo momento de nuestros miembros, así que estaba claro que lo más lógico sería que investigáramos en grupos pequeños.
Paseé mi mirada de hielo entre los presentes. No, incluso mejor si era en parejas.
Carraspeé para llamar la atención de mis subordinados.
-Bien, chicos, atentos todos. -esperé a que todas y cada una de las pequeñas cabecitas que estaban a mis órdenes me prestara atención. Cuando así fue, continué. -Vamos a separarnos todos en grupos de dos para hacer la exploración más eficiente. -dije con ese tono de voz mío, frío e impersonal, el que utilizaba a menudo, pero que no desentonaba en momentos como estos.
-Recordad qué estamos buscando. El o los causantes de los muertos hallados en las proximidades de esta zona. No olvidéis que puede ser peligroso. Ya sabéis el riesgo que comporta encontrarse con mutantes, creo que todos nos hemos encontrado con uno antes o después... -comenté con algo de sarcasmo, fijándome en las reacciones de la gente.
-En fin, ya sabéis que siempre es mejor preguntar antes y disparar después, pero por supuesto, si vuestra integridad corre peligro ni siquiera dudéis en utilizar las armas. Bien, los grupos serán los siguientes... -me dediqué a emparejar a los presentes durante unos minutos.
Me tocaba ir con Anthony Lestrange, apodado Iron Man.
Una sonrisita entretenida se formó en la comisura izquierda de mis labios. Sería entretenido.
Bien, señores. Pueden dispersarse. -me encaré hacia la tundra helada que se habría ante nosotros, dispuesto a dirigirme hacia esa nube de polvo, aunque no muy seguro de lo que me iba a encontrar. Me giré una vez más para un breve recordatorio a mis hombres.
-Recordad también que estaremos en contacto en todo momento con los buscas de La Organización, si alguien tiene un problema, que no dude en llamar a quién sea. -bajé la cabeza a modo de despedida.
-Buena suerte.
Mikhail KostovaLíder de La Organización - Cantidad de envíos : 689
Fecha de inscripción : 21/12/2009
Datos
Edad: 27
Nivel/Poder: Nivel 9.
Resistencia mental:
(6/10)
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Para Kirsten:
¿Cómo habían avanzado las cosas? De manera terrorífica. En mitad de la noche, sí, otra vez de mi maravilloso sueño, nos había llegado un mensaje a cada uno de que deberíamos de encontrarnos con Lilith el día siguiente, es decir, hoy, para saber qué acompañante nos habían asignado y cómo deberíamos actuar en todo momento. Sí, hubo un momento en el que pensé que Lilith se dejaría llevar por esa inevitable atracción que tenía hacia mi persona y me pondría con ella. Pero no, claro que no. Lilith siempre anteponía su cargo de líder a todo lo demás y, a decir verdad, eso era una gran molestia.
Toda mi ilusión de que podría gozar de una buena compañía antes de morir se fue al garete. Bueno, espera, yo no iba a morir obviamente, pero suponiendo que lo hiciese… prefería estar con una buena acompañante. Pero no, parecía ser que nuestra jefa quería juntarme con otra mujer para que pudiese darle celos o algo porque… no me había tocado ni nada más ni nada menos que la preciosidad de Kirsten. Era una muchacha borde y algo reservada pero en el fondo era bastante buena persona… y además, un motivo de gran peso para que me gustase, estaba buena.
Bueno, después de ello nos habíamos dirigido todos juntos a la gran llanura helada y, cuando nos encontramos allí Lilith nos dio indicaciones a cada uno para que fuésemos en caminos distintos, dividiéndonos. Yo personalmente opinaba que habría sido mucho mejor que nos encontrásemos todos juntos pues separados éramos más fáciles de aniquilar. Pero claro, cualquiera se atrevía a discutirle a Lilith sus decisiones.
¿Nuestro camino? El oeste… todo todo recto al oeste. ¿Llegaríamos a encontrar algo? La verdad es que lo dudaba pero, si lo hacíamos, lo más seguro es que acabásemos muertos.
-En teoría algún bicho canival que quiera comernos el culo. Divertido, ¿Verdad? –Sonreí de forma irónica mientras continuaba andando sin disminuir la marcha. Me llevé una de las manos a la cabeza y me la rasqué con visible aburrimiento.
-Bueno, Kirs, cuéntame algo o nos vamos a morir ambos del aburrimiento. ¿Estás nerviosa? –Le pregunté. Yo no tenía ningún miedo pero sabía que más de uno entre los nuestros estaban muy asustados y que se habían tenido que tomar más de un tranquilizante o, en muteniense, que varios mentalistas se introdujesen en su mente para calmarlos.
¿Cómo habían avanzado las cosas? De manera terrorífica. En mitad de la noche, sí, otra vez de mi maravilloso sueño, nos había llegado un mensaje a cada uno de que deberíamos de encontrarnos con Lilith el día siguiente, es decir, hoy, para saber qué acompañante nos habían asignado y cómo deberíamos actuar en todo momento. Sí, hubo un momento en el que pensé que Lilith se dejaría llevar por esa inevitable atracción que tenía hacia mi persona y me pondría con ella. Pero no, claro que no. Lilith siempre anteponía su cargo de líder a todo lo demás y, a decir verdad, eso era una gran molestia.
Toda mi ilusión de que podría gozar de una buena compañía antes de morir se fue al garete. Bueno, espera, yo no iba a morir obviamente, pero suponiendo que lo hiciese… prefería estar con una buena acompañante. Pero no, parecía ser que nuestra jefa quería juntarme con otra mujer para que pudiese darle celos o algo porque… no me había tocado ni nada más ni nada menos que la preciosidad de Kirsten. Era una muchacha borde y algo reservada pero en el fondo era bastante buena persona… y además, un motivo de gran peso para que me gustase, estaba buena.
Bueno, después de ello nos habíamos dirigido todos juntos a la gran llanura helada y, cuando nos encontramos allí Lilith nos dio indicaciones a cada uno para que fuésemos en caminos distintos, dividiéndonos. Yo personalmente opinaba que habría sido mucho mejor que nos encontrásemos todos juntos pues separados éramos más fáciles de aniquilar. Pero claro, cualquiera se atrevía a discutirle a Lilith sus decisiones.
¿Nuestro camino? El oeste… todo todo recto al oeste. ¿Llegaríamos a encontrar algo? La verdad es que lo dudaba pero, si lo hacíamos, lo más seguro es que acabásemos muertos.
-En teoría algún bicho canival que quiera comernos el culo. Divertido, ¿Verdad? –Sonreí de forma irónica mientras continuaba andando sin disminuir la marcha. Me llevé una de las manos a la cabeza y me la rasqué con visible aburrimiento.
-Bueno, Kirs, cuéntame algo o nos vamos a morir ambos del aburrimiento. ¿Estás nerviosa? –Le pregunté. Yo no tenía ningún miedo pero sabía que más de uno entre los nuestros estaban muy asustados y que se habían tenido que tomar más de un tranquilizante o, en muteniense, que varios mentalistas se introdujesen en su mente para calmarlos.
Alexandre Di PietroMiembro de Ragnarök - Cantidad de envíos : 162
Fecha de inscripción : 31/01/2010
Datos
Edad: 25
Nivel/Poder: Elementalista [7]
Resistencia mental:
(8/10)
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Su mano se cerró entorno a mi puño dejando que mi piel sintiera su calidez, extendiendo mi sentir frío hasta neutralizar su calor; recubriendo su mano hasta la altura de su muñeca de una fría y delgada escarcha que, de no ser por el sonido de su voz, se hubiera alargado por el resto de su cuerpo de un modo rápido y...
-Ben...
Mi rostro se ladeó buscando el suyo, reconociéndolo de un modo consciente, haciéndome volver de a poco, despertándome de nuevo, algo semejante a un segundo despertar. Logrando que mi cuerpo reaccionara enredándose en el suyo, buscando la seguridad de su cercanía, la única que me permitía recuperar el control sobre según que miedos, unos que descontrolados, podrían llegar a ser fatales. Para cuantos me rodearan y puede que hasta para mi.
-Debemos salir de aqui.
Me encontraba rodeada de mi elemento, algo que no podía herirme en principio pero él... era mucho mas débil y mi objetivo fuera lo que fuese a lo que al parecer nos enfrentábamos era, protegerlo.
-Ben...
Mi rostro se ladeó buscando el suyo, reconociéndolo de un modo consciente, haciéndome volver de a poco, despertándome de nuevo, algo semejante a un segundo despertar. Logrando que mi cuerpo reaccionara enredándose en el suyo, buscando la seguridad de su cercanía, la única que me permitía recuperar el control sobre según que miedos, unos que descontrolados, podrían llegar a ser fatales. Para cuantos me rodearan y puede que hasta para mi.
-Debemos salir de aqui.
Me encontraba rodeada de mi elemento, algo que no podía herirme en principio pero él... era mucho mas débil y mi objetivo fuera lo que fuese a lo que al parecer nos enfrentábamos era, protegerlo.
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Algo se acerca lo notáis, no es tangible ni inteligible la percepción pero a cada uno de vosotros os toca un poco con su mano de hielo casi intangente y de esta forma exista suavemente vuestros nervios. Lo suficiente como para estar alerta, lo suficiente como para estar paranoico.
Os movéis y avanzáis un poco todos por el desierto gélido, cada uno tenéis una dirección asignada, incluso los que creéis ir por libre, y es a ella a la que inconscientemente os vais dirigiendo y acercando. La suerte, el destino o vuestro propio instinto provoca que empiecen a darse los primeros encuentres entre algunos favorecidos, o no. El grupo de mutantes de Ragnarök formado por Skyler y Max Willer dan a parar con el colectivo también mutante de Harley Quinn, Ivayne y dos humanos, Alexandre Lagger y Katherine Lemacks ¿Problemas? Si gira su rostro hacia el sur, puede que Lilith divise a lo lejos las figuras de Neysa y Ben Adams, o tal vez sean ellos quienes den con la mujer y su compañera Enid West. Por la zona oeste, manteniéndose en solitario, Nina Noir y su fiel seguidora dan nada más y nada menos que con Mikhail Kostova y Iron Man, ¿se reconocerán? Los demás, lamentablemente deberán seguir su camino sin otras compañías.
Y mientras, el hielo vuelve a temblar, imperceptible, invisible, un siseo.
Os movéis y avanzáis un poco todos por el desierto gélido, cada uno tenéis una dirección asignada, incluso los que creéis ir por libre, y es a ella a la que inconscientemente os vais dirigiendo y acercando. La suerte, el destino o vuestro propio instinto provoca que empiecen a darse los primeros encuentres entre algunos favorecidos, o no. El grupo de mutantes de Ragnarök formado por Skyler y Max Willer dan a parar con el colectivo también mutante de Harley Quinn, Ivayne y dos humanos, Alexandre Lagger y Katherine Lemacks ¿Problemas? Si gira su rostro hacia el sur, puede que Lilith divise a lo lejos las figuras de Neysa y Ben Adams, o tal vez sean ellos quienes den con la mujer y su compañera Enid West. Por la zona oeste, manteniéndose en solitario, Nina Noir y su fiel seguidora dan nada más y nada menos que con Mikhail Kostova y Iron Man, ¿se reconocerán? Los demás, lamentablemente deberán seguir su camino sin otras compañías.
Y mientras, el hielo vuelve a temblar, imperceptible, invisible, un siseo.
ApocalípticaNarración - Cantidad de envíos : 260
Fecha de inscripción : 23/02/2010
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Para Max (lilith)
Entrecerré los ojos ante la mezquindad de mi compañero. Yo pongo la mano en el fuego, y se que no me quemo, al decir que muchos de los que estamos en Rägnarok estábamos en la misma situación que él: sin familia y sin otra ocupación más que las misiones. Pero no todo eran misiones, también podría relacionarse un poco con los demás.
-En una cosa creo que te equivocas. Ahora también tienes familia: nosotros. Se perfectamente que no es lo mismo que el calor de la familia con la que has vivido toda tu vida, pero todos juntos hacemos nuestra gran familia. No por dedicarte únicamente a las misiones, hay que dejar de lado a tus compañeros.
Mientras seguíamos caminando en nuestro rumbo, pude divisar cuatro figuras a lo lejos. No podía distinguir ninguna de ellas, pero parecían humanoides.
-Allí hay alguien. Será mejor que no bajemos la guardia
Entrecerré los ojos ante la mezquindad de mi compañero. Yo pongo la mano en el fuego, y se que no me quemo, al decir que muchos de los que estamos en Rägnarok estábamos en la misma situación que él: sin familia y sin otra ocupación más que las misiones. Pero no todo eran misiones, también podría relacionarse un poco con los demás.
-En una cosa creo que te equivocas. Ahora también tienes familia: nosotros. Se perfectamente que no es lo mismo que el calor de la familia con la que has vivido toda tu vida, pero todos juntos hacemos nuestra gran familia. No por dedicarte únicamente a las misiones, hay que dejar de lado a tus compañeros.
Mientras seguíamos caminando en nuestro rumbo, pude divisar cuatro figuras a lo lejos. No podía distinguir ninguna de ellas, pero parecían humanoides.
-Allí hay alguien. Será mejor que no bajemos la guardia
SkylerMiembro de Ragnarök - Cantidad de envíos : 91
Fecha de inscripción : 25/01/2011
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Edad: 29
Nivel/Poder: Molecular (6): Es capaz de hacerse intangente o duro como el acero casi instintivamente. Puede volverse flexible, pero necesita un poco de concentración y puede volverse invisible durante un breve periodo de tiempo, pero requiere bastante concentración para volverse totalmente invisible.
Resistencia mental:
(4/10)
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Terminaba de esconder un poco el arma, y de pronto la que me había agarrado me gritó "Oye, que nos estamos dando cuenta de que te vas. Practica las técnicas de ninja, que no te van demasiado bien".
Intente calmarme, pero no pude... una buena carcajada se me escapó por las curiosas palabras que me había dicho. Gracias a eso, pude relajarme y volver despacio hacia donde estaban los otros tres.
Hasta el momento, no había pasado nada fuera de lo normal. Parecíamos gatitos tímidos que no querían que se acerquen mucho, excepto el bufón, la chica que estaba junto con él, y la que me había gritado... mmm ok, el único "gatito" era yo, está bien, lo admito. Es que me cuesta relacionarme con desconocidos, mas aun en un lugar tan extraño y solitario como este... que seamos 2 sería compañía, 3 multitud, ¿pero 4?, esto iba mas allá de las coincidencias.
- Las clases de ninja no se me dan muy bien, tendré que elegir otra profesión
Contesté sonriendo y acercándome aun mas. fue entonces cuando note el acercamiento de algo, no era una sensación del todo lógica, sino mas bien una especie de corazonada, un instinto desconocido, una extraña sensación paranoica al punto de erizar los pelos. la sentía en todas las direcciones, la sentía aun dentro mio.
Mi cara cambio automáticamente y la sonrisa desapareció.
Noté como los demás se dieron cuenta de mi repentino cambio, y llegué a pensar que ellos estaban sintiendo algo similar, tal vez porque sus rostros cambiaron junto con el mio. no de la misma forma, pero hubo un cambio.
Dejé de enfocarme en los otros y me concentré en el entorno, entonces pude divisar a lo lejos dos figuras aparentemente humanas, sean realmente humanos o mutantes. pero venían juntas.
- Ya somos demasiados aquí como para que se sumen dos mas, ¿no?
Dije señalando detrás de ellos en la dirección por donde se acercaban las figuras.
Esto no me estaba gustando para nada, al punto de sentirme cómodo con los 3 que estaban conmigo. prefería eso a que siga apareciendo gente.
Intente calmarme, pero no pude... una buena carcajada se me escapó por las curiosas palabras que me había dicho. Gracias a eso, pude relajarme y volver despacio hacia donde estaban los otros tres.
Hasta el momento, no había pasado nada fuera de lo normal. Parecíamos gatitos tímidos que no querían que se acerquen mucho, excepto el bufón, la chica que estaba junto con él, y la que me había gritado... mmm ok, el único "gatito" era yo, está bien, lo admito. Es que me cuesta relacionarme con desconocidos, mas aun en un lugar tan extraño y solitario como este... que seamos 2 sería compañía, 3 multitud, ¿pero 4?, esto iba mas allá de las coincidencias.
- Las clases de ninja no se me dan muy bien, tendré que elegir otra profesión
Contesté sonriendo y acercándome aun mas. fue entonces cuando note el acercamiento de algo, no era una sensación del todo lógica, sino mas bien una especie de corazonada, un instinto desconocido, una extraña sensación paranoica al punto de erizar los pelos. la sentía en todas las direcciones, la sentía aun dentro mio.
Mi cara cambio automáticamente y la sonrisa desapareció.
Noté como los demás se dieron cuenta de mi repentino cambio, y llegué a pensar que ellos estaban sintiendo algo similar, tal vez porque sus rostros cambiaron junto con el mio. no de la misma forma, pero hubo un cambio.
Dejé de enfocarme en los otros y me concentré en el entorno, entonces pude divisar a lo lejos dos figuras aparentemente humanas, sean realmente humanos o mutantes. pero venían juntas.
- Ya somos demasiados aquí como para que se sumen dos mas, ¿no?
Dije señalando detrás de ellos en la dirección por donde se acercaban las figuras.
Esto no me estaba gustando para nada, al punto de sentirme cómodo con los 3 que estaban conmigo. prefería eso a que siga apareciendo gente.
Alexander Laggan- Cantidad de envíos : 43
Fecha de inscripción : 18/04/2011
Localización : Córdoba, Argentina
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Edad: 28
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(3/10)
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Para Enid West
Me abracé a mi grueso abrigo mientras no dejaba de caminar hacia delante, sentí el contacto del material del tejido: lana espesa y gruesa, basta, rudimentaria pero, lo más importante, eficaz en su específica labor de mantener su cuerpo esbelto caliente en aquellas tierras frías. Por hacía frío, hacía frío por el invierno -llamarlo invierno no tenía sentido cuando las estaciones habían desaparecido pero no había otra forma de hacerlo- y por la sureña ubicación de la explanada, motivo suficiente para que toda su superficie estuviera absolutamente yerma y congelada y luego, en el mar, se extendiera el manto invernal en forma de placas de hielo y de glaciares. El antiguo Polo Sur podría haberse fundido en su momento, cuando empezó la destrucción del mundo, pero estaba claro que no iba a tardar mucho en nacer un nuevo punto glaciar que ocupara su lugar. Bajé el rostro, ocultándolo de un súbita ventisca y empecé a hacerme friegas con las manos enguantados, la chaqueta era nueva, confeccionada rudamente con material de nueva generación, pero los guantes en cambio formaban parte del pequeño botiquín que había sobrevivido al tiempo. Entonces desvié mi rostro semioculto hacia mi pequeña compañera de viaje, Enid, quien también iba medio enfundada en la lana de las chaquetas que habíamos conseguido.
Habíamos estado un buen rato en silencio desdel mismo momento en que yo misma había formado los tres grupos y dado la orden de peinar el máximo terreno posible de la zona hasta dar con alguna señal. Si de una cosa era absolutamente consciente yo era del peligro que había amenazando aquella misión constantemente y de las dificultades que había para que consiguiéramos sacar algo pero me mantenía decidida en que era la única opción y, en contra al comentario de Alexandre de que no deberíamos separarnos, él también debía saber que sino iríamos demasiado lentos y destacaríamos mucho. No, además, no éramos un blanco tan fácil como mi mano derecha quería pensar y yo misma había organizado los grupos de forma clave. Podríamos defendernos hasta el punto que yo mismo había dejado las fronteras de mi mente abiertas para dejar un hilo de unión mental con la base de Ragnarök, a sabiendas del dolor que eso me causaba. Aguantaba sin embargo, estoica, durante todo el viaje y durante todos los pequeños y extraños momentos que presenciamos. Anoté en mi mente aquellos detalles, ruido, templos, polvo de nieve, ¿vibración?; aunque ahora no tuvieran sentido alguno, sabía que al vez más tarde pudiera enlazarlos.[ Hasta que dejamos de estar solas.
Les divisé sin darme cuenta, realmente hablar en plural sería una equivocación porque solamente avisté a la mujer que caminaba acompañada también por las llanuras. Alta, esbelta, con una melena rubia clarísima que lee ra muy característica y unos ojos azules como el hielo que pisaba sin sentir inseguridad alguna.
-¿Neysa? -hice una corta seña a Enid para avisarla y a la vez decirle que no era nada malo, mientras hablé con una voz segura y no muy alta. El vacío ya se encargaría de llevar mi voz hacia los oídos de mi prima a través del eco.
FDR: Mañana responderé con Max, si no ha posteado nadie, lo editaré.
Me abracé a mi grueso abrigo mientras no dejaba de caminar hacia delante, sentí el contacto del material del tejido: lana espesa y gruesa, basta, rudimentaria pero, lo más importante, eficaz en su específica labor de mantener su cuerpo esbelto caliente en aquellas tierras frías. Por hacía frío, hacía frío por el invierno -llamarlo invierno no tenía sentido cuando las estaciones habían desaparecido pero no había otra forma de hacerlo- y por la sureña ubicación de la explanada, motivo suficiente para que toda su superficie estuviera absolutamente yerma y congelada y luego, en el mar, se extendiera el manto invernal en forma de placas de hielo y de glaciares. El antiguo Polo Sur podría haberse fundido en su momento, cuando empezó la destrucción del mundo, pero estaba claro que no iba a tardar mucho en nacer un nuevo punto glaciar que ocupara su lugar. Bajé el rostro, ocultándolo de un súbita ventisca y empecé a hacerme friegas con las manos enguantados, la chaqueta era nueva, confeccionada rudamente con material de nueva generación, pero los guantes en cambio formaban parte del pequeño botiquín que había sobrevivido al tiempo. Entonces desvié mi rostro semioculto hacia mi pequeña compañera de viaje, Enid, quien también iba medio enfundada en la lana de las chaquetas que habíamos conseguido.
Habíamos estado un buen rato en silencio desdel mismo momento en que yo misma había formado los tres grupos y dado la orden de peinar el máximo terreno posible de la zona hasta dar con alguna señal. Si de una cosa era absolutamente consciente yo era del peligro que había amenazando aquella misión constantemente y de las dificultades que había para que consiguiéramos sacar algo pero me mantenía decidida en que era la única opción y, en contra al comentario de Alexandre de que no deberíamos separarnos, él también debía saber que sino iríamos demasiado lentos y destacaríamos mucho. No, además, no éramos un blanco tan fácil como mi mano derecha quería pensar y yo misma había organizado los grupos de forma clave. Podríamos defendernos hasta el punto que yo mismo había dejado las fronteras de mi mente abiertas para dejar un hilo de unión mental con la base de Ragnarök, a sabiendas del dolor que eso me causaba. Aguantaba sin embargo, estoica, durante todo el viaje y durante todos los pequeños y extraños momentos que presenciamos. Anoté en mi mente aquellos detalles, ruido, templos, polvo de nieve, ¿vibración?; aunque ahora no tuvieran sentido alguno, sabía que al vez más tarde pudiera enlazarlos.[ Hasta que dejamos de estar solas.
Les divisé sin darme cuenta, realmente hablar en plural sería una equivocación porque solamente avisté a la mujer que caminaba acompañada también por las llanuras. Alta, esbelta, con una melena rubia clarísima que lee ra muy característica y unos ojos azules como el hielo que pisaba sin sentir inseguridad alguna.
-¿Neysa? -hice una corta seña a Enid para avisarla y a la vez decirle que no era nada malo, mientras hablé con una voz segura y no muy alta. El vacío ya se encargaría de llevar mi voz hacia los oídos de mi prima a través del eco.
FDR: Mañana responderé con Max, si no ha posteado nadie, lo editaré.
LilithLíder de Ragnarök - Cantidad de envíos : 2769
Fecha de inscripción : 28/12/2009
Localización : Por ahí las llanuras heladas si es que sigo con vida.
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(6/10)
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
El otro sujeto se acercó otra vez al grupo. Ivayne se cruzó de brazos y fingió que intentaba entrar en calor frotándose las manos contra los brazos. Ver a alguien en medio de tanto hielo con una chaquetita tan fina como la que ella llevaba ya era raro, pero si encima no sentía frío en ningún momento...
De repente, una sensación extraña que hacía tiempo que no sentía recorrió toda su espina dorsal. Fue como un... escalofrío. La chica se puso en tensión en cuestión de segundos y frunció el ceño, desconfiada. Había notado algo raro, como un cambio en el ambiente, ya de por sí enrarecido.
Hizo ademán de avanzar, pero nada más empezar a andar divisó a lo lejos un par de figuras que parecían estar acercándose a ellos. La desconfianza que sentía se vio perfectamente reflejada en su rostro. Dirigió una mirada preocupada al resto del grupo. Ya le costaba suficiente fiarse de ellos como para añadir gente al cotarro.
-Bueno, cuantos más... mejor -dijo insegura en respuesta al comentario del ninja.
¿Qué ocurría allí? Si alguien lo sabía lo disimulaba muy bien, porque allí parecían tener todos la misma cara de desconcierto que debía estar poniendo ella en ese momento.
De repente, una sensación extraña que hacía tiempo que no sentía recorrió toda su espina dorsal. Fue como un... escalofrío. La chica se puso en tensión en cuestión de segundos y frunció el ceño, desconfiada. Había notado algo raro, como un cambio en el ambiente, ya de por sí enrarecido.
Hizo ademán de avanzar, pero nada más empezar a andar divisó a lo lejos un par de figuras que parecían estar acercándose a ellos. La desconfianza que sentía se vio perfectamente reflejada en su rostro. Dirigió una mirada preocupada al resto del grupo. Ya le costaba suficiente fiarse de ellos como para añadir gente al cotarro.
-Bueno, cuantos más... mejor -dijo insegura en respuesta al comentario del ninja.
¿Qué ocurría allí? Si alguien lo sabía lo disimulaba muy bien, porque allí parecían tener todos la misma cara de desconcierto que debía estar poniendo ella en ese momento.
Ivayne LannMiembro de Ragnarök - Cantidad de envíos : 175
Fecha de inscripción : 09/04/2011
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Nivel/Poder: Elementalista de fuego (5) Controla con bastante eficacia el fuego ya encendido y es capaz de crearlo de la nada en pequeñas proporciones, pero le requiere un poco más de energía.
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(10/10)
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Dylan y Svetlana
Coloqué las manos en los bolsillos de mi grueso y largo abrigo sintético, había sido confeccionado en su momento para que fuera resistente a las altas temperaturas que se experimentaban en las naves exploradoras del espacio, cuando aún estábamos fuera del planeta esperando a nuestro retorno; y ahora habían sido cedillos a la Organización para que los aprovechásemos en nuestras misiones. Este había sido la primera oportunidad tenida de hacerlo. Se me helaban los dedos a pesar de los guantes y aquello era una sensación extremadamente desagradable, como les pasara algo y me quedara sin poder hacer juegos de cartas... tendría que buscarme otro hobbie con el que matar el tiempo. Horror.
A mi lado se encontraban mi buen amigo Dylan y una de las integrantes más nuevas y jóvenes del grupo, Svetlana, quién se trataba de una chica bastante extraña a mi modo de ver. El silencio nos envolvía pues al parecer no había dado con los compañeros más charlatanes del sorteo, qué suerte la mía.
Fruncí el ceño, el frío no era para mí joder era italiano, el clima mediterráneo era aquel en el que había crecido y en ese ecosistema nevaba solo en zonas altas y de tanto en cuando en invierno, nevadas débiles y no paramos de hielo glaciar. No, sin duda Mik debía haberle hecho mucha gracia mandarme ahí a que me congelara cual helado aunque, para qué engañarme, Mikhail no era de esos así que la idea seguro que venía de Dy. Miré alo ofuscado al más mayor del grupo y luego seguí andando.
Se levantó una suave brisa helada, cortante, que hizo ondear ligeramente mis lacios cabellos castaños y llevó consigo el eco de aquel sonido que antes había inundado el ambiente. Debía confesarlo que era un tanto inquietante, alaridos de animales, resueno de pisadas, nube de nieve blanca, el hielo ahora vibraba. Ahora venía ahora paraba. Me sentía en una película de miedo, casi solo le faltaba la música de banda sonora típica: floja, apremiante y acelerando cada vez su ritmo a medida que el protagonista se acercaba al monstruo de turno. Ahora seguramente estuviera a punto de rozar ese clímax o al menos aquello pensaba yo. ¿Y los demás? ¿Qué habían encontrado ellos?
Coloqué las manos en los bolsillos de mi grueso y largo abrigo sintético, había sido confeccionado en su momento para que fuera resistente a las altas temperaturas que se experimentaban en las naves exploradoras del espacio, cuando aún estábamos fuera del planeta esperando a nuestro retorno; y ahora habían sido cedillos a la Organización para que los aprovechásemos en nuestras misiones. Este había sido la primera oportunidad tenida de hacerlo. Se me helaban los dedos a pesar de los guantes y aquello era una sensación extremadamente desagradable, como les pasara algo y me quedara sin poder hacer juegos de cartas... tendría que buscarme otro hobbie con el que matar el tiempo. Horror.
A mi lado se encontraban mi buen amigo Dylan y una de las integrantes más nuevas y jóvenes del grupo, Svetlana, quién se trataba de una chica bastante extraña a mi modo de ver. El silencio nos envolvía pues al parecer no había dado con los compañeros más charlatanes del sorteo, qué suerte la mía.
Fruncí el ceño, el frío no era para mí joder era italiano, el clima mediterráneo era aquel en el que había crecido y en ese ecosistema nevaba solo en zonas altas y de tanto en cuando en invierno, nevadas débiles y no paramos de hielo glaciar. No, sin duda Mik debía haberle hecho mucha gracia mandarme ahí a que me congelara cual helado aunque, para qué engañarme, Mikhail no era de esos así que la idea seguro que venía de Dy. Miré alo ofuscado al más mayor del grupo y luego seguí andando.
Se levantó una suave brisa helada, cortante, que hizo ondear ligeramente mis lacios cabellos castaños y llevó consigo el eco de aquel sonido que antes había inundado el ambiente. Debía confesarlo que era un tanto inquietante, alaridos de animales, resueno de pisadas, nube de nieve blanca, el hielo ahora vibraba. Ahora venía ahora paraba. Me sentía en una película de miedo, casi solo le faltaba la música de banda sonora típica: floja, apremiante y acelerando cada vez su ritmo a medida que el protagonista se acercaba al monstruo de turno. Ahora seguramente estuviera a punto de rozar ese clímax o al menos aquello pensaba yo. ¿Y los demás? ¿Qué habían encontrado ellos?
Luca ViatellaMiembro de La Organización - Cantidad de envíos : 219
Fecha de inscripción : 09/02/2010
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Edad: 25 años
Nivel/Poder: Nivel 7. Ganar siempre al póker xD
Resistencia mental:
(6/10)
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Para Alexandre di Pietro
Alcé los ojos hacia Alexandre, dirigiéndole de soslayo una mirada hosca por su respuesta a la pregunta que le acababa de formular. Siempre era así, se creía una especie de ser perfecto y eso le empujaba a pensar que los demás eran seres simples que se contentaban cosas simples y, en ese caso particular, con respuestas simples. Le di un suave golpe en el brazo que daba hacia mí para expresar mi cabreo.
-Ya sé que estamos buscando al bicho que tiene como menú mutantes, idiota, pero mi pregunta iba hacia algo más específico. Te la reformulo, ¿vale?: ¿se te ocurre qué coño podemos estar buscando exactamente? -Le dije finalmente dibujando una felina sonrisa en mis labios-. Imagino que ahora me has entendido.
Le miré durante unos segundos más y seguí avanzando con mi característico andar lleno de indiferencia hacia el mundo, los brazos cruzados y el ceño ligeramente fruncido. Por una parte quería que se callara y desapareciera, que me dejara en paz; por otra en cambio su charla resultaba en cierto grado tranquilizadora y amena, aunque aquello no lo iba a confesar nunca en voz alta y suerte tenía de que mi mente fuera casi inexpugnable.
- ¿Nerviosa? ¿Nerviosa, yo? ¡Qué si estoy nerviosa! Pues tú qué te crees. Estamos en medio de un desierto de hielo, en medio de la nada, sin saber hacia donde debemos dirigirnos para encontrar lo que buscamos, ni realmente que estamos buscado y, de hecho, si lo que estamos buscando sería mejor que no lo encontráramos. Vamos a perdernos y a helarnos de frío, ¿de acuerdo? Y entonces las cosas esas nos encontrarán sin necesidad que las busquemos y caput -espeté, ale, ya lo había dicho. Me enfurruñé conmigo misma y le di la espalda.
Alcé los ojos hacia Alexandre, dirigiéndole de soslayo una mirada hosca por su respuesta a la pregunta que le acababa de formular. Siempre era así, se creía una especie de ser perfecto y eso le empujaba a pensar que los demás eran seres simples que se contentaban cosas simples y, en ese caso particular, con respuestas simples. Le di un suave golpe en el brazo que daba hacia mí para expresar mi cabreo.
-Ya sé que estamos buscando al bicho que tiene como menú mutantes, idiota, pero mi pregunta iba hacia algo más específico. Te la reformulo, ¿vale?: ¿se te ocurre qué coño podemos estar buscando exactamente? -Le dije finalmente dibujando una felina sonrisa en mis labios-. Imagino que ahora me has entendido.
Le miré durante unos segundos más y seguí avanzando con mi característico andar lleno de indiferencia hacia el mundo, los brazos cruzados y el ceño ligeramente fruncido. Por una parte quería que se callara y desapareciera, que me dejara en paz; por otra en cambio su charla resultaba en cierto grado tranquilizadora y amena, aunque aquello no lo iba a confesar nunca en voz alta y suerte tenía de que mi mente fuera casi inexpugnable.
- ¿Nerviosa? ¿Nerviosa, yo? ¡Qué si estoy nerviosa! Pues tú qué te crees. Estamos en medio de un desierto de hielo, en medio de la nada, sin saber hacia donde debemos dirigirnos para encontrar lo que buscamos, ni realmente que estamos buscado y, de hecho, si lo que estamos buscando sería mejor que no lo encontráramos. Vamos a perdernos y a helarnos de frío, ¿de acuerdo? Y entonces las cosas esas nos encontrarán sin necesidad que las busquemos y caput -espeté, ale, ya lo había dicho. Me enfurruñé conmigo misma y le di la espalda.
Kirsten S. TrachtenbergMiembro de Ragnarök - Cantidad de envíos : 211
Fecha de inscripción : 22/03/2010
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Edad: 19 años.
Nivel/Poder: Elementalista con el control del fuego (Nivel 4), no puede crearlo de la nada pero sí hacer cualquier cosa con él. Si se descontrola puede llegar a ser muy peligrosa.
Resistencia mental:
(9/10)
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Para Skyler:
Max sacudió la cabeza un llegar a captar la intención de las palabras de su compañero y el motivo del tono que le dirigía, para él aquello no era algo de obviedad o no pues simplemente su personalidad era en sí, por naturaleza, algo seca en lo que se refería a las relaciones sociales. Igualmente él tampoco se consideraba un hombre antipático, simplemente porque tampoco daba la oportunidad para ello: se concentraba en aquello que tenía entre manos y lo llevaba a cabo lo mejor posible, eficiente, así era él. Habla lo necesario y lo oportuno, cuando debía sí y cuando no debía no, y si era requerimiento el hacer algo de forma solitaria lo hacía de la misma forma que si tenía que ir en grupo o en pareja, como era aquel caso.
-Y eso mismo es lo que hago -respondió finalmente, dirigió su mirada de yono castaño oscura hacia Skyler, su rostro parecía serio aunque era debido a sus facciones genéticamente como de hierro y no porque aquella fuera su expresión-: protejo a mis compañeros, a los míos.
A continuación hizo un gesto con su cabeza, un movimiento algo brusco que pretendía ser un asentimiento pero que mantenía aquella rigidez característica de las ordenes militares, y siguió su firme paso hacia delante. Alerta, cauteloso, se había dado cuenta de que el silencio les había envuelto y sabía que después del silencio nunca solía haber nada bueno.
Se detuvo ante las palabras de su compañero y miró hacia la dirección que este indicaba, con gestos cautelosos. Lo comprobó rápidamente: eran cuatro figuras, dos chicos y dos chicas, no reconocía a ninguno de ellos por lo que le era imposible saber si se trataban de humanos o mutantes, aunque por las pintas de uno de los chicos lo más probable era que fuera un mutantes muy traumatizado, o eso o era un humano con un particular sentido del humor. Rápidamente hizo un gesto de asentimiento hacia Skyler sin mediar palabra alguna y reanudó su marcha, con todo su inmenso tamaño derecho a cada paso. Se enteraría ahora de quiénes eran.
Max sacudió la cabeza un llegar a captar la intención de las palabras de su compañero y el motivo del tono que le dirigía, para él aquello no era algo de obviedad o no pues simplemente su personalidad era en sí, por naturaleza, algo seca en lo que se refería a las relaciones sociales. Igualmente él tampoco se consideraba un hombre antipático, simplemente porque tampoco daba la oportunidad para ello: se concentraba en aquello que tenía entre manos y lo llevaba a cabo lo mejor posible, eficiente, así era él. Habla lo necesario y lo oportuno, cuando debía sí y cuando no debía no, y si era requerimiento el hacer algo de forma solitaria lo hacía de la misma forma que si tenía que ir en grupo o en pareja, como era aquel caso.
-Y eso mismo es lo que hago -respondió finalmente, dirigió su mirada de yono castaño oscura hacia Skyler, su rostro parecía serio aunque era debido a sus facciones genéticamente como de hierro y no porque aquella fuera su expresión-: protejo a mis compañeros, a los míos.
A continuación hizo un gesto con su cabeza, un movimiento algo brusco que pretendía ser un asentimiento pero que mantenía aquella rigidez característica de las ordenes militares, y siguió su firme paso hacia delante. Alerta, cauteloso, se había dado cuenta de que el silencio les había envuelto y sabía que después del silencio nunca solía haber nada bueno.
Se detuvo ante las palabras de su compañero y miró hacia la dirección que este indicaba, con gestos cautelosos. Lo comprobó rápidamente: eran cuatro figuras, dos chicos y dos chicas, no reconocía a ninguno de ellos por lo que le era imposible saber si se trataban de humanos o mutantes, aunque por las pintas de uno de los chicos lo más probable era que fuera un mutantes muy traumatizado, o eso o era un humano con un particular sentido del humor. Rápidamente hizo un gesto de asentimiento hacia Skyler sin mediar palabra alguna y reanudó su marcha, con todo su inmenso tamaño derecho a cada paso. Se enteraría ahora de quiénes eran.
LilithLíder de Ragnarök - Cantidad de envíos : 2769
Fecha de inscripción : 28/12/2009
Localización : Por ahí las llanuras heladas si es que sigo con vida.
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Edad: 23 años
Nivel/Poder: Molecular (9): invisivilidad, intangencia, teletransporte, transubstanción, elasticidad, dureza,... No sabes la de cosas que puedo hacer con mi cuerpo.
Resistencia mental:
(6/10)
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Quietos. Deteneos. Algo se vuelve a mover en el horizonte desdibujado y blanco. El cielo es tan claro que parece fundirse con el hielo en ese no tan lejano punto pero entonces claramente veis unas sombras negras cortadas tras la poca luz solar. Ellas avanzan hacia delante y empiezan a separarse, tomando direcciones diferentes, se dirigen hacia vosotros: hacia cada uno de vosotros. Lentamente, un paso tras otro. Sus siluetas se encuentran a contra luz y esos os hace imposible poder ver detalles de sus aspectos físicos, sin embargo, algunos constáis que los que se acercan no caminan del todo derechos y otros que deben llevar algún tipo de mochila en la espalda porque veis el volumen que esta ocupa. Se acercan hasta que ya los tenéis a unos pasos, entonces se detienen y os clavan sus extraña miradas.
El grupo de mutantes y humanos formado por Skyler y Max Willer y Harley Quinn, Ivayne Lann, Alexander Laggan y Katherine Lemacks pueden finalmente ver la figura de lo que parece una mujer joven. A primera vista sin duda alguna destacáis en ella el tono de su piel, este es de un extraño azul algo gris, sus cabellos son violáceos y caen lisos pero despeinados, más bien incluso engreñados; les mira y su iris es más grande de lo usual, de un tono azul eléctrico y con unas pupilas casi de reptil, no tiene apenas parte blanca. Pero hay algo que no pueden dejar de mirar en ella, algo que nunca habías visto antes: todo su cuerpo está cubierto de pinchos comos largas agujas, como si fuera un erizo; salen de su rostro, de su cuello, de sus brazos, manos torso, piernas y adivinan que incluso de sus pies.
El pequeño grupo de Mikhail Kostova, Iron Man y Nina Noir, en cambio, se topan con la sorprendente visita de un hombre. Es uno de los que camina encorvados y, cuando le ven acercarse, se dan cuenta de que tiene toda la columna vertebral marcada en su espalda, los músculos de sus hombros están increíblemente tensos y de esta forma puede mantener su cabeza erguida para mirar hacia delante a pesar de su curvatura. El hombre posee unos extraordinarios brazos que siguen la misma desarrollada musculatura de los hombros pero es que sus manos, las cuales cuelgan a la altura de las rodillas, más que manos parecen unas garras por los dedos huesudos y las afiladísimas uñas que los coronan, son absolutamente negras. Sus ojos poseen el mismo color opaco y vacío.
El tercer grupo, formado únicamente los mutantes Lilit, Neysa Stark, Enid West y Ben Adams, topan también con un hombre pero este es tan grande que hace verdadera competencia a Max Willer en tamaño. Cuando camina parece desprender una seguridad que los demás no poseen y él mira a los mutantes con un brillo de decisión. Su piel es verde pardo, con manchas en diversas zonas, son cambios de color sin una forma fija y completamente aleatorios pero en algunos lugares se puede apreciar que su piel no es fina como es usual sino rugoso: parecen las escamas de una serpiente o de un pez y están envueltas de un tejido como si se tratara de una erupción. Pueden apreciar que aquellas manchas se han ido extendiendo lentamente por el cuerpo del hombre y quien sabe si algún día terminará toda su piel en se estado. Sus ojos son de un amarillo ámbar que refleja la poca luz que recibe pero lo que destaca de él es la extraña forma de su sonrisa: muestra una dentadura anormalmente afilada, como si cada diente fuera un colmillo o una sierra y, lo que es peor, detrás de esa hilera de dientes hay una segunda. Un tiburón.
Los grupos de Alexander y Kirsten y Luca, Dylan y Svetlana, reciben, a pesar de la distancia que los separa, aparentemente la visita del mismo inquilino: una adolescente. Sin duda alguna es la más joven de todos y no parece tan extraña como ellos pero lentamente al irse fijando uno puede apreciar las diferencias. Los dedos de sus manos por ejemplo, son absolutamente palmeados igual que los de los anfibios, su nariz es extremadamente chata y casi desaparece en su rostro. No mira a nadie, de hecho sus ojos vagan por puntos indefinidos mientras se tambalea un poco de un lado a otro al andar, las manos le bailan cada vez que intenta mantener el equilibro. En el cuello, no obstante, destaca una mancha de nuevo sin forma alguna y más bien rojiza, aunque no parece poseer más en el resto de su cuerpo. ¿Como está en los dos lugares? Claro, son unas gemelas.
Todos se acercan en silencio y con el mismo ritmo acompasado, todos los pasos los dan a la vez y eso provoca en el hielo una vibración, un sonido y el levantamiento del polvo de nieve que se acumula sobre la capa de escarcha. Caminan hasta que, aparentemente al ver compañía, se detienen a la par.
El grupo de mutantes y humanos formado por Skyler y Max Willer y Harley Quinn, Ivayne Lann, Alexander Laggan y Katherine Lemacks pueden finalmente ver la figura de lo que parece una mujer joven. A primera vista sin duda alguna destacáis en ella el tono de su piel, este es de un extraño azul algo gris, sus cabellos son violáceos y caen lisos pero despeinados, más bien incluso engreñados; les mira y su iris es más grande de lo usual, de un tono azul eléctrico y con unas pupilas casi de reptil, no tiene apenas parte blanca. Pero hay algo que no pueden dejar de mirar en ella, algo que nunca habías visto antes: todo su cuerpo está cubierto de pinchos comos largas agujas, como si fuera un erizo; salen de su rostro, de su cuello, de sus brazos, manos torso, piernas y adivinan que incluso de sus pies.
El pequeño grupo de Mikhail Kostova, Iron Man y Nina Noir, en cambio, se topan con la sorprendente visita de un hombre. Es uno de los que camina encorvados y, cuando le ven acercarse, se dan cuenta de que tiene toda la columna vertebral marcada en su espalda, los músculos de sus hombros están increíblemente tensos y de esta forma puede mantener su cabeza erguida para mirar hacia delante a pesar de su curvatura. El hombre posee unos extraordinarios brazos que siguen la misma desarrollada musculatura de los hombros pero es que sus manos, las cuales cuelgan a la altura de las rodillas, más que manos parecen unas garras por los dedos huesudos y las afiladísimas uñas que los coronan, son absolutamente negras. Sus ojos poseen el mismo color opaco y vacío.
El tercer grupo, formado únicamente los mutantes Lilit, Neysa Stark, Enid West y Ben Adams, topan también con un hombre pero este es tan grande que hace verdadera competencia a Max Willer en tamaño. Cuando camina parece desprender una seguridad que los demás no poseen y él mira a los mutantes con un brillo de decisión. Su piel es verde pardo, con manchas en diversas zonas, son cambios de color sin una forma fija y completamente aleatorios pero en algunos lugares se puede apreciar que su piel no es fina como es usual sino rugoso: parecen las escamas de una serpiente o de un pez y están envueltas de un tejido como si se tratara de una erupción. Pueden apreciar que aquellas manchas se han ido extendiendo lentamente por el cuerpo del hombre y quien sabe si algún día terminará toda su piel en se estado. Sus ojos son de un amarillo ámbar que refleja la poca luz que recibe pero lo que destaca de él es la extraña forma de su sonrisa: muestra una dentadura anormalmente afilada, como si cada diente fuera un colmillo o una sierra y, lo que es peor, detrás de esa hilera de dientes hay una segunda. Un tiburón.
Los grupos de Alexander y Kirsten y Luca, Dylan y Svetlana, reciben, a pesar de la distancia que los separa, aparentemente la visita del mismo inquilino: una adolescente. Sin duda alguna es la más joven de todos y no parece tan extraña como ellos pero lentamente al irse fijando uno puede apreciar las diferencias. Los dedos de sus manos por ejemplo, son absolutamente palmeados igual que los de los anfibios, su nariz es extremadamente chata y casi desaparece en su rostro. No mira a nadie, de hecho sus ojos vagan por puntos indefinidos mientras se tambalea un poco de un lado a otro al andar, las manos le bailan cada vez que intenta mantener el equilibro. En el cuello, no obstante, destaca una mancha de nuevo sin forma alguna y más bien rojiza, aunque no parece poseer más en el resto de su cuerpo. ¿Como está en los dos lugares? Claro, son unas gemelas.
Todos se acercan en silencio y con el mismo ritmo acompasado, todos los pasos los dan a la vez y eso provoca en el hielo una vibración, un sonido y el levantamiento del polvo de nieve que se acumula sobre la capa de escarcha. Caminan hasta que, aparentemente al ver compañía, se detienen a la par.
AmorphsNarración - Cantidad de envíos : 17
Fecha de inscripción : 04/05/2011
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Allí permanecíamos nosotros tratando de saber que sucedía tras volvernos a encontrar, observando aquellos seres que descendían de.... vete tú a saber de dónde.
Por lo visto dos chicas más se habían acercado, sólo reconocí a la amiga de Ney, Enid, aquella con la que por desgracia o por suerte no tenía precisamente una buena relación...
Obvié el detalle de sus presencias y volví mi vista contra aquello que se nos acercaba... ¿Qué se supone que era?
Era, al menos por su silueta un hombre, de gran, GRAN, tamaño, excesivamente superior al mío, aunque yo más bien fuese de aquellos chicos poco significativos físicamente... y superior incluso a aquel mutante con el que me había topado hace tiempo y del cuál no sabía nada.
Varios metros más allá, podíamos observar un brillo cegador del cuál se suponían que provenían más sujetos como aquel que caminaba sin mediar palabra hacia nosotros, ¿qué se supone que debíamos hacer? Le observé con aquellos pasos lentos, aquellos que parecían dibujar un camino en la nieve...
Di un paso hacia delante, por delante de Ney, sin alertar a aquel extraño que invadía la zona, obviamente al menos por su cuerpo, no era una amenaza aparente.
No podía negar que aquella luz absorbía mi ser, mis ojos se sentían como... ¿hipnotizados?
Sí, algo así... Aquella luz me hipnotizaba, no podía dejar de observarla y de analizar al mismo tiempo la envergadura de la sombra de quien se nos acercaba. ¿Sería él el causante de los gritos?
Por lo visto dos chicas más se habían acercado, sólo reconocí a la amiga de Ney, Enid, aquella con la que por desgracia o por suerte no tenía precisamente una buena relación...
Obvié el detalle de sus presencias y volví mi vista contra aquello que se nos acercaba... ¿Qué se supone que era?
Era, al menos por su silueta un hombre, de gran, GRAN, tamaño, excesivamente superior al mío, aunque yo más bien fuese de aquellos chicos poco significativos físicamente... y superior incluso a aquel mutante con el que me había topado hace tiempo y del cuál no sabía nada.
Varios metros más allá, podíamos observar un brillo cegador del cuál se suponían que provenían más sujetos como aquel que caminaba sin mediar palabra hacia nosotros, ¿qué se supone que debíamos hacer? Le observé con aquellos pasos lentos, aquellos que parecían dibujar un camino en la nieve...
Di un paso hacia delante, por delante de Ney, sin alertar a aquel extraño que invadía la zona, obviamente al menos por su cuerpo, no era una amenaza aparente.
No podía negar que aquella luz absorbía mi ser, mis ojos se sentían como... ¿hipnotizados?
Sí, algo así... Aquella luz me hipnotizaba, no podía dejar de observarla y de analizar al mismo tiempo la envergadura de la sombra de quien se nos acercaba. ¿Sería él el causante de los gritos?
Ben AdamsIntegrante de Eirene - Cantidad de envíos : 217
Fecha de inscripción : 08/08/2010
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Edad: 25
Nivel/Poder: Nivel 4. Transformación : Se transforma en un zorro, a su antojo, sin dolor y con gran facilidad. Es su primer animal. A día de hoy se ha transformado en tigre de Siberia en 2 ocasiones, aún le queda mucho para dominar dicha transformación. No obstante, al fin domina pequeñas transformaciones como trasnformaciones de algunos de sus miembros corporales para confundirse en el entorno, o cambiar su pelo de color, sus ojos, su piel, entre otros.
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Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Las dos figuras ya se podían ver claras... eran dos hombres, uno rubio vestido de verde, y el otro grandote de pelo corto y negro. Se acercaban a una velocidad moderada, como si fuéramos un almacén y ellos solo pasaban para comprar algo, tal vez ni siquiera nos prestábamos atención, porque aquella extraña sensación seguía firme en nuestros sentidos, y el hecho de sentirla cada vez mas fuerte nos hacía olvidar de lo demás.
Cuando ellos ya estaban a unos 5 o 6 metros de nosotros, era fácil darse cuenta que ya iban lento, claro... ni los conocíamos, ni ellos a nosotros. Pero se detuvieron, y en ese momento lo pude darme cuenta de lo que pasaba, Varias sombras oscuras a la distancia parecían acercarse, y al mismo tiempo se separaban en direcciones diferentes y una de las figuras nos había interceptado, la figura de una mujer joven. Sus rasgos y detalles eran extraños, tal vez mas extraños que los de un mutante, ¿Serán acaso mutantes también?.
Su piel era de un azul grisáceo, como si su cuerpo hubiera sufrido las hostilidades del frío y la nieve en una especie de hipotermia controlada. Otra cosa que inmediatamente noté fue la forma en que toda su piel estaba cubierta de espinas, hasta en su rostro, manos y articulaciones.
Era algo que difícilmente podíamos dejar de ver. y por lo visto, ella también nos miraba a nosotros, con sus ojos también extraños, de un azul eléctrico, con una mirada profunda y penetrante acentuada por sus iris grandes, y cada vez que me miraba a mi, esa extraña sensación se volvía mas fuerte.
La distancia entre la mujer y los sujetos, los sujetos y nosotros, y nosotros y la mujer formaba un triangulo exacto, en el que nadie quería acercarse...
Cuando ellos ya estaban a unos 5 o 6 metros de nosotros, era fácil darse cuenta que ya iban lento, claro... ni los conocíamos, ni ellos a nosotros. Pero se detuvieron, y en ese momento lo pude darme cuenta de lo que pasaba, Varias sombras oscuras a la distancia parecían acercarse, y al mismo tiempo se separaban en direcciones diferentes y una de las figuras nos había interceptado, la figura de una mujer joven. Sus rasgos y detalles eran extraños, tal vez mas extraños que los de un mutante, ¿Serán acaso mutantes también?.
Su piel era de un azul grisáceo, como si su cuerpo hubiera sufrido las hostilidades del frío y la nieve en una especie de hipotermia controlada. Otra cosa que inmediatamente noté fue la forma en que toda su piel estaba cubierta de espinas, hasta en su rostro, manos y articulaciones.
Era algo que difícilmente podíamos dejar de ver. y por lo visto, ella también nos miraba a nosotros, con sus ojos también extraños, de un azul eléctrico, con una mirada profunda y penetrante acentuada por sus iris grandes, y cada vez que me miraba a mi, esa extraña sensación se volvía mas fuerte.
La distancia entre la mujer y los sujetos, los sujetos y nosotros, y nosotros y la mujer formaba un triangulo exacto, en el que nadie quería acercarse...
Alexander Laggan- Cantidad de envíos : 43
Fecha de inscripción : 18/04/2011
Localización : Córdoba, Argentina
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Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Para Luca y Svetlana.
Aquel día iba a ser un día muy malo. Lo sabía desde que me había despertado a las cuatro de la mañana sin poder volver a caer en el sueño y, aunque el tiempo en teoría me debería de haber mostrado que sería un día normal, había hecho lo contrario. Primero el no dormir, después el levantarse temprano para reunirse con Mikhail, salir con el jodido frío y encima irnos a la parte más fría de todo el planeta. ¡Toma ya! Si es que donde esté la inteligencia de La Organización... Sí, Mikhail esta vez se había mostrado bastante torpe. Mira, vale que quieras investigar el polo pero hijo, hazlo en verano que al menos no estaremos como cubitos de hielo.
Me crují los dedos de las manos un par de veces pues, junto con la cara, era lo que más frío llevaba. Si es que habría que hacer un poco más de caso a Dylan que es el único pensante en la administración de la organización o... al menos, eso es lo que parece últimamente.
-Oye Luca, si regatza es muchacha.... ¿"Regatzo" es muchacho? -Solté una limpia carcajada. Habría podido tirarme todo el camino hablando pero... bah, prefería meterle tensión y que todos padeciesen del nerviosismo del cual yo carecía.
Me metí las manos en los bolsillos cuando comenzaron los temblores, las cosas raras y las cosas más raras aún. Si no fuese porque le había prometido mentalmente a Mikhail que aquel día respondería a mis obligaciones (Solía responder a todas aunque siempre a mi manera), habría salido corriendo en cuanto me hubiesen dado la oportunidad. ¡Qué lástima joder!
Fue entonces cuando a lo lejos se vio la figura de un hombre deforme. Me quedé con una ceja alzada durante lo que fueron varios instantes. ¿Qué podía hacer? Pues parecía que no venía con cara de amigos. ¿Nos atacaría? Me crucé de brazos antes de soltar un profundo suspiro.
-Joder, éramos pocos y parió la abuela -Maldije por lo bajo. -¿Y ahora qué hacemos, amiguchis?
Aquel día iba a ser un día muy malo. Lo sabía desde que me había despertado a las cuatro de la mañana sin poder volver a caer en el sueño y, aunque el tiempo en teoría me debería de haber mostrado que sería un día normal, había hecho lo contrario. Primero el no dormir, después el levantarse temprano para reunirse con Mikhail, salir con el jodido frío y encima irnos a la parte más fría de todo el planeta. ¡Toma ya! Si es que donde esté la inteligencia de La Organización... Sí, Mikhail esta vez se había mostrado bastante torpe. Mira, vale que quieras investigar el polo pero hijo, hazlo en verano que al menos no estaremos como cubitos de hielo.
Me crují los dedos de las manos un par de veces pues, junto con la cara, era lo que más frío llevaba. Si es que habría que hacer un poco más de caso a Dylan que es el único pensante en la administración de la organización o... al menos, eso es lo que parece últimamente.
-Oye Luca, si regatza es muchacha.... ¿"Regatzo" es muchacho? -Solté una limpia carcajada. Habría podido tirarme todo el camino hablando pero... bah, prefería meterle tensión y que todos padeciesen del nerviosismo del cual yo carecía.
Me metí las manos en los bolsillos cuando comenzaron los temblores, las cosas raras y las cosas más raras aún. Si no fuese porque le había prometido mentalmente a Mikhail que aquel día respondería a mis obligaciones (Solía responder a todas aunque siempre a mi manera), habría salido corriendo en cuanto me hubiesen dado la oportunidad. ¡Qué lástima joder!
Fue entonces cuando a lo lejos se vio la figura de un hombre deforme. Me quedé con una ceja alzada durante lo que fueron varios instantes. ¿Qué podía hacer? Pues parecía que no venía con cara de amigos. ¿Nos atacaría? Me crucé de brazos antes de soltar un profundo suspiro.
-Joder, éramos pocos y parió la abuela -Maldije por lo bajo. -¿Y ahora qué hacemos, amiguchis?
Dylan BlackMiembro de La Organización - Cantidad de envíos : 235
Fecha de inscripción : 04/02/2010
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Edad: 34
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Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Para Max y los demás
Vaya hombre, con este tío no iba a llegar a ninguna parte. Parecía totalmente abstraido en sí mismo, como si fuese algún soldado paramilitar o algo por el estilo. Aunque en una guerra contra los que nos quieren matar, ¿quién no puede ser considerado un militar? Aun así, ninguno teníamos ese caracter tan... seco. En fín, lo mejor sería dejarlo estar y continuar con nuestro camino.
Pudimos ver con claridad a las cuatro figuras, además reconocí a la humana con la que había tenido un roce en las ruinas. Tal vez fuesen todos humanos, o hubiese algún mutante. Si había algún mutante, no era fiel a nuestra causa, pues no reconocía ninguno de los otros rostros del grupo.
Tras detenernos a unos metros del grupo, una figura extraña se acercaba a donde estábamos los seis. Parecía ser una jóven, pero no era humana ni había visto nunca un mutante como ella: su tez azul grisácea y las espinas que cubrían todo su cuerpo eran elementos que no había visto en todos lo años que llevo en Rägnarok. Además, esas pupilas de color azul eléctrico me ponían los pelos de punta.
Lo único de lo que estaba seguro era que esa situación no podía estar más descontrolada: humanos y "algo más" en el mismo lugar que dos mutantes. No era bueno para nosotros, así que tuve que tomar la iniciativa hostil.
Preparé el arco en posición ofensiva, cargando una flecha en él. Me puse en posición para disparar la flecha en caso de cualquier movimiento brusco.
-Ten cuidado, hay humanos aquí además de ese bicho.-le dije a mi compañero.-No bajes la guardia en ningún momento, soldadito.
Vaya hombre, con este tío no iba a llegar a ninguna parte. Parecía totalmente abstraido en sí mismo, como si fuese algún soldado paramilitar o algo por el estilo. Aunque en una guerra contra los que nos quieren matar, ¿quién no puede ser considerado un militar? Aun así, ninguno teníamos ese caracter tan... seco. En fín, lo mejor sería dejarlo estar y continuar con nuestro camino.
Pudimos ver con claridad a las cuatro figuras, además reconocí a la humana con la que había tenido un roce en las ruinas. Tal vez fuesen todos humanos, o hubiese algún mutante. Si había algún mutante, no era fiel a nuestra causa, pues no reconocía ninguno de los otros rostros del grupo.
Tras detenernos a unos metros del grupo, una figura extraña se acercaba a donde estábamos los seis. Parecía ser una jóven, pero no era humana ni había visto nunca un mutante como ella: su tez azul grisácea y las espinas que cubrían todo su cuerpo eran elementos que no había visto en todos lo años que llevo en Rägnarok. Además, esas pupilas de color azul eléctrico me ponían los pelos de punta.
Lo único de lo que estaba seguro era que esa situación no podía estar más descontrolada: humanos y "algo más" en el mismo lugar que dos mutantes. No era bueno para nosotros, así que tuve que tomar la iniciativa hostil.
Preparé el arco en posición ofensiva, cargando una flecha en él. Me puse en posición para disparar la flecha en caso de cualquier movimiento brusco.
-Ten cuidado, hay humanos aquí además de ese bicho.-le dije a mi compañero.-No bajes la guardia en ningún momento, soldadito.
SkylerMiembro de Ragnarök - Cantidad de envíos : 91
Fecha de inscripción : 25/01/2011
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Edad: 29
Nivel/Poder: Molecular (6): Es capaz de hacerse intangente o duro como el acero casi instintivamente. Puede volverse flexible, pero necesita un poco de concentración y puede volverse invisible durante un breve periodo de tiempo, pero requiere bastante concentración para volverse totalmente invisible.
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Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Para Skyler, Harley, Ivayne, Alexandre, Katherine & Co.:
Max estaba acostumbrado a que la gente tuviera aquel tipo de reacción con él, porque siempre había sido así y no podría evitarlo nunca. Creían que era frío, duro, obcecado en su lucha personal y no se daban cuenta de que era todo lo contrario. Bueno, tal vez no exactamente todo lo contrario pero no era un hombre frío: él había amado, a su hermano, a sus madres, a su sobrina, a su prometida; había tenido sus amigos entre los compañeros del ejército y había salido muchas veces; había reído y había guardado tesoros, pero los había perdido todos y ahora tan solo le quedaban sus recuerdos. Podría crear de nuevos, lo sabía, pero era difícil y complicado, más aún en periodos de guerra como aquel en el que se encontraban. Pero Max no había cerrado las puertas a ello, solo estas se habían endurecido un poco más porque él siempre había sido un poco duro de mollera.
El hombre sin embargo tenía ahora asuntos más importantes que tratar que sus relaciones personales pues, no solo su compañero de equipo y él acababan de encontrarse con un grupo formado por individuos desconocidos y posiblemente sospechosos, sino que además acaba de sumarse a ellos un tercer ser. La palabras más adecuada para definirlo solo podía ser aquella pues, aunque tenía evidentes características humanoides, destacaba por atributos que Max nunca había visto antes ni siquiera en los transformistas más experimentados.
-Descuida -susurró. Movió los dedos mientras ponía todos sus entrenados músculos en tensión pero trató de mantener su serenidad y seguir el protocolo establecido-: Vosotros, identificaos -Si eran mutantes de la ciudad secreta, sabrían que aquello correspondía a decir su nombre completo, poder y fecha cercana de llegada a la ciudad.
Max estaba acostumbrado a que la gente tuviera aquel tipo de reacción con él, porque siempre había sido así y no podría evitarlo nunca. Creían que era frío, duro, obcecado en su lucha personal y no se daban cuenta de que era todo lo contrario. Bueno, tal vez no exactamente todo lo contrario pero no era un hombre frío: él había amado, a su hermano, a sus madres, a su sobrina, a su prometida; había tenido sus amigos entre los compañeros del ejército y había salido muchas veces; había reído y había guardado tesoros, pero los había perdido todos y ahora tan solo le quedaban sus recuerdos. Podría crear de nuevos, lo sabía, pero era difícil y complicado, más aún en periodos de guerra como aquel en el que se encontraban. Pero Max no había cerrado las puertas a ello, solo estas se habían endurecido un poco más porque él siempre había sido un poco duro de mollera.
El hombre sin embargo tenía ahora asuntos más importantes que tratar que sus relaciones personales pues, no solo su compañero de equipo y él acababan de encontrarse con un grupo formado por individuos desconocidos y posiblemente sospechosos, sino que además acaba de sumarse a ellos un tercer ser. La palabras más adecuada para definirlo solo podía ser aquella pues, aunque tenía evidentes características humanoides, destacaba por atributos que Max nunca había visto antes ni siquiera en los transformistas más experimentados.
-Descuida -susurró. Movió los dedos mientras ponía todos sus entrenados músculos en tensión pero trató de mantener su serenidad y seguir el protocolo establecido-: Vosotros, identificaos -Si eran mutantes de la ciudad secreta, sabrían que aquello correspondía a decir su nombre completo, poder y fecha cercana de llegada a la ciudad.
LilithLíder de Ragnarök - Cantidad de envíos : 2769
Fecha de inscripción : 28/12/2009
Localización : Por ahí las llanuras heladas si es que sigo con vida.
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Edad: 23 años
Nivel/Poder: Molecular (9): invisivilidad, intangencia, teletransporte, transubstanción, elasticidad, dureza,... No sabes la de cosas que puedo hacer con mi cuerpo.
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Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Dylan, Svetlana y "la" bicho
Miré a mi compañero con una ceja arqueada por encima del lazo flequillo que caía a veces sobre mis ojos debido a la suave presión de mi sombrero. Dylan a veces se superaba en idiotez y ponía en duda que realmente él fuera el mayor del grupo y, por lo tanto, el más maduro. Pero debía aceptar que tenía mucha chispa y a veces me preguntaba hasta que punto podríamos ambos formar un dúo cómico. Quien sabe, tal vez en un momento donde hubiera menos mutantes rabiosos por matarnos, podría ser algo factible. Tendría que pensarlo...
Me eché a reír antes de contestarle.
-Pues así es aunque no se pronuncia 'ragatzo' -dije enfatizando mucho su terrible forma de decir aquella palabra italiana- sino ragazzo -En mi boca, en cambio, sonó con su habitual musicalidad. ¿No era el italiano a caso la lengua más hermosa existente?
Lamentablemente para nosotros, se nos acabó la cháchara muy rápidamente ya que en aquel momento en que yo sentía como la música de suspense se iba crispando, anunciando el inminente susto, apareció ante nosotros una figura. Se había separado de un grupo que se había formado a lo lejos y se había ido acercando hacia donde nos encontrábamos como si realmente fuera con la intención de que topásemos.
Era pequeña, joven pero tenía de humana todo lo que yo de chino; vamos, absolutamente nada más que el blanco de los ojos.
-¿Dónde están tus modales, Dylan? -respondí mirándole a la vez que negaba con la cabeza, luego me dirigí hacia la extraña en un esfuerzo por sonar cordial-: Hola, pequeña, ¿quién eres? -Mi mano, no obstante, se desvió hacia mi arma, guardada en la cara interna de mi chaqueta.
Miré a mi compañero con una ceja arqueada por encima del lazo flequillo que caía a veces sobre mis ojos debido a la suave presión de mi sombrero. Dylan a veces se superaba en idiotez y ponía en duda que realmente él fuera el mayor del grupo y, por lo tanto, el más maduro. Pero debía aceptar que tenía mucha chispa y a veces me preguntaba hasta que punto podríamos ambos formar un dúo cómico. Quien sabe, tal vez en un momento donde hubiera menos mutantes rabiosos por matarnos, podría ser algo factible. Tendría que pensarlo...
Me eché a reír antes de contestarle.
-Pues así es aunque no se pronuncia 'ragatzo' -dije enfatizando mucho su terrible forma de decir aquella palabra italiana- sino ragazzo -En mi boca, en cambio, sonó con su habitual musicalidad. ¿No era el italiano a caso la lengua más hermosa existente?
Lamentablemente para nosotros, se nos acabó la cháchara muy rápidamente ya que en aquel momento en que yo sentía como la música de suspense se iba crispando, anunciando el inminente susto, apareció ante nosotros una figura. Se había separado de un grupo que se había formado a lo lejos y se había ido acercando hacia donde nos encontrábamos como si realmente fuera con la intención de que topásemos.
Era pequeña, joven pero tenía de humana todo lo que yo de chino; vamos, absolutamente nada más que el blanco de los ojos.
-¿Dónde están tus modales, Dylan? -respondí mirándole a la vez que negaba con la cabeza, luego me dirigí hacia la extraña en un esfuerzo por sonar cordial-: Hola, pequeña, ¿quién eres? -Mi mano, no obstante, se desvió hacia mi arma, guardada en la cara interna de mi chaqueta.
Luca ViatellaMiembro de La Organización - Cantidad de envíos : 219
Fecha de inscripción : 09/02/2010
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Edad: 25 años
Nivel/Poder: Nivel 7. Ganar siempre al póker xD
Resistencia mental:
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Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Para Ben, Neysa, Enid y nuestra visita.
Llegamos a la altura de dónde se encontraban mi prima y su acompañante. A él no me sonaba para nada el haberlo visto antes pero era consciente de que no tenía por qué preocuparme por ello si iba al lado de Neysa. Por supuesto ella no era ninguna niñita tonta que se dejara engañar así que debía tratarse, por fuerza, de alguien de su confianza.
Lamentablemente, estábamos en el fin del mundo y, en el fin del mundo, nunca había mucho tiempo para reencuentros familiares felices y alegres. Menos estando dónde estábamos: en el foco de un nuevo desastre social, el primero después de la gran destrucción, el primero que no creíamos estar causado por el propio planeta.
Yo les vi aparecer. No sé por qué pero estaba mirando el fondo, hacia el horizonte blanco, cuando observé como aparecían toda una serie de sombras en él, recortándose delante la luz. A primera instancia, no habían hecho absolutamente ningún movimiento desde que les vi pero luego, como asegurándose de que habían sido vislumbrados, empezaron a andar. En un principio lo habían hecho en línea recta pero después se fueron separando y desviando lentamente para dirigirse hacia puntos muy distintos cada uno. Hasta que uno llegó a nosotros. Algo en mi interior sospechó que el resto de figuras también había ido hacia los otros grupos que había perdidos por las llanuras. Desconfié.
Le miré al llegar, era horripilante. Nunca había visto un ser así antes y eso que me había encontrado con muchos cuerpos de mutantes e incluso de humanos, los cuales no habían llegado a sobrevivir si no habían mutado, muriendo entre gritos agónicos a causa de uno de los mayores destrozados que se había dado durante el Apocalipsis: la radiación de los residuos nucleares. Había visto las huellas de esa radiación, como también la había sufrido. Pero nunca nada como aquello. Ni siquiera en un transformista.
Crucé una mirada de preocupación con mi prima, Enid tal vez fuera aún demasiado joven como para notar que nuestra visita no era normal pero estaba segura de que Neysa sí lo percibiría. Del chico, de nuevo, no sabía nada.
-¡Tú! -le dije con mi aplomo de líder-, identifícate -Más nos valía que fuera un transformista bufón.
Llegamos a la altura de dónde se encontraban mi prima y su acompañante. A él no me sonaba para nada el haberlo visto antes pero era consciente de que no tenía por qué preocuparme por ello si iba al lado de Neysa. Por supuesto ella no era ninguna niñita tonta que se dejara engañar así que debía tratarse, por fuerza, de alguien de su confianza.
Lamentablemente, estábamos en el fin del mundo y, en el fin del mundo, nunca había mucho tiempo para reencuentros familiares felices y alegres. Menos estando dónde estábamos: en el foco de un nuevo desastre social, el primero después de la gran destrucción, el primero que no creíamos estar causado por el propio planeta.
Yo les vi aparecer. No sé por qué pero estaba mirando el fondo, hacia el horizonte blanco, cuando observé como aparecían toda una serie de sombras en él, recortándose delante la luz. A primera instancia, no habían hecho absolutamente ningún movimiento desde que les vi pero luego, como asegurándose de que habían sido vislumbrados, empezaron a andar. En un principio lo habían hecho en línea recta pero después se fueron separando y desviando lentamente para dirigirse hacia puntos muy distintos cada uno. Hasta que uno llegó a nosotros. Algo en mi interior sospechó que el resto de figuras también había ido hacia los otros grupos que había perdidos por las llanuras. Desconfié.
Le miré al llegar, era horripilante. Nunca había visto un ser así antes y eso que me había encontrado con muchos cuerpos de mutantes e incluso de humanos, los cuales no habían llegado a sobrevivir si no habían mutado, muriendo entre gritos agónicos a causa de uno de los mayores destrozados que se había dado durante el Apocalipsis: la radiación de los residuos nucleares. Había visto las huellas de esa radiación, como también la había sufrido. Pero nunca nada como aquello. Ni siquiera en un transformista.
Crucé una mirada de preocupación con mi prima, Enid tal vez fuera aún demasiado joven como para notar que nuestra visita no era normal pero estaba segura de que Neysa sí lo percibiría. Del chico, de nuevo, no sabía nada.
-¡Tú! -le dije con mi aplomo de líder-, identifícate -Más nos valía que fuera un transformista bufón.
LilithLíder de Ragnarök - Cantidad de envíos : 2769
Fecha de inscripción : 28/12/2009
Localización : Por ahí las llanuras heladas si es que sigo con vida.
Datos
Edad: 23 años
Nivel/Poder: Molecular (9): invisivilidad, intangencia, teletransporte, transubstanción, elasticidad, dureza,... No sabes la de cosas que puedo hacer con mi cuerpo.
Resistencia mental:
(6/10)
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Para Mikhail
Por fín llegó la hora de que los miembros de La Organización partieramos para las llanuras a investigar el caso de las muertes misteriosas. Despertamos muy temprano, para tener tiempo de todo. El sol ya se había levantado y con sus rayos iluminaba la ciudad que poco a poco estaba despertando. Me levanté, acomodé todo en mi departamento, fui a darme un baño y a desayunar algo ligero, acompañado siempre por el eterno café y mi amado cigarillo. Era mi desayuno diario. Cogí las llaves y partí para el encuentro con Mikhail y los demás y despues ir directamente para las llanuras heladas. Cláro, me vestí adecuado y con ropa de invierno, ya que como le decía el nombre, las llanuras heladas, seguramente hacía demasiado frío.
En poco tiempo llegamos hasta allí. Todo estaba demasiado tranquilo y el ambiente un poco pesado. De pronto, los dos sentimos un poco de pesadéz en el ambiente. Vimos una nube que estaba circulando, pero era una nube extraña. Miré atento y pensé dentro de mí de que seguramente podría ser un mutante que tenía poderes de atmoquinesis. Yo tenía un coeficiente intelectual bastante desarollado, ya que tambien me gustaba y tenía mi propia empresa, Lestrange Industries. Pero bueno... llegando nuevamente al tema.
Ví como Mikhail estaba acomodando sus gafas que le habían caido sobre la naríz. Pasé una mano por mi cabello y lo miré para despues mirar el ambiente alrededor. -¿Para adónde partimos?- Pregunté con mi voz gruesa y varonil. De pronto, sentí unos pasos acercándose. No sabía que era, pero por instinto, toqué el bolsillo interior de mi chaqueta donde tenía un arma. -Se escuchan pasos. Y no son justamente de humanos.- Dije tranquilamente. -¿Qué será?- Me pregunté con voz baja, pero lo suficiente para que se pudiera escuchar.
De pronto, podemos divisar enfrente de nosotros una cosa, que solo apariencia humana no es, pero tiene cosas bastante humanas en su apariencia. ¡Eso es! Seguramente son extraterrestres los que atacan. ¿O quizás no?... Esa cosa es bastante espantosa, pero tiene apariencia de hombre. Es un hombre que caminaba encorvado, como si los años le pasaron encima, y cuando se acerca a nosotros, podemos divisar que se le está notando la columna vertebral. Estaba tan delgado que se le notaba la columna vertebral. Ya un poco de frío comenzó a recorrer mi columna. No tenía miedo, pero quiería averiguar más sobre aquel ser. Podemos notar tambien que tiene unos hombros extrañamente tensos para que a pesar de su curvatura pueda mirar hacia adelante. No, esto o es un viejo, cosa que es posible, pero en un pequeño procentaje, o es un extraterrestre. El hombre tenía unos brazos que le llegaban hasta las rodillas y tenía la misma musculatura desarollada como los hombros. Pude notar que más bien eran unas garras, ya que los dedos eran huesudos y negros. Pude ver sus ojos de color opaco y vacío. No, esto era más que espantoso.
Por insinto, pasé delante para proteger a Nina y a Mikhail por si al monstruo se le ocurriera atacar. Miré en dirección a los dos y hablé bajito. -Esto creo es un extraterrestre... no puede ser otra cosa.- Dije en bajito para que solo ellos pudieran escuchar.
Por fín llegó la hora de que los miembros de La Organización partieramos para las llanuras a investigar el caso de las muertes misteriosas. Despertamos muy temprano, para tener tiempo de todo. El sol ya se había levantado y con sus rayos iluminaba la ciudad que poco a poco estaba despertando. Me levanté, acomodé todo en mi departamento, fui a darme un baño y a desayunar algo ligero, acompañado siempre por el eterno café y mi amado cigarillo. Era mi desayuno diario. Cogí las llaves y partí para el encuentro con Mikhail y los demás y despues ir directamente para las llanuras heladas. Cláro, me vestí adecuado y con ropa de invierno, ya que como le decía el nombre, las llanuras heladas, seguramente hacía demasiado frío.
En poco tiempo llegamos hasta allí. Todo estaba demasiado tranquilo y el ambiente un poco pesado. De pronto, los dos sentimos un poco de pesadéz en el ambiente. Vimos una nube que estaba circulando, pero era una nube extraña. Miré atento y pensé dentro de mí de que seguramente podría ser un mutante que tenía poderes de atmoquinesis. Yo tenía un coeficiente intelectual bastante desarollado, ya que tambien me gustaba y tenía mi propia empresa, Lestrange Industries. Pero bueno... llegando nuevamente al tema.
Ví como Mikhail estaba acomodando sus gafas que le habían caido sobre la naríz. Pasé una mano por mi cabello y lo miré para despues mirar el ambiente alrededor. -¿Para adónde partimos?- Pregunté con mi voz gruesa y varonil. De pronto, sentí unos pasos acercándose. No sabía que era, pero por instinto, toqué el bolsillo interior de mi chaqueta donde tenía un arma. -Se escuchan pasos. Y no son justamente de humanos.- Dije tranquilamente. -¿Qué será?- Me pregunté con voz baja, pero lo suficiente para que se pudiera escuchar.
De pronto, podemos divisar enfrente de nosotros una cosa, que solo apariencia humana no es, pero tiene cosas bastante humanas en su apariencia. ¡Eso es! Seguramente son extraterrestres los que atacan. ¿O quizás no?... Esa cosa es bastante espantosa, pero tiene apariencia de hombre. Es un hombre que caminaba encorvado, como si los años le pasaron encima, y cuando se acerca a nosotros, podemos divisar que se le está notando la columna vertebral. Estaba tan delgado que se le notaba la columna vertebral. Ya un poco de frío comenzó a recorrer mi columna. No tenía miedo, pero quiería averiguar más sobre aquel ser. Podemos notar tambien que tiene unos hombros extrañamente tensos para que a pesar de su curvatura pueda mirar hacia adelante. No, esto o es un viejo, cosa que es posible, pero en un pequeño procentaje, o es un extraterrestre. El hombre tenía unos brazos que le llegaban hasta las rodillas y tenía la misma musculatura desarollada como los hombros. Pude notar que más bien eran unas garras, ya que los dedos eran huesudos y negros. Pude ver sus ojos de color opaco y vacío. No, esto era más que espantoso.
Por insinto, pasé delante para proteger a Nina y a Mikhail por si al monstruo se le ocurriera atacar. Miré en dirección a los dos y hablé bajito. -Esto creo es un extraterrestre... no puede ser otra cosa.- Dije en bajito para que solo ellos pudieran escuchar.
Tony LestrangeMiembro de La Organización - Cantidad de envíos : 103
Fecha de inscripción : 27/02/2011
Datos
Edad:
Nivel/Poder: 6
Resistencia mental:
(3/10)
Re: Trama Misterio gélido {Perdidos - Encuentro - Resolución}
Para Lilith, Neysa, Ben y el algo:
Llevábamos caminando durante bastante tiempo y todo el rato habíamos estado en silencio. Me habría gustado haber acabado con él, cortarlo y sacar algún tema de conversación que nos pudiese agradar a ambas. Sin embargo, no me veía capaz de ello. ¿Por qué? Principalmente porque no podía ni concentrarme y tampoco quería molestar su concentración.
¿Por qué no podía concentrarme? Las voces en mi cabeza me lo impedían todo el rato. Lo peor no era que supiese qué era lo que pensaban las personas que se encontraban a mi alrededor, es más, esto habría llegado a ser práctico; la cosa era que no escuchaba las cosas de manera ordenada sino que todos los pensamientos de la gente que se encontraba cercana (o eso creía) a mi persona venían a mí. A veces el proceso llegaba hasta a ser doloroso aunque… según había entendido eso significaba que comenzaba a utilizar mis poderes y el siguiente paso era aprender a controlarlos, proceso que no era tan sencillo.
Estaba escuchando los pensamientos de Lilith aunque se mezclaban con un par de personas más que no sabía identificar. Sabía que le molestaba mucho que la gente se metiese en su cabeza y que a veces le producía malestar aunque yo, por más que intentase evitarlo, no podía. Además, aquel día prefería escuchar la mente de todos o casi todos los que me rodeaban… de esa manera podría saber cuándo alguien se nos aproximaba demasiado y con aspiraciones asesinas. Eso sí, me habían dicho que había personas a las que seguramente no podría escuchar sus pensamientos pues su resistencia era demasiado fuerte aunque… nada es imposible, ¿No?
Gracias a mi poder supe cuándo nos acercábamos peligrosamente a otras dos personas y, por las voces que escuchaba en su mente, supe identificar que eran personas conocidas. Sin embargo, no supe bien quiénes eran hasta que estuve muy cerca de ellos. Eran Neysa y su novio, al que se le veía visiblemente molesto con el haberse encontrado conmigo.
Me acerqué a mi buena amiga con una sonrisita justo en el momento en el que Lilith le habló. ¿Se conocían? ¿De qué? Pasé mi mirada de Lil a Ney un par de veces sin verme todavía capaz de romper el silencio que se había originado entre nosotras. Después de carraspear, finalmente, me decidí a hacer una sola pregunta.
-¿Os conocéis? ¿De qué? –Pregunté con visible curiosidad. Podría haber intentado leerlo en su mente y así aumentar el control que tenía sobre mi poder aunque… mejor sería que no hiciese tales cosas.
Fue al cabo de unos instantes cuando, al mirar hacia Lilith me fijé en que miraba a un punto en concreto, como distraída. Giré la mirada y la orienté hacia aquel lugar en el horizonte. Pude distinguir a una silueta borrosa que se acercaba a nosotros, lo que parecía un hombre enorme. Sin embargo, cuando estuvo lo suficientemente cerca me di cuenta de que aquello no era exactamente un hombre… era algo “diferente”. Tenía aspecto de persona enorme aunque su piel estaba llena de manchas amorfas y de algo como escamas.
Entonces, justo antes de que Lilith exigiese que se identificase, una voz dijo en mi interior que lo mejor sería salir corriendo de allí si quería seguir con vida.
Llevábamos caminando durante bastante tiempo y todo el rato habíamos estado en silencio. Me habría gustado haber acabado con él, cortarlo y sacar algún tema de conversación que nos pudiese agradar a ambas. Sin embargo, no me veía capaz de ello. ¿Por qué? Principalmente porque no podía ni concentrarme y tampoco quería molestar su concentración.
¿Por qué no podía concentrarme? Las voces en mi cabeza me lo impedían todo el rato. Lo peor no era que supiese qué era lo que pensaban las personas que se encontraban a mi alrededor, es más, esto habría llegado a ser práctico; la cosa era que no escuchaba las cosas de manera ordenada sino que todos los pensamientos de la gente que se encontraba cercana (o eso creía) a mi persona venían a mí. A veces el proceso llegaba hasta a ser doloroso aunque… según había entendido eso significaba que comenzaba a utilizar mis poderes y el siguiente paso era aprender a controlarlos, proceso que no era tan sencillo.
Estaba escuchando los pensamientos de Lilith aunque se mezclaban con un par de personas más que no sabía identificar. Sabía que le molestaba mucho que la gente se metiese en su cabeza y que a veces le producía malestar aunque yo, por más que intentase evitarlo, no podía. Además, aquel día prefería escuchar la mente de todos o casi todos los que me rodeaban… de esa manera podría saber cuándo alguien se nos aproximaba demasiado y con aspiraciones asesinas. Eso sí, me habían dicho que había personas a las que seguramente no podría escuchar sus pensamientos pues su resistencia era demasiado fuerte aunque… nada es imposible, ¿No?
Gracias a mi poder supe cuándo nos acercábamos peligrosamente a otras dos personas y, por las voces que escuchaba en su mente, supe identificar que eran personas conocidas. Sin embargo, no supe bien quiénes eran hasta que estuve muy cerca de ellos. Eran Neysa y su novio, al que se le veía visiblemente molesto con el haberse encontrado conmigo.
Me acerqué a mi buena amiga con una sonrisita justo en el momento en el que Lilith le habló. ¿Se conocían? ¿De qué? Pasé mi mirada de Lil a Ney un par de veces sin verme todavía capaz de romper el silencio que se había originado entre nosotras. Después de carraspear, finalmente, me decidí a hacer una sola pregunta.
-¿Os conocéis? ¿De qué? –Pregunté con visible curiosidad. Podría haber intentado leerlo en su mente y así aumentar el control que tenía sobre mi poder aunque… mejor sería que no hiciese tales cosas.
Fue al cabo de unos instantes cuando, al mirar hacia Lilith me fijé en que miraba a un punto en concreto, como distraída. Giré la mirada y la orienté hacia aquel lugar en el horizonte. Pude distinguir a una silueta borrosa que se acercaba a nosotros, lo que parecía un hombre enorme. Sin embargo, cuando estuvo lo suficientemente cerca me di cuenta de que aquello no era exactamente un hombre… era algo “diferente”. Tenía aspecto de persona enorme aunque su piel estaba llena de manchas amorfas y de algo como escamas.
Entonces, justo antes de que Lilith exigiese que se identificase, una voz dijo en mi interior que lo mejor sería salir corriendo de allí si quería seguir con vida.
Enid West- Cantidad de envíos : 2217
Fecha de inscripción : 04/01/2010
Localización : Ñaa
Datos
Edad: 20
Nivel/Poder: Mental, nivel 6.
Resistencia mental:
(10/10)
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